Escape

En la profundidades del Spirit Forest se encuentra una casa vieja y abandonada, toda la madera era completamente negra, las ventanas estaban rotas así como algunas paredes, a simple vista pareciera que podría derrumbarse con solo recargarse en ella. Dos niños que se encontraban ahí por pura casualidad mostraron cierto interés por aquella casa, se acercaron a ella lentamente notando que no era tan pequeña como se veía a lo lejos.

-Vámonos de aquí, ya nos hemos alejado mucho del pueblo -Dijo el niño de cabello castaño.

-Mira esté lugar, no te da curiosidad saber que hay dentro -Contestó el chico de cabello negro.

-Se ve un poco tenebroso, será mejor regresar al pueblo, vamos.

-¿Cómo puedes ser tan cobarde?, en una semana seremos entrenadores pokemon, acostúmbrate.

-No es eso… es solo que, tengo una mal presentimiento de este lugar.

-Entonces regresa solo, yo iré a ver que hay dentro.

El chico de cabello negro, seguro de sí mismo, se adentró rápidamente al interior de la vieja casa.

-Espera, no quiero regresar solo, ¡espera!

El chico castaño se apresuró a seguirlo pero al llegar a la sala interior no podía ver a amigo por ninguna parte. El ambiente en el interior se sentía pesado de alguna manera, todos los muebles se encontraban tirados y medio destruidos. De pronto se escucha una voz gritar a lo lejos.

-Encuéntrame.

-No es divertido, regresa ya debemos irnos -contestó asustado el castaño.

-Si me encuentras prometo que nos iremos inmediatamente.

-Deja lo que estés haciendo, este lugar da miedo, ¡vámonos ya!

-¿Dónde estoy Hiro?, ¡encuéntrame! –contestó el pelinegro ignorando la petición de su amigo

Hiro, al voltear al suelo, podía ver las huellas que iban dejando los zapatos lodosos de su amigo, subió las escaleras siguiendo aquel rastro llegando a un largo pasillo oscuro, encendió su linterna de bolsillo para poder ver con claridad. En el pasillo se encontraban seis puertas, tres a la derecha y tres a la izquierda, había numerosos cuadros en las paredes, todos mostrando imágenes de Duskull y Dusclops en otros, al final del pasillo una gran pintura de un Dusknoir en el centro. Todos parecían estarlo observando, pero creyó que solo era su imaginación. Siguió su camino hasta la segunda habitación de la izquierda, al tratar de dar vuelta a la manija, ésta se movía como si alguien del otro lado la estuviera deteniendo.

-Ya se que estás ahí Shun, ¡Abre la puerta!

Nadie contestó a esto. La manija volvió a la normalidad permitiendo a Hiro abrir la puerta lentamente mientras rechinaba, lo cual ponía nervioso al chico. Al ver el otro lado, la habitación parecía estar vacía, sin adentrarse, siguió el rastro de las pisadas de Shun con su linterna, terminaba justo en el centro de la habitación donde solo se encontraba la linterna apagada de su amigo tirada en el suelo.

-¡SHUN, que diablos! –gritó con desesperación, Hiro.

Hiro se agachó a recoger la linterna de Shun, se quedó pensando por un momento que pudo haber pasado, de repente sintió una mano colocarse sobre su cabeza, dio un salto al frente, al mismo tiempo que un grito, y volteó rápidamente la linterna para ver que lo había tocado.

-¡JAJAJAJAJA!, hubieras visto tu cara- dijo Shun, que sostenía con una mano su par de tenis.

-Estúpido Shun, que diablos te pasa.

-Me di cuenta desde que entramos aquí, que mis zapatos iban dejando un poco de lodo por el largo camino del bosque, así que pensando que seguirías esa pista se me ocurrió esta brillante broma para asustarte, eres miedoso y predecible, en serio lo siento pero tenía que hacerlo, jajaja.

-…Vámonos ya.

Hiro salió primero de la habitación, Shun se colocó nuevamente sus tenis y se acercó a su amigo dándole una ligera palmada en la espalda, y sonriendo para reanimarlo. De vuelta en el pasillo Hiro se detuvo un momento al notar que en uno de los cuadros, no estaban pintados los pokemon fantasma que había visto al llegar ahí, revisó inmediatamente cada uno de los cuadros que estaban en el pasillo, cada uno estaba completamente en negro… Hiro quedó completamente inmóvil al no saber que estaba pasando, el miedo comenzaba a invadir su mente… lo único en lo que podía pensar, era correr, pero su cuerpo no reaccionaba… no podía hacer nada… soltó la linterna.

-Hiro, ¡HIRO!, ¿qué te pasa?

El chico castaño regresó en sí al escuchar a su amigo gritarle.

-N na nada… no pasa nada…

Hiro recogió nuevamente su linterna, al revisar los cuadros, todo estaba en orden, los fantasmas pintados en los cuadros seguían ahí, el miedo de estar ahí seguramente lo había hecho imaginar cosas, sin embargo, había un cuadro que no había visto, el que se encontraba al fondo del pasillo… no había nada pintado en él, era un simple lienzo de color verde pálido colgando en la pared, sin pensarlo dos veces, le grito a Shun que corriera. Shun, sin saber por qué, le hizo caso. Al llegar casi al final de las escaleras, un enorme par de manos salieron de los escalones agarrando de los pies a Shun, éste tropezó de frente golpeándose contra el piso.

Hiro se encontraba frente a la puerta cuando escuchó como azotó su amigo, podía ver las dos manos de enorme tamaño pero no el cuerpo de lo que lo estaba agarrando. Shun levantó la cabeza con una ligera herida en la frente.

-¡Hiro, ayúdame!

Cuando Hiro comenzó a moverse hacia Shun, las Manos comenzaron a avanzar de vuelta a la cima de las escaleras mientras jalaba el cuerpo, el cual se iba golpeando la cabeza en cada escalón, las manos se detuvieron un momento al llegar hasta arriba, el cuerpo del fantasma se hizo visible, Dusknoir finalmente se había revelado.

Hiro observaba al fantasma el cual también lo observaba fijamente esperando que el niño reaccionara de alguna manera, al ver que Hiro no se movía siguió arrastrando el cuerpo hacia el pasillo oscuro. Hiro subió rápidamente las escaleras para ver a donde llevaban a su amigo, al llegar al pasillo, éste estaba repleto de Duskulls y Dusclops, al final del pasillo la pared estaba rota, la cual mostraba del otro lado la entrada a otra dimensión, Hiro no podía ver más allá del deslumbrante brillo verde que emanaba.

Justo antes de cruzar a la otra dimensión, Shun levanto la mirada nuevamente, esta vez su rostro estaba completamente cubierto de sangre, podía ver a Hiro al otro lado del pasillo.

-Hiro… ayúdame…-dijo con una voz muy débil.

Dusknoir se detuvo, y al igual que el resto de los fantasmas que estaban en el lugar, voltearon a ver Hiro al mismo tiempo. Hiro quería ayudar a su amigo, pero no había nada que él pudiera hacer contra todos esos fantasmas… absolutamente nada…