Si, si! Aquí llego con una nueva história de NARUHINA! jaja si es que, no puedo parar, en cuanto termino una, tengo que ponerme enseguida con otra :P y es que sinó, que hago en mis tiempos libre eh? ;)
Puues bien, aquí llego con una historia que os sonara mucho, ya que esta BASADA en el manga de Hana Yori Dango. ESPERO NO HABER ESCRITO ESTA HISTORIA CUANDO ALGUIEN LA TENÍA ANTES. :p y se basará en esa trama, pero no exactamente igual...ya lo veréis XD tendrá un poquito de lemon :P
Y bueno, no me enrollo más y espero que os gusssste jeje
Disclaimer: Naruto pertenece al fantástico Kishimoto, yo sólo tomo prestado sus personajes para crear mis propias historias. Muchas gracias, Kshimoto-san
Chicos antes que flores
Capitulo primero
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Hinata se puso bien sus gafas de ver, y, respirando profundo, dio el primer paso que la adentraría en aquel majestuoso instituto.
El Instituto Konoha
Uno de los institutos más caros de todo el país y con la mejor reputación, recomendado para todos los adinerados del mundo y dirigido por una de las personas más bellas, amables y rica del mundo, Tsunade Senju.
Un instituto para multimillonarios.
-Wuoo-exclamó ella al entrar incrédula ante esa entrada. Con cuadros enormes y de personas muy antiguas, grandes columnas de mármol, un suelo brillante y pulido, mesas y muebles de madera muy fina, ventanas muy grandes y luminosas, decoradas con delicadas cortinas de seda, un techo súper alto pintado con ángeles…
-Esto parece un palacio…-siguió caminado, mirando mientras el mapa para guiarse a su clase-esto es…-giró el mapa- o estoy aquí…?-se rascó la cabeza, confusa.
Cuando vio a un chico pasar, aprovechó para preguntarle, pero este pasó de ella, luego a otras chicas pero tampoco le hicieron caso. Bufó frustrada.
Que le pasaba a esa gente?
No.
La pregunta correcta era, qué hacía ella ahí?
Oh! si, ya lo recordaba.
"-¡¿QUÉ!?-gritó Hinata más que sorprendida
Su hermana y su madre aplaudieron, felices mientras su padre asentía, con su, siempre, serio rosto. Pero ahora, la pregunta era, que estaba pasando?
-¡No es genial One-chan!-exclamó Hanabi- A partir de mañana asistiras al prestigioso…- y su madre le mostró un uniforme- ¡al INSTITUTO KONOHA! ¡Mira, mira!-se acercó su hermana con el uniforme- no es lindo?-
Hinata lo miró, extrañda y volvió a mirar a su madre.
-¿Qué?-
-Nee.. no te hagas Hinata-chan-dijo su madre acercándose-que sabemos que te hace ilusión-
-¿Ilusión?-
-Ahora que vas a ese instituto.-habló Hiashi- tienes que aprender a comportarte Hinata-
-P-pero…-
-Es un instituto muy prestigioso al que asisten personas muy importantes y adineradas.-su madre agarró el uniforme y lo dejó colgado-Pero gracias a la beca solicitada, podrás asistir sus clases!-
-Y te convertirás en una mujer de éxito.-habló su padre.
Los tres se sentaron alrededor de la mesa para empezar a comer. Hinata les miró, pasmada.
¿Qué asistiría a dónde? Cuando? Porque?
-Vamos nee-chan, la cena se enfría- y palmó el cojín para que se sentara.
Hinata, que volvía de salir con su amiga Tenten, disfrutando del último día de fiesta de vacaciones de verano, se sentó y, agradeciendo la comida, empezó a comer.
De repente alzó la cabeza, dándose cuenta de a dónde iría. Se atragantó con la comida y miró a su familia.
-¿HUH?-"
Suspiró.
Y ahora se encontraba, precisamente en el lugar en que menos había deseado estar. El instituto Konoha. Un instituto hecho para y por niños ricos.
Suspiró de nuevo.
Papa…mama….¿por qué me hacéis esto?
-Aparta- dijo alguien tras ella.
Hinata se volteó y tuvo que alzar la cabeza para observar el rostro del chico. En ese momento, lo único en lo que pudo fijarse fue en su cabello rubio y rebelde y sus ojos azules.
Qué lindo…
El chico en cuestión rodó sus ojos, y de un empujón la apartó, haciendo que se tambaleara.
-¡Eh!-exclamó ella, poniéndose sus gafas bien con el ceño fruncido.
Dos chicos seguían a ese chico y Hinata, en el momento en que les vio, pensó que debían de ser los hombres más atractivos que había visto. Uno moreno de ojos castaños, alto y con una coleta recogiendo su cabello; otro de cabello negro, puntiagudo, de piel muy blanca y ojos muy negros. Los tres iban muy bien trajeados y seguidos de tres personas más.
-Increíble…-murmuró- esos chicos deben ser muy populares-y frunció el ceño-pero unos cretinos
-Oh my god.
Cuando Hinata se volteó se encontró a tres chicas, vistiendo el uniforme de una forma bastante…suya.
-A-anno…qu-quienes sois?
La chica del medio soltó una risa corta, irónica.
-Cierto. Aún no nos hemos presentado-y poniéndose de lado-yo soy Ginger- la otra chica hizo otra pose- Miranda- y la otra igual- Sunny.
-Nosotros somos, las tres bellezas de Konoha.
¿Bellezas?
Volvieron a ponerse bien y cruzarse de brazos.
-Tú eres la pobretona que ha sido aceptada en esta escuela-y la examinaron de pies a cabeza, negando- ¿Cómo ha podido la escuela aceptar a una becada?
-¿Eh?
-Hace poco emitiste un sonido muy desagradable- se acercó Ginger, cruzada de brazos- acaso no sabes quienes son los F3?
Hinata separó los labios, para responder.
-No.
Las tres chicas rodaron sus ojos y negaron de nuevo, mirándola.
-¿Por qué? ¿Son importantes?
Ginger rió con sarcasmo.
-Se nota que es una pobretona-y se alejó
-No te acerques a ellos- masculló Sunny, siguiendo a su amiga. Miranda la miró de nuevo y con un gesto de cabeza, se alejó, siguiendo a sus amigas
Hinata las siguió con la mirada.
-Hay gente muy rara aquí.
Y volviendo a mirar el mapa, consiguió llegar por fin a su clase. Aunque supo, que por las miradas que le mandaron sus compañeros de clase, allí no era bienvenida. Pero ella entró, decidiendo ignorarles.
Pienso pasar todo el curso desapercibida.
El profesor entró, uno de cabello plateado y bastante atractivo, llamado Kakashi. Aquel sería su tutor.
-Increíble…-murmuró Hinata.
Y es que, una vez terminadas las primeras clases, Hinata decidió ir a almorzar en la cafetería del instituto.
Jamás pensó que aquello fuera tan grande. Con aquellas grandes ventanas, muchas mesas con copas, cubiertos, y deliciosos platos llenos de comida. EN una mesa aparte, unos chefs ponían bandejas repletas de comida, una comida que realmente tenía una pinta estupenda.
Pero, dado a su presupuesto, no podía permitirse un almuerzo así, así que agarrando su bentou con fuerza, se encaminó a una de las mesas. Buscó una alejada, que estaba cerca de unas escaleras que daban a un segundo piso, pero poco le importó, ya que la comida de su bentou era más importante que lo demás.
-Que aproveche-y cuando se llevó el primer trozo a la boca, un gran escándalo la distrajo.
Un poco más alejado, un chico yacía en el suelo y cubierto de comida. En frente se encontraba aquel tipo que al principio le había empujado. Frunció el cejo, pero se asombró cuando este se agachó y agarrando del cuello de su camisa al chico, empezó a golpearle.
Los otros dos siguieron su camino y subieron las escaleras que llevaban al piso de arriba. Hinata les miró sorprendida, porque no detenían a ese tipo?
Volvió a mirar al rubio cuando este se alzó, y aflojando la corbata de su traje y pasándose la mano por su cabello, pasó por encima del chico y se alejó. Hinata le siguió con la mirada.
¿Qué habría pasado?
Miró al chico, que se alzaba del suelo con dificultad, sujetándose de su vientre, con sangre en su labio y un ojo hinchado; su camisa tenía una gran mancha de algo.
El chico se desplazó, tropezando a cada rato. Hinata quiso ir a ayudarle, pero dos de sus amigos le cogieron y acompañaron.
Ella volvió con su comida, mirando de reojo a los que se encontraban en el piso de arriba.
Ellos eran los F3? Y que significaba F3?
En un restaurante…
-¿f3?
Hinata asintió, mientras limpiaba una de las mesas del restaurante.
-Que nombre más raro- dijo pensativa su amiga Tenten-¿ y como son?
Hinata agarró los platos y los dejó sobre la barra; suspiró.
-Verdaderamente atractivos- Tenten sonrió- pero no parecen tener muy buen carácter.
-¿Por qué?
Hinata se apoyó en la barra, recordando.
-Uno de ellos le dio tremenda paliza a un chico del instituto.-Tenten se sorprendió- los otros dos no hicieron nada para pararle- suspiró de nuevo, recordando al chico malherido-esperó que se encuentre bien.
Agarró los platos y se los entregó al cocinero. Tenten apoyó su brazo sobre la barra, pensativa.
-Me gustaría verlos por una vez. Deben de ser tremendamente lindos- Hinata rodó los ojos, pero sonrió. Su amiga era demasiado soñadora.
La puerta se oyó y entraron más clientes.
-¡Bienvenidos!- exclamaron las dos
Al día siguiente…
Hinata entró al instituto, encontrándose con un gran grupo de chicas y chicos. Intentó pasar por los lados; y lo consiguió cuando estos se pusieron a exclamar.
-¡F3!
-¡Son F3!
Hinata se detuvo y volteó a mirar. Por la puerta entraban aquellas tres personas, engalanadas con trajes que les iban a la perfección, zapatos de piel y joyas muy caras.
Hinata observó al te cabello rubio. Ese chico era…tan raro. Si, era alto y atractivo, pero seguro que era una persona que siempre lo conseguía todo.
Un niño consentido.
Decidió alejarse de ahí, pero cuando escuchó una exclamación, se volteó de nuevo y sus ojos se abrieron sorprendidos. El chico rubio había estampado en la cara de una chica un pastel.
-¡Pero que…!
El rubio agarró un pañuelo de las-que por casualidad estaban ahí-las bellezas de konoha y luego lo tiró al suelo. Cuando se alejaron Ginger rápidamente se agachó para coger su pañuelo y admirarlo con devoción.
El rubio y los otros dos pasaron delante de ella. Los ojos azules de él y los blancos de ella se encontraron por unos segundos. Luego él siguió con su camino y Hinata apartó la mirada, frunciendo el ceño.
¿Pero que se pensaba ese tipo?
Aunque aquello no fue lo peor no. Pasada una semana de estar ahí, jamás pensó ver tanto golpes, tantos problemas, tantas risas, tanta…tontería. Ese chico hacia lo que se le pegaba en gana y los demás no hacían nada. Únicamente se quedaban mirando, riendo, golpeándole también, fastidiándole.
Miró, desde su sitio en la cafetería al chico rubio, riendo con sus amigos.
-idiota- masculló, abriendo su bentou- como puede la escuela dejar a un alumno hacer tal magnitud de cosas-destapó su bentou y sonrió-gracias mama!-agradeció al ver gambas en su bentou.
Le encantaban.
-¿Qué es eso que huele mal?
Hinata siguió comiendo mientras tres chicas se acercaban. Una de ella se inclinó y olió. Se alejó de nuevo, tapándose la nariz.
-La comida de la pobretona apesta- dijo Ginger
-Cómo puedes traer esto…-dijo asqueada Miranda.
-¿Por qué no comes como los demás?-preguntó Sunny
Hinata las miró, y con la boca llena les respondió.
-No puedo pagarlo- y siguió comiendo. Las tres rieron, de esa forma que ponía los pelos de punta, pero de molestia.
-Era de esperar, para una pobretona como tú.
Ginger agarró un pote de colonia y empezó a echar por el aire, sobre su comida, Hinata la cubrió mientras ella seguía echando.
-Mucho mejor- dijo Sunny, oliendo el perfume
-Bye, bye, pobretona- y las tres se alejaron riendo.
Hinata agarró un trozo de tortilla y lo olió, esperando que no se le hubiera pegado ese olor tan fuerte a colonia.
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-Pobretona, pobretona.-repitió Hinata, paseando por el enorme patio del instituto.-no saben decir otra cosa o qué?-
-¡Allí! Allí!
-¡Es él!
-¡Graba!
Hinata se volteó al escuchar el grito de muchas personas. Se acercó al gran grupo.
-¿Es Okani no?
Más cuando miró hacia lo hacían los otros chicos, sus ojos se abrieron como platos. Había un chico de pie en una de las barandas de piedra de la terraza.
-¡¿Pero que hace?!- y salió corriendo; subió las escaleras a toda prisa y cuando llegó arriba y abrió la puerta, se sorprendió que llegaba tarde y corrió de nuevo-¡ESPERA!- Y con medio cuerpo fuera, aguantando al chico con mucha fuerza, tiró de este.
-¡Mira!
-Está loca.- empezaron a murmurar los que estaban en la terraza, que sacaban sus móviles para grabar.
-Va…mos…-dijo con dificultad, tirando del cuerpo hacia la terraza. Inconscientemente miró abajo y al igual que atrás, todos grababan con sus móviles. Cerró los ojos y volvió a tirar del chico –Okani! Ayúdame!
Pero el chico seguía con la cabeza baja y sin decir palabra.
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Mientras, desde abajo…
-¿Qué está haciendo?
Sasuke sonreía mirando la escena y Shikamaru a su lado, leía un libro. Naruto miraba a la chica que tiraba del chico y que finalmente logró meterlo en la terraza.
Frunció el ceño.
-¿Quién es?- volvió a preguntar.
-Hinata Hyuuga. Es la becada de primero. Su padre es Hiashi Hyuuga, funcionario y su madre, Hana Hyuuga, ama de casa. También tiene una hermana pequeña que va a primaria. Hanabi Hyuuga.
Naruto miró a su amigo con la ceja alzada. Sasuke le miró, sonriendo.
-Un gracias me valdría.
Naruto rodó los ojos y volvió a mirar hacia la terraza.
-Traédmela- y con sus majestuosos pasos entró a la escuela.
-Déjamelo a mí- dijo Sasuke, adelantándose. Shikamaru, echó una última ojeada a la terraza y luego volvió a su libro.
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Mientras arriba…
Hinata respiraba agitada; cansada de ese esfuerzo.
-¿Por qué lo has hecho?-Hinata le miró. Okani yacía en el suelo, con los brazos estirados a ambos lados y mirando el cielo-¿por qué me…por qué me salvaste?
-¿eh?-el chico se incorporó en el suelo.
-¿Por qué me cogiste?
-Anno…ibas a tirarte...no?- y los chicos que aún se encontraban ahí rieron. Hinata les miró extrañada, y volvió a mirar a Okani- ¿por que…por eso…?-y señalándose su propia cara, refiriéndose a la sangrada del chico, éste mismo sonrió-n-no te preocupes…aquí hay una gran, gran enfermería. Ahí seguro que…
-No lo entiendes, ¿verdad?-Hinata ladeó la cabeza y él volvió a sonreír, irónico- es preferible morir a soportar….una tarjeta roja.
¿Tarjeta roja?
Los chicos volvieron a reír y ella frunció el ceño.
-¿Te hizo algo esa tal…tarjeta roja?- y volvieron a reír, junto con el chico herido.
-Mejor vete.-le dijo mientras se incorporaba con dificultad-no te hará bien estar conmigo- y agarrándose del costado reanudó su camino. Hinata también se alzó.
-Pero estás herido.-y se paró delante de él- te acompañare a la enferm…
-No- gruñó él- ¿acaso no lo entiendes? ¡Vete! No te acerques a mí.
Hinata le dejó pasó, incrédula.
-Nadie puede ayudarme- murmuró Okani mientras los chicos reían aún más. Hinata los miró, molesta.
-¿Por qué reís tanto? ¿¡Acaso tiene alguna gracia ver como uno de vuestros compañeros se tira desde una terraza!?-puso los brazos en jarras.
-¡cállate pobre!
-Se nota que no conoce a los F3.
F3?...
Y lo entendió todo. Se volteó y se paró delante de Okani antes de que saliera
-¿Esto es cosa de esos infames del F3?-el chico se sorprendió –ellos te hicieron…todo eso...-se cruzó de brazos- pero esto…¿por qué les dejáis? ¿Por qué dejáis que hagan lo que quiera? Solo son un grupo de inmaduros e insensibles que-que…si yo fuera tú me vengaría.
Los demás empezaron a murmurar.
-Y no solo eso no…les daría la paliza de su vida a cada uno. Les comentaría a sus padres lo que hacen y los castigaría. Jamás permitiría que me hicieran algo así.-y miró a Okani- y tú tampoco. Eres un chico no? un chico debe afrontar las cosas de frente, sin miedo a nada, superándose cada día y…-pero calló al ver al chico sonreír de medio lado- y ahora porque...?
-Tarjeta roja Hyuuga- y se dejó caer en el suelo-cuando te ponen una tarjeta roja en la taquilla…-la miró- estás muerta.
Los demás, cansados de la conversación fueron entrando.
-Una tarjeta roja…esa tarjera significa…-bajó su cabeza- que todos los alumnos de este instituto, pueden hacer contigo lo que quieras-sonrió de nuevo- te golpean, te tiran cosas, te rompen, te roban….no puedes escapar de eso, hasta que ellos, los F3, te la quitan.
Hinata miró al chico, pasmada ante la historia. Tarjetas rojas, golpes, robos…pero que era ese instituto?
-Nadie en ese momento puede ayudarte, en realidad no quieren, puesto que también podrían ponerles una tarjeta a ellos por tu culpa- y recordó a sus amigos-nadie puede ayudarme…
-Anno… -Okani la miró- ¿puedo decirte algo?- este asintió y Hinata se arrodilló delante de él.-todo eso no son más que tonterías. Tonterías sin sentido e infantiles. Tonterías inventada por tontos.-Okani se sorprendió- Tarjetas rojas…que estamos en un partido o qué?-negó, incapaz de creerse eso- Sabes lo que haría yo…primero, soltarles todo lo que llevo guardando y segundo…pegarles –se paró en pie- crees que vale la pena tirarse desde la terraza porque un grupo de niños ricos te amenazaron, porque te estén golpeando en la escuela?-se cruzó de brazos, con sus mejillas sonrojadas y mirando a un lado-tú vales mucho, Okani-san, tu vida es muy preciada. No la gastes de esa forma con esos tipos...
-Hyuuga…
- Que se creen que por ser ricos pueden hacer lo que se les pega en gana. Si yo…si yo fuera rica…
-Hyuuga.- ella le miró y él, sonriendo asintió-mira tras de ti.
Hinata le miró unos segundos extrañada, luego se volteó y se encontró una camisa negra; alzó la cabeza y su boca fue abriéndose poco a poco, formando una O. Se volteó otra vez, mordiéndose las uñas.
-Okani-san…tengo que irme-hizo una leve inclinación con la cabeza y pasó por al lado del chico que estaba tras ella, pero terminó agarrándola del brazo. Ella le miró mientras él sonreía-casi como un demonio- tragó saliva.
-Usted es…
-Uno de los infames, inmaduros e insensibles F3.-respondió Sasuke.
Hinata miró al suelo, cerrando sus ojos con fuerza. Ya todo estaba perdido.
Sasuke llevó por toda la escuela, agarrándola de su brazo. Hinata podía sentir las miradas de las chicas, algunas llenas de celos y otras…riendo de lo que le podía pasar ahora, burlándose de ella.
Intentó soltarse, pero este la agarró más fuerte y ella bufó.
¿¡Por que siempre tengo que meterme en estos follones!?
-A-anno…Uchiha-san…a dónde…?
Le vio sonreír de nuevo de esa forma y un escalofrío la recorrió. En el tiempo que llevaba viendo actuar a los F3, a lo que más había temido era aquella sonrisa tan cruel y sardónica.
Sasuke aceleró el paso y de repente, la empujó contra una columna y apoyó ambas manos al costado de su cabeza; inclinó su cabeza hasta estar muy cerca de su rostro.
-¿Q-qué hace?-murmuró con sus mejillas sonrojadas y la mirada baja.
-Yo puedo ayudarte.
Hinata alzó un poco la cabeza, mirándole.
-¿Eh?- Sasuke alzó su rostro por el mentón y acortó la distancia a sus labios. Antes de que pudiera hacer algo, Hinata puso las manos sobre su pecho y le apartó, bajando de nuevo la cabeza.-N-no haga eso…por favor- y cerró sus ojos, avergonzada.
Sasuke la observó detenidamente y otra sonrisa surcó su rostro. Se alejó, metiéndose las manos en los bolsillos.
-Te di una oportunidad para librarte de eso pero…-la agarró de nuevo del brazo y siguieron el camino.
Hinata tuvo que dejarse arrastrar hasta la cafetería, donde esperaban casi todos los alumnos del instituto. Cuando Sasuke pasó, la gente le dio paso y la soltó cuando llegaron al medio.
Hinata se frotó el brazo, mirando a todos los alumnos extrañada.
-¿Por qué has tardado tanto?- Hinata observó a los tres F3. Naruto, sentado en un cómodo sillón en el centro, Shikamaru en otro, leyendo un libro y Sasuke, que se acababa de sentar en otro.
-Tenía cosas que hacer-respondió el pelinegro, tan pasota como siempre.
-Más te vale que no hayas hecho nada-le amenazó Naruto, para luego, mirarla a ella.
Hinata bajó su cabeza, sonrojada. La mirada de ese chico la ponía nerviosa.
-Así que Hyuuga…-Hinata sintió su mirada recorrerla de pies a cabeza- no eres gran cosa.
Hinata cerró sus manos en puños. Naruto se alzó del sillón y se acercó con pasos elegantes y lentos hacia ella.
-¿Cómo alguien tan pequeño como tu puede sujetar un cuerpo de 70 kilos?- y cuando dijo eso, lanzaron a Okani al suelo. Hinata le miró preocupada, todavía tenía todas esas heridas y sangre en su rostro.
Okani en el suelo, la miró y sonrió un poco.
-L-lo…siento…
Hinata le miró extrañada.
-¿Te crees que eres la mujer maravilla?-preguntó con burla Naruto, agarrándola del brazo-¿por qué demonios te metes donde no te llaman?-Hinata movió el brazo, que empezaba a dolerle.
-S-suéltame-dijo mientras intentaba soltarse de ese agarre intentando sacar esa mano, pero Naruto la agarró más fuerte y se inclinó, acercando su rostro al suyo y ella se detuvo.
-¿Acaso no conoces las normas de este instituto? Quien ayuda, paga- y la soltó de mala manera, haciendo que se tambaleara.
-N-no…-se incorporó y levantó Okani, con mucha dificultad.-ella no…
-¡Cállate!- gritó uno de los alumnos golpeándole en el vientre.
-¡Okani!-se agachó ella a socorrerle-Okani…-le ayudó a voltearse e incorporarse en el suelo-Te ayudaré…
-No…
Naruto volvió a su sitio y mirando a todos, que asintieron, sonrieron.
-Vamos. No podemos dejar….-pero antes de que pudiera continuar, alguien le tiró un huevo en toda la cabeza.
Los alumnos rieron y tras eso, le lanzaron más y más, dejándole el uniforme y el cabello lleno de huevos.
-Hyuuga vete…-murmuró Okani- vete de aquí…
-¡Eso es vete!
-¡No te queremos aquí!
-¡Pobretona!
-¡Fea!
-¡Bruja!
Y más y más insultos y algún que otro huevo. Cuando Naruto alzó la mano, todos se detuvieron. Hinata seguía arrodillada en el suelo, cubierta de huevos.
-TMás…-susurró, alzándose del suelo-tirar más.-se quitó algunas cascaras de encima, mirando con odio a todos los que había allí- ¡Vamos! ¡hacedlo más!- pero ninguno de ellos se movió y Hinata se mordió el labio, evitando ponerse a llorar-tiradme más cosas…!
-La pobre no tiene suficiente- dijo una
-Habrá que darle lo que quiere.
Hinata se quitó sus gafas, que se habían llenado de huevo y las guardó en su bolsillo. Su cabello trenzado, su uniforme…Miró a Naruto, apretando sus puños con fuerza.
Ya no lo aguanto más.
-Idiota- masculló mirándole con rabia- eres el rey de los idiotas.
Los alumnos exclamaron sorprendidos, Sasuke sonrió y Shikamaru alzo la vista del libro.
-Hyuuga…-murmuró preocupado Okani.
Naruto alzó una ceja.
-Te crees que por tener más dinero puedes ir por ahí insultando a cualquiera que pase por delante? Eso solo lo hacen los idiotas, la gente como tú, que no tiene respeto ni sentimientos por nada. Una basura.
Más exclamaciones se oyeron, pero a Hinata poco le importó y siguió aguantando la mirada a Naruto.
-Gente como tú en el mundo es lo peor que puede existir.-apretó sus puños y miró a un lado- gente como vosotros deberían morir.
Y más exclamaciones y murmureos de los alumnos.
-¡Cierra la boca!-gritó uno lanzándole otro huevo, pero Naruto se alzó, provocando que todos se detuvieran. Se acercó de nuevo y cuando paró delante de ella, Hinata le miró, todavía furiosa.
-¿Algo más que añadir?-preguntó él, en un tono serio y frío. Pero Hinata no se acobardo.
-No me importa si eres el primogénito de un imperio financiero.- se retiró dos pasos- alguien como tú nunca ha trabajado duro por dinero- empezó a dar pequeño saltos, alzando sus brazos y cerrando sus puños. Dejó de botar y le miró fijamente- ¡NO TE LO TENGAS TAN CREÍDO!-gritó dándole un buen golpe en la cara.
Naruto cayó al suelo; todas la miraron fueron a parar a Hinata.
-No te tengo miedo- masculló mientras Naruto se incorporaba en el suelo- luchare contigo, no voy a huir.- Y mirándole unos segundos más, se volteó y salió andando con toda la calma, haciendo que la gente se apartara en pasillo para dejarla pasar.
Las miradas volvieron a Naruto, que sentado en el suelo, con un brazo apoyado sobre su pierna, sonreía.
-Nada bueno sale de esa sonrisa- masculló Sasuke, sin dejar de sonreír también.
Shikamaru inconscientemente también sonreía.
Ese golpe había sido tremendo.
Aquel día, Hinata tuvo que ir a una lavandería a que le limpiaran el uniforme. Llevaba el chándal de gimnasia puesto, con el gorro cubriendo su cabello.
-Te lo puedo dar mañana
-¡¿Mañana?!-se sorprendió ella- lo necesito para mañana!-y juntó sus manos- ¡por favor. Hágame este favor!
-Este uniforme requiere cuidado y tiempo. No puedo…
-Por favor! Le pagaré lo que me pida! Por favor!
Y el señor de la tintorería bufó.
-Está bien. Espera ahí sentada.
-Si!- respondió alegre.
Al menos no tendría que volver a casa con el uniforme sucio. Si su madre lo hubiera visto de esa forma…tragó saliva solo de imaginarse como se enfadaría.
Pero el día siguiente llegó, y Hinata caminó lentamente hacia su taquilla. Estaba asustada, porque sabía lo que podía encontrarse ahí dentro.
Dando otro paso se detuvo delante de ella; los otros estudiantes esperaban a que ella la abriera. Hinata tragó y alzó la mano, cerrando sus ojos. No quería pensar que la tendría, pero sabía que sí. Que después de todo lo que le dijo ayer…
La taquilla se abrió y ella quedó sorprendida. Cayó al suelo.
-¡ATENCIÓN, ATENCIÓN! HINATA HYUUGA DE 1ero A tiene una tarjeta roja! HINATA HYUUGA TIENE UNA TARJETA!
A partir de ese día, toda aquella tranquilidad que había deseado, se terminó para siempre.
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¡CONTIUNARÁ !
Bueno, bueno, bueno...que os ha parecido? Sé que no ha pasado mucho entre Naruto y Hinata, pero pasará...le tengo una guardada a Hinata que... JOJOJO
Y si, Naruto tiene un carácter odioso, pero todo tiene su porque. Además que con el tiempo...las cosas cambian y las personas tamb ...no? ;)
Espero con ganas vuestros RR's! /
Por favor, animadme a que siga jeje
JAN DI-CHAN
