Bueeeeeeeeeeeno... Este es mi primer Fic publicado o sea que... No seáis muy duros conmigo! La idea de la lluvia es un tema muy recurrente en mis chibihistorietas y me gustó bastante el papel que tiene en en esta. A ver que opináis vosotros! Por cierto... Se que Kurotsuchi, Oonoki y Deidara no son familiares, pero me gusto ponerlos así, ademas era necesario ponerlo así para el desarrollo de la historia. Sera bastante (muy) largo, pero iré poco a poco para que vayais asimilando ideas XD El epílogo es corto pero tan solo es una entrada a lo que viene
Lo que se esconde tras la lluvia (Epílogo)
Era dia cinco de Mayo. Dos siluetas se situaban en el cementerio. Una de ellas era de un niño de pelo rubio, con la mirada perdida en una de las lápidas, mientras que la otra figura era de un hombre mayor que rezaba a la lapida.
-Vamonos, Deidara- Dijo el viejo separando las manos y cogiendo su paraguas -La tia debe estar preparndote la tarta-.
-Si, abuelo...-Dijo el pequeño Deidara con voz infantil y girandose hacia fuera.
Mientras iban hacia afuera de el cementerio, rubio vió a un chico pelirojo ante una tumba, llorando y sin paraguas.
-Abuelito...- Tiró del brazo de su abuelo y señala a el pelirojo -Quien es ese chico?-.
-Ah?- Mira al chico señalado y vuelve a mirar a Deidara, acariciandole la cabeza -Debe ser el hijo de alguien de la gente que habia ayer en accidente de tren, pero no pasa nada, seguro que lo vienen a buscar pronto-
Deidara no escuchó nada de lo que dijo el abuelo a partir de lo del accidente de tren. Estuvo un rato mirando al otro chico hasta que se decidió y echó a correr hacia él. El grito de su abuelo paso desapercibido con el ruido de la lluvia. Cuando llegó al lado del otro chico le tendió el paraguas. El pelirojo miró sorprendido a el rubio el cual le mostraba su sonrisa con entusiamo.
-¡Toma! ¡Te lo doy!- Dijo Deidara agachado, dándole el paraguas al chico.
-G-gracias...-Dijo el joven, agarrando el paraguas que le tendia el rubio, mientras se limpiaba las lagrimas.
Al oír las gracias, el pequeño Deidara rió y se fue corriendo hacia su abuelo, intentando evitar mojarse con la lluvia. Al llegar al lado del viego volvio a mirar al chico y se puso la mano al lado de la boca como si fuera un megáfono.
-¡Y rie un poco!-Gritó el rubio. Esas palabras sorprendieron mucho al pelirojo que después rió mirando a Deidara.
-¡Si!-Dijo el chico sonriendo. Cuando oyó el si el otro chico sonrió y se giró para irse.
-Sasori...- Digo alguien. El pelirojo se giró y miró la dirección de donde venia la voz. Allí estaba una mujer bastante mayor, de unos 50 años. -Sabia que estarias aqui... Vamonos-
-Si, Chiyo-baa-sama...- Sasori le dio la mano a su abuela, todavia con el paraguas que le dió Deidara. En un impulso de curiosidad, miró hacia atrás y vió que Deidara tambien lo estaba haciendo. Al cruzar las miradas se sonrieron y volvieron la vista adelante.
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