Idara se encontraba rodeada por una densa neblina, solo el resplandor natural de los barcos fantasmas protegía a los miembros de su tripulación de caer a mar abierto. Esta neblina era especialmente generada por los barcos fantasma, y era tan densa que solo las razas con visión mejorada podían ver a más de un metro de distancia. Siendo esto lo único a 200 metros a la redonda y con solo los 50 metros de largo de la cubierta para recorrer, la capitana del Bloody Mary no podía evitar sentirse atrapada a pesar de encontrarse en medio del océano.

Después de un mes de viaje sin nada más que el aburrido color blanco, con el único trabajo de dirigir las prácticas de combate de la tripulación y entrenar por su cuenta, Idara, encerrada con sigo misma, comenzaba a preguntarse si esta misión tendría éxito.

El unico motivo para buscar otro continente era la voluntad del Rey Hechicero. La única mención sobre la existencia de otro continente era la tradición oral de alguna tribus de hombres bestia al sur este del continente. Ningún académico consideraba su existencia posible, así como hace 100 años nadie creía posible que una sola persona pudiera reinar sobre todo el continente, eso era el sueño de un loco, como lo era la idea de unir a todas las razas, vivas y no-muertas, bajo una sola bandera.

Y sin embargo, había ocurrido.

Hace 20 años cada rincón del continente había sido explorada y cada ser inteligente juró lealtad a su majestad el Rey Hechicero. Los pocos que se negaron a servirle en vida, ahora lo hacen en la muerte como un soldado más en el ejército de no-muertos de su majestad.

Idara había nacido en una de las naciones de la raza más débil del continente, los humanos. Hubo un tiempo cuando la amenaza de los demihumanos era tal que su país se vio obligado a construir una gigantesca muralla para protegerse de los ataques demihumanos y cada ciudadano recibía entrenamiento como soldado. Las personas vivían acongojadas por una sombra de odio y temor a los demihumanos.

Sin embargo, eso se acabó cuando juraron lealtad a su majestad. Sus ejércitos de no-muertos cuidaban las fronteras y las calles de las ciudades, gracias a esos no-muertos Idara pudo crecer en paz sin temer por su vida, gracias a los orfanatos creados por su majestad tuvo cobijo y alimento, gracias a ellos detectaron a temprana edad su habilidad natural con la espada, cuando manifestó su deseo por explorar el mundo fue gracias al gremio de aventureros de su majestad que pudo entrenarse en el arte de la espada y conocer a las personas con las cuales conocería la alegría de vivir. Gracias a su majestad ella había sobrevivido.

"¿Cómo podría alguien rebelarse contra un Rey que ha traído tanta prosperidad a su gente?"

La mano de Idara fue a su cuello y busco entre las decenas de collares que llevaba, de diferentes materiales y estilos, cada uno de una tierra distinta, cada uno un recuerdo, una aventura, recolectados a lo largo de 12 años sirviendo a su majestad como aventurera.

Finalmente encontró el último recuerdo de sus padres, un reloj de bolsillo, lo abrió y observó el cristal roto y las manecillas congeladas en el tiempo con frío desinterés. En la parte interior de la tapa se leía una simple frase que podría costarle la vida si alguien la leía "Larga vida a la verdadera reina santa, Calca Bessarez". En ese momento sus gélida mirada reveló un odio que no había sentido desde su niñez.

"¿Porque alguien moriría por lealtad?"

Idara le estaba agradecida al Rey Hechicero, nada la hacia mas feliz que recorrer el mundo en su nombre, pero su vida era suya y de nadie más. Para ella, era imposible entender por qué su abuela desperdiciaría su vida en un calabozo por una mujer muerta, por que sus padres sacrificaron su vida por los delirios de una anciana.

El reloj se cerró con un *click*, e Irada lo dejo perderse entre los recuerdos colgando de su cuello. Rara vez pensaba en su familia, con 30 años de edad ella ya no sentía mayor apego hacia ellos, sus padres habían muerto cuando ella tenía 6 años y ahora eran meros rostros borrosas en su memoria, solo podía recordar con claridad las palabras llenas de odio hacia el Rey Hechicero y la Reina Sagrada que su abuela repetía día y noche.

Le resultaba extraño como esos mensajes de odio habían perdurado en su memoria al contrario que cualquier muestra de afecto de sus padres.

El único motivo por el cual ahora tenía tan presente a su familia era porque sus subordinados se aseguraban de recordarse la diariamente.

La tripulación del Bloody Mary estaba conformada por 5 grupos de aventureros, cada uno de ellos con 5 miembros, al sumar a Idara obtenias un total de 26 personas. Ella podía asegurar que 25 de esos 26 la despreciaban, y aun ella misma empezaba a odiarse a momentos por haber aceptado esta misión.

Este desprecio no se debía a su incompetencia como líder, eso era algo bajo su control, si no por el apellido de su familia. Su abuela y sus padres habían participado en dos de los más infames actos de rebeldía en la historia del Reino Hechicero, desde entonces el apellido Custodios se convirtió en un sinónimo de traidor.

Esa fue la carga con la cual Idara había vivido toda su vida. Desde su infancia en el orfanato, hasta sus días entrenando en el Gremio de Aventureros, Idara siempre se vio obligada a probar su valía y lealtad, soportando miradas de desconfianza, obsesionada con no cometer un error que pudiera justificar una acusación por conspiración, su vida era una constante paranoia.

Ella solo había conocido la aceptación el dia que se unió al grupo de aventureros Jinetes de la montaña, los camaradas con los cuales pasaría sus mejores 12 años de vida.

"Seguramente el Jefe ya se habria ganado su confianza"

Recordó el rostro monstruoso de Poh hijo de Go Gin claramente, con esa sonrisa bobalicona que hacia mientras intentaba torpemente tocar su banjo. La imagen de un enorme troll de guerra tocando un instrumento tan pequeño con sus monstruosas manos le animo, cuando en su mente apareció la imagen de sus otros tres camaradas alrededor de una fogata rogándole que se detuviera y los dejara descansar, una cálida sonrisa se formo en su rostro.

Sin embargo, sus sentimientos se apagaron y la tristeza nubló su rostro. Su mano se dirigió a su cuello y busco entre los collares hasta encontrar uno con un anillo, la idea de sus camaradas siendo nada más que un recuerdo le destrozaba.

- ¡Capitana Idara! -

Una voz juvenil llegó desde atrás, se escuchaba agitada y junto al sonido de los pasos apresurados solo añadía a la sensación de urgencia.

Idara se golpeó las mejillas repetidas veces para sacarse de su estado de aletargamiento, ya había pasado un año en luto por ellos. No podía permitirse seguir estancada. Ajustó su sombrero y suspiro, preparándose para asumir su rol como líder.

Intentando colocar su voz más profesional se giró al chico y le dijo - ¿Qué sucede Beneharo? -

"Ah… por favor no creas que me estaba escapándome del trabajo. No quiero a la única persona con trabajo en esta nave mirándome como si fuera una vaga".

Beneharo era miembro del grupo Brillo dorado, uno de los 5 grupos de aventureros asignados bajo el mando de Idara. Era el curador de su grupo y debido a su afiliación con el Centro de investigación mágica, había sido especialmente entrenado para ser el asistente personal de Idara. Su trabajo era ayudar con el uso y mantenimiento de los diferentes objetos mágicos confiados a ellos para la expedición, además de ser el encargado de enviar los reportes al Gremio de Aventurero (el trabajo de Idara era escribir estos reportes).

Debido a esto, Beneharo era la única persona en el barco con la cual había pasado suficiente tiempo para que dejara de verla con desprecio.

- Capitana! la nave, necesita comunic - *Bam* El chico se tropezo y cayo de cara al suelo.

Idara se acercó para ayudar al chico a levantarse, Beneharo era uno de los humanos dentro de la tripulación sin una visión entrenada para la exploración, no solo eso, en el caso del chico se podría decir que había hecho exactamente lo contrario. Al dedicar buena parte de su tiempo a sus estudios mágicos su visión estaba por debajo del promedio, hasta el punto de necesitar unos lentes especiales para hacer incluso las tareas más mundanas.

- Tranquilo, Beneharo. Habla más despacio, no me voy a ninguna parte - Idara empezó a hacer expresiones al chico para que respirara. Mientras lo hacía, observó un débil resplandor junto a la oreja del chico, y tragó saliva con nerviosismo.

- Capitana! El, el, la nave necesita comunicarse con usted. Algo ha entrado a la neblina y se dirige a nuestra posición -

Ante esas palabras, la mente de Idara se puso en alerta máxima, escaneando la neblina en busca de cualquier movimiento, al tiempo, su mano empezó a buscar en uno de los bolsillos de su gabardina. "Debería ir a buscar "eso"?... ah, no, no quiero tener que luchar usando algo tan ridículo. Ya me basta con escuchar a Beneharo reírse, si el enemigo empieza a hacer bromas sobre mi apariencia perderé el poco respeto que me tenga la tripulación"

Finalmente, su mano emergió de su bolsillo con una esfera dorada cuidadosamente tallada con glyphos mágicos, de la esfera colgaba una pluma con el resplandor del ascua, el brillo era el mismo al que había en la oreja del chico.

Idara colocó el objeto en su oreja e inmediatamente una extraña sensación de eco retumbo en su mente, la esfera era un objeto mágico con una versión modificada del hechizo [Mensaje] la cual le permitía comunicarse con los no muertos que normalmente no podrían hablar directamente a los vivos. Sin embargo, debido a su raza, Idara tenía dificultades para usar el objeto y por eso normalmente usaba a Beneharo para hablar con la nave.

- Capitana - Una voz que solo podía ser descrita como el sonido del viento al hacer crujir madera vieja resonó en la cabeza de Idara

- ¿Cuantos son? -

- Uno... vuela… pequeño -

La expresión de Idara se relajó y suspiró con alivio, luego, una chispa de emoción iluminó sus ojos carmesí. Sin embargo, decidió confirmar sus sospechas, después de todo para una navio del tamaño del Bloody Mary una quimera podría ser considerado pequeña - ¿Del tamaño de un ave o más grande? -

La voz parecía arrastrar las palabras con torpeza - Ave… si, eso es -

- ¡SI! - Grito Idara con una emoción infantil, por poco y da un salto de alegría. Sin embargo, logró contenerse y recobrar la compostura al recordar que Beneharo se encontraba a su lado.

- ¿Que ocurre capitana? ¿Que entró en la neblina? -

Idara sonrió ampliamente y mirando directamente a los ojos a Beneharo dijo - Un ave - El chico inmediatamente reaccionó con sorpresa y un Oh! dibujo una sonrisa de emoción en su rostro.

- Eso quiere decir… ¿Tierra? -

- Aún no podemos estar seguros - Dijo Idara con prudencia "pero eso espero". En preparación para la expedición el gremio la instruyó en las bases de la navegación, de acuerdo a lo que aprendió, habían especies de aves que podían pasar meses en altamar pero ninguna debería encontrarse mar adentro, al menos no a la distancia equivalente a un mes de viaje. Había una buena oportunidad de que se encontraran cerca de tierra firme.

En ese momento el molesto eco provocado por el artefacto mágico hizo que Idana sintiera una punzada de dolor en su cabeza, normalmente debería ser un silbido el sonido que advierte el deseo de la nave por decir algo, pero este era uno de los efectos secundarios de usar el comunicador debido su raza. Idara procedió a abrir el canal de comunicación.

- Uno de nosotros -

- ¿Que? -

- Ave… uno de nosotros -

Las palabras tardaron un momento en cobrar sentido, pero una vez lo hicieron su emoción comenzó a apagarse.

- ¿Dónde está? - Idara recorrió el cielo con la mirada en busca del ave.

- Aquí -

- ¿Eh? -

- Proa -

Idara centro su mirada en la Proa que debía encontrarse a unos 10 metros, ahí estaba posada un ave negra. Su cabeza en lugar de plumas tenia algo blanco que ella identificó como hueso, dos puntos rojos brillantes marcabal lo que debían ser sus ojos, el hueso se extendía hasta unirse con su pico en una única pieza blanquecina.

El ave era sin duda alguna un no muerto, una especie de los vivos no tendría su cráneo expuesto, esto terminó de apagar la emoción en la mente de Idina. Los no muertos no sufren de cansancio y ni siquiera tenían la necesidad de alimentarse, así que podrían viajar tan lejos y por cuánto tiempo desearan. Esto no les decía nada sobre lo cerca o lejos que podrían estar de tierra firme.

- Beneharo, ¿traes el identificador? -

- Si, siempre la traigo conmigo - Un deje de orgullo en la voz de Beneharo mostraba que se sentía ofendido de que alguien pudiera esperar menos de el.

- Usalo en la proa -

Beneharo avanzó con una caja metálica rectangular entre sus manos, en uno de sus lados salia un cilindro que terminaba en un cristal. Ese cristal debía estar apunto hacia la proa donde se encontraba el ave, pero la pobre visión del joven mago le impedía darse cuenta que estaba fallando su objetivo por varios metros.

Idara puso sus manos en sus hombros y lo acomodo en la posición adecuada, el chico le miro sonrojado y con una sonrisa nerviosa. Después de unos instantes, se escuchó un *click* acompañado por un haz de luz.

- Aqui esta… ¿eh? -

- ¿Qué sucede? Déjame ver -

El chico estaba observando un papel donde aparecía una pintura hiperrealista del ave, de acuerdo a lo que Beneharo le había explicado antes esto era llamado una fotografía por los inventores del Centro de Investigación Mágica. Junto a ella aparecia una serie de caracteres extraños que jamás había visto, se supone que esa era una descripción de las habilidades y raza del pájaro.

- Vas a hablar de una vez o ¿quieres que vaya a tu estudio y empiece a buscar mis propias respuestas? - Al inicio, cuando su relación con Beneharo era tan mala como con los demás miembros de la tripulación, Idara se había encerrado en el estudio privado del chico, y empezado a "aprender" todo lo que necesitaba saber para manejar los objetos mágicos por su cuenta. Sin embargo, los libros nunca habían sido su fuerte y lo único que logró fue desordenar los libros y notas del chico. Después de un par de horas "estudiando" la habitación parecía haber sido golpeada por un huracán. Cuando Idara no era buena en algo, pero de verdad quería lograrlo, solía poner demasiado empeño en lograr su meta.

- ¿Eh? ¡No, por favor! Me deje llevar por la emoción. De acuerdo a la descripción esta ave es un no-muerto de una especie llamada Grimm y pertenece a una subespecie llamada

Larum, no parece conocer ninguna habilidad mágica o arte marcial y sale negativo en cuanto a la presencia de Magia Ancestral -

- ¿No tiene magia ni artes marciales o no aparecen por que no has podido identificarlas? -

El identificador podía revelar el nombre y especie de cualquier ser vivo o no-muerto al cual tomará una fotografía, sin embargo, para revelar las habilidades y artes marciales existía la condición de que la persona tomando la foto viera al objetivo realizar sus habilidades y las conociera. Al cumplir estas dos condiciones, la descripción en la fotografía se actualizaría a medida con los nuevos conocimiento de quien había tomado la fotografía. Sin embargo, el identificador revelaba la cantidad de hechizos y artes marciales conocidas por el objetivo.

- No, el registro de ambos aparece vacío, no debería tener ninguna de esas habilidades pero tenga cuidado con las habilidades raciales, capitana -

Idara asintió y se mantuvo en guardia ante cualquier acción del Grimm.

- Deberíamos capturarlo, capitana. No podemos dejar pasar la oportunidad de encontrar una nueva especie de no-muerto -

Los ojos de Beneharo brillaban con emoción, si bien el reino hechicero habia conquistado todas las grandes naciones a lo largo del continente, todavía abundaban territorios cuyas barreras naturales dificultan su exploración, cuevas sin explorar, ruinas con tesoros sin descubrir y bosques tan amplios y ricos en especímenes que a hoy en día siguen siendo una fuente de nuevos conocimientos.

Sin embargo, esta podría ser el primer descubrimiento de una especie completamente nueva de no-muerto algo nunca oído en más de 50 años, esto podría implicar la existencia de un lugar con nuevas especie jamás vistas antes. Cualquier aventurero se sentía lleno de alegría al formar parte de la expedición que abriera un nuevo mundo de posibilidades y misterios.

Idara, al menos, conocía muy bien ese sentimiento. La última vez que había sentido esa emoción había sido hace algo más de un año cuando se aventuró en la tierra de los truenos junto a sus camaradas.

"Ojalá estuvieran aquí, chicos" El recuerdo de su última aventura con sus amigos mancho la alegria que sentia.

En ese momento una punzada de dolor la trajo de regreso a la realidad, usualmente un silbido debería advertir de cuando la nave deseaba comunicarse el cual aumentaba en intensidad de acuerdo a lo urgente del comunicado, para Idara el silbido era un chirrido y este dolor tan intenso solo podría marcar malas noticias.

- Entraron… más… vivos… nosotros - Dijo la nave en el momento que Idara abrió la comunicación.

- ¿!QUE!? ¿Cuantos? - Maldiciendo mentalmente, Idara empezó a buscar cualquier señal de movimiento a su alrededor, todo un mes sin que pasara nada en todo el viaje y de repente tenía que ocurrir todo a la vez.

- Muchos… vivos…. bote… -

"¿Una nave con seres vivos? No deberían poder vernos en la neblina siempre que nos mantengamos a una distancia prudente" Incluso los mejores arqueros en la tripulación tenían dificultades viendo algo a más de 50 metros de distancia en la neblina.

- Nosotros… uno- La voz de la nave se sentía dolorosamente lenta en la mente de Idara - grande -

- ¡HAZ SONAR LA CAMPANA! - El grito de Idara pudo haber sido escuchado por toda la cubierta

Una persona normal probablemente se aturdiría ante un grito tan repentino, pero el joven aventurero demostró por qué había sido elegido entre la élite del gremio para esta misión.

Corriendo tan rápido como podía, el chico salió corriendo hacia la campana que se encontraba junto a las escaleras que daban al interior de la nave, por detrás de él, las palabras de Idara le transmitían lo apremiante de la situación.

- ¡ALERTA DE NO MUERTOS! ¡POSICIÓN DEFENSIVA! - Idara ya podía escuchar los pasos de sus subordinados corriendo a toda marcha por debajo de la cubierta, tal era la fuerza de su voz que aquellos en el primer piso de la nave ya habían escuchado sus ordenes. En seguida, los pasos fueron ahogados por el ruido de la campana, con eso no deberia tomar mas de 30 segundos a la tripulación para llegar a cubierta y dentro de un minuto todos estarían listos para la batalla.

Y aun así, a pesar de sus prácticas diarias, seguía siendo demasiado tiempo.

- Está aquí - sentenció el Bloody Mary

Una enorme bestia negra surgió del océano, su cabeza era un cráneo blanco con marcos rojas como la sangre y ojos punzantes con odio por todo lo que estuviera vivo, cada parte de su cuerpo cubierta por el innatural hedor de la muerte.

Un dragón no muerto.

La mirada de la bestia pasaron de Idara hacia Beneharo cuyo cuerpo resplandecía con el color de la magia mientras aplicaba hechizos de mejora y resistencia sobre sí mismo.

La mandíbula se abrió derramando un líquido negro y espeso como la brea, dentro de sus fauces un brillo empezó a formarse apuntando a Beneharo.

[Pace of the Wind] Como si su cuerpo fuera el aire mismo Idara se movió en un suspiro empujando a Beneharo fuera del camino. [Enhanced Magic Resistance] El az de luz cayó sobre ella, apretando sus dientes para soportar el dolor activó una segunda Arte Marcial [Resistance Massive]. La energía se dispersó en torno a ella.

- [Light Healing] - La voz de Beneharo llegó a Idaba acompañada por la reconfortante sensación de la magia curando sus heridas, el dragón parecía confundido, girando su cabeza en desconcierto ante lo que había ocurrido.

"Mierda, espero que no tenga conciencia de sí mismo. De verdad quiero vengarme por esto, odiaría que el Tratado de Re-Estize le protegiera de violencia excesiva"

La voz del joven mago se escuchaba por detrás de Idaba, cada encantamiento mejoraba las capacidades de su cuerpo más allá de sus límites normales. El poder recorría cada fibra de su cuerpo llenándola de confianza

La mano de Idara fue a su espalda, el movimiento pareció dar vida a su gabardina que empezó a moverse, como si decenas de seres se estuvieran arrastrándose para dar lugar a una espada gigantesca.

Idara era una mujer alta para el estándar humano llegando fácilmente al metro ochenta, el mandoble que parecía haber aparecido de la nada alcanzaba los dos metros con facilidad, en su gruesa hoja brillaban orgullosas las runas enanas que potenciaban su filo y el poder del guerrero blandiendo la. Un total de seis runas le hacían digna del título de "legendaria".

- ¿Que ocurre Custodios? -

La voz de uno de los líderes se escuchó y junto a ella docenas de pasos que le seguían.

- ¡Todos los guerreros a posiciones defensivas! El enemigo es un dragón no muerto, quiero a todos los magos capaces de hacer hechizos sagrados listos para volar a mi señal. Los demás magos en posiciones defensivas de apoyo. Arqueros en el nivel superior de la cubierta, arcos listos y esperando por la señal del jefe de arqueros -

Los diferentes líderes repitieron las órdenes a sus subordinados que corrían a toda prisa a sus posiciones. A lo largo de la cubierta diferentes guerreros ponían sus escudos en alto y detrás de ellos una hilera de magos se formaban preparados para volar.

En ese momento, el dragón se preparaba para su próximo ataque, las fauces de la bestia se abrían una vez más dejando brillar su diabólica intención.

- ¡Preparen!-

Los agudos oídos de Idara captaron el sonido de las cuerdas de los arcos tensandose a la orden del jefe de arqueros. El brillo dorado del ataque refulge amenazante en las fauces del dragón.

- ¡Fuego! -

Varias docenas de flechas volaron, la tripulación de Idiba solo contaba con 6 arqueros, pero todos ellos eran orgullosos miembros de la Orden de los Arqueros Sagrados capaces de usar [Rapid Fire], uno de los Artes Marciales creados por la Reina Santa durante sus años como líder de la Orden. En la distancia Idaba podía escuchar sus oraciones - La fuerza es justicia, la debilidad es un pecado -

Las flechas golpearon de lleno al dragón anulando su hechizo y forzandolo a retroceder, pero si Idaba le permitía un segundo de respiro estaría siendo imprudente ante el poder de un Dragón.

- ¡Acorán! - Un hombre con los ojos de un demonio le miró desde el segundo nivel de la cubierta, la presión de su mirada era tal que Idaba dio un paso hacia atrás por un segundo, estuvo segura de escuchar risas alrededor suyo, y la mofa en la sonrisa de su jefe de arqueros le hacía sentirse como una tonta. Aun así, apretando el mango de su espada continuó hablando. - Protege a los magos mientras ascienden -

- Por su majestad el Rey Hechicero - Dijo el hombre para luego besar un medallón con el emblema del reino hechicero que colgaba de su cuello.

Idara le observó con enojo al hombre y luego miró en otra dirección para dar órdenes.

- Guerreros, al aire - Ocho guerreros con armaduras pesadas, portando escudo y espada se alzaron en el aire con total desprecio de cualquier atadura a la tierra.

- Ofensiva de magos, al aire - Cinco sacerdotes se elevaron, todos ellos llevando cruces y otros símbolos sagradas con el emblema del Reino Hechicero siguieron detrás a los guerreros e iniciaron su ofensiva contra el dragón.

- Fuego - Otra lluvia de flechas cayó sobre el no-muerto que intentó lanzarse sobre uno de los magos mientras ascendía, una de ellas brillaba con magia sagrada y se enterró profundamente en la cabeza del dragón atravesando su cráneo exterior, finalmente fue tackleado por los guerreros en el aire y forzado a retroceder.

- Euken - Una mujer cuyo rostro estaba parcialmente descompuesto avanzó, sus ojos miraban con frialdad a Idara, una sensación de lástima por la mujer le invadió, era evidente que en vida había sido hermosa, pero ahora no era más que una aparición salida de una pesadilla. Parte de su mejilla no estaba y se podía ver todos sus dientes del lado derecho, su pelo, por más empeño que pusiera en arreglarlo, era una maraña de gruesos hilos de color bronce. Lo único en ella que podría enmarcarse como hermoso era su armadura, la cual brillaba con color blanco sagrado.

- Protege a esos magos con tu vida -

Los ojos de Euken se llenaron de un odio frío reflejado en sus nubladas pupilas similares a las de un pez muerto.

Fue solo cuando ella se elevo en el aire que Idara cayó en cuenta de sus palabras "Ah, no puedo creer que haya hecho una broma así por accidente"

- Rohrwird - Un hombre al final de sus 20 años dio un paso al frente con una sonrisa orgullosa, su cabello arreglado brillaba y a cada movimiento cambiaba de color, de una manera tan voluntariosa que parecía imitar la personalidad de su dueño. Este era el líder Brillo dorado, el tipo había coqueteado con todas las chicas y de la tripulación, excepto Idaba, aunque la trataba con amabilidad, la condescendencia envenenaba cada una de sus palabras.

- Rodeenlo y reduzcan su movilidad -

En ese momento, un rugido de dolor pareció romper el cielo e Idara no pudo evitar dejar de dar órdenes y girarse a observar lo que había ocurrido.

Frente a ella, el dragón colapso sobre la cubierta, la mitad de su rostro había desaparecido y la parte de su cuerpo que estaba por fuera del agua estaba cubierta de flechas.

"¿Que diablos?" La confusión lleno a Idara, los magos y arqueros estaban celebrando, su constante fuego sobre el enemigo probablemente era lo que había acabado con el.

Asesinar a un dragón era un logro único digno de celebración incluso entre la élite de los aventureros. Los dragones eran una de las razas más poderosas del mundo conocido, su capacidad para crecer indefinidamente y habilidad natural para aprender magia los convertía en enemigos temibles. Tomando en cuenta su tamaño, este dragón debía tener al menos 1000 años de edad, derrotarlo debería ser un desafío incluso para 5 grupos de aventureros adamantita trabajando en conjunto, se deberían ver forzados a colocar su vida en juego y seguramente algunos de sus camaradas caerían víctimas del inmenso poder de un dragón tan antiguo. Idara ya había incluso considerado la posibilidad de una retirada si sus magos especializados en magia sagrada se llegaban a quedar sin magia o si demasiados miembros de la línea frontal se veían forzados a retirarse.

Y a pesar de sus preocupaciones, el dragón había caído antes de que todas sus fuerzas estuvieran en posición para luchar.

Finalmente, la incredulidad dio lugar a la dicha y un grito de triunfo inundó el barco, la mayoría de los aventureros celebraban, los únicos cuyos rostros no reflejaban la misma dicha que el resto eran la de los líderes que Idara había despachada Después de momentáneas palabras con sus compañeros, los cinco líderes de los grupos de aventureros que formaban la tripulación de Idara se acercaron a ella.

Acoran, Euken y Rohrwird junto a los otros dos líderes Zahero y Sir Robert, se pararon en torno a ella formando un círculo. Sus expresiones eran serias, solo Rohrguird se permitía una sonrisa de triunfo. Las miradas de todos estos experimentados líderes se clavaron en Idara y la presión formó un nudo en su garganta.

Por unos segundos deseo que el combate continuará, podía confiar más en su experiencia y autoridad en el campo de batalla que en sus capacidades como líder fuera de él.

Sin embargo, reuniendo toda su confianza finalmente habló usando el mismo tono profesional que había usado con Beneharo.

- Buen trabajo a todos - Sus palabras fueron respondidas con desinterés, como diciendo ¿esperabas menos de nosotros? "Ah… solo trato de ser amable, un líder debe reconocer el trabajo de sus subordinados pero ¿que debo hacer si mis subordinados son unos cabrones?" Si ademas de irrespetuosos todos fueran incompetentes ella tendría una forma de confrontar la situación, pero todos en la tripulación llevaban a cabo su trabajo a la perfección.

Haciendo a un lado sus pensamientos y pretendiendo no haber notado sus expresiones, continuo - Aun cuando no dudo de vuestras capacidades, creo que todos aquí podemos estar de acuerdo en que sea lo que sea eso, no era un dragón -

La expresión de todos los presentes mostraba su apoyo a las palabras de Idara, tan solo la voz de Rohrwind, el más joven de todos los presentes, se alzó en contra.

- No lo sé, ¿a lo mejor los dragones solo sirven para llevar entregas entre ciudades? Eso explicaria por que su majestad los usa como yeguas de carga a lo largo del reino - La pomposa voz cargaba el orgullo del líder del grupo de aventureros con menos experiencia en toda la expedición, sin embargo, a pesar de solo tener 5 años de formación, Brillo dorado había ganado su posición entre los mejores 10 grupos de aventureros de la nación.

Aun cuando Idara se sintió en la obligación como líder de recordarle la necesidad de la prudencia, aun así, ella estuvo aliviado cuando Sir Robert, un aventurero con incluso más años de experiencia que Idara, habló en su lugar.

- No digas tonterías, chico. Los dragones encargados de viajar entre ciudades son los dragones de hielo, la subespecie más débil entre los dragones, e incluso ellos pueden desarrollar el suficiente poder para destruir una ciudad. Si no me crees, solo necesitas preguntarle al hombre hormiga en el equipo de Zahero y sabrás cuán poderoso puede ser un dragón. Su capital sigue congelada después de 30 años - La voz del hombre era grave y serena, llegando amortiguada desde atrás de la densa barba del enano, su tono transmitía una fuerza acorde con los músculos hiperdesarrollados propios de los monjes. Su presencia era tan impresionante como para hacerte olvidar el hecho de que quien hablaba era un enano que apenas llegaba al metro cuarenta de alto.

- Agradeceria que no hiciera tal cosa - Respondió Zahero, la mujer lagarto líder del grupo Herederos de los Ancestros. Su feroz apariencia lo hacía a uno dudar que una voz tan amable pudiera venir de un ser tan imponente. - Los miembros de mi grupo son todos de razas conquistadas por su majestad, hablar con ellos al respecto solo provocaría conflictos innecesarios entre nosotros -

- Mis disculpas, Lady Zahero. Hable sin pensar - El viejo aventurero agacho la cabeza en señal de disculpas, y aunque Idara no era muy buena leyendo las expresiones de otras especies estaba casi segura de que la mujer lagarto se había sonrojado.

- Por favor, levante su cabeza Sir Robert. Leyendas sobre sus logros han llegado incluso al gran lago de los pantanos, no es necesario que alguien como usted agache su cabeza ante una viajera como yo - Los dos líderes, Robert y Zahero se quedaron mirando por unos momentos con la suficiente intensidad como para hacer a todos los presentes sentirse incómodos.

- Ehem, bueno. Aun cuando considero que Sir Robert tiene razón, no es necesario que dependamos de la experiencia para verificar la naturaleza de la bestia - Idara hizo entonces una señal a Beneharo para que se acercara, el chico llevaba en su mano una fotografía - Beneharo, dinos lo que pudiste descubrir de esa cosa -

El chico dio unos pasos hacia adelante y antes de hablar sus ojos se detuvieron sobre Rohrwind el líder de su grupo, quien respondió con una amplia sonrisa y un guiño acompañado por un signo de aprobación de sus manos.

- E- El monstruo que nos atacó tiene el nombre de "Sea Feilong", parece ser una subespecie de Grimm. El grimm es una especie nueva de no-muerto de la cual no tiene registro alguno el Ministerio de Magia o el Centro de Investigación Mágica. Esta subespecie en particular parece que no cuenta con hechizos o artes marciales -

La cara de todos los presentes se tensaron, pero la emoción brillaba en sus ojos. Idara se alegró de que al menos podía compartir con ellos la alegría de hacer nuevos descubrimientos "Es de esperarse, para esto es lo que vivimos los aventureros"

- Gracias, Beneharo. Este es el segundo Grimm que nos encontramos, antes de ser atacados vimos también un ave - Una nueva oleada de emoción lleno al grupo ante las palabras de su capitán - Además, una nave no identificada entró a la neblina del Bloody Mary al mismo tiempo que el Grimm - A excepción de Rohrwind, cuyos ojos brillaban con el deseo de aventura, el resto de líderes que habían tenido experiencia siendo diplomáticos para el Reino Hechicero mostraron cara de preocupación y cansancio - Necesito que los grupos de Rohrguird, Zahero, Acorán y Euken se mantengan aqui cuidando la nave en caso de un nuevo ataque ¿Alguna pregunta? -

Idara recorrió con su mirada a todos los presentes esperando a que alguno alzara su voz, pero todos aceptaron en silencio.

- Bien, manténganse alerta. Beneharo quiero que apoyes a Euken para comunicarse con la nave en caso de que algo más entre en la neblina. También necesitamos asegurar el cadáver del Grimm para entregar lo Gremio de Aventureros -

En ese momento, como si esperara por sus palabras, una pequeña conmoción se formó en la cubierta cuando el cadáver del Grimm empezó a evaporarse hasta desaparecer.

- ¿¡QUE DIABLOS PASO!? - Grito Idara al ver un preciosos tesoro de conocimiento desaparecer ante sus ojos. El grupo de personas mas cercano a donde había estado el cadáver parecía tan sorprendido y asustado como todos los presentes.

- ¡No lo sabemos! Sencillamente estábamos hablando sobre que tipo de dragón podía ser y de repente empezó a desaparecer -

- Mmmh - Idara observó al hombre con sus ojos carmesí clavados en él, el hombre inmediatamente giró su rostro para no cruzar miradas con ella, sin embargo su actitud era desafiante, como se la estuviera retando a que lo llamara mentiroso.

- Es posible que la bestia haya sido una invocación, estas suelen desaparecen sin dejar rastro una vez son destruidos. Al menos ese es el caso con los ángeles invocados por los sacerdotes del Reino Sagrado - Dijo Acorán desde atrás de Idara.

Ella suspiró con cansancio y le dio la espalda al grupo de aventureros para dirigirse a los líderes nuevamente.

- Bueno, ahora nuestra prioridad debe ser la de proteger la nave y establecer contactos amistoso con la nave desconocida -

- Si la nave y ese Grimm aparecieron al mismo tiempo, y si de verdad se trata de una invocación, no podemos desconocer la posibilidad de que haya un necromantico hostil en esa nave, Custodios -

- La posibilidad de hostilidades siempre está en la mesa, pero mientras representemos al reino hechicero no podemos arriesgarnos a ser quienes las inicien. Sin embargo, espero que Sir Robert… No, los equipos de Sir Robert y Zahero puedan brindarme apoyo al intentar iniciar contacto con la nave -

Las expresiones de todos los presentes mostraban un deje de incredulidad ante lo que decía, solo Sir Robert asintió con aprobación ante sus palabras.

- ¿Alguien tiene una mejor idea? - Todos los líderes se miraron entre ellos con cierta preocupación, probablemente se veían invadidos por la misma duda que tuvieron el dia que Idara fue anunciada como la líder de su expedición.

- ¿Realmente esta bien dejar a una Custodios ser la primera en hablar en nombre del Reino Hechicero? - La voz estaba llena de una frialdad que resultaba innatural en cualquier criatura viva fue, quien había hablado era Acorán Baraja, el nieto de la actual Reina Santa. La familia baraja eran completamente opuestos a los Custodios, su familia había apoyado al Reino Hechicero y la actual Reina Santa, Neia Baraja, había servido al Rey Hechicero como su escudera cuando viajó al Reino Santo para derrotar al archidemonio Jaldabaoth y al ejército de demihumanos que había arrasado con el país.

Solo alguien con la protección del Rey hechicero se atrevería a hacer una pregunta tan irrespetuosa a un superior. Los demás líderes se miraron entre ellos, pero ninguno dijo nada, Idara solo pudo tomar eso como una silenciosa aprobación.

Ella ya sabía que todos sus subordinados cuestionaban el derecho que tenía a su posición debido a su apellido. Sin embargo, entre aventureros que se ganan la vida con su propia fuerza en lugar de depender de linajes de sangre o riquezas heredadas ella había esperado poder encontrar un poco más de comprensión, o al menos el reconocimiento de sus habilidades. Había esperado demasiado

"No, sencillamente no hay aventureros tan buenos como mis compañeros. No hay mucha gente dispuesta a ver mas haya de un apellido" Idara miro con orgullo a Acorán "Pero yo no soy un simple apellido"

El arquero sostuvo la mirada de Idara, primero con sorpresa y luego desafiando la a usar sus poderes sobre el. Por un momento Idara deseo hacerlo, normalmente ella y Acorán estarían en el mismo nivel, pero si tomaba la oportunidad que le ofrecía el combate no duraría más de un segundo. Aun así, con rabia, bajo la mirada. Hacer algo asi solo probaria las dudas y silenciosas acusaciones de todos los que la habían juzgado antes, no podía tan siquiera arriesgar el usar sus poderes por accidente, solo había entrenado sus nuevas habilidades durante los últimos 6 meses.

- No creo que deba recordarle al nieto de su santidad la Reina Sagrada que preguntar tal cosa es poner en duda el juicio de su majestad el Rey Hechicero - Las palabras de la mujer lagarto borraron la sonrisa de satisfacción del rostro de Acorán quien empezó a disculparse profusamente por su error.

Idara miro a Zahero y le asintió en agradecimiento, pero la mujer lagarto le ignoró. Los hombres lagarto fueron una de las primeras especies en ser protegidas por el Rey Hechicero, por lo que la lealtad de su especie era absoluta, hasta donde Idara sabía, nunca ha habido un hombre lagarto que se revelara contra su majestad. Algo de lo cual Zahero probablemente se sentía orgullosa.

- Si nadie quiere decir nada más voy, quiero partir de inmediato. Si algo ocurre el mago en el equipo de Sir Rodrick solicita apoyo por medio de [Mensaje], en cuyo caso la nave avanzara al barco y lo tomaremos por la fuerza -