Como sabéis los personajes no son míos son todos obra de la reina JK. Si hay algún error en la ortografía lo siento de veras, espero que no se me haya escapado nada. Sin mas, a leer.


Lucius Malfoy apretaba "El Profeta" entre sus manos como si fuera una serpiente pitón ahogando a su presa, su hijo estaba en la mansión por las vacaciones de verano y llevaba un tiempo parloteando sobre la "niña más insufrible de todo Hogwarts"

Narcissa le miraba con una mueca que fingía ser una sonrisa pues por el rabillo del ojo observaba a su marido, tan rojo que parecía que iba a explotar de pura rabia.

-¡OH! ¿Y sabes que padre?- dijo el joven Malfoy- la muy tonta se cree muy inteligente y la mejor bruja de la clase ¡ja! deberías verla en pociones, menos mal que nos da clase el profesor Snape y le baja los humos ¿quién se cree esa hija de muggles? - preguntaba hastiado el rubio

Lucius le dedicó una mirada penetrante y con la voz más calmada que encontró dijo - hijo, deberías sentirte avergonzado de que una sangre sucia te supere en todo-

El niño se enfado - ella no me supera, solo que tiene a los profesores comprados con esa cara de no romper un plato, la favorita de los profesores, la muy sabelotodo ¡es que no la aguanto! -

Narcissa miró a su marido que suspiro y dejando al lado el periódico bebió un sorbo de su copa de vino mientras se levantaba para ir al Ministerio, no sin antes darle una mirada a su hijo - mejor que no la soportes...- Su mujer le miró seria y su hijo cohibido.


Lucius estaba recibiendo su corte de pelo mensual por parte de su elfo domestico, al lado su hijo era peinado con cariño por su madre, que le engominaba el pelo hacia atrás, cuando Draco volvió a hablar.

-¿Sabéis quien tiene el pelo que parece un nido de pájaros?- sus padres le miraron -¡Granger!

Lucius casi se cae de la silla y Narcissa dejó caer el pequeño peine de sus manos -hijo...- Narcissa intentó hacer callar pero su hijo se adelanto.

-¡JA! Su pelo es horrible, se le hace una maraña que le tapa incluso la cara, es incapaz de domarlo, pelo de estropajo, ni quien quisiera tocarlo - Lucius se levanto de golpe de la silla asustando a el pequeño elfo y su mujer.

-¡Pues tal vez un sangre sucia como ella hijo!- y salio de la sala, era mejor irse y calmarse porque sino explotaría, antes de salir escuchó a su hijo decirle a su madre - en su defensa diré que le huele el pelo a flores - y Lucius sintió que le lanzaban una imperdonable.


Estaban tomando el té en el jardín mientras veían a su hijo en su nueva escoba, Lucius le había regalado a Draco la nueva Nimbus 2001 para así facilitar la entrada del muchacho en el equipo de quidditch - muy bien hijo, has mejorado mucho - comentó serio

Draco bajo de la escoba y se acercó -¿sabéis quien es una negada en la escoba? - Narcissa que bebía te casi se atraganta pues sabía como seguiría esa conversación, así que intentando que el nombre de la niña no saliera al aire para garantizar la salud mental de Lucius intentó seguir otro rumbo - ¿Harry Potter? - pregunto con inocencia Narcissa.

Draco rió - Bueno si, no es tan bueno como yo pero no, Rata de biblioteca Granger, es negada papá - Lucius apretaba la taza en su mano con fuerza mientras su hijo se sentaba a su lado y comía unos pasteles - eschf ua boba - dijo con la boca llena soltando miguitas por la boca - ni siguiera la guede lebfantar del suelo - el joven estaba disfrutando los pasteles y tenía los cachetes gordos de tantos que se había metido a la vez en la boca, manía que había cogido en Hogwarts por culpa de los cerdos de sus amigos, trago y siguió hablando - boba, si vierais la cara que pone cuando tiene que acercarse a una escoba - el niño comenzó a reír ruidosamente y Lucius estallo la taza que tenía en la mano haciendo gritar a su mujer y callar a su hijo.

Se levantó y miró fijamente a su hijo -pues la próxima vez que tengáis clases de vuelo procura que se caiga y así no podrá superarte en eso tampoco - Draco bajó la cabeza avergonzado- ah, y no comas con la boca llena, tu madre y yo no pasamos 11 años enseñándote modales para que ahora te hinches como un cerdo a comer - y salió del jardín dejando a su mujer y a su hijo entristecido.

Narcissa miraba la carita de su hijo, le acaricio la cabeza con ternura y le acercó unos pasteles de calabaza que sabía que eran los favoritos de su pequeño - no le hagas caso, es que está teniendo una mala racha en el trabajo- Draco asintió - come cielo...-


Estaban dando un paseo por el bosque cercano a un lago donde pasaban las tardes desde que Draco era muy pequeño, el joven rubio corría despreocupado saltando en la hierba y dando volteretas, en pocas palabras siendo feliz. Narcissa le miraba enternecida -mira a nuestro pequeño Lucius, es tan hermoso - el hombre solo asintió y se sentó encima de una manta que hizo aparecer en el césped.

Draco estaba saltando cuando de repente vio algo pequeño y rápido entre la hierba, sonrió ladinamente, como solo los Malfoy sabían hacerlo y comenzó a acechar a una pequeña ardilla, era un buen entrenamiento para buscador, no había nada mas rápido que una snitch, pero las ardillas eran un gran rival contra esas pelotas así que, se dedicó a acechar y a cazar al pequeño animal, sin hacerle daño claro.

Cuando la atrapó se acercó a sus padres con el animalito en la mano - Papá, mamá mirad he cazado una ardilla - dijo orgulloso

-Vaya, no hay nada mas veloz que esos animalejos- Lucius sonrió de medio lado, igual que su hijo hace apenas unos segundos - serás un gran buscador Draco-

El joven Slytherin sonrió y miró de cerca a la ardilla que abría la boca queriendo morderle para liberarse del agarre del rubio, la miro de cerca y empezó a reír a carcajadas - ¡se parece a Granger! ¡tiene sus mismos dientes! si vierais su sonrisa -

Narcissa se tensó y Lucius se tenso el doble, otra vez, otra vez esa condenada mocosa en la boca de su hijo, Lucius ya estaba harto de ella, harto de su familia, de su inteligencia, de sus rasgos y debilidades que conocía tan bien por culpa de su hijo que ya la veía incluso en un asqueroso animal. Estaba tan harto que se levantó le arrebató el animal de las manos a su hijo y lo soltó con fuerza haciendo al pequeño Draco preocuparse por si le había echo daño.

-Ni una palabra Draco Lucius Malfoy - su padre le apuntaba con su bastón de serpiente muy serio - a casa -

Draco intentó protestar - Pero solo llevamos - la cabeza de la serpiente hizo presión en su barbilla levantándole mas la cabeza.

- He dicho, ¡a! ¡CASA! - y sin mas se adelantó dejando a su mujer apenada y a un hijo confuso.


Estaban en la mansión, como siempre Narcissa y Draco leían un libro y el patriarca de la casa leía "El profeta". Lucius estaba rebosante de paz, como si alguien se hubiera llevado las penas y preocupaciones, hacía un día que su hijo no nombraba a Granger, de vez en cuando contaba alguna batallita pero no duraba mas de un segundo pues cuando miraba a la cara de su padre este se quedaba calladito.

No entendía la obsesión de Draco por esa niña, y eso le ponía los pelos de punta, decidido a ignorar esos pensamientos, siguió leyendo el periódico y una noticia le llamo la atención - vaya, un trol a causado daños en Hogsmade - Narcissa y su hijo levantaron la vista de su lectura - por lo visto tuvieron que reducirlo entre 4 magos -

-Vaya inútiles - dijo la voz de Draco haciendo a su padre mirarle - 4 magos adultos para tumbar a un trol, ¿sabéis quien fue a enfrentarse ella sola a un trol que se coló en Halloween en el castillo? - preguntó el joven como si no fuera obvio.

Lucius sonrió y con ironía respondió - no me digas mas, ¿la señorita Granger?- para Lucius ya era un caso perdido, su hijo se pasaba horas y horas y horas hablando de la chica de padres muggles, se sabía de memoria todas las historias que su hijo le contaba pues lo hacía tres o cuatro veces a la semana.

Draco afirmó rápidamente con la cabeza - la muy boba pensó que podría con el y claramente no pudo, tuvo que ir a salvarla Potter y Weasley... ¡idiota! podría haber muerto- dijo enfadado arrojando el libro a la mesa - idiota cabeza dura...-

-¿y eso que te importa? - su hijo le miró -¿que importa que pase con ella? deberías ignorarla Draco, no es digna de ser nombrada, hija de muggles... sangre sucia...- la voz de Lucius estalla llena de odio y desprecio y eso no gusto a su hijo que se levantó sin decir nada y salió del salón.

- Son niños Lucius - suspiró su mujer cuando el pequeño salió del salón - no entiendes esas cosas...- pero Lucius la interrumpió.

-Mi hijo sabe perfectamente de que familias viene y con quien debe y no debe juntarse - volvió su vista al periódico y Narcissa supo que la conversación había terminado.


Los Malfoy estaban en el callejón Diagón para comprar lo necesario para el nuevo curso en Hogwarts de Draco, en cierta manera, Lucius, estaba contento de que Draco volviera porque así ya no tendría que oír de nuevo las 1001 historias de Granger lo cual era un alivio para sus oídos y cabeza, pero por otro lado temía que Draco se obsesionara de nuevo con ella este año y que recopilara mas batallitas para contar en el verano, pero no quería pensar en eso ahora, no señor.

Había dejado a Draco en Flourish and Blotts mientras el sacaba dinero en Gringotts y Narcisa buscaba unas plumas nuevas y pergamino para su hijo, quedaron en encontrarse fuera de la librería todos y cuando llegaba vio por la ventana a su hijo tapando el paso a un grupo de personas, que al acercarse bien pudo ver quienes eran.

Con paso decidió se acercó por detrás sigilosamente - Vaya Potter, veo que novia - no dejó continuar a su hijo porque puso su bastón sobre su hombro sobresaltando al chico.

- eh Draco se mas amable - apartó a su hijo y miró la cara del joven que tenía en frente, si, sin duda era el - el señor Potter... Lucius Malfoy - dijo ofreciéndole su mano, siendo estrechada por el chico de gafas. Al instante tiró de el para poder ver con claridad eso que anhelaba observar hace tiempo - permíteme - con su bastón apartó el fleco del chico viendo su característica cicatriz - tu cicatriz es una leyenda... al igual que aquel que te la hizo- sonrió

- Voldemort mató a mis padres - dijo Harry separándose del señor Malfoy - no es mas que un vulgar asesino- la ira y repulsión eran notables en la voz de el joven lo que impresionó a Lucius.

- Has pronunciado su nombre, eres muy valiente... o muy insensato - y en ese momento una nueva voz interrumpió la sala.

-Temer un nombre solo incrementa el temor de lo nombrado - Lucius la miró, no había duda, como no reconocerla si su hijo la había descrito con todo detalle este verano.

- Y tu debes de ser... la señorita Granger- ella frunció el ceño, vio a Draco mirarla de arriba abajo con un gesto de asco y asintió - si, Draco me ha hablado mucho sobre ti... y tus padres - Vio a los chicos abrir los ojos, sobretodo a su hijo que se empezó a poner mas pálido de lo que era - me lo ha contado todo... absolutamente TODO, todo el verano, sin parar, ni un solo día - escupió con rencor. Hermione miró roja a Draco que parecía que iba a explotar de la vergüenza en cualquier momento ¿como le hacía eso su propio padre? - te agradecería que no fueras tan interesante para el y dejes de darle motivos para que me cuente tus aventuras con tus amiguitos - miró a su hijo que ya no podía estar mas rojo - ha estado muy pesadito, así que por favor este año intenta no tener muchas aventuras, mi cabeza y yo te lo agradeceremos-

Los Weasley y Potter se reían por lo bajo del color rojo brillante de su hijo y Granger, pero a el no le parecía gracioso, estaba harto de las historietas de la señorita Granger así que lo mejor era cortar por lo sano - vámonos Draco - y salió de la librería con la esperanza de que el mal trago que hizo pasar a su hijo sirviera como detonante a que no se acercara mas a ella para evitar situaciones similares en el futuro. Era un genio, o eso creía el.

Lo que no sabía es que mientras un joven Draco salía a toda prisa de la librería avergonzado y enfadado con su padre y los amigos de la tonta esa que se atrevieron a mofarse de el, la pequeña Hermione tenía un sonrojo en su cara mientras una tierna sonrisa se adornaba en su cara - serpiente boba...-