EL arquitecto

Capítulo 1


Es un fic del Tipo Fleur/Harry/Hermione, o Harem de un chico con dos chicas.


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El chico miro hacia adelante, fuego se esparcía por el castillo. Pero el con una mirada fría se mostró imparcial ante lo que pasaba. Decenas de Aurores y estudiantes se batían a duelo con poderosos Mortifagos, los sirvientes de su enemigo Lord Voldemort.

Había ya pasado tanto tiempo.

Pero era ahora, cuando la guerra terminaba, era la hora de que el la termine.

El con sus ojos verdes tan poderosos, capases de leer el pensamiento de cualquier rival con una sola ojeada de las esmeraldas.

Su musculatura, digna de cualquier deportista, consagrada por sus años en el equipo de Quidditch de su casa, además claro de duros entrenamientos y mortales duelos.

La varita en su mano, era la primera que toco y la única que le juro fidelidad ante su primer toque, Harry recordaba bien el cálido viento recorrer cada parte de su cuerpo mientras toco la madera de su compañera tantos años atrás.

Miro a su lado derecho estaba una mujer, dos años mayor que él, todo en ella era precioso. De ojos azules y cabello rubio, con un cuerpo tan perfecto que cualquier modelo Muggle mataría por tener, un aura a su alrededor invisible para el ojo humano que pondría a cada hombre de rodillas, suplicando por su amor. Pero eso era imposible, nadie podía obtenerlo, era de él. Únicamente de él, entregado por ella por voluntad propia cuando la hizo su esposa.

Si su esposa, Fleur Isabelle Potter, antiguamente llamada Delacour, comprometidos por circunstancias más allá de sus poderes, aceptaron el hecho de estar obligados a estar juntos y finalmente se enamoraron y entregaron el uno al otro, hace algún tiempo. Harry estaba agradecido de tener tan impresionante y a la vez amorosa esposa a su lado.

Lady Potter lo dio todo por él, no solo acepto tener que compartirlo con Lady Black, no solo lo apoyo en los peores momentos sin pedir nada cambio, no solo le quito esa soledad que pronto lo hubiera llevado a la locura, Lady Potter, Fleur Potter lo amo, y eso es lo que Harry más agradecía, poder conocer su amor, poder experimentarlo, poder tocarlo.

Era algo tan bello, tan perfecto, y a la vez tan único.

El chico no pudo hace otra cosa que recorrer con sus ojos la figura de su esposa lentamente mientras hacia lo imposible por no relamerse los labios ante la perfección que veía a su lado.

Fleur notando los ojos de su marido sonrió con picardía al verlo.

— Tranquilo amor, cuando termine la batalla iremos a casa donde podrás hacer todo lo que quieras conmigo— provoco ella mirándolo con deseo.

Potter sonrió al escucharla, también tenía una voz hermosa, como la de las sirenas de las leyendas, capaces de enamorar a cualquier hombre con una simple silaba saliendo de sus delicadas bocas, aun así estaba satisfecho por lo que ella dijo, feliz de poder producir deseos en su esposa, seguramente no tantos como los que ella producía en él, pero suficientes para estar orgulloso.

— Pueden dejar de hablar de sexo en una batalla— escucho una voz hermosa a su lado.

Miro a su lado izquierdo, a la mujer que tanto significaba para él, había tanto amor que sentía por ella, y porque no decirlo deseo también.

Era un año mayor que el aun cuando fue su amiga desde que entraron en Hogwarts, siendo seleccionada para la misma casa que el chico, siendo elegida para compartir sus aventuras junto a él. De cabellos castaños que brillaban con la luna, con ojos color miel capases de derretir a cada corazón que le miraran. Y por su puesto una mujer que también se ha ganado con esfuerzo, perseverancia y lealtad su amor. Un amor entregado tanto como lo hizo con su esposa, con propia voluntad aun cuando su voluntad era destruida por tan solo una mirada a la miel de sus ojos.

Su prometida, Hermione Jane Granger, no fue un compromiso obligado como el de Fleur fue decisión de ellos mismos, para demostrar la clase de amor que sentía el uno por el otro. Un compromiso de palabra, nada escrito, pero tan real como una promesa irrompible, al menos para ellos. Harry estaba también agradecido por ella, porque a pesar de todo, sin ella a su lado, apoyándolo incondicionalmente, dándole todo su amor, un amor capas de atravesar el más oscuro de los campos e iluminarlo con la más clara luz, un amor que deshizo la oscuridad de su corazón.

La futura Lady Black, hace años que había cometido un acto de traición sobre él, acto ya perdonado luego de los esfuerzos de ella para redimirse. Aun cuando él la rechazaba, que el la ignoraba, ella peleo, por él, por su amistad, y por supuesto por su amor. Harry aprendió a amarla a tal nivel como a la misma Fleur, aunque siendo sinceros quizás la amaba desde ya mucho antes, y no lo noto, su amistad le nublaba la vista, su conexión y su cercanía cegaban sus sentimientos.

Pero si algo era seguro, era el amor que sentía por ella, tanto amor, tan único como el de Fleur, tan bello y perfecto, tan único y a la vez simple, como si siempre hubiera estado ahí, ciegos por otros temas y nunca lo notaron, pero ahora lo sabían, ahora lo sentían, y nada, ni nadie podía negar eso.

Fleur y Hermione, a quienes ama y quienes le aman. Quienes le amaban a tal nivel que estuvieron dispuestas a compartirlo, compartir su esposo, convertirse en Hermanas con algo más allá de la sangre, hermanas en un sentimiento.

Miro también el cuerpo de la castaña, Fleur era lejos más dotada, pero él la deseaba tanto como a la propia Fleur, ella se sonrojo al ver sus ojos recorrerla, pero una tímida sonrisa se apodero de sus labios al notar los deseos que producía en su prometido.

— Oh no seas así, Hermione...Sé que tú también piensas lo mismo— indico Fleur con picardía.

La castaña se volvió a sonrojo al ser descubierta.

— Basta chicas, no es tiempo— indico él.

Caminaron un poco más y los ruidos de batalla se escucharon.

Chidori—Musito el chico.

De su varita salió un relámpago de gran poder paso por al lado de Sirius Black y que derribo a dos Mortifagos que peleaban con el animago atravesándolos aunque no había heridas en ellos.

— ¡Están sin magia, derríbenlos!—escucho a Kinsgley.

Y luego docenas de ataques golpearon a los Mortifagos que habían sido golpeados previamente por su ataque.

— ¡Mizurappa!—Exclamo Hermione.

De su varita salió un torrente de agua a presión que salió disparada hacia unos Mortifagos, que peleaban con Remus Lupin, unos fueron golpeados por el agua a presión lanzados hacia atrás para luego ser rematados por Aurores y estudiantes, mientras que otros simplemente resbalaron por el lodo creado por el agua y también fueron rematados por estudiantes y Aurores.

Fleur vio que Tonks estaba en problemas peleando junto a unos Aurores contra más de diez Mortifagos.

— ¡Gokakyu!— Exclamo Fleur lanzando una bola de fuego inmensa que exploto cuando choco con la tierra mandando a los Mortifagos hacia a otras por la explosión.

Un pelirrojo y una rubia se acercaban.

— Ron...Daphne— saludo Hermione mientras que Harry giro para verlos.

— ¿Terminaron? ¿Está hecho?—pregunto el pelirrojo ansioso.

La rubia lo contuvo tomándole la mano, Harry contuvo una sonrisa ante eso, no era una novedad del noviazgo de ambos, pero nunca dieron muestras de amor enfrente a los demás, demasiado penosos u orgullosos.

Claro que estar en una batalla a muerte con los Mortifagos pueda cambiar la actitud cohibida de la Slytherin y el orgullo Gryffindor de Ron.

—Está hecho...Voldemort es mortal—indico el chico.

—Debes apresurarte...Dumbledore y los profesores lo encerraron con Bellatrix en el gran comedor, ellos se quedaron combatiéndolos— musito Daphne.

— Y Draco no está aquí— dijo Narcissa Malfoy llegando con su esposo y Arthur Weasley.

— ¿Dónde está?—pregunto Harry.

— Creo que entro...Ginny está en la enfermería y fue a apoyarlos ahí, el castillo está casi tomado, pero la enfermería sigue siendo nuestra— indico Ron.

Harry asintió e ignorando la batalla salió directamente hacia las puertas de Hogwarts.

Blandió su varita como una espada y quitaba a cuanto Mortifago se le ponía en medio, dichos hombres salían volando de un lado a otro, Fleur hacia lo mismo con su capacidad en magia de fuego, Hermione también con magia de agua, Narcissa con conjuros de desarme y de expulsión, Arthur con maldiciones no letales y Lucius con maldiciones de magia negra.

Doblaron la esquina y vieron a tres Mortifagos golpeando con magia los escudos en la puerta de la enfermería.

— ¡Es Potter!—exclamo uno.

Pero fue tarde para él, con un movimiento Harry apareció frente a él y lo colgó del cuello para lanzarlo hacia una pared. Dos rayos verdes se precipitaron hacia el chico, pero había desaparecido del lugar, para aparecer junto a los otros dos Mortifagos.

Chidori Nagashi—musito el chico.

De su varita salió una corriente eléctrica que tomo a los dos Mortifagos desprevenidos y los electrocuto en unos segundos.

Las barreras cayeron y la puerta de la enfermería se abrió, vio a la enfermera ignorar la batalla mientras trataba de curar a unos cuantos heridos, giro hacia Draco que estaba al lado de una cama, junto a la figura de Ginny quien tenía la cabeza vendada tomándole la mano. A su lado estaba Molly quien miraba a su hija con pena y orgullo.

Los ojos de Ginny le miraron con alivio y esperanza al verlo, y Draco giro y lo vio con los demás. Harry vio que Neville y Tracey estaban también ahí, el chico estaba en una cama descansando con su cabeza vendada y Tracey a su lado, él le sonrió y Harry asintió con la cabeza al ver a su querido amigo y su prometida.

— Harry— musito el rubio esperanzado.

Potter asintió y vio que Narcissa corrió hasta su hijo siendo seguida por su esposo y lo abrazo con fuerza, Arthur llego hasta Molly y miro a Ginny con una sonrisa.

Fleur alcanzo a Poppy para ayudarla con los heridos.

— ¿Te quedas Fleur?— pregunto Poppy.

Al ver la cantidad de heridos la chica francesa se lamentó al negarse.

— Debo estar con mi esposo Poppy— índico ella.

La enfermera asintió, y no dijo nada para convencerla de lo contrario.

— ¿Que paso querida? — musito Narcissa dejando a su hijo para ver a Ginny quien le sonrió algo débil.

— Estoy bien— indico la chica.

Narcissa asintió.

— Claro que lo estas, las mujeres Malfoy deben ser fuertes, al igual que las futuras mujeres Malfoy...Sino no podríamos con nuestros maridos— índico la rubia con una sonrisa.

La pelirroja rio un poco con suave voz ante lo dicho por la otra mujer. Y Molly alzo una ceja mirando a Arthur quien sonreía extensamente.

Lucius y Draco por otro lado parecían de lo más ofendidos.

Harry miraba todo y cabeceo. Sin decir más se dio vuelta y salió de la enfermería.

—Voy contigo— dijo Draco dispuesto a irse con él.

Potter negó.

— Tu deber es con Ginny, quédate a su lado, me encargare del resto— índico Potter.

Draco cabeceo, sinceramente no le importaba la guerra en estos momentos sus pensamientos estaban únicamente con la mujer herida en la cama.

Fleur y Hermione lo siguieron primero hasta el cuarto de Gryffindor, donde eliminaron a la mayoría de Mortifagos, encontraron a un par de alumnos peleando y los metieron en el cuarto aunque se quejaran.

Siguieron el camino hasta Slytherin y vieron que no había Mortifagos, aunque quizás no creyeron necesario atacar la casa de Slytherin. Pusieron un gran escudo para que los alumnos no se vayan.

Siguieron hasta la casa de Hufflepuff, la puerta estaba cerrada y ningún Mortifago estaba por el lugar, por otro lado los Hufflepuff tan leales debieron ir todos a la batalla, dejando solo a los primeros años, Harry suspiro y Fleur uso un escudo en la puerta.

Siguieron su camino para ver a diez Mortifagos atacar la estatua de la casa Ravenclaw.

— ¡Orbis Aureus! — Exclamo Hermione y un círculo grande de magia dorada salió de su varita y apreso a un Mortifago dentro de él, dicho Mortifago sintió los huesos siendo triturados al tratar de quitarse la magia de encima.

— ¡AVADA KEADABRA! — Lanzaron los demás.

Pero los rayos verdes jamás llegaron a tocarlos, ya los tres desaparecían del lugar, aun cuando eso era imposible en Hogwarts, Los Mortifagos trataron de aparecerse lejos también, pero les fue imposible.

— ¡Karyu Endan! — Exclamo Fleur lanzando una llamarada de dragón de su varita eliminando a la mayoría de los Mortifagos incinerándolos.

— ¡Reiza Sakasu! — Exclamo el chico y de su varita salieron decenas de relámpagos golpeando a los Mortifagos que quedaban.

Los Ravenclaw abrieron la puerta y Harry vio a Terry Boot y Cho Chang venir.

— Solo están los de cursos menores— indico Cho.

— Métanse adentro, pondré una barrera— indico Potter.

Terry y Cho asintieron.

Luego de usar el escudo salieron para el gran comedor.

Había un enorme escudo en la puerta y Hermione asintió y apunto con su varita. La puerta tembló y una tinta roja apareció en el escudo antes de romperse con el ruido de un cristal, la puerta se abrió.

Miro adentro mientras entraba con Fleur y Hermione. En un lado del cuarto, Bellatrix estaba en un duelo con Snape, mientras que en el otro lado Voldemort tenía el suyo con Dumbledore.

Todos giraron para verlo, Harry cerró la puerta y apunto con su varita.

Gogyo Fuin—musito Potter.

El hechizo golpeo a la puerta y una pared blanca apareció cubriéndola. Voldemort lo vio con furia, Bellatrix trago saliva por alguna razón. Mientras que Dumbledore sonrió y Snape suspiro.

— Estas listo. Voldemort— dijo Potter.

— ¿Listo? —pregunto Voldemort.

—Para morir— termino Potter lanzándose a velocidad sobre el Dark Lord.

Quizás se pregunten como paso esto.

Todo el mundo conoce la historia de Harry Potter, cierto.

Aquel Harry Potter que venció a Voldemort en el valle Gordic.

Aquel Harry Potter que derroto a Voldemort que poseía al profesor de artes oscuras Quirinus Quirrell.

Aquel Harry Potter que venció a un basilisco en la cámara de los secretos, salvando a Ginny Weasley.

Aquel Harry Potter que venció a cientos de Dementores que amenazaban su vida y la de su padrino.

Pero en realidad hay mucho más, porque su verdadera historia comenzó en su cuarto años, cuando fue abandonado por sus amigos y metido en un torneo contra su voluntad.

Fue donde paso.

Donde el arquitecto nació

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FIN DEL CAPITULO