Nuevo fanfic!

Hola linda gente!~ Sip, lo que ven, otro fanfic nuevo y con este ya son tres seriales de Vocaloid (Aunque los dos anteriores no tienen tanto éxito XDD espero este si uwu) que publico.

La gente votó, después de darle a tres historias por publicar, esta fue la más pedida. Como verán, este fanfic tiene a Len y Miku como protagonistas y aunque habrá ciertos momentos románticos entre ellos, el fanfic en si no esta dedicado al romance, sera más de humor y drama. Sé que eso suena contradictorio, pero ya verán como ambos géneros pueden ir bien de la mano :3

Como advertencia, he decidido clasificar este fanfic como Rated T aunque podría pasar a M, no por lemon, sino más bien por tomar temas delicados y adultos, ademas de que habrá mucha parodia y sátira en cuanto los temas de la orientación sexual. Para algunas personas eso puede ser ofensivo, así que ya saben...

También quiero advertir de posibles momentos yuri y yaoi (de nuevo, por el tema de la orientación sexual), pero nada que llegue al lemon.

En fin~ aclarado todo eso, espero que disfruten de este primer capitulo (un tanto largo ._.) y que dejen su opinión. ¡Disfruten!~


"Mi Ángel"

(Vocaloid fanfic) by Mitsui Neko


Summary: Por su personalidad poco femenina y sus extraños gustos, Miku siempre ha sido etiquetada, pero sin importar la opinión de la sociedad, solo ella misma esta segura de quien es realmente... o así fue, hasta que Len Kagamine entra a su vida, no precisamente para mejorarla "¿Un hombre, una mujer o un ángel?"


Disclaimer: Vocaloid no me pertenece. Todos los derechos de autor van para YAMAHA Corporation y CRYPTON Future Media.


"¿Alguna vez has creído estar seguro de algo, hasta que conoces a alguien que te hace dudar de todo?"

¿Cómo llegue a esta situación? No lo sé, pero de algo estaba segura, lo que había frente a mis ojos jamás lo olvidaría. Ahora más que nunca me encontraba confundida, dudosa con respecto a muchas cosas. Todo en lo que creía se fue al demonio y ahora ya no sabía qué diablos me estaba sucediendo, que era este estúpido sentimiento que me taladraba el pecho.

Y todo empezó por un descuido:

La alarma sonó y mi pereza se hizo presente. Al final me levante, lave mi cara, busque entre mi ropa mi uniforme escolar, el cual estaba todo arrugado porque había olvidado plancharlo anoche. Me lo puse así como estaba y me peine mi largo cabello aqua en un trenza de lado.

Esa era la rutina de todas las mañanas, nada de maquillaje, lazos o prendedores para el cabello, nada de pulseras o anillos, ni si quiera perfumes de extraños olores y nombres de gato, ¡Nada! Solamente yo.

—Buenos días, Miku. –me saludó Meiko, ella era de mis pocas amigas, o al menos la que me entendía un poco.

—Buenos días, Meiko. –le conteste amablemente, pero en ese momento pasaron por el pasillo aquellas a las que me gusta llamar "Chicas Plásticas", porque eso es lo que esas chicas aparentaban de tanto maquillaje y adorno que se tienen puesto encima: muñecas de plástico sin vida.

No tenía nada en contra de ellas, pero a veces su actitud me resultaba algo engreída. Casi todas eran de la "alta sociedad", llevaban puestas colonias muy caras, bolsas de los mejores diseñadores y a veces hasta joyas y pulseras de oro. Restregando todo en la cara de las personas de clase media baja. Ósea gente como yo.

—Por dios Miku, ¿Por qué llevas el uniforme tan arrugado? –se acercó una de ellas de nombre Luka. Una chica alta, bonita, de cabello rosa.

—Oh, olvide plancharlo…

—Yo nunca olvido plancharlo. –Apareció otra de cabello morado, amarrado con unas coletas bajas (odio las coletas), de nombre Yukari – Tengo una dulce criada que me plancha el uniforme todas las mañanas.

—Que bien. –contestó Meiko igual de fastidiada que yo— Bueno chicas, Miku y yo tenemos que irnos, pero fue un gusto hablar con ustedes. –Salimos huyendo de ahí— pero que molestas. —se quejó mi amiga.

Por favor no malentiendan a Meiko, una de las chicas del grupo de plásticas le anda buscando problemas por ser una tomboy y por eso ella no las soporta. En mi caso no es que sea anti-femenina, es solo que esas cosas no me quedan bien. Lo he intentado tantas veces, pero cada vez que uso un vestido o un poco de maquillaje no me siento como "yo".

Las únicas veces que me siento como yo, feliz y completa es cuando… Esto es un secreto que les confiare. En mis tiempos libres me gusta mucho hacer cosplay, aunque no soy de vestirme de los personajes femeninos de los animes y mangas que veo y leo. Soy mujer y mis personajes favoritos en su mayoría son hombres, así que basándome en los muchos caracteres masculinos que he visto, cree mi propio personaje el cual luego pase a crossplay. Su nombre es…

— ¡Kuro Neko! ¡Kyaaaaa! –exclamó una de mis muchas fans esperándome en la entrada de la convención.

— ¡Oh por dios! ¡Es TAN lindo! –dijo otra haciéndome sonrojar, bueno, a mi personaje.

Kuro Neko era un chico malo de la calle o al menos eso trataba de hacerle creer a todo el mundo, ya que por dentro era un chico amable y tierno. Físicamente era un muchacho de cabello rubio y ojos rojos. Su vestimenta, en su mayoría, eran ropas góticas, metaleras o hasta punk, las cuales le sentaban muy bien. A veces llevaba una que otra perforación, la más llamativa era una que iba de la nariz conectada con una cadenita hasta la oreja, donde tenía más perforaciones. Claro, todas falsas, jamás me perforaría de verdad alguna parte de mi cuerpo, bueno tal vez el ombligo en algún futuro.

—Hola señoritas, es un placer verlas a todas. –Les dije amablemente con la voz más masculina que tenía— ¿Cómo se encuentran esta linda tarde?

— ¡Muy bien! —contestó una.

— ¡Te extrañamos mucho, Kuro-san! –una chica de cabello rubio, amarrado en una coleta de lado, me coqueteaba. Si mas no recuerdo su nombre era ¿Neru?— Estuve contando los días de la convención solo para verte.

—Oh, pero que linda. –le sonreí viendo cómo se ruborizaba.

¿No les dije? Ah pues, nadie sabe que Kuro Neko debajo de toda esa ropa es realmente una chica y la verdad prefiero que sea así. No quisiera decepcionar a mis fans, aparte cuando soy Kuro me siento más libre, más auténtica, más como yo. No piensen mal, no digo que sea una tomboy o travesti o hasta lesbiana, -ya que jamás he sentido atracción hacia mujeres e incluso hombres, por lo que he sido etiquetada por mis amigas por Asexual- pero me encanta hacer sonrojar a las chicas con mi personaje, es simplemente divertido.

—Bueno, bueno, ya apártense que Kuro Neko viene con nosotras. –llegó una de mis amigas más cercana y de las más "frikis" que he conocido, Teto, acompañada de Haku, también otra amiga.

—Hola, Kuro-san. –me abrazó tímidamente de un brazo la peliblanca.

—Hola Haku, te ves linda hoy.

—Y tú muy guapo, Kuro. –contestó Teto, ella y Haku eran las únicas que sabían que Kuro Neko era en realidad Miku Hatsune. Me ayudaban a vestirme a la hora de la convención y llegábamos por separado para evitar problemas con las otras chicas.

—Pero que envidia, Haku y Teto tienen suerte de ser las favoritas de Kuro-san. –Comentó una linda chica de cabello rosa, llevando un cosplay de Neko, con muchos moños rojos, portando un cinturón y una sombrilla de Hello Kitty.

—Yo no tengo favoritas, yo las amo a todas por igual. –dije en mi modo más seductor provocando que todas las chicas gritaran "fangirleadas"

—Oh Kuro-san, eres un amor. –me halagó otra chica vestida en un cosplay de gothic lolita y portando consigo un bonito conejo de peluche y una hacha en miniatura.

—Tú también lo eres, preciosa. –bese su mano, haciendo que se sonrojara hasta las orejas y casi se desmayara.

—Bueno cálmate un poco antes de que les provoques un orgasmo. –me regañaba Teto.

—Aaaaww pero yo quería seguir jugando con ellas. –le puse mi carita de puchero más linda que tenia de chico. En seguida la pelirroja ruborizó un poco.

—E-Esa cara no va funcionar conmigo. Vamos Kuro, no me hagas llevarte a jalones de la peluca. –me amenazó.

—Ok… —conteste algo molesta— Bueno, mis hermosas damas, tengo que retirarme un momento, pero volveré dentro de un rato.

— ¡Te esperaremos Kuro-san! —gritó la lolita.

— ¡Te amamos! —exclamó la chica Neko.

— ¡Cuídate, lindo! –dijo de ultimo la rubia.

Las otras fans también se despidieron, pero no pude oírlas pues ya me había alejado mucho con Teto y Haku.

—Muy bien Miku, si quieres trabajar conmigo en el Café Maid no tendrás tiempo para cumplir tu papel de Kuro Neko en las convenciones. –me advirtió Teto. Eso me puso nerviosa, pero necesitaba el dinero y ese trabajo tenia horarios flexibles para la escuela.

— ¿Por qué no podría? –le cuestione.

—Porque en las convenciones tenemos nuestro propio establecimiento y debemos atender a todos los clientes. –dijo Haku.

Ahora que las observaba bien a ambas, estaban vestidas con sus trajes de Maid.

—No tenía idea… —comente algo desanimada.

—Entonces ¿Vas a querer el trabajo o no?

Fruncí el ceño un poco.

—Pues si… Tendré que decirles a mis niñas que ya no estaré tanto tiempo en las convenciones, espero que no se lo tomen mal.

— Ellas te aman demasiado como para molestarse contigo, Miku. –sonrió Haku.

—Ellas aman a Kuro Neko, no a mí. –afirme y era cierto, de saber quién era realmente seguro me matarían. Suspire.

—Pues nosotras te amamos a ti, Miku. –musitó Teto abrazándome junto con Haku.

—Oh que lindas, también las amo chicas. –les correspondí.

— ¡Kasane! ¡Yowane! ¡Dejen de abrazar a ese chico y pónganse a trabajar! –les gritó una mujer que al parecer era su jefa.

—Bueno Miku, tenemos que irnos. Espero te pases por nuestro puesto, cuídate. –se despidió Haku.

—Diviértete y cuídate de tus locas fans. –comentó la pelirroja de lo más normal.

—Claro chicas, hasta luego.

Ya al fin solo, me puse a pasear tranquilamente por la convención la cual era muy grande, aunque no tan grande como la AFA (Anime Festival Asían) a la cual deseaba con muchas ganas ir algun día para mostrar mis ideas.

Como les comente Kuro Neko era un OC mío pero también cuenta con su propia historia, él es un chico malo de la calle cuyo único y verdadero deseo es ser un cantante reconocido, en su búsqueda por alcanzar su sueño conocerá a diversos amigos que le ayudaran, entre ellos hay otro personaje, el cual aún está en proceso de creación, llamado Valshe, aun no te estoy segura si será chico o chica el personaje.

El AFA es el mejor lugar para exponer las ideas, trabajos y proyectos de uno, este manga (o más bien doujinshi) que estoy empezando hacer podría tener éxito si le dedicara más tiempo, pero ahora debo estar concentrada en mis estudios, bla, bla, bla, etcétera. Uff~ es una verdadera lástima, pero aun así seguiré intentando.

—Oh, disculpa. –dijo alguien con quien accidentalmente había chocado.

—No se preocupe, ha sido mi culpa. —Le conteste amablemente a aquella chica, una pelirroja anaranjada de ojos purpura ¿O violeta? Se me hacía algo familiar en aquel lindo cosplay que llevaba puesto.

—Mmmm una pregunta. ¿Tú eres el famoso Kuro Neko? —me preguntó.

—Oh, sí. ¿Nos conocemos?

—Pues no, pero he oído hablar de ti constantemente en mi colegio.

— ¿En serio? —me sorprendió mucho aquello. Saber que mi nombre es conocido incluso fuera de las paredes de la convención hizo que sonriera con cierta alegría— ¿Tan famoso me he vuelto? —me pregunte a mí misma más que a ella.

—Al parecer. —Rió un poco— Siempre había querido conocerte. Me preguntaba si...

— ¡Ahí esta! —Escuchamos decir.

Ambas volteamos y vimos claramente a todas mis fans, siendo lideradas por Neru, que al parecer habían estado buscándome y por la expresión de sus rostros, no era para nada bueno.

No me entere hasta después que por "accidente" a Haku se le había escapado lo de mi ausencia futura en las convenciones a mis fans y ahora ellas querían compartir conmigo el tiempo restante que pudieran, lo quisiera así o no.

— ¡No te escaparas fácilmente! ¡Atrápenlo! —Ordenó Neru y rápidamente todas corrieron a mi dirección.

—Lo-Lo siento mucho, pero ahora debo irme, hasta luego. —me despedí de aquella chica y salí huyendo a gran velocidad.

Aunque era divertido huir de las fans también resultaba peligroso, nunca se saben de lo que son capaces y me entra el miedo el pensar que podrían intentar violar a Kuro Neko y enterarse en el proceso de la verdad. Es una pesadilla que tengo últimamente.

—Oh por dios... —el lugar estaba infestado de gente, con trabajo podía moverme entre tantas personas.

— ¿Dónde fue? —Escuche claramente. Eran las chicas buscándome. Me habían perdido de vista.

Decidí aprovechar esa oportunidad para escabullirme, pero di un mal paso y tropecé con un cable, -de los muchos que hay en la convención de los distintos puestos, las luces, pantallas, videojuegos, música y todo-. Al tropezarme, accidentalmente se me cayó la peluca dejando al descubierto mi largo cabello aqua.

—Creo haberlo visto por aquí. —Otra de mis fans— ¿Kuro-san? ¿Estas por ahí? —Se acercaban a mi dirección.

Trague duro. Mierda, no podía ponerme mi peluca sin la ayuda de alguien más para ocultar mi cabello, casi siempre es Teto la que lo hace por mí. Joder, ellas vendrían y me descubrirían, me quemarían viva cual mujer acusada de brujería. Todo se había acabado...

— ¡Hey! — ¿Eh? ¿Acaso alguien me hablaba? Con tanta gente no estaba segura— ¡Kuro-san! —sí, me hablaban. Creí que se trataba de alguna de las fans, pero era la chica pelirroja de hace un momento— Ven, por aquí puedes esconderte. —Me hizo una señal para que la siguiera y no dude en hacerlo.

—Gracias. —Le susurre mientras gateaba a su lado escondiéndome detrás de la enorme tarima de la convención. Justo ahí nadie podía verme.

—No es nada. Ahora sígueme. Por este camino se puede salir de la convención. —explicó tranquilamente y tomó de mi mano para conducirme a la salida.

No sé qué fue lo que sucedió, pero al momento en que aquella misteriosa chica había tomado de mi mano, sentí una extraña corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, sin embargo no le di importancia y me deje llevar.

Salimos a la parte trasera del edificio donde era la convención. En dicho lugar había un pequeño parque, con juegos para niños con una gran fuente. El lugar estaba vacío, por lo que solté un suspiro de alivio y me senté en la fuente. Mi salvadora tomó asiento a mi lado.

—De nuevo, muchas gracias. —Dije algo avergonzada— De no ser por ti, no sé qué me hubieran hecho esas chicas y peor aún, si me hubieran visto sin la peluca.

—No fue nada. —sonrió ampliamente y de pronto soltó una risita.

— ¿Qué?

—Oh, nada. Es solo que me parece gracioso que el día en que al fin conozco al gran Kuro Neko, este resultara ser mujer.

—A-ah, sí. Muy gracioso. —Reí apenada. Esperen un momento… ¡No era gracioso!

—Por cierto, aun no se tu nombre. —Dijo de pronto ella llamando mi atención— El mío es Namine Ritsu. Un gusto. —Me ofreció su mano.

—Hatsune Miku, el gusto es mío. —Me presenté mientras le daba un apretón— Namine, por favor ¿serias tan amable de no decirle a nadie sobre esto? Si las demás se enteran… toda mi reputación se habrá ido al demonio.

—No te preocupes, no diré nada. —Sonreí aliviada— Con una condición. —era de esperarse.

— ¿Cuál? —dije forzando una sonrisa.

De pronto ella tomó de mis manos y me miró directamente con sus llamativos ojos, los cuales finalmente pudo ver bien. Eran azules ¿Lo que tenía puesto hace rato habían sido pupilentes?

—Que tengas una cita conmigo.

¿De verdad me había pedido eso? Quede tiesa sin saber qué hacer. Trague saliva mientras me soltaba de su agarre con dificultad.

— ¿U-una cita? —pregunte nerviosa ¿Por qué estaba nerviosa? No era la primera vez que una chica me invitaba a una cita, bueno, no a mí, a Kuro Neko. Este caso no era diferente.

—Sip, pero debes ir como Miku, no como Kuro.

O tal vez si… ¡Tenía que ser una broma!

— ¿Cómo yo? ¿Por qué como yo? Pensé que era Kuro Neko quien te gustaba. —le espete.

—Así es, por lo mismo el conocer a su creadora es un gran honor. Además, en una cita podrías contarme toda la historia sobre él. —Me aclaró.

—Ya veo… —metí las manos en mis bolsillos y volví a suspirar— Supongo que está bien.

— ¡Genial! —exclamó con emoción. Eso me hizo sonreír— El lunes a las tres treinta, después de las clases, en el parque de Akihabara.

—De acuerdo. —conteste sin opción.

— ¿Podrías pasarme tu numero para estar comunicadas?

—Uhm, claro. —dije para luego dictarle mi número. Una vez lo apuntó, me sonrió ampliamente.

—Bien, nos vemos hasta entonces… —Ritsu se paró y luego me miró para dedicarme una mirada ¿coqueta?— Miku-san.

—A-ah… hasta entonces.

¿Qué diablos había sido eso? De lo único en lo que estaba segura, es que una vez viera a Haku, la mataría.


— ¡Lo siento muchísimo, Miku! —lloriqueaba Haku mientras era perseguida por mí en los pasillos del colegio.

— ¡Por tu culpa casi me matan en la convención!

—"Casi" te matan. Tú misma lo has dicho. Estas bien, deja a Haku en paz. —Me pidió Meiko, a lo que yo solo pude obedecerle, pues no quería que se molestara conmigo— Por cierto… ¿puedo saber cómo es que lograste escaparte de tus fans psicópatas?

—Ah… en realidad recibí ayuda de una chica. —conteste encogiéndome de hombros.

— ¿Una chica vio que eras mujer? ¿Y no se alteró? —me preguntó una chismosa Teto.

—No, no se alteró. Al contrario, se rió y dijo que era gracioso todo el asunto. —suspire recordando todo lo ocurrido hace dos días atrás— De hecho, quede de verme con ella hoy después de clases.

— ¿Eh? ¿Y por qué vas a salir con ella? —Esta vez quien me cuestionó fue Haku y no parecía alegre con la idea. Se notaba preocupada.

—Pues solo saliendo con ella podré asegurar que no le dirá nada a nadie sobre la identidad de Kuro Neko.

— ¿Te chantajeó? —Me miró seriamente Meiko— Porque si quieres le puedo dar una lección.

— ¿Ah? N-no, no es necesario. —Dije moviendo mis manos de un lado para otro de manera torpe— Estaré bien. No se preocupen.

—Uhm… de acuerdo, Miku. Pero igualmente, cuídate. —dijo Teto y luego la campana de entrada a clases hizo que nos separáramos.

Una vez terminado el colegio, me despedí de mis amigas para ir al punto de reunión y verme con Ritsu. La verdad me sentía bastante nerviosa. En primer lugar, estaba hiendo al centro de la ciudad vestida con falda ¡Con falda! Siempre he odiado estas prendas que dejan expuestas mis piernas y que con un simple vientecito se alzan enseñando todo lo que hay debajo. Tristemente en mi colegio la falda es parte del uniforme y no tengo más opción que usarla. Al menos tengo un short debajo para evitar alguna vergüenza.

En segundo lugar, estaba hiendo a una cita. Era la primera vez que iba a una ¿Cómo debería actuar? ¿O que debería decir? Aunque… ¿Realmente se consideraría una cita tomando en cuenta que ambas somos mujeres? Oh, solo escúchenme, parezco un inculto ignorante hablando sobre las relaciones homosexuales.

En fin, con respecto a la tercera razón, esa chica quería que le contara todo sobre Kuro Neko ¿Por dónde debería empezar? ¿Y si intenta robarme mi idea? ¡Agh! Debería calmarme, si, es eso lo que debía hacer en ese momento.

En seguida, al llegar al parque de Akihabara, al poner pie en ese lugar, me estremecí y trague saliva al ver a la cantidad de gente que había ahí. Si algo odiaba más que usar faldas, era las infestaciones de gente. Apenas y las soporto en las convenciones, en las ciudad normalmente evito todo esto, pues el contacto humano, especialmente de desconocidos, me asqueaba. Pero claro, la molestia no se detenía ahí, nunca faltaban las miradas feas que me echaban las demás personas por mi singular apariencia. Aunque ese día, llevando mi uniforme del colegio, no me veía tan rara como de costumbre -a excepción de mi cara ojerosa-. Normalmente cuando salgo a la calle voy vestida con ropas holgadas y oscuras, todos pertenecientes a mi hermano -que está en la universidad- las cuales me gusta usar por ser más cómodas que las prendas para mujeres.

Me adentre más en el parque para notar que la mayoría de personas de ahí eran jóvenes al igual que yo y todos traían variedad de uniformes. Se notaba que todos estaban recién saliendo de sus colegios y se iban a pasear con sus amigos o parejas. Realmente sentía que no encajaba en nada de eso, sin embargo no dije nada y me senté en una banca de ahí a esperar tranquilamente a mi "cita".

Luego de quince minutos esperando a Ritsu (Quince minutos en los cuales estuve distraída jugando en mi 3DS) pude ver por una sombra que alguien se me acercaba.

—Buenas tardes. —Alguien saludó y yo alce mi mirada para toparme con dos grandes ojos celestes, pero no, no eran los de Ritsu— ¿Cómo se encuentra esta tarde, linda señorita? —preguntó un rubio con caballerosidad falsa.

— ¿Ah? —Mire a todos lados para ver si había alguien más junto o detrás de mí— ¿Me preguntas a mí?

—Claro ¿Acaso hay otra linda señorita además de ti?

—Pues… creo que sí. Solo mira a tu… —tarde mucho en caer en cuenta, pero rápidamente entendí todo. Ese idiota… ¡Se estaba burlando de mí!

Claro que sí, digo ¿Por qué un rubio de ojos azules, que además por lo que podía ver en el logo de su uniforme, venia de una colegio muy prestigioso, lo que significaba que era alguien de dinero, se pondría a coquetear con alguien como YO? Malditos engreídos, creen que por ser "guapos" pueden hacer lo que se les de la ganas.

—Con que consideras muy gracioso venir y molestar a una chica que no te ha hecho nada.

— ¿Qué? No, claro que no. Hablo en serio. —dijo aun con ese tono de galantería falsa. El rubio, que ahora pude notar, tenía el cabello largo y amarrado en una coleta baja, se sentó a mi lado—Estoy aquí por ti. —musitó mientras sonreía y pasaba una mano por mis hombros.

Rápidamente quite su mano de mi hombro y me levante.

—La gente como tú me da asco. —fue lo único que pude decir antes de irme de ahí.

Qué vergüenza, que humillación. No sé qué me molestaba más, si ese rubio impertinente que se estaba burlando de mi o el hecho de que Ritsu me había dejado plantada ¡Nadie deja plantada a Miku Hatsune! ¿Queda claro?

—Que pérdida de tiempo… —dije ya estando en mi casa, completamente vacía, ya que mis padres decidieron que era tiempo de salir de unas vacaciones románticas, dejando sola a su querida y hermosa hija. Que irresponsables— Al menos me dejaron suficiente dinero para comida… Debo dejar de hablar sola.

Me levante de mi cama y empecé buscar entre todas mis cosas el control de mi Xbox ya que quería jugar un rato para sentirme un poco mejor después todo esta ridiculez de la tarde, aunque debido a lo desordenado de mi habitación no lo encontraba. Fue en el momento en que buscaba, que mi móvil empezó a sonar.

Cuando al fin lo tuve en mis manos, note que el identificador de llamadas aparecía como desconocido. Alce una ceja, pero finalmente conteste.

— ¿Hola? ¿Quién habla?

— ¿Miku? Soy yo, Ritsu.

Me sorprendí mucho al recibir una llamada de ella, aunque ahora que recordaba, le había pasado mi número, pero ella no el suyo. Suspire. Ojala tuviese una buena excusa para haberme dejado plantada.

—Ritsu… ¿Qué es lo que sucede? —pregunte secamente.

—Ah, yo me preguntaba… ¿Por qué te fuiste del parque cuando yo llegue a verte?

¿Qué? ¿Ritsu había estado en el parque cuando me fui?

— ¿De qué hablas? —le interrogue mientras me incorporaba de donde estaba sentada.

—Bueno, yo llegue al parque y solo a unos segundos de haberlo hecho, tú te fuiste. Quise alcanzarte, pero no pude. —decía con una voz algo desanimada.

Recordé entonces al estúpido chico que se había acercado a molestarme. Me sentí tan asqueada por su personalidad que me fui de ahí y ni siquiera me tome la molestia de averiguar si Ritsu se encontraba por ahí o al menos esperarla un rato más. Pero que idiota había sido.

—Y-yo… lo siento muchísimo, Ritsu…

Hubo un silencio incomodo al otro lado de la línea. Por un momento creí que ella no me perdonaría y que les diría a todos sobre Kuro Neko. Dios, no, no, no. Jugué nerviosa con uno de mis mechones hasta que finalmente ella contestó.

—Está bien, entiendo. Pero en ese caso veámonos en una hora en otra parte. —sugirió.

Rodé los ojos harta de toda esta situación. Odiaba salir una vez ya me encontraba en casa, pero luego de dejar plantada a Ritsu, supongo que se lo debía.

—De acuerdo, de acuerdo ¿Dónde nos encontramos?

—En el mismo parque donde quedamos vernos, cerca hay una cafetería, es la única de ahí.

—De acuerdo. Voy en seguida. Nos vemos allá.

Sin pensarlo dos veces, tome de mi mochila, me incorpore de donde estaba acostada en camino a ver a Namine, pero justo al pasar frente a un espejo de cuerpo completo que tengo en mi habitación, note lo desarreglada que estaba. No es como si mi apariencia me importara mucho, sin embargo, sentí la necesidad de aunque fuera arreglarme un poco.

Me puse una camisa blanca, una chaqueta tipo chaleco color morado con capucha, unos bermudas de mezclilla con la palabra "Diva" a un lado y para calzar, unos convers naranjas, muy cómodos. Finalmente me peine mi cabello aqua con una coleta baja y me puse mi gorra roja favorita. Así, sintiéndome completamente cómoda, salí de mi casa para verme con Ritsu.

Camine todo el tramo con las manos en los bolsillos, sacando mi móvil de vez en cuando para revisar la hora y ver que no me estuviera retrasando, cuando finalmente divise nuevamente el parque, esta vez sin tanta gente, suponiendo que todos los estudiantes ya deberían estar en su casa descansando. Ah, que dichosos. Bueno, saque eso de mi mente y entonces vi a alguien que me saludaba desde lo lejos. Era Ritsu, sentada en las mesas de afuera de un restaurante. Solté mi suspiro número no sé cuánto de ese día y fui a tomar asiento con ella.

—Miku, que alegría que hayas venido. Te ves muy bien. —Ella me sonrió de manera bastante amigable. No sé porque se me hacía algo falso.

—Gracias. —conteste mientras tomaba del menú que estaba en la mesa, para ver que podía elegir para comer. Ni tiempo me había dado de almorzar.

—Aunque debo mencionar y ser sincera contigo, te ves más linda usando falsa.

Un escalofrió me recorrió por ese comentario. Observe a Ritsu, como su sonrisa se ensanchaba ante mi expresión, que supongo era estúpida, pues debía estar sonrojada ya que sentía mis mejillas arder. Cierto que ella me había visto con falda, con mi maldita falda del colegio. Me hubiese cambiado antes de ir a verla, pero no. ¿Por qué actuaba de manera tan torpe ante esta chica?

—A-ah, gracias…supongo…

Ahora que Ritsu hacía mención de la vestimenta, no pude evitar notar como ella iba vestida. Al parecer el estilo de vestimenta lolita no solo lo llevaba en las convenciones, también era su estilo de ropa diaria. Su vestido era de color negro, con detalles en azul y blanco. La parte de arriba era un poco pegada, dando notar que era esbelta, aunque sin mucho busto al igual que yo, aunque el enorme moño que estaba en el pecho lograba disimular muy bien ese detalle. La parte de debajo de la falda era bastante esponjoso, con muchos borles y más moños decorándole, aunque de tamaño más pequeños. Las medias le llegaban hasta las rodillas, sus zapatos eran tipo colegiales y por ultimo su cabello naranja estaba suelto, pero tenía una parte de este amarrado como una coleta de lado con un lazo que hacia juego con el resto del vestido.

Joder… tanta cosa para una simple salida, me parecía exagerado. No pude evitar preguntarme cuanto se tardaba Ritsu para estar vestida así. También podía oler su perfume y note el bolso caro de diseñador. En cierto modo, ella me recordaba a las chicas plásticas de mi colegio, pero las chicas de ese tipo jamás irían a una convención de anime y mucho menos conocerían a Kuro Neko ¿No?

—Me estas comiendo con la mirada. —escuche la voz de ella de pronto. Alce mi mirada para ver que seguía con esa sonrisa, entre juguetona y burlona. No me gustaba, me cohibía, especialmente por esos ojos azules suyos.

—Lo siento…. Es que miraba como estabas vestida. Igual te ves bien. —Actué indiferente, ocultando el sonrojo que tenía con el menú. Aun no pedía nada y me moría de hambre.

—Muchas gracias. —musito con alegría y entonces vi como chasqueó sus dedos y un camarero se acercó donde ella— Camarero ¿Podría traernos su mejor Salmon de Croute? Mi compañera aquí se muere de hambre.

—Sí, señorita. ¿Y para usted?

—Oh, una Bullabesa estaría bien. A esta hora se antoja mucho.

— ¿Y de postre?

—Uhm… ¿Unas crepas con helado te gustarían? —Me preguntó, mientras yo no salía de mi asombro al ver lo bien que controlaba todo el asunto. Antes de que pudiera contestarle, ella decidió por mí— Sí, traiga unas crepas con helado.

Una vez el camarero apunto todo, se retiró, mientras yo solo trague saliva para finalmente revisar bien el restaurante en el que estábamos. Era uno francés, de los poco que hay por aquí. Por la manera tan amable y familiar con la que los empleados trataban a Ritsu y como la saludaban, llegue a la conclusión de que ella venia por aquí seguido.

—Vaya… sabes mucho de comida francesa… ¿Acaso eres de ahí? —decidí romper el hielo con esa pregunta, dando comenzado una conversación que no fuera sobre mi manera de vestir.

—Sí, de ahí viene mi familia y al crecer nos impartieron mucho de nuestro país natal.

— ¿Nos?

—Mi hermana y yo.

— ¿Tienes una hermana? —Por alguna razón me había parecido rudo el que ella no mencionara ese detalle.

—Sip y es muy molesta, pero ella me presta uno que otro de sus accesorios. —Me enseñó la bolsa y las pulseras que llevaba puestas— Aunque ella no lo sabe… —susurró aquello último. Siendo sincera, eso me hizo reír un poco— ¿Qué hay de ti, Miku? ¿Tienes hermanos?

—Ah, sí, uno. La camisa y la chaqueta que llevo puestas son de él. —reí apenada rascándome la cabeza.

— ¿Y se llevan bien? —preguntó ella con suma curiosidad. Podía notarlo por la manera en que sus ojos azules brillaban.

—Bueno, al principio no. Cuando mi madre se embarazó de mí, mi hermano quería que fuera niño porque deseaba tener un hermanito menor y ta-ran~ Nace una niña.

—Supongo que habrá sido decepcionante para él eso. —Ritsu tomó un poco del café que un mesero le había traído en la espera de nuestra comida. Yo pedí un vaso de agua helada.

—Sí y no me hablaba. Solía ignorarme constantemente y no quería que me le acercara. —conforme contaba todo, fui recordando al distante hermano mayor que tuve por un tiempo— La verdad no me gustaba que mi hermano me tratara así y en busca de llamar su atención, empecé a vestirme con su ropa de cuando era más pequeño y fingía que era niño. —sonreí recordando aquello.

—Eso… es muy lindo. —comentó Ritsu con una expresión de ternura.

—Sonara increíble, pero funcionó. De pronto mi hermano me hacía caso y se divertía con la idea de que me vistiera y fingiera ser chico, de hecho me llevaba con sus amigos y nos divertíamos mucho los dos. Me hablaba, jugaba conmigo. Me enseñó a jugar videojuegos, a dibujar a muchas cosas de las que actualmente soy muy buena. —apoye mis codos en la mesa y mi barbilla por encima de mis puños cerrados, observando el humo que escapaba de la taza de Namine— Cuando menos me di cuenta, le agarre gusto a ser niño. Ya no usaba vestidos ni me peinaba de coletas como antes. Deje todo eso por mi hermano y él me aceptaba como cual. Sin embargo, mis padres…

Al decir eso, note de inmediato como la mirada de Ritsu se plantó completamente en mí.

—Ellos… no aceptaban como eras… —susurró. Yo solamente asentí dándole la razón.

—Así es… Pero sobre todo, especialmente mi madre. Ella deseaba tanto tener aquella niña a la cual enseñarle a maquillarse, peinarla como muñequita y comprarle muchos vestidos, pero yo… simplemente eso no era lo mío. —bebí de mi agua. El estómago me rugía. Ritsu habló a un camarero exigiendo nuestros pedidos— Con el tiempo mi padre me fue aceptando, pero mi madre, ella se niega a ver la realidad. A veces incluso podría jurar que me evita.

—Lo siento mucho por eso… —La expresión de ternura de Ritsu había desaparecido. Ahora la mirada que me regalaba era una preocupación y ¿comprensión?— ¿De ahí salió tu inspiración para Kuro Neko?

Finalmente nuestros platos fueron traídos. No tenía idea de lo que Ritsu había pedido por mí, pero por lo que veía en el plato era carne -de pescado- y ya con eso era feliz. En cuanto al platillo que ella pidió, al parecer era un tipo de sopa. Olía bien.

—Sí. —Conteste finalmente— Digamos que Kuro Neko es un alter ego. Se viste, actúa como chico y nadie lo juzga, puede ser quien quiere ser sin temor a ser señalado.

Hubo un silencio incomodo en el cual ninguna de las dos dijo nada, simplemente nos dedicamos a comer. Debía admitir que lo que Namine me había pedido estaba delicioso.

—Te entiendo… —dijo ella de pronto— Sé lo que es que tus padres no te acepten tal cual eres. Si mi padre me viera así ahora… —soltó una risita— seguro me mataría.

Aquello no logre comprenderlo. ¿Verla así? Pero si ella se veía tan bien. Tal vez se refería al atuendo estilo lolita. Los hay padres que ni eso aceptan de sus hijos. Algunos son demasiado exagerados.

—¿En serio? ¿Cuál es el problema que tienes con ellos?

—Bueno, es solo con mi padre. Mi madre… de ella no sé nada. —comentó aquello ultimo como si no tuviese importancia. La verdad yo estaba sorprendida— Mi padre es dueño del estudio de música Crypton. ¿Lo conoces?

— ¡Oh! ¡Claro que sí! Casi todos mis cantantes y bandas favoritas salieron de ese estudio. ¿De verdad tu padre es dueño de ese lugar? —Pregunte asombrada. Ritsu asintió— Debes tener mucho dinero.

—Lo tengo. Se podría decir que hasta tengo de sobra. —dijo mientras acababa ya su comida. Comía más rápido que yo— Mi padre quiere que yo siga con el negocio familiar una vez que él se retire, pero yo no quiero trabajar de eso. Tengo un sueño y es publicar mi propia serie de libros.

—Y supongo que él no está de acuerdo ¿No es así? —deduje rápidamente.

—Así es. Le dije que podría darle la compañía a mi hermanita, pero siendo la menor él se negó. Ella me tiene cierto rencor por eso, mi hermana siempre ha querido ser la dueña de Crypton, es algo que la apasiona mucho.

—Lo siento por eso… —dije de pronto. De alguna forma, Ritsu y yo teníamos más en común de lo creía.

—Nah… no es nada. Te agradezco por escucharme y también por confiar en mí para contarme tus problemas. —nuevamente me regaló "esa" mirada y mis mejillas ardieron como más temprano ¿Me estaba enfermando?

—E-en fin… creo que es hora de que me vaya bien. Es tarde. —Me excuse, levantándome de pronto, casi botando lo que había en la mesa.

—Entiendo. Muchas gracias por esta velada, Miku. —Sin siquiera que yo me percatara, Ritsu se acercó a mí, dándome un beso en la mejilla, por lo que quede inmóvil por un rato, hasta que ella se despidió de mi con la mano y finalmente se fue.

— ¿Qué carajos ha sido eso…? —Me pregunte a mí misma, mientras aún tenía mi mano encima de la mejilla besada. Mi cara ardía, ardía mucho.

Esa no fue la única ocasión que salí con Ritsu, durante toda esa misma semana nos estuvimos viendo. Ella me mandaba un mensaje y nos encontrábamos en algún lugar pasa pasear por un rato o comer en un restaurante muy caro, en el cual ella siempre invitada. En una ocasión me sentí tan mal por eso, que decidí yo invitarla, esta vez llevándola a un lugar más humilde, pero donde hacían exquisita comida y yo le pague su orden.

—Vaya, esta comida es muy deliciosa ¿Cómo es que no sabía de este lugar?

—Tal vez porque estas acostumbrada a la comida de alta calidad, señorita burguesa. —dije en un tono burlón, ganándome un pequeño empujón por parte de ella.

—Cierra la boca. —rió un poco ante mi comentario, pero estaba más que claro que Ritsu odiaba su vida de niña rica. Si era posible, evitaba siempre el tema.

Ya llevábamos casi dos semanas saliendo… no de la manera que creen, pero si, salíamos a pasear y nos invitábamos mutuamente a ir a distintos lugares y joder ¡De verdad parece de "esa" manera! No puede ser, simplemente no puede ser. Se supone que yo no "bateo para el otro equipo", bueno, en realidad no sé, jamás me había sentido de esta manera por alguien o había convivido tanto con otra persona, ni siquiera con mis amistades más cercanas.

—Miku ¿Estas bien? Estas toda roja. —Interrumpió de pronto Ritsu, poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba.

Ese día Ritsu tenía una ropa de estilo gótica lolita y era la primera vez que le veía con una ropa de tirantes. Sus hombros eran anchos, pero no se veía mal y bien, no se notaba mucho por los guantes negros, sus brazos se veían fuertes. Ella se preocupaba demasiado por su aspecto, al contrario de mí, por lo que se ejercitaba mucho, según yo sabía. En ese atuendo, debía admitir, se veía muy ¿Hermosa...?

—Lo siento, Namine. Debo irme, pero saldremos en otra ocasión. —Sin dejar que ella me contestara, salí huyendo cobardemente de ahí.

Una vez en mi casa, en la tranquilidad y seguridad de mi habitación, me lance a mi cama sin ánimos de levantarme, ni para ir a clases. Cuando estuve a punto de cerrar los ojos, un mensaje de la chica que había dejado abandonada me había llegado. Ritsu preguntaba si me encontraba bien y yo solo pude contestar con un cortante "Si".

Días antes, Namine y yo ya habíamos planeados ir juntas a una convención el fin de semana, pero termine cancelando dicha salida y me quede en casa dibujando, continuando con la historia de Kuro Neko y mejorándola un poco, aunque no pude hacer mucho, ya que al pensar en que había plantado a Ritsu me hizo sentir culpable, por lo que no seguí con la historia y cambie a jugar videojuegos un rato.

Era obvio lo que sucedía, estaba escapando de estos nuevos sentimientos. Yo no quería enamorarme, me negaba a esa idea y menos de Ritsu. No es porque ella fuera mujer, pero ¿Se imaginan el escándalo que mis padres me armarían? ¡Especialmente mi madre! No, no quería tener que pasar por eso, además de que dudaba que Ritsu sintiera la misma atracción hacia mí, ella solo es una chica muy amable y posiblemente así es con todos.

No mentiré, una parte de mí se creó la excusa de que no quería estar enamorada de Ritsu por el hecho de que ella era una clásica chica plástica, sin embargo termine descubriendo que más allá de su aspecto, ella era increíble y me sentí mal de juzgarla. Era como la gente al mirarme para rápidamente sacar conclusiones sin conocerme. Siempre había odiado a ese tipo de personas y sin saberlo yo era así de alguna forma. Pero que estúpida soy. Ojala mi hermano estuviera aquí para apoyarme.

—Mikuo… —susurre al aire, sintiéndome tan insegura, confundida, agotada ¿Así es el amor? ¿Así es como te hace sentir? Si ese es el caso, entonces en definitiva me niego a enamorarme. Lo sentía por Ritsu, pero debía evitarla hasta que este sentimiento desapareciera por completo.

Toc, toc.

El sonido de la puerta ¿Quién podría ser? Tomando en cuenta que la casera debe dar el permiso para dejar subir a los pisos ¿Serian mis padres? Decidí resolver mis dudas abriendo la puerta y de pronto...

—Miku… Hola. —Saludó una desanimada Ritsu— Yo… me preguntaba si podía quedarme hoy en tu departamento.

— ¿Q-Qué? Digo ¿Por qué? ¿Ha pasado algo malo?

—Oh bueno —Ritsu se llevó un dedo a la boca— Digamos que tuve una discusión muy fea con mi padre y en un ataque de drama le dije que me largaba de la casa, con la intensión de que él me detuviera y todo se arreglara, pero al parecer no le interesó y dejó que me marchara y pues, aquí estoy. —Explicó tranquilamente como si eso fuera lo más normal del mundo.

Esto era una broma de mal gusto ¿verdad?

—A-ah, claro que puedes quedarte, pero no hay mucho espacio y e-está todo desarreglado y…

—No hay problema. —Ella pasó de mí, entrando al departamento y ahí vi que traía consigo una mochila donde llevaba sus cosas, aunque esta era bastante masculina. Eso me pareció muy extraño— Pues si me lo preguntas, es un lugar bastante acogedor. —dijo ella amablemente. Yo solo sonreí— ¿Dónde está tu habitación?

De la nada, Ritsu empezó a revisar las habitaciones, acertando a la primera en hallar la mía, la cual invadió. Entre en estado de pánico ¡Mi pieza estaba hecha un asco!

— ¡O-oye espera! ¡Al menos déjame arreglar! —dije entrando detrás de ella, fue entonces que la encontré sentada en el suelo, viendo uno de mis primeros juegos de Castlevania— Cuidado con eso, por favor. Es mi favorito.

— ¿En serio? Symphony of the Night, también es mi entrega favorita. —Comentó de pronto, sorprendiéndome bastante— Siempre quise tenerlo, pero no había en la tienda de videojuegos a la que fui, por lo que tuve que conformarme con Dawn of Sorrow.

—Pero ese también es muy bueno. —Le dije tomando asiento junto con ella en el suelo.

—Sí, pero no cuenta con los maravillosos soundtracks de Michiru Yamane

— ¡Claro que sí! Aunque estuvo en colaboración con otro compositor.

Sin percatarme, las horas pasaron, horas en las que Ritsu y yo estuvimos platicando y luego un resto más jugando. Jamás me imagine decir esto de alguien que se vestía cual muñeca de porcelana, pero Ritsu Namine era increíble. Con tan poco tiempo conociéndola podía decir eso con absoluta seguridad. Tal vez no sería malo tenerla cerca, aunque no correspondiera mis sentimientos, el ser amigas me bastaría, con eso sería feliz.

—Estoy muy cansada… —Ritsu bostezó, seguido de dejar su control a un lado.

— ¡Oh, vamos! ¡Una partida más! —Le exigí, pero al girarme, vi que ella había quedada dormida en mi cama.

Al mirarla, tan tranquila, tan relajada, mis mejillas ardían. Se veía linda, aunque prefería verla despierta por aquellos ojos azules que me conquistaba. Bufe. Debería dejar esos estúpidos y cursis pensamientos.

Deje que Ritsu durmiera en mi habitación y yo me fui a descansar al cuarto de mis padres. Tenía que dormir ya, mañana era un horrible lunes y debía ir a clases, quisiera o no.

Ya en la mañana, sentí que alguien me sacudía. Me negaba a despertar, por lo que me abrace de mi almohada, escondiendo mi rostro de quien fuera.

—Miku… —Era Ritsu, aunque su voz se escuchaba algo diferente— ¿Me permites usar tu ducha? Siempre me baño antes de ir a clases. — ¿En serio? Yo me baño llegando de estas. La verdad me da mucha pereza ducharme en las mañanas, especialmente si hace frío.

—Sí, está bien, puedes usarlo… —conteste sin ánimos. Escuche como ella me agradecía, para luego retirarse. Luego de unos segundos, finalmente tuve las energías para levantarme, aunque no me duraron, pero tenía una invitada y debía atenderla.

Salí aun estando en pijamas y con el cabello suelto. Solamente me coloque un delantal para hacer un intento de desayuno. Un par de huevos estrellados. Mientras tanto, desde la cocina era capaz de escuchar el sonido del agua cayendo de mi ducha. Esa era una de las pocas ventajas que tenía mi departamento, que cada quien contaba con su propio baño. Mis padres con el suyo y mi hermano y yo con el nuestro, tomando en cuenta que compartíamos habitación.

Una vez termine con los huevos, los cuales milagrosamente no se habían quemado, me dirigí a mi cuarto para avisarle a Ritsu que el desayuno estaba listo, pero al parecer no había salido del baño aun.

—Vaya, se toma mucho su tiempo… —dije para mí misma y fue entonces que divise en la cama la mochila de ella.

Me parecía tan raro que trajera una mochila tan masculina y no sus clásicas bolsas de diseñador. Se me hacía bastante sospechoso que decidí revisarla. Aunque tenía en cuenta de que lo que hacía no estaba bien, eso no me detuvo a abrir de esta y mirar su contenido. Dentro estaba lo que se suponía era la ropa de Ritsu o más bien su uniforme del colegio. Pude ver el saco y la corbata, pero no la falda. Más al fondo había otra cosa, esta era de color naranja. Metí mi mano para sacarla, pero entonces escuche el sonido de la puerta abriéndose.

Me gire avergonzada de que Ritsu me pillara revisando sus cosas. Intentaba pensar en alguna buena excusa para darle, conforme el vapor que salía del baño se disipaba, pero no hubo necesidad de decir algo, en realidad me quede completamente muda ante lo que veía ante mis ojos.

Ahora, estaba sentada en mi cama, con la mochila de Ritsu en mis manos, viendo estupefacta a la persona que había salido del baño. Esa persona no era Ritsu, no, para nada. Era un chico de tez blanca, cabellos dorados largos y unos increíbles ojos azules, los ojos azules de Namine.

El muchacho, de hombros anchos, brazos fuertes, que para colmo estaba semidesnudo, solo en bóxer y una toalla, me miró para luego regalarme una sonrisa, "esa" sonrisa. Fue entonces que me di cuenta, lo había visto antes.

—Miku-san… ¿Qué haces revisando mis cosas? —dijo con un tono de galantería falsa.

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.

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Tenía que ser una broma…


Chan-chan-chaaaan! (?

Jejejeje~ y ese fue el primer capitulo. Espero les haya gustado y que dejen sus reviews por favor nwn (Si llegamos a 5 reviews con este capitulo, subo continuación pronto ewe) Disculpen si hay algún error, lo corregiré cuando tenga tiempo.

Muchas gracias por leer y nos veremos en el próximo capitulo!~

Atte: Mitsui Neko