Le perteneces

Sentada en el borde de la cama de mi habitación miraba fijamente mis manos, eran suaves y generalmente cálidas... Pero jamás quisiste tomarlas.

No podía evitar llorar, las lagrimas brotaban de mis negros ojos. Esos negros ojos que jamás analizaste, aquellos en los que nunca te perdiste.

Mi respiración se ajito aun mas y sentí pena por mi misma, jamás creí decirlo, pero perdía ante ella.

Siempre, desde que te conocí, nunca pensé que no seria nada, nunca imagine que llegaría ella. Tal vez, si la hubiese conocido antes, no hubiese tenido esperanza ya que ella era perfecta y junto a ti, eran únicos.

Mis amigas siempre me dijeron que eras mío, que te traía loco y cosas por el estilo. Tal vez lo dijeron por compromiso o tal ves se veía cierto, pero sea como sea jamás los vieron juntos.

Recuerdo que cuando la conocí pude verlo, vi como la mirabas, con cariño de una forma que jamás me dedicaste. Si, esa vez lo supe pero no quise creerlo pensé que tal vez yo importaba mas que ella.

El solo pensar en ella me entristece, en sus ojos perlas, en sus largos y perfectos cabellos azulados y en su hermosa y pálida piel. Nunca la conocí personalmente, pero si algo sabía era que su personalidad te enloquecía.

Me levante, todavía con lagrimas en los ojos y me mire en el espejo. Mi cabello corto y castaño estaba revuelto y mis oscuros ojos estaban totalmente hinchados, mi bronceada piel estaba roja y mojada gracias a mis lagrimas.

- Ja – me reí si ganas al pensar que siempre me había creído linda, siempre pensé que eras mío. Me enfermaba el saber que no era como yo siempre creí, me había dado cuenta de que el "tu y yo" no existía y jamás lo hizo... Solo eras para ella.

Primero eran simples conocidos hasta que llegaron a una amistad, luego cada vez más cercanos y al final eran "gaara y hinata" dos en uno, uno en dos...

En mi mente, pasaron recuerdos tuyos. Como cuando te conocí como mi sensei, cuando comprendí que eras único, cuando reviviste, los regalos que me dabas en mis cumpleaños, las celebraciones y demás... pero ninguna vez te vi tan feliz, nunca antes te había visto sonreír con una radiante sonrisa, con una gran felicidad que llegaba a tus ojos. Jamás te vi así, solo cuando la mirabas a ella

Emití un quejido, ya no había vuelta atrás. Ahora no puedo pensar más en ti, si es que no se encuentra ella, ahora son solo "tu y ella" ahora son ustedes y no habrá lugar para mi...