Bueno les prometí la boda del español con el ángel de la ternura/fuerza destructiva y aquí se las traigo.

Sera un Fic muy corto de dos partes, espero que sea de vuestro agrado.

Lunatica Misa aquí la tienes, te lo suplico baja el arma, prometo que tratare de terminarlo pronto.

Amor al estilo Ibérico. I Parte

Un año después de la guerra contra Eris y la Sombra, a escasos kilómetros de los Montes Pirineos, en un pequeño pueblito escondido del lado Español, un grupo de jóvenes se preparaban con ansias para un evento inolvidable.

…Pero cómo diablos vine a terminar así?-

La pobre Mitchelle veía con horror que su pesadilla de hacía casi seis meses volvía a repetirse. Ahí estaba mirándose en aquel enorme espejo, horrorizada, mientras que aquel extremadamente delicado modista le ajustaba, casi hasta asfixiarla, aquel vestido celeste pastel con aires de princesita de cuento perdido. Era solo cuestión de mirar hacia su izquierda y a su derecha, la respuesta estaba al alcance de su vista. Mejor dicho de sus hermanas quienes sufrían el mismo martirio que la pelirroja.

-Eli, dime porque estamos en este sitio lleno de telas, y portando estos putos corsés que no nos permiten ni respirar.-

La albina sacaba el aire con dificultad.

-Esto mí querida hermana se llama amor, y no pendejadas.- La del rayo amatista le contestaba resignada a su estresada hermana, mientras que Aurora se unía a la tan amena discusión.

-Diablos! Nunca comprenderé porque en el mundo de los humanos el amor puede llegar a ser tan…tan… asfixiante?-

Justo detrás de ella Shaina esperaba su turno, pidiéndole a la deidad que cayera, que aquello tardase lo más posible. Mientras tanto para distraer el ambiente la cobra reflexionaba en voz alta.

-No sé porque jodidos no vamos a Las Vegas y alquilamos un sitio? Saben nuestras bodas, dentro de lo que cabe, no estuvieron tan mal.-

Flashback

Boda de Shaina-Mu y de Gabrielle-Julián.

En medio de una sala de unos cien metros un grupo compuesto por un coro de chicos y chicas afroamericanos cantaban y bailaban jubilosos. Sus cabellos rizados y sus vestimentas al estilo de los 70's,marcaban un estilo característico de aquel alocado país, entre canticos y aplausos, el ritmo se volvía de más en más frenético. El cantante o Ministro, con el cabello al estilo de los Jackson Five, cantaba a pulmón abierto.

-Oh my Lord thank you! Thank you for your love!-

Coro: Thank you Lord!..

Mientras en la sala con paredes pintadas al estilo arte pop, los caballeros, amazonas, ángeles encarnados y Dioses seguían el baile de los del coro, mas por vergüenza y resignación, que por otra cosa.

El ministro vestido con su sotana blanca y sus zapatos deportivos, bailaba todo emocionado, mientras que gritaba.

-Aleluya! Lord bless us!-

Los novios levantaban sus brazos a ritmo de la canción, mientras que entre los asistentes Hermes le hablaba vía cosmos a Dionisio.

-Mierda Franck! No pudiste conseguir algo mejor?! Digo es la boda de nuestro tío, Poseidón!-

-Oye Hermes, éste era el único Ministro disponible, además dijiste que no querías ver a un Elvis más.-

Después del susto que Hermes se había llevado con la boda precipitada de June y Milo, aquella reacción del Dios del Comercio era más que comprensible. Aunque ni el hecho de cambiar del estilo de Elvis por uno más formal podía cambiar el punto de vista del castaño, sobre todo cuando presenciaba, todo estupefacto, como entre los músicos se pasan cierto cigarrito de aroma y efectos bastantes sospechosos.

-Ministro? Y se puede saber de qué santa religión? Y desde cuando se fuma hierba en una ceremonia? Diablos! Ni siquiera creo que sea legal!-

Dionisio trataba de justificarse, bueno a su manera.

-Pues de la única religión que aceptaría casar a una banda de desconocidos en menos de 24 horas. Mira lo principal es que se ve que hasta los novios están contentos. Además no puedes negarme que la música es contagiosa, y yo que tu probaba uno de esos cigarritos te ayudaran a relajarte un poco.-

Hermes vio con los ojos como platos como Julián, ya todo emocionado ( semi-drogado) sostenía a Gabrielle (vestida de novia) en brazos, mientras que la arrojaba al aire, a ritmo, para atraparle a la perfección. Mu ya se había relajado ( se quitaba todo contento su chaqueta del traje de novio) , después de que el "ministro" le pasó a él y a Shaina aquel cigarrillo que emitía un aroma bastante peculiar y que dejaba mareado a cualquiera.

El resto de los invitados sonrieron y amablemente se negaron ante los ofrecimientos bastante generosos de los organizadores a probar aquel alegre regalito. Después todos bailaron completamente alocados, no por fumar, sino por el aroma que aquel humo despedía.

El Ministro daba su última bendición al ritmo de discoteca.

-Hasta que la muerte nos separe. Thank you Lord!-

Perséfone se sonrió discretamente, ya que ella era consciente de que cuando el amor era sincero, ni la muerte era capaz de interponerse.

Las dos parejas se besaron con inmenso amor, mientras que los invitados, arrojaban confeti para llenar de colores y alegría aquel inolvidable momento.

Fin del Flashback

Shaina suspiraba ante aquellos emotivos recuerdos, mientras que a su lado y esperando su turno, para medirse su vestido, June se rascaba un tanto nerviosa al recordar ella misma su propia ceremonia.

-Bueno, las Vegas serán siempre Las Vegas.-

Constanza comenzaba a sentirse asfixiada dentro de aquel vestidito amarillo pollo, su idea de unir un día su vida a la de Sorrento no conllevaba todos esos afanosos y penibles requisitos.

-Hay que aceptar que mínimo Las Vegas les dio la libertad de salir de los protocolos. Si un día me caso con mi flautista olvídense de todos estos rollos. La boda de Perséfone fue magnifica, pero vaya lio adornar, prever, perseguir, cocinar, coordinar y eso sin contar de estos incomodos vestidos.-

Eliana miraba asombrada a Constanza.

-Sorrento aun no te lo ha propuesto?-

-Sí y más de una vez, pero solo de imaginarme pasando por estos momentos, me da terror.-

-Te has negado? Solo porque odias los protocolos!-

-No me he negado! Simplemente… bueno… no me juzguen yo le amo y bastante, pero… es que las fiestas no son mi estilo.-

-Un ángel guardián de la música celestial que no ama las fiestas eso sí que es de locos.- Hera, la diosa escuchaba asombrada aquella confesión.

-Creo que tengo pánico escénico.- La pelinegro daba un difícil suspiro debido a lo apretado de su corsé.

Gabrielle, quien vestía su vestidito rosa pálido ( ya que el blanco era solo para la novia), dejaba su sitio frente al espejo para consolar a su acongojada hermana.

-Constita, no te preocupes, creo que lo mejor sería que se lo dijeses a él. Estoy segura que Sorrento vería la manera de que vuestra ceremonia fuese algo más íntima.-

Artemisa, la diosa, entraba también en la conversación.

-Cómo puedes tocar tu música en público y tener pánico escénico en una ceremonia que es tuya?-

-Mi música es un regalo de La Fuente para su creación, cuando lo hago yo desaparezco y me dejo llevar por esas melodías, me transporto a los planos de luz. En cambio decir si acepto, delante de decenas de personas que te observan cada movimiento, requiere que este yo ahí en ese momento en mi cuerpo presente. La gente vera el color de mi vestido, el peinado, si mi ramo es bonito…

Si algo no es perfecto todos dirán que la mujer del General del Atlántico Sur es un desastre. Vaya imagen para mi pobre chiquis.-

Gabrielle no apoyaba aquella teoría.

-Vamos Constis, la imagen es frivolidad, tu mejor que nadie eres consciente de ello. Es el hecho de realizar esos votos de amor con la persona que quieres lo que importa.-

Saori quien se escondía del loco del estilista quien tenía media hora persiguiéndola, con el fin de cortar el largo de su melena, permanecía inmutable debajo de una pequeña mesita y desde ahí aprovechaba para participar en la discusión.

-Lo que no comprendo es como Graciela puede estar disfrutando de todo esto?-

En un segundo se escuchó el golpe como de una piedra (en realidad era un botón que venía de salir a todo velocidad del corsé de Mitchelle) estrellándose sobre el espejo. La pelirroja miraba frustrada a Eliana.

-Maldición! Eso me pasa por tragarme los chocolates de mi Gael a escondidas de Kanon. Para colmo parece ser que…-

Bueno la cara de todas era de frustración, el espejo estaba estrellado aunque no destruido del todo, Marín intento en vano darle ánimos a la del rayo azul.

-Tranquila esto solo confirma lo evidente.-

-Que quieres decir?-

-Que seguirás teniendo a Ares por suegro.-

-Vaya mierda! Bueno ya ni modo.-

Saori reflexionaba.

-Menos mal que no lo rompí yo sino imagínense.-

El estilista encontró por fin a la peli morada, quien al verse descubierta salió a toda prisa para escapar ante las afiladas tijeras que se dirigían contra su bien cuidada melena. Su prisa fue tan grande que sin querer deslizo su pie perdiendo uno de su hermoso zapatos de fino tacón, mismo que salió a toda velocidad impactándose en el estrellado cristal despedazando al espejo entero. Los vidrios cayeron por todo el suelo, mientras que una sonrisa adorno el rostro relajado de Mitchelle.

-Definitivamente Ares podrá amarme, pero Saori siempre será su preferida.-

La novia se media por última vez su hermoso vestido, esas figuras de rosas formadas con fina Shakira plateada, resaltaban entre el blanco imperial de la prenda. La diosa Afrodita estaba orgullosa de su propia obra.

-Y bien preciosa, qué te parece?-

-Por todas las dimensiones, es realmente hermoso. No sé cómo agradecértelo.-

-Disfrutando cada segundo de mañana que será tu gran día. Quiero que tú y tu español pasen el mejor día de sus vidas.-

Perséfone, quien también les acompañaba, suspiraba de emoción al recordar ella misma las emociones que conllevaba unir por propia voluntad tu vida junto al ser que amas.

-Vamos roja será hermoso, recuerdas lo linda que fue mi boda y la de nuestro niño.-

La Diosa de la belleza, trago saliva, ante este último comentario.

-Bueno rubia, la tuya estuvo muy bien, pero la de mi Afrodita y Eli, no sé exactamente como definirla.-

Flashback

Boda de Afrodita y Eliana en el salón Templo de la Eternidad en Las Vegas.

El humo del incienso se sentía por toda aquella cámara, si cámara, ya que este hermoso salón era una réplica exacta de una cámara egipcia. Ahí las imágenes talladas en piedra de Hathor (Diosa de la fertilidad) y Horus (Hijo de Isis heredero del trono) adornaban aquel recinto. El ministro vestido de Faraón parecía que se había sobre pasado con el maquillaje de sus ojos. A sus lados escoltándole unos hombres vestidos como en aquel tiempo, con máscaras de rostros de animal, les observaban con miradas que daban más miedo que risa.

El caballero de Piscis, tragaba saliva de nervios, mientras que Eliana toda emocionada sostenía la mano de su ya casi esposo y le hablaba vía cosmos.

-Bebe, es genial! Me encanta toda la mitología egipcia!-

El joven de cabellos aguamarina trataba de relajarse ante el estrés de sentirse observado por aquellos hombres con rostro de serpientes que parecían de muy mal humor.

El faraón hablaba para los presentes, bueno casi gritando.

-Que pasen los testigos para firmar!-

Aquella voz amenazante trajo a Ángelo, quien se sentía bastante rígido, y a Marín, quien tenía una necesidad imperiosa de ir al baño, pero evidentemente se lo pensó tres veces antes de preguntarle al hombre con cabeza de cocodrilo por la ubicación de los sanitarios. Así frente a la mirada extrañada de los invitados, los testigos firmaban aquellas hojas que dictaminaban la unión de aquella hermosa pareja.

El Faraón daba su visto bueno.

-Por la ley del estado de Nevada y por los poderes que Horus me confiere quedáis unidos en sagrado y legal matrimonio en este y en los otros mundos.-

Eliana y Afrodita se besaron, la albina estaba feliz y su chico satisfecho de haberle cumplido aquel deseo un tanto excéntrico a su ahora esposa. Marín y Ángelo aplaudían a los novios, lo mismo que el resto de los invitados. La japonesa se veía un tanto inquieta y comenzaba a casi dar saltitos de la necesidad que le apremiaba.

La novia salto feliz a los brazos de Marín dándole un abrazo bien apretado, mientras que la pelirroja abrió los ojos como platos, bueno aquello era inevitable. Menos mal que el vestido de la novia era corto, así se minimizo el desastre, mientras que Ángelo se puso rojo de la vergüenza.

-Bueno ragazza si no nos mata Horus, lo hará su ejército, así que corre.-

Los testigos salieron a toda velocidad, perseguidos por el personal de seguridad del salón. Los invitados estaban tragando saliva de la vergüenza. La novia moría de risa y el novio saco un ramo de rosas blancas y rojas mientras que con una sonrisa de resignación y amor le hablo al resto de los invitados.

-Que viva el amor, familia y que vivan las Vegas!-

El piscis arrojo las rosas mientras que los invitados aplaudieron y arrojaron confeti por toda la pieza. Afrodita, la diosa, le hablaba vía cosmos a Hermes.

-Es la última vez que dejamos que Dionisio nos organice algo!-

-Tranquila mi bella, menos mal que el servicio de limpieza viene incluido en el presupuesto.-

Fin del Flashback

Graciela estaba tan emocionada que sentía que apenas y podía contener sus lágrimas, por fin el gran día había llegado en menos de 24 horas ella y su chico harían públicos sus votos de amor frente a los seres que tanto quería y que consideraba su verdadera familia.

En una casa rural a escasos metros de donde las chicas probaban sus vestidos, un grupo de varones pasaban por las manos de un experto en imagen.

Ares estaba de muy mal humor al ver lo jovial que parecía el joven estilista, quien no dejaba de coquetearle al Dios antes bélico.

-Este es peor que las amiguitas que hicieron mis nueras en la despedida de Hades.-

Saga suspiraba de resignación.

-Ya papa no exageres, mira que ni Kanon ha hecho drama al respecto.-

-El pendejo de tu hermano se conforma con que no quieran enchufarse a su luciérnaga. Yo en cambio velo por la integridad del trasero de ustedes.-

El chico cortaba muy contento el cabello del novio, dándole un estilo moderno, mientras que en lapsos mandaba discretos besos al peli gris. Ares estaba al borde de asesinarlo, mientras que Saga no cooperaba mucho con sus comentarios.

-Sabes yo creo que a nuestro asesor le gustan los traseros maduros además esos ojos negros tuyos lo tienen cautivado.-

-Desde cuando se te pego lo bromista de tu hermano?-

-Desde que he decido vivir y amar a mi familia tal y como es.-

Que poético. A que te refieres exactamente?-

-A que mañana sufriré tratando de separar a mi esposa de tus garras, a mi cuello de las de su padre energético ( que irónicamente es el tuyo ósea mi abuelo) Kanon montara algún escándalo de celos por Mitchelle y seguro mi tía Enio nos hará otra crisis existencial en público. Y ante todo esto yo me encargare de taparles el culo a todos ustedes para que los novios pasen una noche magnifica.-

-No exageres hablas como si fuéramos una familia de enfermos mentales.-

Hermes se deleitaba de ver la cara de frustración de su hermano, mientras que a su derecha Zeus se probaba su traje frente al espejo.

-Hera lamentara haberme dejado ir, digo donde podría encontrar un partido mejor que yo.-

-Hasta en el bar de este pueblucho hay tipos semi decentes, mi querido padre, deberías de resignarte y aceptar tu derrota.-

-Oye Hermes, porque no te vas a vigilar las faldas de tu mujer, no vaya a ser que ya se esté revolcando con otro?!-

-Vamos padre, Afrodita sabe perfectamente que en un caso así siempre podemos montarnos un trio. Como mínimo entre nosotros la honestidad nunca ha sido un problema.-

Julián comenzaba a hartarse de la terquedad de su hermano menor.

-Basta Zeus! Hermes tiene razón, resígnate a dejarla ir, además sabemos perfectamente que lo tuyo con ella siempre fueron solo apariencias.-

-Mira quien habla! Tú con tu pasado deberías de morderte la lengua mi querido hermano.-

-La diferencia entre tú y yo es que yo siempre he amado a mi sirena, como prueba de ello me he arrastrado rogando por su perdón. En cambio tú, no dejas de quejarte porque Hera te puso en tu sitio, pero no haces nada por reconquistarla. La única explicación posible es que tu crisis es de mero orgullo, y de ser así mejor déjala ir.-

Hades pondría fin a tan acalorada discusión.

-El novio está listo, mañana será un gran día. Les sugiero que por respeto a estos chicos, que nos han cuidado y salvado tantas veces el pellejo, que paremos esta discusión tan pendeja y nos preparemos para pasar una velada agradable todos juntos.-

Shura se veía bastante contento, su cabello estaba perfecto, su traje le quedaba de maravilla y todo estaba saliendo de acuerdo a lo planeado.

-Hey señores conozco un sitio por aquí en donde cocinan una ternera que te mueres de lo buena. Que dicen vamos?!-

A Dionisio le encantaba la idea.

-Ya dijiste tío, yo invito!-

Zeus comenzaba a emocionarse.

-Fiesta de Despedida de Soltero!-

Con fuerza se escuchó el grito de todos los caballeros, más Sorrento, Ares, Julián, Hades y Hermes.

-Ni en drogas! -

Zeus, Dionisio y Hefestos se miraron con cara de interrogación. De verdad que estos parecían tener fobia a las fiestas.

Las chicas se organizaron una cena de lujo en la enorme cabaña que habían alquilado, mientras que los chicos irían al restaurante sugerido por el novio. Una buena cena y unas copas, esta vez de manera moderada, fue lo que les aconteció en aquella víspera de nupcias para todos. Todo pintaba de maravilla, ya no había enemigos, ni estrés, así que, qué podría salir mal esta vez.

En medio de la noche, Constanza se preparaba para irse a la cama. Cuando creía que Sorrento llegaría de madrugada se sorprendió de escuchar el sonido de la puerta abrir despacio y justo después la melodía suave de una flauta.

-Creí que llegarían al amanecer.-

-Ya ves que esta vez nos hemos comportado correctamente. Nada de secretos. Aunque si algunas copas.-

El joven dejo su flauta junto al mueble de la cama, mientras observaba a su chica entrar a la cama con solo aquellas pantis y su suave camiseta que se ajustaba a su bien delgada cintura. El tono de voz del joven dejaba ver que había bebido bastante.

-Te ves hermosa, mi ángel. Es una lástima que tú no quieras…-

-Mi sirenito, ya te lo he dicho si quiero, es solo que…-

-Siempre que te lo pido me dices que necesitas tiempo. Creo que no es culpa del tiempo, sino de otro factor.-

-De otro factor?-

-No te preocupes mi preciosa lo comprendo, eres un ángel y aunque me quieres quizás no visualizas pasar toda tu vida conmigo.-

Constanza sintió que el cuerpo se le ponía helado al escuchar la declaración de su chico y salió de la cama asustada dirigiéndose hasta él.

-No, espera eso no es lo que yo…-

Sorrento beso a la chica cortándole toda palabra, llevándola por un ritmo tierno y algo doloroso.

-Te amo Constanza y seguiré junto a ti siempre que tú quieras tenerme, soy tuyo mi ángel.-

No era necesario decir nada más, ella podía sentir dentro de su corazón el dolor de su pareja, aquello era desgarrador. Ella tomo al austriaco acostándolo en la cama, sabía que le dijese lo que le dijese el alcohol no le dejaría pensar con claridad. Así que lo desvistió suavemente y comenzó a besarlo con ternura, llenándolo de caricias hasta que se le quedó dormido entre sus brazos. La pelinegra tenía ganas de llorar, su miedo estaba lastimando al ser que más amaba y solo pensaba en una cosa.

-Por mi amada Fuente tengo que arreglar este desastre.-

Mientras tanto en otra habitación Graciela no podía dormir de la impaciencia, además de que odiaba no compartir su cama con su prometido. Sin embargo el deseo de seguir la tradición y guardar el secreto de su vestido parecía imperial para la peli rosa.

-Maltita sea! Hace un frio de los mil diablos y …-

Escucho un sonido en el vidrio de su ventana y corrió para asomarse. Del otro lado Shura, abrigado hasta los dientes, esperaba sentado en el barandal.

-Pero que haces? No debes verme antes de la ce…-

Sus palabras y el aliento se le cortaron al sentir los labios ansiosos de su prometido y ese abrazo que ella tenía todo el día anhelando.

-Se supone que no debo verte vestida de novia, así que esconde bien tu aguar que esta es nuestra última noche de solteros y voy a hacerte el amor hasta que te desmayes.-

La idea subió la temperatura de la peli rosa quien cogió al chico de su bufanda jalándolo dentro hasta tirarlo en su cama y así pasar su despedida de solteros a su manera, una muy personal.

Ángela sentía las suaves manos de Shaka acariciarle su abultado vientre con ternura y emoción.

-Sera una chiquita preciosa y tendrá toda tu belleza, mi reina.-

-Tendrá los ojos de su padre y su hermosa nariz.-

La morena tenía ya cuatro meses de embarazo, la noticia la habían recibido un mes después de su rápida boda, misma que había tenido lugar en una hermosa playa privada en Italia. Gabrielle y Julián les habían prestado una casa de verano para celebrar en toda intimidad el evento. Nada de fiestas locas solo la bendición de La Fuente, representada ese día por Sariel. Después una cena con sus hermanas y amigos de toda la vida.

Los recuerdos de aquel día les iluminaba el rostro a ambos, tenían motivos de sobra para sentirse agradecidos, la primer ecografía les revelaba que tendrían una niña dentro de cinco meses, la segunda del linaje de los arcoíris que vendría por fin a la Tierra, una primita para el pequeño Gael.

Así entre besos suaves y caricias esta pareja se entregaba feliz a los brazos del ya renovado y desintoxicado Hipnos.

Sin embargo no todos pasaban una noche relajada.

Shion tocaba a la habitación de Aldebarán, eran ya las cuatro de la madrugada, cuando el Toro le abría al peli verde.

-Maestro, que hace a esta hora? Se siente mal, le cayó mal la comida?-

-Tienen sitio Aiora y tu?-

Desde la segunda cama cerca de la ventana el Leo abría perezosamente los ojos tenían una hora de haber llegado y después de tanto beber estaba muerto de cansancio. Aldebarán le dejo su cama a Shion y él tomo tranquilamente el enorme sofá cama de enfrente.

-Creí que usted y Dokho compartirían habitación, paso algo?-

-Hijo créeme no quieres saberlo.-

Tauro se rasco la cabeza algo pensativo, qué querría decir su maestro.

En la habitación del tigre, una hermosa rubia terminaba por destruir hasta el último de sus prejuicios.

Dokho y Susana (Deméter) se comían a besos desnudos a lo largo de la cama, después de una buena faena de amor.

-Que dices Susana, quieres que hagamos bebes? Porque sabes a mí me salen preciosos mi Diosa.-

-Oh por todos nosotros, definitivamente Afrodita tiene razón, no hay nada mejor que tener al tigre en la cama.-

-Eso quiere decir que te quedas conmigo.-

-Quieres que me quede contigo caballero?-

-Tienes una misión que cumplir delante de los humanos y pues he pensado que yo podría ayudarte. Claro solo si tú también lo quieres.-

La chica se emocionó, era la primera vez que un hombre le hacia ese tipo de propuesta.

-Claro que si mi caballero, claro que si.-

Así decidieron que aquella noche se haría de todo menos dormir.

En otra habitación no muy lejos de ahí, Gael balbuceaba contento, mientras que Ares se mecía en aquella mecedora, con tanta fuerza que por instantes parecía que terminaría cayéndose de espalda con todo y bebe.

-Maldita sea porque siempre tengo que escuchar a Perséfone y sus concejos. Dale con que no hay nada mejor que dormir a los bebes en estas putas sillas.-

…pero como el Dios termino ocupándose del bebe? Pues muy sencillo Ares había llegado de la cena sin sueño, así que había acompañado a los borrachos de sus hijos a sus respectivos cuartos. Depositándoles como era debido para que no fuesen a romperse los dietes en el intento de llegar a tientas. Tratándose de Kanon, Mitchelle ya dormía como piedra con él bebe junto a ella. Sin embargo al escuchar la puerta abrirse Gael se despertó y se dirigió todo contento gateando encima de su madre en dirección a los visitantes casi cayéndose de la cama. A Ares le quiso dar un infarto al ver aquella escena y decidió dejar a su hijo borracho con la piedra de su esposa y ocuparse él de su nieto.

Gael estaba feliz en los brazos de su abuelo, tanto que ni dormía, el peli gris siguió dando vueltas en aquella silla, mientras que coloco al pequeño contra su pecho para continuar su exhausto ritual. Un par de palmaditas,y se sorprendió al sentir que el pequeño giro su cabecita y deposito un beso con baba en su mejilla. Aquello le sorprendió y conmovió hasta lo más profundo de su alma, Gael le regalaba su primer besito.

La mañana dejo ver los primeros rayos solares, Shaina fue la primera en despertarse, jalando al pobre resacoso de Mu.

-Vamos cariño debemos de estar listos no tardaran en llegar.-

-Pero Shaina de quien hablas?-

-Es una sorpresa para los novios, pero estoy segura que les va a encantar.-

-Ehhhhh-

Mu sentía que su cabeza se le partía en dos, pero ni modo, de cualquier forma era consciente de que no sería el único bajo esas condiciones y eso le hacía sonreír. En realidad lo que le sacaba aquella sonrisa de oreja a oreja era imaginarse el estado fatídico en el que se encontraban Aiora y Milo. Este último traía una bolsa de hielo en la cabeza aunque más se le veían ganas de taparse los oídos ante los regaños de June.

Una hora después el novio llegaba acompañado de sus padrinos y amigos, las chicas seguían, en su mayoría, arreglándose para la ceremonia. Mientras que Tatsumi llegaba acompañado de alguien que sorprendería todos los invitados.

-Bueno muchachos ya estamos aquí, listos para celebrar esta unión.-

Shura sintió que se le caerían los pantalones ante tremenda visita, Gaia llegaba para oficiar su matrimonio y traía con ella una escolta muy particular. Un grupo de treinta Pixies, todos alegres y entre ellos un par que él conocía de antemano.

-Bueno yo quiero ser el primero en besar a la novia.-

Wilbur le sonreía desafiante al novio estresado, mientras que del otro lado una vocecilla femenil le seguiría.

-En donde está el Ares de mis pasiones?!-

Saga y Kanon tragaban saliva, aquello tenia pinta de desastre total y eminente, para colmo sabían bien que siete Arcángeles con forma de varones, se había apuntado para asistir. Definitivamente aquella boda prometía y mucho.