Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.
Este escrito también fue publicado en Mundo SasuSaku.
Vale, amo a Itachi Uchiha, por lo cual, decidí escribir esta cosa deforme y extraña. Espero que les agrade :33
Estaba sentado en una banca cercana al colegio al cual concurría por pedido de sus padres. A aquella institución educativa iban los hijos de padres con ingresos económicos muy altos, casi tan altos como los de sus padres. No era que él odiara a la gente perteneciente a familias imponentes, pero despreciaba completamente a la gente caprichosa y engreída, por lo cual, se mantenía alejado a una distancia prudente de sus compañeros de clase.
En fin, se encontraba allí ya que estaba esperando, como siempre, a sus mejores amigos, quienes asistían a otro colegio. Nagato y Kisame no eran pobres, al contrario, ellos eran bastante ricos, pero sus padres no los habían obligado a cambiarse de escuela, como lo habían hecho con él. Bufó molesto para luego cruzarse de brazos; su padre era realmente insensible. Suspiró y giró su rostro al escuchar los gritos de un señor. Con curiosidad fijó su mirada en un carrito de helados. Un señor de mediana edad se encontraba vendiendo delicias frías, como a él le gustaban. El moreno pudo apreciar, además, cómo sus compañeros murmuraban entre ellos comentarios acerca de la estúpida acción que estaba realizando el vendedor, ya que nadie cuerdo compraría un helado en medio de la calle, en un clima ubicado entre los -10° C y los -20° C. Cansado Itachi se levantó de donde estaba sentado y se acercó al carrito.
—Disculpe, señor, ¿puede darme un helado de vainilla y chocolate, por favor? —preguntó con amabilidad a aquel anciano, quien lo miró totalmente sorprendido.
—Claro, aquí tienes —respondió extendiendo el pedido de su nuevo cliente para después recibir su pago, acompañado de una dulce propina.
Antes de que el niño pudiera retirarse a comer su helado, el hombre lo detuvo.
—¿Sabes? Eres la única persona que se animó a comprar un helado en este mes —comentó sonriendo de medio lado.
—Señor, déjeme decirle que mañana lo esperaré aquí mismo y a esta hora, ya que desde ahora en adelante me tendrá como a un cliente frecuente —mencionó el menor para después volver a sentarse en la banca que había ocupado en un principio, dejando a su nuevo amigo con una leve sonrisa.
Los minutos pasaron y los amigos del Uchiha habían llegado. Kisame, el de cabellos azules, miró extrañado al moreno.
—Itachi, ¿quién come helado en un día de invierno? —cuestionó apuntando al aludido con un dedo.
—Yo —se limitó a contestar antes de ponerse de pie y dirigirse a su casa, siendo acompañado por ambos chicos.
Para acabar con este pequeño relato hay que mencionar que la única persona capaz de consumir un helado en invierno es nada más ni nada menos que Uchiha Itachi, el niño del corazón solidario.
Gracias por leer :3
