.

.

*Yo no soy JK Rowling. No soy dueña de nada de lo extraído de los libros de Harry Potter y No gano nada monetariamente por escribir esto

.

.

Como por arte de Magia

.

.

.

.

.

.

-Definitivamente no entiendo como es que te llaman la bruja más inteligente de nuestra generación Granger…

Lo ultimo que esperaba Hermione en esos momentos era tener compañía, se creía sola en la sala común durante al menos un par de horas mas. Después de todo supuestamente Malfoy estaba con Snape y solía demorar largos periodos de tiempo en el despacho del profesor.

-Malfoy honestamente no quiero discutir… por hoy solo déjame tranquila.

Aun no podía creer lo que sus ojos veían. La leona de Gryffindor, el cerebro del trío de oro y la chica cuya mente ágil y sus buenas ideas había llevado a la caída definitiva del mago tenebroso más temido de todos los tiempos. Esa chica fuerte acurrucada en un sofá llorando desgarradoramente.

-Granger, eres idiota.

Lo sabía, ella sabia que era una idiota por llorar de esa manera por un maldito idiota que no merecía sus lágrimas, pero dolía. Vaya si dolía saber que su supuesto novio no era capaz de mantener los pantalones en su sitio y tener a esa serpiente recordándole lo idiota que era dolía aun más.

-Malfoy, yo creo que eres una maldita serpiente narcisista y no me ves diciéndotelo a cada minuto.

Casi sonrío al verla levantarse y mirarlo luego de su mordaz respuesta, pero tenia que admitir que ver en ese patético estado a la chica era molesto. Los ojos hinchados, la nariz enrojecida y las mejillas manchadas de lágrimas. Era completamente antinatural ver a esa chica de esa manera y más aun sabiendo la causa.

-Eres idiota por que en lugar de estar aquí llorando como una banshee deberías demostrarle a Weasel que te importa un carajo lo que te hizo.

Sonrío al ver la cara de estupefacción de Granger. Era obvio que jamás imagino que alguien se enteraría de la pequeña aventura de Weasel y Brown en la vieja aula abandonada del cuarto piso, pero él aun era el príncipe de Slytherin a pesar de todo y tenía sus medios para enterarse de las cosas.

-Malfoy… ¿Cómo demonios sabes que Ronald me hizo algo? Y mas importante aun ¿Desde cuando te importa lo que me pase?

Lo miro sonreír y sintió un escalofrío, era esa sonrisita de suficiencia que solo sabe esbozar aquel que sabe algo que tu no y piensa aprovecharlo. Se estremeció un poco al ver la diversión brillando en el fondo de sus ojos grises y espero la tanda de burlas que soltaría el rubio de un minuto a otro, al menos no escucharía las palabras sangre sucia pues luego de que la guerra acabara al menos Malfoy había dejado de insultarla por su estatus de sangre.

-Compartimos esta torre e incluso tú no mereces salir con un perdedor como Weasel, si necesitas mas razones estas en nuestra sala común llorando, eso me da dolor de cabeza.

Lo vio suspirar mientras respondía antes de dejarse caer pesadamente en el sofá color verde botella frente a ella masajeando sus sienes como si de verdad su cabeza doliera, tenia que reconocer que al menos ya no estaba llorando, Malfoy era excelente para lograr que se enfadara al punto de olvidarse de todo solo con unos cuantos comentarios.

-Lo siento Malfoy intentare llorar en silencio por que el bastardo de mi exnovio estaba metiéndole la lengua hasta la garganta a una… una…

-¿Perra rubia?

-Si, metiéndole la lengua a una perra rubia, a una zorra que conoce la cama de más de la mitad del colegio en lugar de pasar conmigo mi cumpleaños.

No podía creer que la pequeña chica recatada fuera poseedora de esa lengua venenosa, pero al mismo tiempo no le sorprendía tanto, ella era la chica que le rompió la nariz en tercer año y que lo insulto ingeniosamente más de una vez.

-Vamos Granger, es el mejor regalo del mundo. Librarte de un perdedor pelirrojo pobretón.

-Ojala solo fuera eso…

Era bueno verla despotricar insultos a alguien que no fuera él para variar un poco pero ver su expresión de ira volver a transformarse en el vivo retrato de la desilusión lo obligo a fruncir el seño al comprender que era lo que estaba tan mal y casi deseo ir a patear el culo de san Potter hasta que su cerebro de Troll recordara que el 19 de septiembre era el cumpleaños de la chica pero él era Draco Malfoy después de todo y tenia otras formas de torturar personas sin mancharse las manos.

-¿Qué es entonces? ¿Tus perfectos amigos olvidaron que día tan especial es hoy?

-No, estoy segura que ellos saben perfectamente que hoy es 19 de septiembre, solo olvidaron que se celebra el día de hoy...

Solo era su cumpleaños, no era el gran evento o eso quería pensar. Suspiro resignada al recordar como los chicos podían memorizar largas estadísticas de Quidditch e incluso las fechas de los partidos pero no su cumpleaños.

-¿No vas a disculparlos diciendo que seguramente es debido al estrés de la post guerra?

Miro los ojos de su compañero, desde que a ella y Malfoy los habían nombrado premios anuales su enemistad se había ido enfriando poco a poco, los primeros días habían sido el infierno pero luego habían comprendido que si querían sobrevivir a la sobrecarga de trabajo debían trabajar juntos.

-No, no es como si fuera importante de todas maneras…

No habían hablado de ello pero ambos habían tratado de no molestar al otro demasiado y hacer cada uno la parte de su trabajo a cabalidad, y eso gracias a las barbas desgreñadas de Merlín estaba funcionando.

-Es un día especial Granger si no lo fuera no estarías así, es tu cumpleaños y deberías celebrarlo.

-Supongo entonces que tú te ofreces voluntario para celebrar conmigo…

Lo miro estirarse en el sofá mientras tomaba un libro que ella misma había dejado allí horas atrás antes de ir a buscar a su ex novio y encontrarlo muy ocupado con la cara casi soldada a la de esa estupida rubia resbalosa y comenzar a ojearlo mientras la miraba de reojo como si estuviera realmente considerando celebrar con ella.

-¿Por qué no? Hoy me siento magnánimo y te daré el mejor regalo de tu vida, un buen cambio de imagen para que a Weasel se le retuerzan las pelotas.

Miro boquiabierta como se levantaba del sofá sacudiéndose la tunica negra y alisando las arrugas imaginarias de la prenda mientras la miraba fijamente esperando que ella también se levantara.

-¿Es una broma?

-No, considéralo mi obra benéfica del año.

Extendió su mano a su melenuda compañera y espero pacientemente a que se repusiera del shock, estaba seguro de que al final aceptaría. Después de todo nadie quiere pasar su cumpleaños solo y menos aun luego de ver a su novio follando con una rubia en una sala abandonada en lugar de siquiera decirle un patético felicidades, porquedudaba que la situación económica del pobretón diera para mas.

-Venga vamos a Hogsmeade, debe haber un buen lugar donde cambiar esos horribles trapos por algo mas decente.

Abrió los ojos al sentir como el rubio la tomaba de la mano y la comenzaba a arrastrarla hacia la salida mientras murmuraba algo de que su ropa parecía salida del armario de la profesora McGonagall.

-Malfoy ¿Estas demente?

Intento soltarse de su agarre pero los largos dedos del chico aferraron con un poco mas de fuerza su muñeca mientras salía de las habitaciones de premios anuales hasta el pasillo del séptimo piso donde estaba su torre arrastrándola sin piedad alguna pese a sus esfuerzos por que la soltara.

-No, deja de quejarte y camina Granger tenemos mucho que comprar.

-Jamás y es mi ultima palabra.

Intento liberarse de nuevo y por un segundo consiguió que soltara su muñeca para que antes de que lograra escaparse del huron rubio el la tomara de la mano y enlazara sus dedos con los de ella logrando que la sensación de su piel fría contra la suya la congelara logrando que un sonriente rubio la arrastrara mas fácilmente pese a sus palabras.

.

.

.

.

-¿Por qué demonios termine aquí?

Hermione miro su reflejo en el espejo con resignación, ni siquiera se entero en que momento Malfoy la había arrastrado hasta el salón de belleza mas grande del pequeño pueblo, lo ultimo que recordaba era estar discutiendo sobre visitar al estilista de su madre en Paris y luego de negarse se encontró sentada en ese lugar.

-Por que tu te negaste rotundamente a ir con la estilista de mi madre...

Con la capa negra sobre los hombros y pecho mientras una bruja de cabello rubio la miraba evaluando su rostro y cabello con rostro horrorizado al ver las puntas abiertas y el aspecto opaco que tenia.

-No seas obtuso Malfoy...

-Lo siento Granger pero es parte de mi encanto…

Le sonrío con su mejor expresión de inocencia al verla temblar de ira contenida mientras la estilista murmuraba una y otra vez sobre la aberración, el crimen contra el estilo y el buen gusto que era salir a la calle con un cabello como ese.

-¿Encanto? Claro, eres tan encantador como una serpiente.

Suspiro resignada al ver a la mujer sonreír como si hubiera decidido por fin como solucionar ese crimen contra el estilo como lo había llamado hacia apenas unos segundos.

-Soy un Slytherin querida, ahora calla y deja que esta encantadora mujer haga algo con esta masa de cabello antes de que cobre vida y nos devore.

-Eres un idiota.

Hermione solo puso sonreír luego de insultarlo ante el tono de falso horror del chico mientras usaba su varita para tocar un mechón de cabello especialmente crespo.

-No.

Draco mantenía su mejor expresión estoica intentando no reírse al ver a Hermione tocando su rostro en un intento de convencerse a si misma que la mujer de perfectos rizos castaños era ella.

-Granger definitivamente esa eres tú.

La vio negar con la cabeza mientras pasaba sus dedos entre su cabello completamente incrédula. La estilista sonreía completamente orgullosa de haber logrado semejante maravilla no solo en su pelo sino también en el maquillaje.

-Imposible… yo no me veo así.

La mujer en el espejo no podía ser ella, Hermione se miraba incrédula y luego miraba a Draco exigiéndole respuestas. Tenia que ser un espejo encantado o algo por el estilo. Veía sus rizos cayendo en tirabuzones perfectos y brillantes, su rostro se veía como si no llevara maquillaje pero al mismo tiempo ella notaba la diferencia, era sutil pero allí estaba ayudando a resaltar lo mejor de sus facciones y ocultando sus imperfecciones.

-Ahora lo haces, no es tan diferente Granger, solo domaron un poco tus rizos y usaron algo de maquillaje.

Tenía que admitirlo, ella era bastante bonita. No era una belleza espectacular pero resultaba interesante de manera única, enarco una de sus perfectas cejas rubias al verla mirándolo fijamente a través del espejo.

-¿Malfoy?

-Que pasa.

-¿Por qué haces esto?

Nadie, nunca nadie había hecho algo así por ella. Obviamente era una chica y como a todas le preocupaba su apariencia pero de alguna manera todo mundo pensaba que ella vivía solo para estudiar o ayudar a Harry Potter sin preguntarse lo que ella deseaba.

Había pasado meses en una tienda con sus amigos y su apariencia había pasado a ser lo menos importante para ella. Apenas tenia tiempo de dormir y comer mucho menos para pensar en que su cabello necesitaba algún cuidado extra.

Incluso cuando había vuelto a la normalidad no se había preocupado por su pelo, por el maquillaje o por la ropa por que había intentado superar las pesadillas y la ausencia de sus padres.

-Honestamente Granger lo ago por varios motivos, joder a Weasel es uno, que dejes de llorar es otro, como ya dije me causa dolor de cabeza y por ultimo podrías tomarlo como una ofrenda de paz.

La estilista se había marchado cuando noto que el tono jovial de ambos se tornaba mas serio dejándolos hablar en privado. Hermione se levanto de la silla y lo miro a los ojos pero manteniendo su distancia del chico.

-¿Ser amigos?

No, no aspiraba a tanto. Quería al menos continuar con esa cordialidad que habían mantenido durante el día. Después de todo no quería visitar a Madame P. mas de lo necesario para entregarle las nuevas pociones.

-Ser civilizados seria bueno, no quiero volver a la enfermería…

-Exageras Malfoy, fue un simple hechizo de cosquillas.

Hermione se sonrojo al verlo tocar su brazo derecho distraídamente y la culpa volvió a carcomerla aun que intento disimularlo.

-Que me lanzaste cuando estaba bajando las escaleras, de las que caí y me fracture el brazo en tres sitios distintos.

-No fue para tanto…

Él solo sonrío mientras le ofrecía su brazo dándole a entender que estaba perdonada y ella con una sonrisa tímida lo tomo. Se sonrojo al no estar acostumbrada a ser tratada con semejante caballerosidad pero aun así se sintió feliz de experimentar ser tratada como una dama y no solo como un miembro mas del trío de oro.

-Vamos, si no encontramos nada en "Tiros Largos" tendremos que ir al callejón Diagon.

.

.

.

.

No tengo ni la mas remota idea de adonde voy con esta historia, simplemente estaba sentada escribiendo para otro proyecto cuando me di cuenta de que en lugar de el capitulo de ese fanfic estaba escribiendo el dialogo de una historia nueva.

Decidí publicarla de todas maneras pues mi musa es caprichosa y es mejor aprovechar el momento en que decide trabajar. Estaré esperando sus comentarios y veremos juntas a donde vamos con este proyecto que seguramente será más o menos de la misma longitud del anterior.

Sobre Snape… bueno no tengo corazón como para dejarlo muerto y aprovechando que esto es fanfiction digamos que en la batalla alguien lo salvo cuando estaba por morir al igual que alguien aparto a Fred de la maldición acecina por que no pienso dejar al adorable gemelo morir tampoco.

Me despido con cariño…

Nox