Esta historia se me ocurrió cuando en mi legacy perdí al hijo de mi Sim, y su madre, a pesar de ver que se lo llevaba, no apareció ningún recuerdo negativo, vamos... ¡Es la madre, algo tiene que sentir! En base a eso hice este pequeño ff, pequeño porque los capítulos serán de menos de mil palabras y sólo serán menos de cinco capítulos. El título puede que no sea el definitivo, es que por ahora no se me ocurre uno mejor.


I. Adiós, hijo mío.

—Mami...

Pronunció por última vez a los oídos de su madre, el pequeño infante que era subido a una camioneta azul, la mujer que le había traído al mundo observaba desde las blancas escaleras de mármol a unos cuantos metros lejos como se llevaban a lo más preciado de su vida. No lloraba, había derramado tantas lágrimas durante tantos meses, las había derramado frente al juez, pero de nada valió, su pequeño ahora lloraba por los dos.

Pero se consolaba, si podía llamársele un consuelo, en saber que su bebé olvidaría, porque la naturaleza era sabia, pero ella era otra historia, cada día de su vida llevaría marcado en fuego en su mente, que había perdido a su hijo. Lo amaba con locura, como se ama a un hijo, pero lamentablemente e ingenuamente creyó que podría con dos responsabilidades.

"En algún momento le fallarás a alguno"

Oh, los padres tienen una especie de sabiduría la cual juntan con los años que caminan por el mundo, los hijos sólo llegan a ser en ocasiones tontos y arrogantes, creyéndose que pueden manejar el mundo con sus manos, poniendo en riesgo cosas tan importantes, al final la víctima de tal arrogancia sólo es el mas inocente.

Observó hasta el final como su niño fue subido a la camioneta casi a la fuerza por una mujer, el pequeño pataleaba y trataba de golpear a la asistente social que le tenía en brazos. No podía decirle a esa mujer que tuviera más cuidado con él, pues ella misma no lo tuvo, ya no tenía ningún derecho sobre su bebé.

Finalmente el pequeño fue introducido en la camioneta, ahora sólo lloraba pegado al cristal del auto, llamándole sin entender porque su madre no le rescataba, porque le separaban de ella.

El auto produjo un sonido del motor y comenzó a vibrar, Sannide levantó su mano derecha y la movió levemente, en señal de despedida a su hijo, el niño lloró con más fuerza entendiendo que se despedían de él, cerro sus ojitos llenos de lágrimas, y negó con la cabeza, como pidiendo que no le castigara de esa manera, Sannide sintió que su corazón se rompía.

La camioneta arrancó y lentamente se perdió entre las calles de Pleasantview, con ella también se perdieron sus sueños y alegrías.


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