El chico acaricio lentamente la espalda de su compañero, que en esos momentos se encontraba dulcemente recostado contra sus piernas, dormitando plácidamente.
El azabache aspiro lentamente esa hermosa esencia que emanaba de su amado, cerezas con manzanas, nunca había encontrado a nadie que oliera de la misma manera, en la que olía Kyle Brofloski, esa dulce mescla, de cereza y manzana.
- Te amo – susurro el chico, mientras volvía a acariciar lentamente el cabello de su amado, y pensar que hace unos mese todo parecía que se hubiera perdido, por seguir a una maldita embustera, que casi hace que pierda lo mas importante en su vida.
Flash Back
Kyle estaba arrodilla frente a él con la mirada perdida llorando sobre la nieve recién caída, acurrucándose sobre el mismo, para así al menos protegerse a sí mismo de la enorme soledad que sentía en esos momentos.
- ¿Por qué Stan? – logro preguntar el chico mirándolo directamente a los ojos a su ex mejor "amigo"
- Por que la amo – murmuro el chico azabache mientras se daba la vuelta y se empezaba alegar de su ex mejor "amigo"
- Yo también – susurro el chico pelirrojo, mientras nuevamente unas pesadas lagrimas se escurrían por sus mejillas completamente pálidas - acaso eso no cuenta – dijo casi inaudiblemente, pero Stan ya no se había quedado a oír lo que decía, simplemente se había alegado de lentamente.
Fin del Flash Back
Por suerte había reaccionado a tiempo, a tiempo de hacer la mayor estupidez de su vida
El pelirrojo lo miraba expectante, sin poder lo que acaba de decir, acaso estaba nuevamente soñando, porque si era así, esperaba nunca en su vida volver a despertar
- ¿Qué dijisteis? – pregunto vacilante, esperando no escuchar otra cosa, que esas palabras que le habían parecido mágicas.
El azabache trago un poco de saliva, nunca pensó en que su niño lo fuera a escuchar, simplemente había hecho la pregunta al aire, pero acaso no era lo que en realidad el mismo pensaba, no era en realidad lo que su corazón le dictara que hiciera, si era así, entonces por qué seguir dándole evasivas al asunto.
- ¿Qué si te quieres casar conmigo? – pregunto el azabache con una ligera sonrisa, mientras su sonrojo cubría completamente sus mejillas
La única respuesta que obtuvo de su acompañante, fue un fuerte abrazo y unos labios fusionándose con los suyos, como si con esas acciones quisiera responder a un más que con palabras.
- si – fue lo único que su cerebro logro cuadrar, en medio de tanta felicidad, porque al final, eso era lo que Kyle significaba en su vida FELICIDAD.
Fin.
