Notas de autor: No con muchas ganas de escribir, pero sí con mucho qué escribir. Esa es la diferencia.
Palabras: 339.
Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece, este fic participa en el ritual de iniciación Zervis del foro Cannon Island.


El sonido de las letras

Capítulo I: Gritar

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Mavis cuando era niña, gustaba de gritar. Gritaba cuando jugaba con Zera en la solitaria Isla Tenrou. Gritaba a los cuatro vientos que ella conocería, algún día, las hadas. Gritaba de alegría. Rebozaba y su garganta vibraba de emoción; ver el sol de un nuevo día, daba razones suficientes para sonreír y exclamarlo a los cuatro vientos.

Eran chillidos que adornaban su infancia y la llenaban de calidez su existencia. Las sonoras voces, la acompañaban y le decían que no estaba sola y que pronto sus sueños se cumplirían.

Esos gritos, le impulsaban a seguir su camino.

Sabía que había otra clase de gritos, ya los había escuchado y en esos momentos, ella los estaba exclamando. No le gustaba gritar de esa forma en que la garganta se secaba y dolía horrorosamente. O como cuando la vida se escapaba por la boca lenta y tortuosamente: tal y como su pueblo lo expresó el día en que sus vidas les fueron arrebatadas de la noche a la mañana.

Pero, cada uno de esos chillidos de dolor, fueron silenciados con risas compartidas con su fiel amiga, Zera. Así, Mavis salió adelante.

No obstante, los gritos de alegría también podían ser opacados por esas voces condenadas a muerte, tal y como pasaba en esos momentos. Ella era capaz de gritar de alegría como gritar de dolor. Podía provocar exclamaciones divertidas a cómo podía incitar chillidos de dolor; Zera. Ella se iba. Ella la dejaba. Ahora estaba sola ―quizás siempre lo estuvo―, no lo sabía, pero dolía la realidad. Se iba y temía no callar sus gritos.

La garganta se le raspaba ante sus quejicas. Su voz se le escapaba, parecía que se quedaría sin ella si seguía, de una manera insufrible. Y que la dulce imagen de su amiga se fuera apagando conforme a sus rasposos y desgarradores chillidos, era imperdonable…

Mavis trataba de controlarse; rememorar algún consejo en los libros que había leído. Buscar algo en el sonido de esas letras, un grito de ellas que le ayudara a no sufrir. Algo mágico o algo como las hadas, que juraba conocería…


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Esto cambió 3 veces de forma y sigo inconforme. Al parecer, nada bueno saldrá de mí.

Bites.