Disclaimer: Ranma ½ pertenece a Rumiko Takahashi

"LAS CLASES DE COCINA DE AKANE"

Nota preliminar de la autora

Como temía, no pude apartarme más del placer de escribir otra historia de Ranma ½, sobre todo después de la cálida y amable acogida que recibí por parte de las y los atentas (os) y afectuosas (os) lectoras (os) de mis fics anteriores, sobre esta historia original de Takahashi. Mi sincero agradecimiento por su tiempo, sus comentarios y sus visitas; son enormemente apreciados.

A pesar de que la presente historia aún no está concluida, quise arriesgarme y publicarla antes de que la idea se fuera volando (como tantas otras) y compartirla con ustedes. Lamentablemente, el tiempo que tengo disponible para escribir es reducido, de modo que me veré forzada a hacer algo que no me gusta: las actualizaciones serán espaciadas, es decir, no puedo especificar un lapso de tiempo determinado para publicar los nuevos capítulos. Estas podrían ser cada ocho días, cada tres semanas o más tiempo aún, según mis obligaciones me lo permitan.

Esta será una historia corta (o por lo menos eso está planeado), de modo que trataré de hacer mi mayor esfuerzo para concluirla lo antes posible.

También quisiera dedicar esta historia (otra más) a mi querida amiga Suikaze. Como de costumbre, para mí es un apoyo, un paño de lágrimas y una de las mujeres más pacientes del mundo. Gracias y recuerda que esto también es tuyo (como todo).

C. Weller chan"LAS CLASES DE COCINA DE AKANE"


Por C. Weller chan

Capítulo 1

¿…Una Idea Tonta?

La puerta de una de las aulas de cocina del colegio Furinkan se abrió dejando salir a un mar de jovencitas con sus uniformes de preparatorianas que, con sus delantales un poco manchados y cofias de tela, cargaban entre sus manos como si de un tesoro se tratara, unos bultitos coquetamente bordados con encajes en la orilla. Riendo con satisfacción, las estudiantes observaron a sus compañeros varones los cuales, ansiosos, comenzaron a acercarse a ellas en cuanto pusieron un pie fuera del salón.

- ¿Me darás una probadita, Kaori? –

- ¿Qué prepararon esta vez, muchachas? – eran las preguntas que los chicos les hacían a sus compañeras. Algunas de ellas decidían compartir el contenido de sus envoltorios, y otras hacerse las interesantes poniendo un poco de resistencia, a la cual el joven decidía seguir el juego.

Akane fue una de las últimas en salir de la clase, sonriendo y mirando con orgullo el bultito en sus manos. Tenía en una mejilla un lunar de mediano tamaño de harina y otro en el fleco y en el delantal algo que parecía la mancha de la mezcolanza empleada para la preparación.

- Así que el salón de cocina no explotó… - una voz burlona y masculina cortó de tajo sus ensoñaciones y al mirar hacia arriba, observó la cara socarrona y maliciosa de su prometido. Con enojo, espetó:

- ¿Y por qué habría de explotar, tonto? –Ranma adoptó una posición desinteresada, mirando por la ventana que daba hacia las copas de los árboles que rodeaban la construcción.

- Bueno… tomando en cuenta que en la casa siempre se escucha un estallido por lo menos, no entiendo cómo la cocina de la escuela sea la excepción – realmente molesta, Akane lanzó una patada que con un salto, Ranma esquivó.

- ¡Eres un grosero! ¡Déjame en paz! – con esta frase, la chica decidió continuar su camino al baño de mujeres para asearse y quitarse el delantal y la cofia antes de la siguiente clase.

- ¿Y… qué prepararon siempre? – la chica se detuvo y observó a Ranma por encima de su hombro.

- Nada que te importe – tratando de seguir caminando, su andar se vio nuevamente interceptado.

- ¡Anda, dime! Me enteraré de todos modos – decía el chico de la trenza mientras caminaba a su lado. Akane presionó contra su pecho su bultito, sin contestar. – En vista del envoltorio, apuesto que fueron galletas otra vez – la chica siguió ignorando tercamente las suposiciones del muchacho, que curioso, saltó frente a ella quien de inmediato adoptó una posición de defensa. Ranma esperaba esto para de un rápido movimiento, arrebatarle el saquito para huir corriendo y sacar la lengua a la vez que le gritaba: - ¡Eres una lenta! - .

Akane en principio no reaccionó por el asombro y eso al artemarcialista le dio la ventaja suficiente para salir por una ventana y de unos ágiles saltos, bajar hasta el patio de la escuela. Cuando Akane se asomó, Ranma justo iba dando la vuelta en la esquina del edificio, perdiéndolo de vista.

Con suma molestia, la jovencita corrió hacia las escaleras para tratar de averiguar a dónde había llevado Ranma sus galletas y para qué las quería. Él nunca deseaba probar su comida, es más, tenía que ser obligado a ello, de modo que seguramente se traía algo entre manos.

Cuando llegó al patio y preguntó por el paradero de su prometido, varios alumnos le dijeron que lo habían visto correr hacia el laboratorio de biología con un par de sus compañeros de clase, de modo que cuando llegó al lugar, entró con cautela al sitio indicado dispuesta a sorprender y reclamar a todo pulmón al patán que le había robado su bultito con las galletas que tanto esfuerzo había preparado en clase. Oyendo unos sonidos, se escondió detrás de un estante.

- ¿Ya ven? Ja ja ja. ¡Les dije que se lo comería! – escuchó decir a uno de sus compañeros de salón. Luego escuchó un sonido parecido al de un paquete rasgándose.

- Esto no se lo comerá. Tiene picante – luego de unos segundos, otros sonidos de desaliento y la risa de Ranma, volvieron a oírse.

- ¡Esto es bueno! También se lo comió. Ahora es mi turno – unos instantes y unos murmullos decepcionados seguidos de una risa triunfal de su prometido llenaron el laboratorio - ¿Lo ven? ¡Gané la apuesta! ¡No se lo comió! –

- ¡Eres un tramposo Saotome! ¿Qué fue lo que le diste? ¿Piedras? – Akane asomó un poco la cabeza para ver a Ranma con sus dos amigos de clase frente a la jaula que servía para resguardar a la iguana que la escuela conservaba como sujeto de investigación para el alumnado. Era bien sabido que ese animal comía todo lo que se le ponía enfrente.

- Ja ja ja. Algo peor que eso – Akane observó horrorizada cómo Ranma alzaba su bultito para enseñárselo a sus amigos. – Las galletas de Akane… -


Acompañada por las grandes y mates sombras de la tarde que anunciaban la llegada de la noche, Akane volvía desalentada hacia la casa Tendo. Luego de la pelea fenomenal que Ranma y ella habían protagonizado en el laboratorio, donde hasta un profesor tuvo que intervenir para salvar la integridad del material biológico, sentía que sus energías habían disminuido y sus ánimos se encontraban por los suelos. El hecho que el patán de Ranma utilizara sus galletas para ganar una apuesta de ese tipo, y hacer más que patente ante otras personas que el cocinar no se le daba tan bien, hacía que su corazón doliera más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Con un suspiro, volteó hacia la hermosa puesta de sol que había tornado el rededor de un agradable y suave tono anaranjado, deseando que por una vez, Ranma admitiera que la comida preparada por ella era deliciosa. "Primero muerto" pensó la pelinegra, para de repente percatarse que se encontraba frente a un lote baldío, donde el amable y gentil Ryoga tenía su campamento.

- ¡Ryoga! – le gritó con gusto, aproximándose al chico, quien al verla miró al piso turbado y temblando.

- ¡A-Akane! ¿Cómo has estado? – Luego que Akane se sentara al lado de su amigo y que Ryoga dispusiera una pequeña fogata para preparar su cena, comenzaron a platicar muy contentos. Hacía tiempo que el muchacho había salido a otro de sus viajes de entrenamiento, y para Akane siempre era una grata compañía y un placer saludarlo cada vez que volvía.

- … y eso fue lo que ocurrió – terminó Akane esforzándose por hablar con un tono neutro, mirando como hipnotizada el fuego rodeado de pequeñas piedras, el cual servía para asar el contenido del traste que Ryoga había puesto encima.

- ¡Ese barbaján! ¡Me las pagará! – respondió Ryoga con furia a la descripción de los acontecimientos que sucedieron en la escuela con las galletas de la chica.

- No merece la pena que te esfuerces Ryoga. Agradezco tu preocupación, pero Ranma siempre será Ranma – comentó conciliadora la chica, mirando a su amigo bajar el puño no muy convencido.

- ¡Lo que ha hecho es imperdonable Akane! ¡No permitiré que pisotee tu orgullo con ese desparpajo! ¡Debe recibir su merecido! – la chica sonrió dulcemente a su interlocutor, que no pudo más que temblar y mirarla como un bobo, mientras se sonrojaba de pies a cabeza.

- ¡Olvídalo! ¿Por qué no mejor me invitas a cenar? ¡Tu comida huele deliciosa! – con manos temblorosas y con peligro elevado de tirarlo todo, Ryoga revolvió el contenido de la sartén y le añadió un par de condimentos, sin poder creer su suerte. ¡Akane, su dulce Akane cenaría con él!

- ¡Po-por supuesto! ¡En un momento estará lista! – con movimientos ágiles y expertos que desmentían su nerviosismo, Ryoga terminó de preparar la cena, la cual consistía en un par de platillos sencillos y un poco de té.

- ¡Está deliciosa Ryoga! ¿Cómo pudiste preparar algo tan rico en estas condiciones? – preguntó Akane encantada e intrigada. Rascándose la cabeza con vergüenza, Ryoga respondió:

- Bueno… tanto andar aquí para allá te hace desarrollar algunos trucos – Akane continuó degustando su cena, maravillándose cómo con sólo un par de utensilios y sin más ingredientes que carne, verduras y condimentos en una fogata, Ryoga pudiera cocinar algo con un sabor tan deleitable al paladar.

Cuando se encontraban tomando el té enseguida de terminar de comer, luego que Ryoga casi tirara su plato de la cena con todo su contenido y quebrara un poco su taza de tanta presión, Akane miró las estrellas que los cobijaban con cierta melancolía.

- Muchas gracias Ryoga. Fuiste muy amable al compartir tu cena conmigo… y lamento haber impuesto mi presencia – comentó Akane con cierto bochorno. Ryoga brincó inmediatamente.

- ¡Por supuesto que no fue imposición Akane! Te aseguro que esta ha sido la cena más disfrutable, gracias a tu compañía – terminó turbado y tocando las puntas de sus índices una con otra, sonrojado. Akane rió agradecida y terminando su infusión, se levantó comenzando a levantar los trastes usados.

- Te ayudaré a recoger Ryoga, creo que es lo menos que puedo hacer para agradecer la cena – Ryoga la imitó arguyendo que no era necesario, pero ante la insistencia de la chica, accedió. Mirando a Ryoga desenvolverse con movimientos estudiados y rápidos (aunque un poco temblorosos), Akane comenzó a formar una idea en su mente. – Ryoga, si te pidiera un favor, ¿podrías ayudarme? – Ryoga la miró extrañado.

- ¿Un favor? ¡Por supuesto Akane! ¡Lo que sea! –

- ¿Aunque fuera una idea tonta? –

- No creo que sea nada de éso Akane. ¿Qué deseas pedirme? – la chica aspiró profundo, indecisa aún sobre pronunciar o no las palabras, cuando una determinación se mostró en su mirada y volteó hacia el muchacho, que esperaba paciente y atentamente.

- ¿Podrías… podrías enseñarme a cocinar? –


Final del Capítulo 1

Continuará…


Comentario de la autora: Pues he aquí el primer capítulo de esta historia corta. Quiero calentar motores con este relato antes de aventurarme a escribir otro fic más elaborado y complejo que está en espera. Sólo espero tener la oportunidad de lograrlo.

Quisiera expresar mi gratitud a todas las personas que han leído y visitado mis dos fics publicados de Ranma 1/2 y que están pendientes de responder, esperando puedan enterarse.

C. Weller chan


Reviews por "El Precio":

AikoBreHoney: Tienes razón: no importa cuánto tiempo pase, es gratificante recibir unas palabras sobre el trabajo realizado. ¡Qué bueno que te gustó! Gracias por tu comentario y tus palabras.

Favoritos de "El Precio":

Neleb: Muchas gracias por añadir "El Precio" a tu lista de historias favoritas. Es un incentivo y una emoción enormes.

Feuer23: También mi agradecimiento por incluirlo en tu lista de favoritas. Representa una cuestión importante para mí. Gracias.

Reviews por "No es a mí"

viry chan: Gracias por el comentario. Aquí hay otra historia más. Espero que la disfrutes.

Encadenada: Jejeje. Muchas gracias por tus palabras. Ryoga es uno de mis personajes consentidos, aunque siempre es interesante tener diferentes gustos y puntos de vista. Gracias por tu review.

Naoko tendo: Esa era exactamente mi intención al escribir el capítulo único. Muchas gracias por tu comentario y por añadir "No es a mí" a tu lista de historias favoritas.

OoIKEBANAoO: Tienes toda la razón, creo que no hay nadie más que sepa exactamente la magnitud del amor de Akane hacia Ranma que Ryoga. ¡Pobrecillo! Gracias por tu review.

Marii-san: Muchas, muchas gracias por tu comentario. Gracias también por tus palabras para "El Precio". Ojalá también disfrutes esta historia.

Favoritos de "No es a mí"

Feuer23: En verdad gracias por añadirlo a tus historias favoritas. Es una emoción y orgullo enormes. Gracias.

Y gracias a todas y todos por su tiempo. Nos leeremos después.

C. Weller chan