Despedidas indirectas
Disclamer: Hetalia no me pertenece
Antonio lloraba sentado a los pies de cama, abrazado a sus rodillas como un niño pequeño, no podía creer lo que estaba pasando, no lo quería aceptar, simplemente no podía aceptarlo, no quería reconocer que Gilbert estaba muerto.
El reino de Prusia desapareció, Gilbert esta muerto, Gilbert ya no volverá a casa.
Esos pensamientos hacían que las lágrimas del ibérico corrieran por sus mejillas con redoblado ímpetu mientras apretaba los dientes queriendo contener los sollozos que amenazaban con rasgarle el pecho mientras los recuerdos de la ultima vez que había visto a Gilbert con vida comenzaban a invadir su mente.
Gilbert había venido a su casa a visitarlo, habían estado hablando de tonterías y bebiendo cerveza hasta que Gilbert le dijo que quería decirle algo importante.
-¿Qué pasa Gilbert?-pregunto Antonio
-Antonio-dijo Gilbert-Rusia quiere invadir mi casa y atacar a mi gente-el prusiano suspiro no sabiendo como darle la noticia, así que decidió dejar caer la bomba y esperar-voy a tener que enfrentarme a el
-¿Vas a pelear con Iván?-exclamo Antonio asustado-no puedes-musito sintiendo un frio inmenso en el pecho.
-Tengo que hacerlo-repuso Gilbert-es por el bien de mi gente
-No puedes hacerlo-replico Antonio-no te dejare-dijo mirándolo fijamente sintiendo deseos de llorar
-Antonio-musito Gilbert intentando calmarlo-tranquilízate-le pidió
-¡Iván va a matarte!-exclamo el español-no voy a dejar que te vayas-dijo decidió
Gilbert no dijo nada, solo se acerco y lo atrajo hacia el, abrazándolo con cariño.
-Se que no quieres que vaya-susurro el albino apoyando su mentón en la cabeza del hispano-pero tengo que hacerlo, es mi deber-dijo quedamente
-No quiero perderte-musito Antonio correspondiendo el gesto, negándose a dejarlo ir
-España-dijo Gilbert-tú harías lo mismo en mi lugar-le recordó
-Lo se-repuso Antonio-pero es difícil
-Estaré bien-dijo el prusiano-no te preocupes
-Prométeme que volverás-pidió Antonio en voz baja
-Tonio…-balbuceo Gilbert, no sabia si cumpliría esa promesa
-prométemelo por favor-pidió España con los ojos húmedos por las lágrimas que pugnaban por salir de sus ojos esmeraldas
-De acuerdo-dijo el hombre de ojos bermejos-te lo prometo
-Gracias-dijo Antonio
-De nada-dijo Gilbert-¿sabes? Te ves mejor cuando sonríes-añadió enjuagando una lágrima que había escapado de sus ojos y dándole un ligero beso en los labios
Y después de ese momento no hubo más palabras, solo sus cuerpos reafirmando la promesa que habían hecho, demostrándose el cariño que sentían hacia el otro, siendo uno por primera vez en sus vidas. Todo era perfecto hasta que Gilbert se fue mientras Antonio dormía pacíficamente.
-Gilbert idiota-murmuro Antonio volviendo a la realidad-me prometiste que volverías-añadió llorando-dijiste que vendrías, t'estimo pedazo de imbécil, te estabas despidiendo ¿verdad idiota?-cuestiono al aire-no ibas a regresar ¿verdad gilbo? No ibas a volver ¿Por qué no me lo dijiste imbécil? ¿Por qué?-fue lo ultimo que dijo antes de quedarse dormido
Afuera parado en el balcón, apareció la silueta de Gilbert con los ojos húmedos por el llanto.
-Lo siento Tonio, lo siento mucho-dijo Gilbert entrando en la habitación-no quería hacerte daño solo quería verte feliz, verte sonreír por ultima vez, Ich liebe dich-añadió besándolo en los labios y desapareciendo del lugar.
Fin
