Los personajes aquí presentados son de sus respectivos dueños (Kurumada, Araki, la Toei, etc.), agradezco también a todos aquellos que me han hecho el favor de permitirme usar sus personajes confiando que yo les daría un buen uso (hay que ser iluso… je, no es cierto O.o), entre ellos Altair, Blue, Black, Piti, Nairin, Vulpix, Kitiara, Daga, Vega, Yurai, Barenti, Vane, Katt, Angel, Sybelle, Ma. Belen, Deiyan, Cruz, Psique, Ashera, Jisai, Laura, Evelia, Odra, Wendy, Natalia Kido, Géminis Marian, Evelyn, Sarayhin, Kuryaki, Minerva, Airienn, Alexiel, Aleisha, Ikyori, Zacek… ufff, espero no haber olvidado a nadie Aither se detiene un momento a recuperar el aliento, y si sí, je, lo siento, ha sido sin querer, avisadme y yo lo arreglo.
Y gracias a todos ustedes por leer mis desvaríos.
Ya saben, dudas, sugerencias, aclaraciones, jitomatazos, etc. siempre serán bien recibidos.
La historia de un muchacho
Por Aither
Capítulo I
Y sólo una vivirá...
La triste mirada, casi vacía de la Diosa, contrastaba con el hermoso panorama que miraba a través de la ventana de su habitación, ninguno de sus cinco acompañantes, a pesar de ser sus mejores amigos, y de haber salvado sus vidas numerosas veces, podría imaginar siquiera el tormento que atañía su alma.
Abajo, los vestigios de las órdenes del Santuario, de Asgard, y de Poseidón, festejaban la reciente victoria, entonces¿por qué no podía unirse a ellos¿por qué no podía simplemente bajar y celebrar su victoria contra el Olimpo, que aseguraba el bienestar de la Tierra, aquellos que ella consideraba su familia y amigos, ignoraban, aunque fuese por esos cortos momentos, lo que tan cruentas y terribles batallas les había costado a todos y cada uno, la sangre derramada de sus seres queridos, y de seres que, en otras situaciones, hubiesen llegado a querer, ...en fin, de tantos que no merecían morir, y entonces, por que simplemente ella no podía olvidar ese tormento, por que no podía darse esos momentos, y tener las dudas después, ... algo ahí estaba mal, había una pieza del rompecabezas que no terminaba de encajar, pero ... ¿Cuál? ... sufrimiento, era todo lo que sus ojos podían ver.
Era la diosa quien sufría, al haber tenido que aniquilar a su familia, renegar su linaje, para defender el planeta, el cuál ya no estaba segura de si merecía ser defendido. Sufría, por haber acabado con su raza, con su padre, con su hogar.
Era la humana quien sufría, al sentirse impotente, al pensar que pudo haber hecho mucho más en las batallas pasadas, y pensar que, si hubiese sido más fuerte, si hubiera sido más digna de su linaje divino, no se hubiese derramado la sangre de tantos amigos; sufría por haber visto de nuevo el rostro de aquél al que llamó abuelo, y por haberlo destruido, llamándolo padre.
Sufría por haber sido débil, al pensar que se le encomendaba una tarea titánica para ella¡tan sólo tenía 13 años!...o ¿tendría mucho más¿quién era ella¿sería Palas Atenea, diosa griega de la sabiduría y la guerra defensiva, o ¿sería Saori Kido, heredera de la Fundación Graude, y adolescente ajena a lo que dioses y guerreros tenían que ofrecer, a diferencia de otros dioses encarnados, las dos esencias que habitaban en ella, habían coexistido simbióticamente, casi sin diferenciarse nunca la una de la otra, ... ¿será esta la razón de su debilidad¿acaso la humana limita a la diosa, al parecer, con la caída del panteón griego, las batallas parecían haber terminado, pero entonces...¿podría continuar como siempre, sin ser nunca ni una ni otra cosa, ...¡No, la respuesta era sencilla, debería sacrificar permanentemente a uno de los seres que vivía en su interior.
Saori¿te encuentras bien, preguntó Seiya.
Saori se giró lentamente, sus ojos reflejaban un alma milenaria, para quien el tiempo no tiene ningún significado. Debía tomar una decisión, a partir de ahora, debería ser diosa, o ser humana, pero no podía seguir siendo las dos, no si eso le costaba la vida a sus seres queridos, pero ...¿Quién sería mejor y más útil para aquellos a los que tan indignamente llamaba amigos y familia, o más aún, para el mundo?
¿Qué sucede Saori, volvió a preguntar Seiya.
Una tristeza milenaria y a la vez joven resonó en su voz
-Reconstruiremos la orden del santuario- dijo Saori. La decisión había sido tomada, y a pesar del dolor, no debía arrepentirse.
Mientras tanto, la humana sufrió de nuevo, por la vida que se le escapaba de las manos, maldiciendo su destino ..., la diosa sufrió una vez más, ahora era responsable de la muerte de una inocente más.
Así, bajo la mirada atónita de cinco confundidos santos de bronce, Saori... ¡no!... Athena, volvió a girarse para mirar por su ventana, abajo, las risas de sus invitados continuaban alegremente, a pesar de la cruel batalla de la que acaban de regresar, a pesar de que pronto, muchos de ellos no soportarían más, ya fuese por heridas o por cansancio, pronto todos habrían de desfallecer, varios, deberían estar ya en un hospital, pero su terquedad los había hecho celebrar un poco el que pudieran ver un nuevo día, un hermoso día. Los ojos de la Diosa se clavaron en el hermoso día que resplandecía afuera... de pronto, ya no le resultaba tan hermoso.
Se oyó un grito en la parte de abajo, Ban acababa de desmayarse, y fue así como todos recordaron las terribles condiciones en las que se encontraban después de la batalla.
-Tatsumi, -gritó Athena-, llama al hospital de la Fundación, y que preparen varias salas.
Cd. de México
En ese mismo momento, a medio mundo de distancia, como si la reciente decisión de la Diosa/humana se manifestará en los cielos, pude observar, desde la ventana donde me había postrado para ver las estrellas, como empezaba a llover ... ¿extraño, el cielo estaba despejado hace un minuto, un relámpago se manifestó, y me pareció ver, tan sólo por un instante la constelación del Dragón en el firmamento.
Era extraño, desde hace ya algunos años, que me pasaba horas viendo el firmamento, era curioso como un niño de 7 años perdía las noches viendo las estrellas, y estudiando acerca de ellas, al grado que se me hacía fácil ubicar y reconocer las diferentes constelaciones (¡haber visto mi cara de felicidad tipo "Saori niña maltratando a Seiya" que puse el día que conseguí que me compraran un telescopio!), era además rara la afición que sentía hacia una constelación en particular, el Dragón.
Tendría yo apenas 7 años cuando comenzó todo esto, cuando siendo apenas medianoche, me desperté sin razón aparente, abrí la puerta que conducía a la azotea, y subí, al llegar ahí, sólo alcé la mirada, y me quedé contemplando el cielo, en especial un conjunto de estrellas que a mi parecer brillaban más que cualquier otra, la veía claramente (cosa complicada en mi nada contaminada Cd. de México), después descubriría que esa constelación era la del Dragón, en ese momento, me perdí a mi mismo... y me encontré, era... como si algo me llamará, cómo si dentro de mí, algo me dijera que había mucho más en mi camino, mucho más de lo que me atrevía a creer siquiera, inmóvil, inmerso en pensamientos tan profundos, que ahora no puedo recordar, tampoco reparé hasta el día siguiente en la forma que Rocky ( mi perro, que habita en la azotea que utilizo como observatorio) se había apartado de mí, contrario a lo que sucede en otras ocasiones en las que no me encuentro en "trance", pues el hermoso Rottweiler que pesa 3 veces más que yo y mide casi lo mismo, me ve cara de alfombra con sabor cada vez que subo, sin embargo, su comportamiento de ignorarme olímpicamente no ha cambiado en estos 2 años en los que mis cavilaciones nocturnas no han cesado por más de unos cuántos días. ( No tenía yo forma de saber ( ni tampoco la tendría ahora , a no ser por que soy el escritor de este fic, y puedo escribir cuanta horterada se me ocurra) de que en ese momento, en el que fui llamado por primera vez, en otra parte del mundo, un joven de largo cabello negro , acababa de extender su cosmos, a tal grado que, sin proponérselo y exponiendo su propia vida, despertó por un instante a la armadura del dragón, que hizo brillar con una intensidad pocas veces vista la constelación correspondiente, en ese momento, la armadura aceptó a ese guerrero como su portador, pero al mismo tiempo, me aceptó a mi como su dueño).
