Regresé o por lo menos, por un tiempo y es que un día que checaba mi perfil, noté que mis historias no llegan a un numero cerrado y me dije, por lo menos termina ese numero y retírate con dignidad jejeje y aquí estoy.
Los personajes son creación de Masashi Kishimoto y las pocas ilusiones –que aún no mueren– nuestras.
Pido prestados los personajes sin fines de lucro.
Los Shifters o cambiaformas son hombres y mujeres capaces de cambiar a una forma animal y sus almas están en armonía como uno solo; viven en clanes y sus clases se dividen –por lo general– en El Alfa: Quien dirige todo; su beta o betas: mano derecha del jefe; los otros alfas y betas y omegas que –también por lo general– son las parejas de alfas y betas, pero no son menos importantes que estos. Esta temática es bien conocida en los libros homoeróticos y para mi total agrado mi autora favorita Marcy Jacks, siempre incluye el Mpreg.
¿La cena o mi compañero?
Por Tlacuilo
Su cama se sentía como el delicioso nido en el que dormía de niño; Naruto no lo recordaba, sin embargo Kushina, su madre, aseguraba que al ser el más pequeño de sus hermanos, estos lo protegían del frio… Al rubio shifter conejo, le gustaba escuchar historias de sus hermanos –su hermana y hermano–, sin embargo también sabía que su mamá se ponía triste al recordar a estos y como habían fallecido por no tener mucho...
Naruto bufó y pateó las cobijas, deseaba estar más tiempo en su forma de conejo, pero debía ir al colegio. El rubio se levantó y a cambio de un conejito blanco, se encontraba un niño rubio de unos diez años, estirándose para desperezarse.
Su madre le dejaba el desayuno listo y Naruto, se puso el uniforme al mismo tiempo que masticaba un trozo de lechuga fresca.
El departamento era pequeño, sin embargo para ellos dos era suficiente. Kushina trabajaba en un restaurante como ayudante y es que a pesar suyo, su aroma atraía a los comensales por lo que tenían prohibido atender mesas y su salario no era muy bueno.
Naruto suspiró armándose de valor para ir a la escuela, no es que en Mandasu* no hubiera otro shifters inofensivos como él, no obstante sus ojos azules y esas marquitas que tenía en su majillas semejantes a bigotes lo hacían un poco o un muy diferente, según se viera, y no es que las burlas que recibía no las contestara, no, el rubio era un shifter pequeño, y poco intimidante, pero no un cobarde. Por eso era apodado Conejito Ninja. Más a la naturaleza no la podía engañar y si un shifter cazador o un Yôkai desconocido se aparecían, si le temblaban un poco las piernas; pero con sus conocidos, lograba detener esa impronta.
Por ejemplo a los chicos de su curso, un shifter can, uno lobo y una pantera. InuYasha, Kohaku y Rin respectivamente; ya no les temía y es que estos no lo molestaban, ni los sentía amenazantes. Ni con sus amigos ni con él; en cambio…
El rubio, dejó su ola de pensamientos y salió veloz del departamento y brincó por las escaleras hasta el suelo, sonrió al pensar que su forma animal le dejaba esos beneficios de la velocidad y destreza. Naruto vio la puerta de entrada de la escuela y sonrió al notar que su amigo de cabello negro ya lo esperaba. Lee –un shifter cocker spaniel con grandes ojos negros– agitaba la mano en su dirección.
El rubio sonrió correspondiendo, por lo que notó extraño que el gesto de Lee variara de inmediato a uno de desagrado; el de ojos azules no tuvo que pensar más en la respuesta, al escuchar el motor de un carro y el clásico…
–¡Hey presa, hoy serás mi almuerzo! –Seguido de risas.
A eso seguía, un par de fuertes golpes de pies sobre el asfalto. Sasuke y Kōga de Roiyaritī** Collage ya estaban en la acera, tapándole el paso.
–Huele a… cena o desayuno con mucho miedo –se burló Kōga acercándose al rubio– ¿No crees Amigo?
El mencionado se cruzó de brazos y miró de soslayó a Naruto.
–Este conejo debería estar en el menú de un restaurante y no viniendo a la escuela…
Chasqueó la lengua el de ojos negros.
Se oyó una voz nada amable, que provenía de un chico que iba llegando, acompañado de otro y otra shifter.
–Y tú deberías de estar en un zoológico, pero no lo estás. La vida es injusta.
InuYasha se colocó frente a Naruto y pidió.
–Ve a la escuela Uzumaki.
–Yo puedo… –se negaba el rubio que si bien temía al par de yôkais que lo amedrentaban, tampoco deseaba verse débil.
–Sé que puedes con ellos, pero déjame el placer a mí. –dijo socarrón el de gorra.
Naruto caminó detrás de Kohaku y Rin, pasando cerca de Sasuke Uchiha y este en un movimiento no esperado, se acercó de improvisto a él y quiso jalarlo, pero no llegó a más, siendo detenido por el brazo de Kohaku, que ya le mostraba los colmillos.
Naruto lanzó un chillido nada digno –en su opinión– y salió corriendo hasta Lee, que lo agarró de la mano y siguió corriendo con él. No eran cobardes, pero si InuYasha les había pedido que no se metieran eso harían ¿O no?
Naruto, ya dentro de la escuela, guió a Lee hasta la Dirección:
–¡Director! –llamó Naruto.
Mushin casi brincó del susto y es que el shifter conejo, no tenía una voz muy delicada.
–¡¿Qué sucede?! –cuestionó alarmado.
–¡Señor, los yôkais han venido a molestar e InuYasha y amigos, los están enfrentando!
El viejo shifter mapache, caminó veloz hasta la entrada y detuvo a su grupo de estudiantes y mandó a los Yôkais a su colegio.
Naruto y Lee habían seguido de cerca a su Director y por eso vieron al trio que ya estaba en la entrada del edificio. Mushin comentó:
––Ya entren a sus clases... y si quieren desquitarse, demuéstrenlo en las competencias.
–¿De verdad podemos…? –dijo InuYasha.
Al ver asentir al anciano, muchos estudiantes corearon felices entre ellos…
–¡Si! ¡Esta vez le demostrare a ese Tengu que brinco más que él! –Lee asintió, sabedor que en el salto de garrocha, Naruto era el mejor del colegio, pero que siempre se quedaba detrás del Tengu de Roiyaritī, que si era probable, pues siendo un demonio pájaro alcanzaba alturas grandes, pero no creían que más que las que alcanzaba el shifter conejo. – Y tú podrás correr a todo tu velocidad. –aseguró el rubio emocionado.
Y es que si bien Lee era un shifter cocker, eso no le impedía que se ejercitara en forma humana y canina, y por eso alcanzaba velocidades impresionantes, para ser un niño.
Con ese aliciente de una competencia justa; cada chico se retiró a su salón de clases.
La mayoría de los deportistas shifter no manejaban un solo deporte y al igual muchos, Naruto era también de otros equipos.
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Contrario a lo que se esperaría la mansión era de estilo moderno; al dueño de esta, no le agradaba nada que tuviera ver con su pasado como bocchan del clan; ese tiempo le traía mucho dolor y remordimientos, pero sobre todo le recordaba que perdió a su pareja predestinada y todo por los prejuicios de su padre.
Pensaba que pudo haber tenido todo… si ese poderoso Dai-Yôkai hubiera estado vivo, su ejemplo de aceptar a una humana como segunda esposa, así lo demostró; sin embargo con su muerte, desapareció su dinastía y la oportunidad de un futuro libre de ataduras por viejos prejuicios.
Él no era señor del clan en ese tiempo que sucedió todo, más a pesar de lo mucho que odió a su padre por no dejarle vivir su vida, sabía que este no estuvo involucrado en la destrucción de ese Ichizoku. Kurama era un yôkai cerrado y arrogante por lo que una emboscada jamás entraría en la forma que batallaba; además, que siempre hizo notar que no le temía a ese fallecido Dai-Yôkai.
Negó lentamente con un movimiento de cabeza y se alistó para esa reunión de clanes yôkai; las odiaba, pero siempre era mejor mantenerse informado acerca de los movimientos de los otros, ahora que su padre había muerto y él tomado su lugar como cabeza de familia. Se permitió sonreír con amargura… ¿cuál familia? ¿Los sirvientes y soldados? Él pudo tener esposa e hijos, pero…. Las diferencias que la sociedad impuso, las usó su padre para separarlo de ella.
Con esa amargura clavada en su ser, el yôkai kitsune, caminó fuera de su oficina, donde sus guardaespaldas y consejero lo esperaban.
–Hace buen tiempo. –comentó su consejero.
–…
–Detesto mojarme o que se mojen los del Ôkami, luego huele a perro en la junta.
Las risas se extendieron por el lugar y si bien el Lord no se rió, si sonrió de lado; apreciaba los intentos de su consejero de distraerle de su melancolía.
…
*Mandasu: Manada.
**Roiyaritī: Realeza.
Opté por no ponerlo en crossover, pues trataré todo lo posible de mantenerlos no tan unidos los dos universos… Oh si, va en el mismo tiempo que mi otro fic Una noche, del universo de InuYasha. Me temo que si tendrán que leerlo; disculpen que las (os) obligue a ello, pero nunca hice una unión como esta y me pareció divertida, además –creo– que las que me siguen, leen todos mis fics, así que ya no sería una obligación… ¿o sí? Jejeje Pero… trataré de mantenerlos lo más separado que se pueda, para los que no deseen leer Una noche ;)
Ofrezco una disculpa, pues noté que he usado al Tengu en otro fics y nunca aclaré lo que son; mi error, pues yo los conozco muy bien y me encantan, pero puede que muchos (as) no, por eso les dejo… Y la imagen de Sasukito Tengu ayudará un poco a que los conozcan.
Criatura típica del folclor japonés. Se dice que los Tengu disfrutan de causar caos y confusión en el mundo de los humanos castigando al vanidoso, molestando al poderoso y recompensando a la persona humilde que no les teme. A veces secuestran a personas y los dejan perdidos en el bosque en un estado de demencia llamado tengu-kakushi, pero a veces también son invocados para que los niños perdidos encuentren su camino a casa. Como varios otros yôkai, los tengu tienen la habilidad de cambiar de forma, y lo utilizan para engañar a los humanos, pero su estado natural es en forma de pájaro. Nacen de huevos enormes y anidan en árboles dentro de los bosques de Japón. Aunque se les asocia hoy en día con cuervos y urracas, la primera ave con la que se les identificó, fue aparentemente el Milvus lineatus, los milanos, que son aves rapaces pequeñas.
