Aclaraciones:

#Esta historia tiene lugar después de Oculta (el décimo libro) y es mi versión de Revelada.

#Ninguno de los personajes de Casa de la Noche me pertenece. Ellos pertenecen a PC y Kristin Cast.


Prólogo

Zoey

Las horas se hacían eternas y mi ansiedad aumentaba a cada instante. Darius estaba conduciendo, y aparentaba estar tranquilo, con la vista fija en el camino pero era evidente que él, al igual que todos nosotros, estaba preocupado. El Ritual de Revelación que realizó Tánatos había demostrado que Neferet mató a mi madre para usarla como sacrificio al Toro Blanco para poder crear a Aurox. Sin embargo, Neferet secuestró a mi abuela y quiso matarla pero, afortunadamente, mis amigos y yo logramos salvarla con la ayuda de Aurox, quién se enfrentó a sí mismo para poder dominar su poder y ayudarnos.

Estaré eternamente agradecida a Aurox por eso, por elegir seguir el camino de Nyx y renunciar a la Oscuridad, su creador. Mi mente está hecha un lío después de todo lo que ocurrió: la verdad sobre Neferet, que Kalona se haya vuelto bueno al convertirse en Guerrero de Tánatos, la muerte de mi madre, el secuestro de mi abuela. Pero, lo que más me inquietaba, era el hecho de que Aurox sea la encarnación de Heath.

Heath

No puedo negar que lo extraño tanto. Mi alma se rompió cuando vi a Kalona matarlo en Italia. Sabía que era mi culpa, debí haberle insistido más para que no me acompañase pero sé que era algo inútil, ya que cuando a Heath se le mete algo en la cabeza, no hay nada ni nadie que lo haga cambiar de opinión. Cuando descubrí que Aurox era la encarnación de Heath, me sentí feliz de volver a tenerlo a mi lado pero, a la vez, sentí que era un sentimiento egoísta de mi parte. Heath pudo haber sido muy feliz en el Otro Mundo pero prefirió reencarnar en Aurox para poder controlarlo y evitar que me haga daño.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí a Stark tomando mi mano para tranquilizarme.

—Tranquila, Z, todo estará bien. En unos minutos, llegaremos a la Casa de la Noche— me dice para tranquilizarme y yo sólo asiento. Stark siempre fue paciente conmigo y estaba dispuesto a todo para protegerme. Es mi Guerrero y mi Guardián. Es por eso que no puedo mentirle pero tampoco quiero romperle el corazón. Su corazón ya sufrió mucho pero, aún así, Stark me lo entregó. Él confía en mi y yo debería hacer lo mismo. Yo confío en él pero hay cosas que siento que no debería decirle porque pueden arruinar nuestra relación. Hay cosas que prefiero guardármelas solo para mi, por ejemplo, el hecho de saber que Aurox es Heath provocó una gran confusión en mis sentimientos.

Yo amé a Heath. Lo amo y siempre lo haré. Heath no solo era mi amor de la infancia, mi amigo indiscutible y protector, mi consorte. Él era mi humanidad. Lo único que me unía a ella, mi pasado.

Pasado. Una palabra realmente fuerte para mi. Debo mirar el presente y luchar por el futuro, siguiendo el camino de la Diosa. Pero la humanidad era mi pasado, no Heath. Él era mi presente por más que ahora no esté a mi lado. Heath siempre me apoyó y me motivó a seguir adelante, nunca trató de convencerme a que abandonará la Casa de la Noche, ni a mis amigos.

—No es eso lo que me preocupa, Stark— dije luego de pensarlo bien por unos pocos segundos—.Tengo miedo de lo que hará Neferet. Ella nos ha mostrado que es inmortal y poderosa. No quiero que nadie más muera por su culpa.

No era mentira lo que le dije. Realmente me preocupaba lo que hará Neferet y estoy segura que no será nada bueno. Debe de estar furiosa con nosotros, principalmente conmigo, por haberle arruinado todos sus planes. No puedo creer que me dejé dejado engañar por ella al principio. Cuando la conocí, pensé que era buena y que quería lo mejor para todos. Me sentía en confianza con ella y quedé feliz cuando se convirtió en mi mentora.

Me di cuenta demasiado tarde de quien era Neferet en verdad. Muchas personas inocentes, tanto humanos como vampiros, han muerto por su culpa. La profesora Nolan, Loren Blake, Shekinah, Jack, mi madre, Shadowfax. Todo para iniciar una guerra entre humanos y vampiros y para que Neferet asuma el poder.

—No te preocupes, Z. Neferet no nos hará daño por ahora. Pero no podemos bajar la guardia aún—. Stark pasa su brazo sobre mis hombros y me atrae más hacía él para reconfortarme. Por impulso colocó mi cabeza sobre su pecho. Me siento protegida siempre que Stark está cerca. Stark apareció en mi vida en el momento justo, cuando Neferet estaba mostrando su verdadera personalidad. Desde la primera vez que lo vi, me sentí conectada con él. Es una sensación difícil de explicar. Me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes para nosotros: que yo no estuviera dividida entre Stark y Aurox/Heath, y que pueda entregar mi corazón completamente a Stark.

Yo no amo a Aurox sino a Heath. Sin embargo, Aurox me recuerda tanto a Heath. Sus ojos azules, su torpeza, su personalidad ingenua y torpe. Cuando veo a Aurox, cuando estoy con él, siento que estoy con Heath. Soy cruel con Aurox y lo sé pero no puedo evitar sentir lo que siento. Aurox es Aurox y Heath es Heath. Sin embargo, las cosas no son tan fáciles. Aurox no es Heath, él sólo tiene su alma y, por ende, su personalidad y sentimientos. Aurox me ama sólo porque Heath me amaba. Y yo sólo amo a Aurox porque el tiene el alma de Heath.

—Eso espero. No estoy lista para perder a nadie más. Ya perdí a tantas personas que quería en tan poco tiempo—. Dije al recordar que mi madre murió pocos días después que Jack. A penas pude llorar la muerte de Jack y ya me encontraba llorando la muerte de mi madre. A pesar de que mi madre y yo nos estuvimos distanciando estos últimos cuatro años desde que ella se casó con el idiota de John Heffer, yo la quería y la voy a extrañar. Lo que más lamento de su muerte es no poder haberme despedido de ella y haber hecho las paces pero, gracias a Nyx, supe que mamá realmente me quería.

—No lo harás. Soy tu Guerrero, Zoey. Es mi deber protegerte tanto física como emocionalmente. No dejaré que nadie te haga daño. Nunca— dice Stark dándome un beso en la frente y, luego, me besa. Fue un beso corto pero duró lo suficiente como para reconfortarme y tranquilizarme un poco.

—Lo sé. Confío en ti.

Finalmente, el autobús en el cual íbamos con Aphrodite, Stevie Rae, Rephaim, Kalona, Tánatos, la abuela Redbird, Shaunee, Shaylin, y Damien, se detiene. El camino de regreso del edificio Mayo hasta la Casa de la Noche fue más largo de lo que me había imaginado.

—Hemos llegado a la Casa de la Noche— anuncia Darius.