"Te Encontré."
B. B. Asmodeus.
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Fandom: Gotham (2014).
Pareja: Jim Gordon/Bruce Wayne.
Rating: PG-13/Teen.
Resumen: (Alfa/Omega/Beta 'verse) Desde el momento en que Jim viró hacia sus espaldas, su destino estuvo marcado.
Spoilers: He reconstruido este capítulo para que abarcara más contenido de los primeros episodios de la Temporada 1, así que esperen spoilers de 1x01 Pilot, 1x02 Selina Kyle, 1x03 Balloon Man y de 1x04 Arkham.
Extras: Por mucho tiempo he querido escribir sobre esta pareja. ¡Por fin se me ha cumplido! Son mi OTP de todo el universo de Batman. Esta nueva versión de la serie es totalmente adorable, no podía dejarlo así.
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01.
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"Te encontré:
Una cosita diminuta entre mis sábanas."
-Oh Land.
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Desde el momento en que Jim se dirigió a la parte posterior del callejón, su destino fue escrito.
Era raro que esto sucediera, que la esencia de una Beta pudiera conjurarlo. Alfas no eran propensos a explorar lo desconocido, cuando a cuestiones de compatibilidad se hablará.
Respirando profundamente, Jim saboreó la amargura. Dolor, shock, necesidad.
Sus instintos protectores se activaron, al divisar de reojo a la recién-descubierta de la noche.
Ocurrió en un instante. Un engranaje encontró su cierre; su mecanismo biológico encontrando armonía y llenando los espacios correctos一Luego, boom. Su bestia interior se despertó de una manera resonante, e irremediable.
Como una polilla a la flama, las botas de Gordon lo guiaron a la pequeña figura.
En el trayecto, Jim se recordó a sí mismo del rostro de Bárbara, alguien que consideraba la Omega ideal para él. La noción de sentir conexión con otro ser tan incompatible para sus necesidades… Jim negó con la cabeza ante la idea.
-Enfócate, Gordon.
A una distancia no invasiva, Jim le preguntó al joven por su nombre. No obtuvo respuesta.
"Está bien, no tienes que hablar." Al ver al chico todavía temblando, Jim se sintió mal por él, de inmediato. Eso lo impulsó a querer ofrecer consuelo, incluso si no era muy bueno en ello. Se volvió hacia Bullock, pero el hombre estaba demasiado ocupado discutiendo con el otro oficial.
"Bruce."
Jim regresó su atención a las escaleras metálicas.
Ojos oscuros se levantaron de la manta. "Mi nombre es Bruce Wayne."
Maldición. Bruce Wayne.
Jim se agachó ante el joven.
"¿Puedes decirme qué pasó, Bruce?"
Cuando los sollozos rompieron al niño, Jim se apresuró a sentarse a su lado. No pudo evitarlo, si una de sus palmas rozó la espalda de Bruce. Un Alfa siempre intentaría arreglar cosas rotas.
Aunque las confesiones no fueron fáciles de extraer de Gordon, terminó hablando de su padre. Del accidente. Algo de lo que no había hablado en años.
"Estaba justo a su lado, cuando murió."
La apertura tuvo el efecto deseado. Bruce giró su rostro en su dirección, atraído por las pérdidas paralelas que tenían en común.
"Sé cómo te sientes en este momento. Y te lo prometo, por más oscuro y aterrador que el mundo sea ahora… siempre habrá luz." Presionó su mano contra el capullo de mantas, sabiendo que el valor estaba a punto de estallar del joven. Solo necesitaba el empuje correcto. "Habrá luz, Bruce."
Una pausa.
"Acabábamos de salir del cine. Estábamos caminando por el callejón para tomar un taxi y un hombre salió de las sombras… Era alto con una máscara negra. Llevaba una capucha, guantes y zapatos brillantes. Le pidió la billetera a papá y a mi madre su collar de perlas… Y luego les disparó, sin ninguna razón… Debería haber hecho algo. Pero estaba demasiado asustado."
Jim suspiró. Nadie merecía presenciar algo como esto.
"No hay nada que pudieras haber hecho para detener lo que sucedió." El chico abrió la boca para discutir, Jim le ganó la palabra "Pero hay algo que puedes hacer ahora, Bruce." Jim acercó su rostro, susurrando. Cuando Wayne hizo juego con su lenguaje corporal, siguiendo el rumbo de Jim, su Alfa interior ronroneó. "Sé fuerte."
Wayne asintió y Jim supo que el Beta nunca volvería a ser el mismo. Su núcleo se convertiría en acero, después de lo acontecido esta noche. Jim sólo esperaba que Wayne no se perdiera detrás de sus propias muros. Era tan trágicamente joven, aún.
"Te lo prometo, encontraré al hombre que hizo esto."
Bruce lo miró con recelo. Jim percibió la curiosidad manifestada a través de las feromonas de Wayne. Más débiles que las de un Omega, casi insignificante en comparación con una Marca Alfa. Jim las sintió, de todos modos. Compatibilidad pulsó entre ellosー
ーJim soltó al Beta, de repente aterrorizado.
Tenía que ser un error. Una maldita broma.
Justo cuando la cercanía comenzaba a afectarlo, la realidad se dio paso a la escena.
En un segundo, Bruce ya no estaba frente a él, sino corriendo hacia la multitud, su manta gris cayendo sobre el asfalto húmedo. Jim miró distraídamente, mientras un hombre desconocido le daba la bienvenida a Bruce en sus brazos.
El cual resultó ser otro Alfa.
Jim gruñó. Siguió a Wayne, por un instante el rojo en su mirada poseyéndolo fuera de su compostura profesional. Con un brusco ladrido, Jim se identificó.
"Alfred Pennyworth." Igualmente se le fue rezongado, la desconfianza en el hombre, siendo obvia. Entre ellos, Bruce levantó su pequeña cabeza, intrigado, y tal vez consciente del desafío que estaba presenciando. Bruce era inteligente. Jim lo había visto en el brillo de sus ojos. Podría apostar que demasiado inteligente.
La tentación de tocar la corona de cabellos castaños fue poderosa. Aun así, Jim empuñó sus manos para frenarse. "Encontraremos al responsable de esto, Sr. Pennyworth."
La desconfianza creció a escepticismo. "Eres nuevo, ¿verdad?"
Jim se aguantó las ansías de girar sus ojos a los cielos. "Así es."
Pennyworth continuó sin mostrarse impresionado. Fue cáustico con su despedida. "Buena suerte, amigo."
Así de rápido, se fueron. Bruce no miró hacia atrás. Ni siquiera a los cuerpo de sus padres, todavía en el asfalto. Jim siguió su silueta hasta que desapareció en las profundidades del automóvil de Pennyworth.
Después, parpadeó, confundido, desorientado por la experiencia. El triste olor de Beta no desapareció.
Permaneció en las fosas nasales de Gordon por el resto de la noche.
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El funeral fue incómodo, causando una irritante picazón debajo de su piel.
Bruce fue un monumento de amargura durante toda la ceremonia. La nariz de Jim ardió incluso a la gran distancia que había elegido junto con Bullock.
Después, Bruce le agradeció por resolver el caso. Ofreció su mano, y Jim lo encontró a mitad de camino. Cuando sus manos hicieron contacto, Jim juró nunca volver a hacerlo, nunca cruzarse con Wayne, ahora que el caso estaba cerrado. Estaba decidido a que esta sería su última interacción.
Resultó, sin embargo, que el caso no estaba cerrado. En absoluto.
Y Jim tenía un trabajo que hacer. Uno que incluía matar falsamente Pingüinos, para unirse al status quo de Gotham.
La extraña fuerza que los hizo gravitar uno alrededor del otro, los trajo de vuelta al estudio de la Mansión Wayne días después del funeral, Bruce comiendo galletas con té, analizando cada movimiento que Jim hacía bajo sus rizadas pestañas.
"¿Por qué estabas en el techo?"
"Estaba aprendiendo a vencer el miedo."
Nada de lo que salía de la boca de Wayne era esperado. El chico era un enigma. Y Jim fue absorbido directamente en el misterio. "El miedo no necesita conquistarse. El miedo te dice dónde está el borde. El miedo es algo bueno."
"¿Y crees que no le he dicho eso?"
Jim ignoró el comentario ácido del mayordomo. Miró directamente a la cara de Bruce.
"Viniste aquí por una razón, me imagino."
"Sí. Mario Pepper no mató a tus padres." El shock fue sutil, pero Jim lo vio de todos modos. "Fue falsamente acusado por el Departamento de Policía y la Mafia trabajando juntos. Matamos a un hombre inocente."
"Bien. Entonces, ¿quién lo hizo?" Pennyworth nuevamente, tomó la iniciativa de la conversación.
"No lo sé."
"Ya veo. Bueno, excelente trabajo allí, compañero."
Vergüenza corrió por Jim como una infección. "Sí. Lo siento."
"No lo estés." Bruce interrumpió. "Me alegro de que todavía esté vivo. Quiero verlo de nuevo."
Eso asustó al Alfa. No quería que Wayne estuviera cerca de ese tipo de asesino. "Bruce, te pido que me des una segunda oportunidad." Jim le ofreció su placa, colocándola sobre la mesa justo delante del adolescente. Era lo único que podía dar para mostrar su honor. "Voy a averiguar quién mató a tus padres y por qué. Y voy a limpiar el maldito Departamento de Policía. Pero sólo puedo lograrlo trabajando desde adentro. Así que, por ahora te pediría que guardaras silencio sobre lo que te he dicho… Es tu decisión."
"Eso es más que conveniente, ¿no?"
"¡Alfred!" La reprimenda caló duro en el tutor. Jim hizo una mueca.
Después de mirarlo intensamente por un momento, Bruce le devolvió a Gordon su insignia, asintió y lo dejó allí en el estudio.
"Gracias." Jim susurró mientras veía al Beta alejarse, sintiéndose atrapado en una encrucijada difícil.
El corazón del asunto era este… Jim tenía principios, una brújula moral muy fuerte. Así que entendía de dónde venía esta necesidad de hacer justicia para los Waynes. Sin embargo, que sus instintos comenzaran a nublar su objetividad, no estaba resultando ser la mejor opción para Jim. Se estaba convirtiendo en una batalla, solo estar cerca del Beta y mantener la cabeza despejada.
Sería fácil simplemente dejar las cosas así. Como Bullock quería. Imaginar que Mario Pepper era el responsable, como el resto de la ciudad, y no tener que compartir espacio con Wayne otra vez…
Pero Jim sabía no era lo correcto.
Jim no era ese tipo de hombre. No podía poner su propio confort por encima de los demás. Incluso si fuera la decisión más saludable para él, y tener una excusa para estar a una distancia segura de Wayne. Jim tenía que aguantarse y hacer su trabajo. Nadie más se preocuparía lo suficiente para hacerlo en su lugar.
"No juegue con él."
Jim parpadeó. La mirada acusadora de Pennyworth lo congeló.
Jim saltó del sofá. "No estoy jugando. Haré todo lo que esté en mi poder para resolver el caso."
"No estoy hablando de sus hazañas heroicas, Detective. Estoy hablando de que sus feromonas volviéndose locas y apestando mi sala de estar."
Toda la cara de Jim se calentó.
No hubo excusa. Sólo otro Alfa podría interpretar los mensajes biológicos de otro Alfa. Inclusive si Jim nunca había sido un Alfa estándar-demasiado suave, dirían algunos-Jim era consciente de lo que su cuerpo estaba pidiendo. No era exactamente decente.
No tenía idea de qué decir. Recurrió a extender sus brazos en desesperación. "Si tienes una mejor idea de lo que está sucediendo, por favor ilumíname. Porque esto nunca antes me había sucedido."
Pennyworth suspiró. "Tengo que amar tu hora para estas tonterías."
Jim frotó sus párpados, cansado. "No tienes nada preocuparte. Nada sucederá entre Bruce y-" Aclaró su garganta. "Nuestra relación será estrictamente profesional. Te lo aseguro."
Para su sorpresa, Pennyworth sonrió, mirando en la dirección por la que Bruce había corrido. Cuando regresó con Jim, complicidad iluminó su expresión. "No creo que esa decisión dependa de usted enteramente, Detective."
Jim se tensó de la cabeza a los pies. "Tengo una prometida, nada va a pasar."
Bruce era un adolescente. Bruce era un Beta. Él era, literalmente, la peor opción en el espectro de compatibilidad para él.
Jim había escuchado las historias. Sabía que no era tan imposible encontrar parejas compatibles con grandes diferencias de edad entre ellos. Arreglos eran posibles. Había leído reportes al respecto. Cuando los Emparejamientos eran compatibles antes de lo previsto, se perpetuaba una marca de esencia entre ellos para solidificar la conexión y luego…
-¿Qué diablos estás pensando? Jim apretó su quijada.
"Nada pasará."
Nada.
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En poco tiempo, Jim fue tentado a regresar a la Mansión Wayne.
Y por invitación del propio Alfred Pennyworth.
"¿Primero me dices que me esfume, y luego me pides que regrese a la boca del lobo?"
Alfred puso los ojos en blanco en el medio del recinto. "El chico te respeta."
Jim colocó sus manos sobre su cadera. Inspeccionó a Alfred de la cabeza a los pies. "Para alguien que me advirtió que no jugara con el bienestar de su protegido, estás jugando con fuego aquí, no puedo creer que pienses que es una buena idea para mí visitar a Bruce tan constantemente."
Fue entonces cuando Alfred le contó lo que Bruce había estado haciendo bajo bastidores. Los dibujos. Las velas. La obsesión. La tortura a la que Bruce se sometía. Jim no tenía otra alternativa más que hacerle una visita. Su relación podría ser complicada, pero aun así, Jim se preocupaba por el joven más allá de lo profesional. Se identificaba con su enojo interna.
"¿Té, entonces?" Alfred presionó, y Jim cedió sin otra opción.
Té con Bruce. Por supuesto.
Justo antes de dirigirse a la mansión, Jim decidió detenerse en el Penthouse primero.
Aunque sorprendida, su hermosa Omega extendió sus piernas en el abrazo perfecto cuando su Alfa lo pidió. Barbara escondió sus risitas en el cuello de Jim, su dulce calidez dándole la bienvenida. La mesa del comedor crujió debajo de ellos, víctima de su pasión. Con ojos cerrados, Jim reiteró su posesión con besos lloviendo sobre los hombros bronceados de Barb.
Después, Jim no se dio una ducha. La esencia de Bárbara fue su escudo.
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"No ha estado durmiendo. Y cuando lo hace, tiene pesadillas. Ahora se está lastimando a sí mismo. Quemándose. Y… cortándose."
Jim suspiró. Era peor de lo que había pensado.
"¿Está recibiendo ayuda profesional?"
"Oh, ¿te refieres a los psiquiatras? Oh, no, ninguno, él no tendrá nada de eso. Sin psiquiatras, es la primera regla."
Jim se levantó del sofá y puso sus manos en su cadera. "Tú haces las reglas, ¿qué no? Tu eres su guardián."
"El padre de Bruce me dio órdenes muy firmes al respecto, en caso de que él y su señora faltaran. Criaré al niño como su padre me dijo que lo criara."
Qué órdenes tan interesantes. ¿Así que los Waynes se habían estado preparando para morir?
"¿Y cómo es eso?"
"Debo confiar en el Amo Bruce. En que él elija su propio camino." Claro, bajo la inspección de Jim, Alfred no pareció tan seguro de lo que estaba diciendo. "Él es, después de todo, un Wayne."
"Suena a una receta para el desastre."
Igualmente perdido, Pennyworth le sonrió.
Suspirando de nuevo, Jim arqueó las cejas. "¿Qué quieres que haga?"
"Quiere que insertes un poco de sentido común en mí." El propio Bruce entró al estudio, luciendo bastante indignado.
"¡Oye! ¡No te he dicho que dejes de escabullirtele así a la gente! ¡Es malditamente grosero!"
Todo el cuerpo de Jim se convirtió en un cable vivo, tan pronto como el Beta entró completamente en el estudio. Se giró hacia el chico para enfrentarlo, cadenas tirando de él sin consentimiento. "Muy bien, Bruce. Entonces, habla conmigo."
"Estoy perfectamente bien. Alfred es un preocupón."
Preocupón. Jim resopló por sus narices. Luego, se tornó serio. "¿Qué le hiciste a tu mano?" Su voz Alfa endureció su tono.
Bruce inclinó la cabeza ligeramente ante el efecto. "La quemé." Sin mentiras. Eso era bueno.
"Escúchame, Bruce. Has pasado por una experiencia terrible." Bárbara al final, no ayudó en nada, porque para Jim, caminar más cerca de Bruce era como una segunda naturaleza. Todo su cuerpo lo traicionó. "Hablar con alguien puede ayudar."
"Debes haber visto cosas terribles en la guerra… ¿Te ayudó hablar sobre lo que viste?" Aunque sorprendido de la forma tan a fondo que Bruce había investigado su pasado, Jim no retrocedió.
"Sí. Un poco."
Los ojos brillantes de Bruce bailaron. Las comisuras de sus labios se enroscaron. "No eres muy buen mentiroso."
"Bruce, te estás lastimando a ti mismo." Jim dio un paso en su dirección一
"¡Me estoy poniendo a prueba!" En el arrebato, Jim y Alfred se miraron el uno al otro. Bruce siguió el intercambio con desaprobación. "Hay una diferencia. Pero aprecio tu preocupación."
El Beta dejó a Jim de pie como un tonto en el medio del estudio, para tomar asiento en el sofá, justo encarando el lugar que Jim había estado ocupando. Mientras comía una galleta, Wayne esperó a que Jim volviera a su asiento. "He estado siguiendo tus aventuras en los periódicos. Siento mucho lo que le ocurrió a esos niños."
Todavía en el proceso de sentarse, Jim respondió distraído al nuevo comienzo de la conversación. "Yo también."
"Te daré algo de dinero para ayudarlos."
"Me temo que no funciona de esa manera, Bruce."
"¿De qué manera funciona?"
Esa era la pregunta correcta. Calidez envolvió al Alfa, ante la sincera preocupación. Jim suavizó su tenor, al igual que su guardia. "Esos niños necesitan a alguien que los cuide." Jim luego señaló a Alfred. "Como tu lo tienes. Eso, el dinero no lo compra."
Bruce hizo una pausa para digerir la información. "Debe haber algo que pueda hacer. ¿Qué hay de su ropa? Todos se veían terriblemente harapientos."
La determinación dejó a Jim maravillado. ¿Por qué Wayne no podía ser solo otro mocoso rico, preocupado sólo por sí mismo? Haría todo mucho más fácil. "Sí, ¿verdad?"
Bruce le sonrió hasta que sus dientes delanteros se mostraron. "¿Qué? ¿Hay algo en mi cara?"
Maldición. Jim aclaró la garganta. "Veré qué se puede hacer."
Bruce pidió más té. Alfred regresó a la cocina en busca de una tetera fresca. A solas con el beta, Jim se frotó las manos, inseguro.
"Hueles diferente hoy."
Jim sonrió. "Cambié de colonia."
"No es lo que quiero decir."
"¿Qué quieres decir, entonces?"
Bruce endureció su columna vertebral. "No soy un experto. Pero creo que lo refieren como… composición de feromonas. ¿Estoy en lo cierto?"
El entrecejo de Jim se frunció. "Estás en lo correcto. Pero cómo一"
"Mis padres tomaron cuidados exhaustivos para que mis estudios fueran de lo más completos." De repente, incómodo, el Beta comenzó a picotear el vendaje de su mano lastimada. "Encuentro tu mundo de Alfa… fascinante."
"Deja eso." Jim se levantó y se sentó al lado de Bruce, antes de que realmente su cerebro cediera permiso. "¿Puedo?"
Bruce entregó su mano a la inspección de Jim. No se opuso a que Jim la desvendara.
Las yemas de los dedos de Jim fueron delicadas sobre la piel roja en el centro de la palma del muchacho. "Sobrevivirás." El susurro fue casi audible, reservado. Los dedos de Bruce se cerraron alrededor del pulgar del Detective. Ambos se miraron durante un largo momento.
Luego, Bruce cerró los ojos. Respiró profundamente, emitiendo un pequeño y contento sonido. "Ah. Ahí está."
Jim apretó sus propios dedos alrededor de los de Bruce. No pudo formar palabras, con su corazón latiendo en su garganta.
Fue una especie de serena revelación. Una que rompió su corazón justo a la mitad. Jim no había esperado que encontrar a su legítimo Escogido, fuera a ser una experiencia desgarradora como esta. Había vivido felizmente en su tierra de fantasía, creyendo que lo que tenía con Bárbara era real…
Pero, Jim había estado tan equivocado.
"Va a sanar en unos días. Sin cicatriz."
Arrullado por las densas feromonas del Alfa, la cabeza de Bruce ahora estaba apoyada en el hombro del Detective. "Siento que las verdaderas cicatrices están por dentro."
-Oh, Bruce. El brazo de Jim rodeó la espalda de Wayne. "Las peores siempre lo están."
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"Negro, negro corazón, desearía que me ofrecieras más."
-David Usher.
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HOMBRE GLOBO ASESINA A POLICÍA CORRUPTO.
"Bien. Entonces, ¿no desayunará hoy?"
Bruce siguió leyendo.
"¿Después de no cenar anoche? ¿Cuál es el nuevo programa? ¿Quieres ver cuánto tiempo puede aguantar sin comer nada? Si ese es el caso, me gustaría una advertencia. Me ahorraría el problema de… cocinarlo en primer lugar."
"¿Has visto esto?" Era mejor detener a Alfred ahora, antes de que su reprimenda se convirtiera en conferencia de una hora completa. Bruce le mostró la portada del periódico.
"Oh, sí, los locos están dando atando a personas con globos. Puedo pensar en formas más fáciles de matar a alguien."
Los ojos de Bruce volvieron al papel. La voz de Alfred sonaba lejana, una llamada de sirenas que Bruce quería silenciar.
"Amo Bruce, perdóneme por pronunciar las viejas y gastadas palabras en tiempos como estos… Pero en momentos como estos, realmente necesita mantener su fortaleza."
"Simplemente no tengo hambre."
Gruñidos estallaron del Alfa.
"¿Vas a llamar al Detective Gordon nuevamente, para obligarme a comer?"
"No sé. ¿Le gustaría que lo hiciera?"
Bruce reconoció el desafío. Bajó el periódico. "¿Qué se supone que significa eso?"
"Los dos se veían bastante acurrucados la última vez que estuvo aquí."
Respuestas involuntarias como un un tonto sonrojo, era una de las cosas que Bruce odiaba sobre ser un ser humano. "Él… estaba inspeccionando mi herida."
La sonrisa de Alfred se convirtió en una sonrisa completa. "De acuerdo. Si así lo llaman hoy en día."
"Deja de mirarme de esa forma."
Alfred puso su mano sobre la mesa, siendo un preocupón de nueva cuenta. "¿Es lo que quieres? ¿Que lo llame? ¿Le ayuda… el verlo?"
Bruce tragó un nudo de vuelta a su estómago vacío. La intención en los ojos de Alfred lo puso nervioso. "El Detective Gordon… tiene un efecto calmante sobre mí."
Resignado, el mayordomo comenzó a limpiar el desayuno abandonado. "Si. Viene incluído en el paquete de ser Alfa. Y el hombre se preocupa por usted. Es solo un instinto natural para él, querer bajarlo del tejado cuando surge la ocasión."
"Su olor es agradable."
Uno de los vasos cayó al suelo. Los ojos de Alfred se abrieron de par en par.
Bruce señaló a la chimenea. "Como la madera quemada. Es cálido." Cuando el brazo del Detective se había enroscado alrededor de su espalda, Bruce se había sentido más ligero. Transparente. Sin cargas. "Me doy cuenta de que es el efecto de las feromonas de James Gordon. Pero cuando pregunté, no me dio más detalles." Y cuando Bruce había apoyado la cabeza en el hombro del Alfa, había despertado una hora más tarde en el sofá, cubierto por una manta. Solo. La siesta involuntaria se había sentido bien, porque no había tenido pesadillas. Sólo había soñado con profundos ojos azules. "Y ahora te ves tan pasmado como él con esta conversación."
Con la bandeja de plata a salvo en su antebrazo, Alfred tomó una pausa. Un suspiro siguió. "No es mi lugar para entrar en esto, Maestro Bruce. Pero sé que eres un chico inteligente. Sabes que no es común que seas sensible a tales señales de… su fisiología."
"Pero一"
"¿Sabe qué?" Levantando la voz, el hombre señaló con su barbilla hacia los documentos cerca del borde del escritorio. "Le gusta tanto ser Detective, investíguelo, chico. Encuentre las respuestas usted mismo. Su madre tenía una sección completa sobre Dinámicas de Compatibilidad. Empiece ya."
"Tengo mejores cosas que investigar." Sin embargo, su respuesta murmurada se perdió en la rápida salida de Alfred del estudio.
Bruce presionó sus labios juntos en frustración.
Volvió a abrir el primer expediente de la pila. El que tenía los ojos vacíos de su madre mirando al cielo. La mayor parte del informe había sido completada con la letra de James Gordon. Su firma estaba en cada página. Bruce simplemente no parecía tener un escape del hombre.
Cuando se habían conocido, Bruce había estado seguro de que nunca dejaría de sentir frío.
El chico pasó una mano por su cabello, de repente nauseabundo. Arrojó los expedientes al piso. Salió corriendo del estudio, subiendo las escaleras hacia la biblioteca privada de Martha Wayne.
Alfred había tenido razón.
Su madre tenía una colección completa sobre Dinámicas de Compatibilidad. Los paneles de vidrio estaban bajo llave cuando Bruce intentó abrirlos. Miró a su alrededor.
La llave había sido colocada ordenadamente en la parte superior del escritorio. Alfred y su sutil manera de entrometerse.
Bruce vaciló, su dedo sobre la llave dorada.
La noche en que se habían conocido, Bruce había estado seguro de que nunca dejaría de sentir frío. Luego había aparecido James Gordon y el frío se había detenido.
Bruce no confiaba en el Detective por completo. Aún no. A pesar de su edad, Gordon tenía ideales que Bruce ya no podía creerse. Ideales que habían llevado a Thomas Wayne a ninguna parte. Sólo a morir en un callejón…
Alfas: una antología de genealogía. El título saltó a la atención de Bruce, una vez que el Beta se decidió.
Bruce extrajo el volumen.
Comenzaría con lo básico.
[+] + [+]
"Necesito información sobre el plan de los Wayne para Arkham."
"Ah, pero es el plan de los Wayne… sólo en nombre. Cuando los Wayne murieron, Falcone intervino y ahora lo respalda. Y quiere ser parte del gran cambio sí este sucediera."
"Pero el concejal Jenkins apoyaba el plan de Falcone."
"Cierto."
"Entonces, ¿lo mataron por qué… ?"
"Porque, Detective… hay un plan de oposición."
Una pausa.
"Maroni. Es el único lo suficientemente fuerte para oponerse a Falcone. Está peleando por Arkham.
Bruce salió del pasillo, saliendo de su escondite. "¿Están relacionados?"
"Bruce." James Gordon lució tan severo como la última vez que se habían visto. Paulatinamente, sin embargo, cierta suavidad se coló en su rostro. Una suavidad que a estas alturas, Bruce podía presumir de ser para su beneficio. "¿Cómo estás?"
James Gordon, también olía extremadamente mal.
De nuevo.
Bruce invitó al hombre a sentarse con él, necesitando respuestas inmediatas sobre lo que estaba pasando con el legado de sus padres. Para su sorpresa, James había traído una caja con viejos informes sobre el Proyecto Arkham, marcados como evidencia en letras rojas. Gordon específicamente sacó uno de los folletos para que Bruce lo leyera.
"El nuevo Manicomio Arkham servirá a los enfermos mentales de Gotham en formas que el asilo actual nunca puede. Esas pobres almas enfermas merecen nuestra ayuda." Fue una bofetada leer el sincero lema de Martha Wayne. Bruce levantó la vista. Los ojos azules de Gordon se engancharon con los suyos. "Mi madre escribió eso. Ella y mi padre lucharon durante años para que se construyera un nuevo manicomio. Pensaron que si podían ayudar a los menos afortunados de la ciudad, demostrarían que había esperanza para todos."
La expresión grave del detective no mejoró. Bruce quiso sacudirlo.
"No quiero que el sueño de mis padres muera con ellos."
"Lo entiendo, Bruce. Pero esto no es solo sobre el manicomio. Si hay una pelea entre Falcone y Maroni, esta podría ser la chispa que encienda una guerra de pandillas en toda la ciudad. Inocentes morirán. Y la poca fe que tiene la gente que la policía puede protegerlos… Se apagará."
Era hora de poner a prueba el sentido de justicia del Alfa, entonces. "Tienes que detenerlo."
Los ojos de Gordon se agrandaron.
Alfred se aclaró la garganta. "Amo Bruce, hay ciertas cosas que inclusive el Detective Gordon no puede cambiar."
El teléfono de Gordon comenzó a vibrar. El hombre se levantó para atender la llamada, suspirando mientras lo hacía. "Habla Gordon." Hubo un breve intercambio, y como era de esperar, el Detective tuvo que irse inmediatamente después.
Ni siquiera dijo adiós.
"Abre las ventanas." Bruce ladró, de mal humor después de la partida.
El olor había permanecido en el estudio. Bruce no pudo soportarlo.
"¿Disculpe?"
Gruñendo, Bruce se levantó para abrir una de las ventanas. Tomó una bocanada de aire fresco. Desde allí, pudo divisar el Cadillac de Gordon abandonando el ejido Wayne.
"Me enoja. Que venga aquí oliendo a algo más. ¿Por qué insiste en traer esa peste?"
"Ah." Bruce se volvió hacia el mayordomo.
Alfred lo miraba con lástima. "El olor de... alguien más, querrá decir."
Oh. Bruce apretó sus labios juntos. Por supuesto. "Él está…"
Alfred se acercó para colocar su mano sobre su hombro. "Comprometido, la última vez que escuché. Eso es lo que percibe. Debe ser la marca de su Omega en él."
"Pero… los libros indicaron…"
"La realidad difiere radicalmente de los libros, Amo Wayne." Desde su hombro, la mano de Alfred migró a su nuca, frotando suavemente. "La vida está llena de complicaciones. Debemos adaptarnos para sobrevivir. Usted lo sabes mejor que nadie. También tenemos que tomar decisiones difíciles todos los días. Jim Gordon… está atrapado entre la espada y la pared con este asunto, como podrá imaginarse. No esperaba encontrarte. No esperaba… nada de esto. Ya había planeado su vida con alguien más."
"No debería intervenir con sus planes, entonces." Compatibilidad fisiológica, Bruce había aprendido, estaba guiada principalmente por la biología. Y la biología podría ser engañada. El entrenamiento de Bruce era una prueba de ello.
"Podrías optar por esa decisión. Si es lo que quiere." El tono de Alfred dejó mucho sin decir. Bruce frunció el ceño. El otro Alfa lo dejó ir, simplemente encogiéndose de hombros. "¿Quiere un consejo? Sólo hable con el maldito hombre."
Las pesadillas volvieron aquella tarde, peor que antes.
Así fue como Alfred lo encontró, horas posteriores, jadeando aire en el sofá, y rodeado por expedientes. Como se estaba volviendo rutina, el hombre hizo todas las preguntas triviales al tenerlo bajo la mira de su preocupación. ¿Estaba bien? ¿Por qué gritaba?
"¿Estaba en su pesadilla?"
O tal vez, no tan trivial, después de todo. La risa de Bruce fue una sorpresa incluso para él mismo. Ambos compartieron una pequeña sonrisa. "No esta vez." Bruce pidió el resto de los expedientes que tenían sobre el proyecto Arkham. Aunque preocupado, el Alfa no presentó obstáculos a la solicitud. Le trajo una caja más grande del ático.
"Veo que no detuvo sus estudios."
Bruce levantó la vista de la caja en cuestión. Alfred tenía uno de los libros sobre Compatibilidad de los años 70's en sus manos. "Es un tema interesante."
"Mm-hmm."
"Sin embargo, no hay mucho acerca de los emparejamientos Alfa/Beta".
Alfred se sentó en el sofá. "Es raro que sucedan. No encontrará mucho en esta época. Apeguese a los volúmenes modernos. Fue solo en los últimos años que los científicos se avisparon de su existencia lo suficiente para comenzar estudios basados en este tipo de emparejamiento."
"Me di cuenta… del estigma en sus menciones de Betas. ¿A qué se debe?"
Alfred se encogió de hombros. "Es la naturaleza humana temer a lo desconocido. Por lo que he leído y visto, hay un elemento psicológico en este tipo de emparejamiento, más predominante que el resto. Creo que tu madre trabajó en ello durante sus proyectos."
Su madre. Con la mera mención, Bruce fue golpeado por los recuerdos. Específicamente uno donde Martha lo había llevado al museo de Gotham para una presentación sobre la Genética de los Omegas.
"Siempre es importante saber de dónde vienes, Bruce." Aquel día, su madre le había compartido bastante de su pasado.
"Leí que una vez que Alfas u Omegas están marcados, no se puede deshacer. ¿Qué pasó con mis padres, entonces? Los dos eran Betas. Sin Marcas, ¿cómo se mantuvieron juntos?"
"Se amaban."
Bruce parpadeó con fuerza, odiando la repentina humedad en sus ojos. James Gordon debía amar a su prometido en igual medida. Bruce no tenía ningún derecho a interponerse en su camino… "¿Hay parejas que pueden Emparejarse sin amarse el uno al otro?"
"Hay… un poco de todo en este mundo, Amo B."Alfred cerró el libro con un chasquido de dedos. "No se crea todo lo que lee en los libros. Si el Detective Gordon es compatible con usted, en contra de todas las probabilidades increíbles…" Apoyó los antebrazos en sus piernas para colocarse al mismo nivel que Bruce, quien todavía permanecía en el suelo. "¿No siente curiosidad por saber el por qué? No es normal que se rinda antes de entrar en la pelea."
Bruce rascó el borde de la tapa del cartón. "Lo pensaré."
Y lo hizo.
Su mente pesaba tanto con el tema, que la próxima vez que tuvo a Jim Gordon en su proximidad, no logró aplicar la disciplina habitual a su compostura. Fue desconcertante.
"El alcalde está haciendo que este nuevo plan parezca bueno para Gotham. Pero no lo es, ¿verdad?" En la televisión, Bruce vio al alcalde seguir hablando y hablando.
Desde atrás, Jim suspiró, manos apoyadas en su cadera. "No, no lo es."
Bruce apagó la televisión. "Entonces, ¿por qué lo está haciendo?"
"Estaba atrapado entre dos fuerzas opuestas muy poderosas."
"Falcone y Maroni, sí-"
"-Maroni amenazó la vida del alcalde. Por miedo, supongo, el alcalde hizo un compromiso y le dio a Maroni una gran parte de Arkham."
"¿Qué parte?"
"Maroni construirá un sitio de eliminación de desechos. Y obtendrá el contrato para restaurar Arkham. Falcone construirá un proyecto de viviendas para personas de bajos recursos."
Encendido, Bruce exhaló por la frustración. Se sentó en el sofá, cerrando los puños. Sintió al detective Gordon sentarle a su lado.
"Mira, Bruce. Sé que no es el resultado que esperabas, pero este compromiso pudo haber evitado un derrame de sangre colosal. Puede incluso haber detenido una guerra."
Desde la ira, el estado emocional de Bruce cayó para peor. A desesperación. "Mis padres creían que un nuevo manicomio traería esperanza a Gotham. Ahora ni eso existe. Todo por lo que trabajaron, está cayendo en manos de delincuentes."
"No todo." James Gordon dijo en voz baja. Hizo un gesto con los ojos hacia Bruce. "Estás vivo."
Algo dentro de Bruce se rompió. Sin estar preparado para la respuesta emocional que aquella observación trajo, Bruce sintió que estaba viendo el Alfa por primera vez. Los ojos azules de Gordon fueron firmes, amables. Rojizos por cansancio.
"No es demasiado tarde." Continuó.
"¿Realmente lo crees?" Susurró Bruce, deslizándose hacia el Alfa. "¿Crees que Gotham se puede salvar?"
Gordon fue víctima de la misma conexión del momento. Bruce estuvo seguro. No les fue posible apagar el lazo entre los dos, ahora desnudo, pulsando con vida; no pudieron siquiera quitarse los ojos, el uno al otro. "Creo que vale la pena intentarlo."
Bruce se alimentó del tono seguro del Alfa. De su fuerza interminable, que a estas alturas ya había dejado bastante huella en la Beta. No importaba cuántas veces patearan al Detective, se levantaba de nuevo. Bruce no podía evitar admirar su terquedad. Terminó asintiendo, bajando la mirada.
El Detective se había bañado antes de venir a visitarlo. Cuando Bruce inhaló, fue Jim Gordon en concentrado. Sólo él.
"Bruce."
Ante la mención gimoteante, Bruce abrió los ojos otra vez. "Alfred dijo que deberíamos hablar."
El humor se mostró en la cara cansada de Gordon. "Pensé que era lo que estábamos haciendo."
Bruce fue directamente al grano. "Somos compatibles."
El hombre pasó de una cálida familiaridad, a una conmoción fría. "¿Qué?"
"He estado leyendo一Investigando sobre…" Bruce se aclaró la garganta, avergonzado. Incómodo, por cómo Gordon estaba reaccionando. "Sobre nosotros."
Gordon se frotó la cara. "Santo Cielo." Una risa incrédula salió de él. "¿Nosotros?"
Bruce se abrazó a sí mismo. "Sólo estoy… tratando de entender lo qué está sucediendo. Lamento que te moleste."
"No, escucha… Maldición." Otra risa. "Dame un segundo, ¿quieres?" Fiel a su palabra, Gordon parecía más tranquilo después de unos momentos. "Debería haberlo visto venir. Sé que eres un chico muy inteligente."
Bruce frunció el ceño. "No lo soy. Un niño pequeño".
Gordon alzó las cejas. "¿Comparado conmigo?"
"¡No soy un niño!" Bruce aterrizó. "Si te sientes tan amenazado por esta conversación, puedes irte. Nadie lo detiene, Detective." Empezó a levantarse, pero la mano de Gordon se aferró a su brazo.
"Oye, no. Lo siento. No quise ofenderte, Bruce. Es sólo…"
Bruce volvió a sentarse.
El Alfa abrió su boca. La cerró. La abrió de nuevo. "Lo somos. Compatibles." El hombre se frotó las manos. Nervioso. "No sé lo que significa.
"Está bien." Bruce apretó sus propios dedos sobre sus rodillas. "No sé lo que significa tampoco. Excepto que…" Bruce se lamió los labios. Con sus mejillas llenas de calor, decidió ser honesto. "Sé que me agradas. Me gusta tu compañía. Tus visitas. Me gusta cómo hueles." Su mirada fue capturada nuevamente por el Alfa, quien comunicó un sinfín de emociones conflictivas en su rostro. "Tus ojos. Realmente me gustan también."
Una pequeña sonrisa curvó los labios del Detective. "¿En serio?"
Bruce, no capaz de más palabras ahora que su corazón estaba latiendo dentro de su boca, simplemente asintió.
"Me agradas también, Bruce."
Fue el turno del Beta para sonreír.
"¿Qué tal si… tomamos las cosas con calma, eh? Tenemos tiempo para resolver esto. Es una situación bastante delicada."
"Por supuesto." Bruce movió una mano, guiado por el instinto. Tocó la de Gordon para detener el constante roce entre sus dígitos rasposos. Bruce quiso ayudarle con el gesto, devolver algo de la calma que el Alfa siempre le proporcionaba. "Como dijiste, tenemos tiempo."
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Fin de Parte 1.
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NdA: Aaaaaah, la nostalgia. La dulzura de S1!Brim. Me ha encantado reconstruir los inicios de este fic para tener una lectura más enriquecedora. Hay algo muy atrayente del Brim cuando tienen sus sentimientos sin resolver. Espero les haya embrujado de igual forma.
