Cadena de Sangre.
Summary: ¿Y si te dijera que existen seres que pueden cazarte por el placer de beber tu vida? Este no es el típico romance humano-vampiro. Multipairing.
Disclaimer: Hetalia no me pertenece, porque de otra forma habría zombies, franceses siendo… franceses, ukes con metralleta y látigo, alemanes sin ropa y hard yaoi, mucho yaoi, en todo caso los acontecimientos de este fumado fic ya habrían aparecido en el animé… pero le pertenece a Hidekaz Himaruya, cúlpenlo a el por qué no pasa nada de eso (?)
Advertencias: Universo alterno, Yaoi, Vampiros, OC's dementes y homicidas y algo de OoC por parte de los personajes ya que todo AU lo necesita. Problem Himaruya?
Dedicado con mi awesome cariño para ChibichibiSuginto, por ser una de mis mejores compañeras de fangirleces virtuales, para aquellos que aprecian las verdaderas historias de vampiros y a mi adorado e inmortal acosador personal, Scabriel.
Introducción.
"Muéstrame tu cuello y deja que mis colmillos rompan la piel que impide que tu sangre sea para mí, y tu vida será eterna. Morirás cada mañana y renacerás al anochecer..."
Es posible que hayas escuchado tantas historias sobre vampiros e incluso estés deseando fervientemente ser uno de nosotros cuando miras las películas que hoy día son producidas para las masas. En lo personal me disgustan del tipo romántico; no es como si nunca llegara a darse el caso, pero ustedes comprenderán que me refiero a los cuentos de pantalla grande dirigidos a las jovencitas de hormonas alborotadas sobre un "muchacho" sin chiste alguno que interpreta a una imitación barata de vampiro que brilla en el sol… ¡Que brilla!
Completamente absurdo.
El amor que nace de un vampiro por un humano no muy dado; parcialmente lo es. Ocurre cuando hay un interés de por medio [Dinero, propiedades, objetos de su pasado, etc.] o a menos que esté realmente interesado en volverle parte de su progenie ¿Me explico? Por el interés de convertirlo en un inmortal y nada más.
Antes de que prosigamos, permíteme decirte que tienes en este momento una oportunidad de los mas fenomenal, impresionante, e irrepetible; no solo por que lees lo que ha escrito mi grandiosa persona, mira que de por si mi especie no habla de si misma con la tuya y por lo general nunca. Hemos pasado cinco siglos tejiendo un telón que llamamos "La mascarada" para ocultarnos y esconderles el verdadero espectáculo, pero a fin de cuentas es bastante sencillo: Los vampiros no queremos que los mortales sepan de nuestra existencia. Es por el mismo motivo por el que el lobo no quiere que las ovejas sepan que él está cerca ¿Co comprende tu pequeña e insignificante cabecita mortal?
Facilita mucho nuestro trabajo. Te apuesto a que no lo habías visto de esa forma.
¡Ah! Pero ya me estoy alejando más de mi relato inicial, esta cabeza no-muerta me hace malas jugadas cuando se lo propone. Había venido a contarles una pequeña historia. Si, esta es mi forma de lidiar con la eternidad, observar vidas y tomarlas letras para el deleite de las mentes de muchos otros.
Sucede que a menudo se nos ha asociado con los mitos más populares de la Europa de los Cárpatos: Ser débiles ante la imagen de la cruz… y semejante historia está muy lejos de la realidad, puesto que solo es un símbolo y nada más ¿Estacas? Ni un efecto, eso es seguro. Los ajos mucho menos, los ataúdes sí son necesarios, temo informar. El mito sobre atravesar las cerraduras desvaneciéndose a través o el no poder cruzar o entrar a un lugar con agua o sin autorización me produce una risa tremenda, semejante imaginación tan entretenida tienen ustedes los mortales, agradezco ello por las noches que me deleito leyendo cada uno de sus libros.
¿Puedo comenzar? Yo tengo todo el tiempo del mundo para aguardar por ti pero si hay algo que nunca puedo esperar es por más sangre y… shonen ai, ese término japonés que ustedes emplean para clasificar las historias de amor poco usual entre los de su especie y que es cautivante. Aun que ya de por si en la mía también exista y de eso es lo que trata el relato al que nos dirigimos ahora mismo.
Sucede entonces que es un mito entrar solo con la autorización a una casa pero sin embargo es una tradición más por respeto que por el romanticismo a la estirpe, así como el que nunca dejará muerte en el dormitorio…
Es entonces que cuando el reloj marca las tres de la madrugada que la sombra de la muerte emerge en el sencillo cuarto de un joven finlandés, el caitiff* se acerca con gracia felina a la cama de su amante mortal. Es cuando ambos se complementan: El vampiro leerá sus deseos más recónditos, incluso aquellos de los cuales el ojivioleta no es enteramente conciente, saciando todos sus apetitos a medida que la vida y su blanca semilla van derramándose sobre las sabanas. Entre besos lujuriosos, profundos y caricias fantasmales comienza a lamer el torso desnudo y caliente que contrasta con el frío y muerto que está el rubio bebedor de sangre que ya se ha despojado de sus ropas.
Él introduce sus dedos en la entrada del menor, haciéndole arquearse de placer, haciendo que grite y suplique por más. Mordisquea suavemente los pezones, sus brazos, la boca y muchas otras partes llenas de arterias. Con suavidad lo inclina ya habiendo introducido sus dedos con anterioridad y se dispone a entrar en una estocada lenta mientras su gélido aliento susurra el nombre del joven.
El mortal ofrece el cáliz de su cuello palpitante; se irá diluyendo en sus lascivos abrazos, pero el placer solo será una anticipación pues jamás termina de consumarse y cuando la sombra del vampiro abandona la habitación, el rubio creé haber tenido un sueño, como siempre recurrente pero espantoso. Sentirá sobre sus labios los ecos de un beso frío y helado como la tumba; siente el cuerpo temblar; siente el cuerpo temblar, sus lívidos dedos recuerdan la textura etérea del cuerpo masculino, alto, fuerte y que lleva tras esas gafas escondidos, unas orbes azules como la tundra de los hielos perpetuos.
Pero no recordará el rostro completo del siniestro visitante y la noche se vuelve una pesadilla agitándose en aquél rincón de la mente al que no podemos acceder.
— ¿Sucedió aquello? — se pregunta.
Entonces, imagínalo ahora. Se debate conciliando el sueño y la mente atribulada por las dudas y por el horror. La habitación parece cerrarse sobre él; las paredes bañadas en sombras, las cortinas danzando suavemente a la luz de la luna acompañadas de la brisa nocturna. Acariciando la dureza de su miembro en las tinieblas, intentando recordar ese momento que quizá nunca tuvo lugar. Y ahí verá, sobre la blanca palidez de las sabanas, una diminuta perla púrpura, la joya roja de sus venas; y ya no habrá mas dudas de ningún tipo.
No se tú si después de esto que llegara a sucederte dormirías con las ventanas abiertas de nuevo. Aun que yo sospecho que el lindo rubio de ojos violetas sí.
Era una habitación hermosa, con la belleza propia del elegante siglo pasado. Candelabros de araña de los cuales colgaban gotas de cristal cortado, el piso perfectamente pulido de madera de roble –Y que de alguna manera se podía olerse el aceite con el que había sido frotado hacía cuatro horas- , los espejos grandes en las paredes, estatuillas y pedestales blancos sostenían jarrones llenos de rosas frescas y rojas como sangre. Pero, había un elemento que no encajaba. Había un ataúd en el cuarto.
El féretro se encontraba abierto y sobre una tarima que sobresalía del mismo piso tras unos dos escalones. Había una mujer joven recostada dentro, completamente vestida de blanco, con un vaporoso vestido, su pelo abundante y castaño había sido acomodado con gracia sobre sus hombros, su cara no tenía maquillaje pero era muy pálida y guapa, sin duda.
Ella abrió sus ojos color esmeralda, había una chispa feroz en ellos y parecían tener un brillo de vivacidad pero a la vez tan sin vida. Se irguió y quedó sentada. Recorrió la habitación con las vista, el cerebro sentía confusión, curiosidad y miedo.
El instinto humano la hizo llevarse una mano al corazón donde, de no ser por su preocupación se habría llevado un susto aun mayor al notar que no había latidos.
La cabeza le daba vueltas, la garganta la sentía hecha un desierto… Así se decía ¿no?
Con cautela se acercó a uno de esos espejos, ese que tenia aire siniestro y llegaba hasta el piso. Admiró el reflejo de su persona, como si nunca antes en su existencia lo hubiera visto. Era como si su alma estuviera atrapada al otro lado.
"Espejo", "Alma", lo pensó en voz alta. ¿Desde cuando conocía esas palabras? ¿Y en que idioma estaban? Español, inglés, francés… ¿Húngaro?
—¿Y mi nombre? ¿Que hago aquí? — Preguntó arrodillada frente a su reflejo. Había tantas preguntas y nadie que las pudiese contestar.
Le invadió un miedo terrible y sentía el hueco de preocupación en la boca del estómago, agitando su cabeza y buscando apoyo en la pared de la habitación. Sus manos tocaron un bulto de tela y descubrió una manta cubriendo varias prendas sobre un pedestal.
Había una tarjetita encima. Escrito con una caligrafía impecable y anticuada estaba escrita con una sola indicación:
"Ojalá le sean útiles y de su agrado, señorita.
Atte: R.E & G.B"
Se despojó de sus ropas y se puso las otras. Una blusa negra semi-transparente de cuello alto adornado ricamente en encajes, falda gris de satén y botas negras. Caminó hacia la puerta descomunal del cuarto y vio pegada otra pequeña tarjeta, esta vez con una caligrafía cursiva pero desaliñada.
"Sabía que tendrías hambre, soy tan grandioso que he te he traído algo selecto. Te esperamos en el Eliseo*
Atte: G.B"
Abrió apresuradamente la puerta y se topó con cuatro personas atadas de manos en el pasillo, dos hombres y dos mujeres que no parecían tan decentes por el simple hecho de ver sus ropas. Así, como la primera sorpresa de la noche sintió el desesperado impulso de abalanzarse a su cuello y dejándose llevar se lanzo a por una de ellas, mientras los otros, con los ojos vendados y extremidades atadas se retorcían presas del miedo al no saber qué ocurría. Amen por el tragico destino que les espera.
*Caitiff: En la jerga de los vampiros, es aquel inmortal del cual no se sabe ni cual es su cuadrilla, Sire, o ya en definitiva ni cuanto tiempo lleva de vampiro. Suele ser de generaciones elevadas.
*Eliseo: Lugar donde se reúnen los vampiros sin peligro a ser descubiertos. Algunas veces organizan mascaradas y suelen ser en teatros, fiestas privadas y mas recientemente en bares exclusivos, así que cuidado cuando te inviten a un bar vampiro en tu ciudad (?)
¡Hola mis queridos amiguitos de la creación!~ 8D
Y si, ya se que me merezco una lluvia de piedras encima pero todo Diciembre me la pasé fuera de mi casa, y es que no estaba muerta, si no que andaba de parranda (?)
Por ahí en mi ciudad natal y ahogándome en pólvora y agua de mar, aparte de que no me dejaban acercarme a una computadora con eso de que: "Valeria deja esa cosa, no convives con la familia, blahblahblah fanfics blahblahblah el pavo se quema (?) blahblahblah ¿¡Y esas cervezas que? :C
Por lo tanto no he actualizado ni Coincidencias, el extraño y sensual mundo de Alfred ni Van Helsing cazador de rumanos *sniff*… ¡PERO AQUÍ ESTÁ ESTE SENSUAL Y FUMADO FIC!
Y como ya tengo tres capitulos escritos me gustaria que alguien pidiera un request (dentro de la trama vampirica) ya veria yo como hacerlo para que entre con la historia. No se, pueden pedir cualquien fangirléz como: Sepso de vampiros gay a la luz de las velas, o algo así. Ustedes pidan 8DD
Ojalá sea del agrado de todos aquí y le den una oportunidad. Pensaba en adelantar dos capítulos más para que se fueran entendiendo con la historia pero ¡Nah! Si le van a entender, esto va a ser un multipairing así que estoy abierta a sugerencias, opiniones constructivas (Ya lo saben, las destructivas me la sudan :Yaomingface:) Tampoco le tengo algo en contra de Crepusculo, solamente con la teoría de que brillan y no comen humanos :B
Pienso meter una OC porque al parecer no encuentro nadie con ese complejo de villano, ni siquiera Belarús queda para ese papel. Y por si no entendieron allá arriba (lo dudo, ustedes son muy inteligentes, ohsi) La primer pareja es SuFin y la mujer en el féretro es Hungría. ¡Nos vemos el siguiente capitulo!
¿Reviews, porfavor? :3