Las vidas de dos universitarios se cruzan... el amor llega de la persona que menos esperas sin que se den cuenta... vidas difíciles... quien dijo que la vida era fácil...

-...- Dialogo

-"..."- Pensamiento

Se aceptan Reviews de cualquier tipo...

Desconocidos

Por: Rin Tsuki

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Capitulo 1

Nuestra vida a diario

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-Minamoto...-

Es la segunda vez que la llama el maestro para que conteste la lista, por otra parte, el chico de los ambarinos la ve desde su lugar, la chica más aburrida y seria del salón, la típica chica desgarbada de tenis y jeans, lista y no muy atractiva, una chica promedio, la que se la pasa en la biblioteca utilizando el tiempo solo en ella, egoísta, nunca se ofrece a ayudar a sus compañeros y si lo hace es porque casi le ruegan, la que tiene pocos amigos y casi nadie le habla en el salón, bueno, es solo su juicio, a decir verdad, ahora que lo piensa, nunca en sus cuatro años que llevan en la universidad y en el mismo grupo la ha tratado... y mucho menos hablado, solo volteo a verla en ese momento por que ya van dos veces que el profesor la llama para que conteste la lista, Rin vuelve su vista hacia el maestro algo despistada, esta solo levanta la mano

-Minamoto has estado muy distraída últimamente - la reprende el profesor

-Lo siento Profesor Kitagara- se disculpa y voltea de nuevo a donde antes, su mirada y su mente están afuera, la ventana es pequeña para perderse en el paisaje y si bien a estado distraída es por mucho ya que hace poco se ha dado cuenta de lo sola que esta, su familia no la apoya en nada pero tampoco siente que le haga falta -"Siento... que algo me hace falta"- saca su libreta y comienza a apuntar lo que el maestro pone en la pizarra...

-"Aburrida... promedio"- dice para si el chico de los ojos ámbar

Otro chico tras él le toca la espalda para que voltee sacándolo de sus pensamientos, le habla en voz baja

-¿Iras al campamento?-

-No, tengo trabajo, estaré ocupado todo el fin de semana- le responde sin quitar la vista del frente

-Que lastima Sesshoumaru, será la próxima-

-Eso espero... -

Al salir de clases Rin va a los vestidores del gimnasio de la universidad a toda prisa, se coloca su traje blanco, camina hacia el interior del gimnasio donde otros siete compañeros esperan vestidos de igual manera, tres chicas y cuatro chicos para ser exactos

-Rin llegas tarde - le grita una chica de cinta amarilla atada a su cintura sujetando el traje

-Lo siento, el maestro no se iba – dice Rin llegando hasta donde ellos tratando de disculparse

-Tienes suerte de que el sensei no haya llegado - le habla un chico de cinta negra

-Sí, vaya que sí – Rin piensa en el regaño y el castigo que el sensei le proporcionaría por su falta de puntualidad, es un hombre muy estricto y muy bueno en lo que hace, se acomoda la cinta azul en su cintura haciendo un fuerte nudo -¿Y dónde está el Sensei?-

-Hablo hace unos minutos, dijo que comenzáramos a entrenar, llegara tarde-

-"Que ironía"- piensa Rin caminando hacia el centro del gimnasio

Sin más comienzan a entrenar, el profesor llega a media clase, no se salvaron del entrenamiento riguroso

-Bien chicos, el torneo será en un mes, los quiero ver entrenar, no quiero que vayan a hacer el ridículo en frente de las demás facultades - palabras duras dichas por el sensei con su voz grave

-Si Sensei- responden todos al unísono

Al finalizar la clase Rin regresa al vestidor junto con sus compañeras, ya en el vestidor casi lista abrochando sus agujetas

-Minamoto ¿cómo está tu hermano?- le pregunta una de las chicas en tono pícaro

-¿Que es lo que le ven a mi hermano? no es más que un idiota retorcido- responde hastiada mientras cierra su mochila

-Eso es lo que dices tú porque es tu hermano, pero la verdad - la interrumpen

-La verdad es que esta como me lo receto el médico- dice otra de las chicas mientras guarda sus cosas en la mochila

-Bueno... las dejo para que sigan hablando de mi hermano- toma sus mochilas y se dirige a la puerta del vestidor

-No te enojes Minamoto- dice una de las chicas

-No estoy enojada - les sonríe animadamente - llevo prisa, todavía tengo que ir a la biblioteca - dice Rin algo desanimada, no le gusta quedarse en la biblioteca pero tiene que hacerlo, no es como sus demás compañeros que compran los libros, no tiene los suficientes recursos como para darse esos gustos

-Te entiendo- le dice una en tono comprensivo

-Hasta mañana- dice Rin saliendo de los vestidores

Ocho treinta de la tarde, Rin sale de la biblioteca camino a la parada del autobús que para colmo este algo retirado de la facultad, tiene que caminar por lo menos cinco calles hacia abajo con maleta y mochila al hombro

Cuarto a las diez de la noche, ya en frente del edificio donde vive mira su reloj de pulso que a todos lados la acompaña, sube las escaleras aun adolorida por el entrenamiento de la tarde, los músculos están comenzando a enfriárseles, al llegara al tercer piso saca sus llaves de la mochila y entra a la casa, se encuentra con su papá y su mamá sentados en el sillón de la sala viendo el televisor

-Hola- dice Rin con desgano y la mirada baja, no tiene ganas de ver a sus padres, solo esta mañana discutió con su madre por cosas que ella cataloga como pequeñeces y estupidas y para colmo su padre no se metió, eso logro enfadarla aun más de lo que ya estaba un día anterior por otras cuestiones

-¿Como le fue a mi hermosa jovencita?- habla de pronto el padre tratando de animarla, cosa que no logra hacer, Rin sabe muy bien que solo lo dice por decirlo

-Bien- le contesta Rin dejando sus cosas en el sillón

-Ahí no va eso- le reprende su madre mirándola de medio lado, como si su sola presencia le estorbara

-Está bien- dice Rin cargando de nuevo todo y va a su cuarto sin decir más, al pasar por el cuarto de sus hermanos se da cuenta de que esta solo

-Mamá ¿dónde están Keisuke y Hiroshi?- pregunta Rin desde el pasillo

-Keisuke está con su novia, están arreglando lo de la boda y Hiroshi en el trabajo- apenas le responde

-Ah...- contesta Rin enarcando la ceja y dándose la vuelta

Llega a su cuarto dejando sus cosas en el suelo, sale de ahí para ir al baño y tomar una refrescante ducha nocturna... si... una vida sencilla es lo que lleva, toda su vida viviendo en el mismo departamento de tamaño justo con sus padres y sus hermanos, de posición socioeconómica media-baja tratan de ver la vida lo mejor que pueden y parece que estos últimos siete años la vida por fin les sonríe, todos ya son mayores de edad, cada quien trabaja para sí, el tiempo de que sus padres pagaran sus estudios terminaron hace tres años, sus propias decisiones son las más importantes, cada quien sabe lo que quiere, todo es normal... en lo que cabe... salvo por el hecho de que siempre la han visto como la oveja negra de la familia... seria... aislada... callada... poco atractiva... todo lo contrario a sus hermanos... guapos... extrovertidos... rodeados de amigos... pero hay algo de lo que puede estar orgullosa... su inteligencia... su bajo perfil es lo que mantiene esta cualidad escondida por eso ni siquiera le apura que la hagan a un lado

Once de la noche, saca los apuntes que saco de los libros de la biblioteca para comenzar hacer su tarea, estos últimos tres semestres han sido los más pesados entre escuela, trabajo, practicas, entrenamientos, exámenes, en fin, pero si quiere llegar a ser alguien tiene que adaptarse a todo esto si quiere alejarse de su familia y no tener que pedirles nada, tiene que hacerlo

Once de la noche, mientras que en otra parte de la ciudad todo es muy diferente, el chico de los ambarinos regresa cansado a su mansión después de haber pasado toda la tarde en su trabajo y de dejar a su novia en casa, por fin puede estar tranquilo, su vida no ha sido nada sencilla, de posición socioeconómica alta vivir en esa enorme casa con su padre y la esposa de este es agotador, por fortuna su hermano menor se encuentra estudiando en Alemania por decisión de su padre, eso es un alivio para él casi no lo tolera, para él es solo un niño hiperactivo de seis años, la madre biológica de Sesshomaru murió cuando este tenía ocho años, su padre se volvió a casar cinco años después procreando al hijo antes mencionado con esta, al abrir la puerta se da cuenta de que la casa está a oscuras, ni siquiera la ama de llaves se aparece, no es nada extraño que la casa este así últimamente, enciende la luz de la sala y camina hasta la cocina, antes de abrir la refrigeradora ve un papel amarillo en la puerta, una nota de su padre, "salimos en el vuelo 283 a las cuatro de la tarde, habla a mi celular, usa la clave 17"

-Es cierto, olvide que se iban a ver a Inuyasha – dice para si Sesshoumaru, revisa su celular, se da cuenta de que lo trae apagado, continua con lo que estaba por hacer, abre el refrigerador, decide hacer solo un emparedado y un poco de jugo, Kagura insistió en comer algo que a él no le gustaba, así que no ceno, sube a su recamara para comenzar a hacer sus últimos deberes universitarios, en cuanto se dispone abrir el libro suena su celular, revisa antes de contestar

-"Kagura ¿y ahora qué querrá?"- termina por contestar fastidiado- Kagura ¿Qué pasa?- su más grande dolor de cabeza desde hace un año

-Nada amor, solo quería escuchar tu voz- le dice Kagura mientras Sesshoumaru odia que anteponga esa palabra a cualquier enunciado que le dice

-mmm... estoy ocupado... nos vemos mañana ¿quieres? - trata de ser lo menos agresivo posible

-Bueno... hasta mañana amor- contesta la chica decepcionada, termina por colgar ante la renuencia por hablar por parte de Sesshoumaru

Sin más distracciones Sesshoumaru abre su lap top y comienza a trabajar

Dos de la mañana, la impresora se escucha en la soledad de su habitación, baja a la cocina para depositar los paltos sucios en el lavabo, se escucha el teléfono en la sala, se dirige a contestar

-¿Papá? a lo siento- dice algo apenado por haber olvidado llamarle- traía el celular apagado – se explica Sesshoumaru esperando la reprimenda por parte de este

-No importa, ya no eres un niño ¿como estas?- pregunta Inutaishio caminando por la lujosa habitación de hotel en la que se hospeda, mientras Sesshoumaru se sorprende que no le haya dicho nada

-Bien papá, apenas iba a dormir- dice Sesshoumaru

-¿Cómo te fue en la empresa?- pregunta Inutaishio sentándose al borde de la cama

-Todo bien, no te preocupes – le contesta tranquilamente Sesshoumaru yendo a tomar asiento

-Siento haberte dejado con todo esto-

-No importa, no es nada con lo que no pueda-

-Confío en ti- dice Inutaishio sonriéndose

-Lo se-

-Un momento, Inuyasha quiere hablar contigo-

-Papá...- sin ánimos de hablar con su medio hermano

-Anda solo dile que estas bien, después de todo Inuyasha fue el que insistió en que te habláramos

El pequeño toma el auricular y lo pega a su oído con fuerza para poder escuchar a su hermano mayor

-Sesshoumaru-ani-san- la dócil voz del niño hace que las facciones en el rostro de Sesshoumaru se le suavicen

-Insecto... ya vete a dormir- es lo único que logra salir de su duro corazón

-Está bien… pero ¿como estas?- continua el pequeño sin ánimos de dejar el auricular

-Bien, ya vete a dormir no es hora de que estés despierto, pásame a papá-

-Tschüss... Guten Abend Sesshoumaru-ani-san- se despide de su hermano en alemán su segunda lengua

-Bye-

El pequeño le entrega el auricular a su padre

-Sesshomaru-ani-san me dijo que me fuera a dormir- dice Inuyasha entregándole el teléfono a su padre

-Vaya, pero ¿como a él si le haces caso?-le dice Inutaishio sorprendido del efecto que tiene el tempano de hielo de Sesshoumaru en el pequeño Inuyasha

Inuyasha le sonríe tiernamente y sale de la habitación a toda prisa de este para irse a su cuarto

-Bueno, nos vemos el lunes, Izayoi te desea buenas noches - ahora es la voz de Inutashio al teléfono

-Si... Bien... hasta el lunes- contesta con desinterés, lo que venga de ella es lo que menos le importa

Finaliza la llamada y va directo a su habitación, las hojas ya están impresas, las mete en una carpeta y la guarda en la mochila, mira hacia la ventana mientras se sienta en la orilla de la cama

-Esa Minamoto... que será lo que tanto ve fuera de la ventana todos los días- dice para sí mientras ve la ventana de su habitación- no es más que una pobre chica promedio con sueños de perdedor, eso debe ser- dice de manera burlona acostándose en su cama para tratar de dormir, el día fue sumamente pesado, desde las dos de la tarde se la paso en la oficina con un montón de papeles, teléfonos sonando, visitas inesperadas, juntas, reuniones fugaces, llamadas de inversionistas incómodos y una secretaria que se la paso insinuándosele cada vez que entraba a la oficina

Tres de la mañana, en un pequeño cuarto de cinco metros por cinco, la chica de los ojos cafes miel se asoma por la ventana después de terminar la tarea correspondiente para el siguiente día, le llevo cerca de media hora arreglar la impresora, es vieja, pero cumple muy bien su función, y que mas como recompensa que ver fuera de las cuatro paredes, la noche es sumamente hermosa, llena de estrellas pero sin luna, parece un manto de flores blancas

-No se puede vivir de sueños, al menos no en este mundo- dice en voz baja

De su mochila saca un par de revistas de anime, mira a los personajes de las series que más le gustan y unas tantas nuevas, recordando viejísimos tiempos lee con detenimiento las reseñas de ellas, ríe por las cosas divertidas que el escritor pone de ellas, este es su mundo aunque ya haya crecido, le gusta, le hace ver al mundo de una manera diferente

-Pero a nadie le hace daño soñar de vez en cuando- dice tranquila con una pequeña sonrisa en sus labios

-Rin, ya duérmete- su nombre en un grito de la voz chillante e implacable de su madre se escucha del cuarto contiguo

-Ya voy- responde fastidiada tratado de no hablar de mas y que las palabras altisonantes no salgan de su boca o que su madre no las escuche –"como la odio, a mis hermanos no les dice nada"- la luz de la televisión que sale del cuarto de sus hermanos continua encendida -"lo olvidaba... aquí no soy más que un fantasma"- no sabe porque, pero su madre y ella no llevan una muy buena relación que digamos y mucho menos con su padre, cierra las revistas y va hacia la computadora, guarda la historia que día tras día escribe, pero una que solo ella puede leer y solo ella sabe de lo que trata, es la única manera de desahogar sus sentimientos, es la única forma que conoce para entretenerse, aun adolorida de sus piernas camina despacio hasta su cama, mira nuevamente hacia la ventana- ¿habrá alguien para mi en algún lugar?- es la primera vez que se pregunta esto -¿qué es lo que me espera en el futuro? Bueno, quien sabe solo sé que mañana es otro día - Finaliza tajantemente su conversación consigo misma, sabe que no obtendrá repuesta de ningún lado, que mas da lo que pase en el futuro, lo que tenga que venir, vendrá


Nota autora:

Nombres, Edades y Carreras:

Adaite Sesshoumaru, 27 años, Ingeniero Administrador en Sistemas, Empresario, Finanzas

Minamoto Rin, 21 años, Ingeniero Administrador en Sistemas, Enfermera de medio tiempo

Minamoto Keisuke (hermano de Rin), 28 años, Empresario en potencial, Finanzas

Minamoto Hiroshi (hermano de Rin), 24 años, Arquitectura

Adaite Inuyasha (hermano de Sesshoumaru), 6 años, Primaria

Adaite Inutaishio, 52 años, Empresario

Adaite Izayoi, 42 años, ex empresaria, ama de casa

Takei Kagura, 25 años, Relaciones públicas, Poliglota, Heredera

Habrá otros personajes más adelante