Sólo puedo decirles que ame escribir esta pequeña historia...
Los personajes de Saint Seiya y Saint Seiya Next Dimension no me pertenecen.
"Los gatos del quinto templo."
Había pasado todo el día buscándolo, estaba fastidiado pero confiaba en que se encontraba bien. Tal vez sólo estuviera asustando soldados o aprendices que desviaran su camino hacia el coliseo y trataran de evitar sus entrenamientos. Suspiro cansino, se dirigió al interior de su templo a esperar su regreso pero entonces...
-¡Jajaja, te visitaré de nuevo! Lo prometo. - esa voz no la reconocía y si no se confundía, era de una chica. ¿Qué hacia una chica en su templo? Bueno, a un costado de este. Salió presuroso a reprender a la incauta, si él regresaba estaría en problemas y sinceramente no pensaba ayudarle si la atrapaba.
-¡Hey, más cuidado! - recibió una queja de la joven, pero es que se había sorprendido al ver al enorme león que tenía de compañero echado como si fuera un gatito ante el toque de esa intrusa, que siguió caminando por inercia sin fijarse que casi la arrollaba.
-¿Quién eres? ¿Quién es tu maestro? ¿No te han enseñado a respetar los recintos del zodiaco? - la pelirroja se tensó ante tanta cuestión repentina, ¿quién se creía este tipo, el Pope?
-¡Oye, no te permito que me hables en ese tono! Por mucho que te eleve tu cloth soy tu par y en ningún momento te falte al respeto a ti o a tu templo... - la máscara plateada ocultaba su rostro, pero si el castaño lo hubiera visto se percataría de cuán enserio hablaba la chica. -Y no soy una aprendiz.
-Grrr, insolente... - murmuro, más bien gruñó el gran Kaiser de Leo por lo bajo, no tuvo idea de que sería escuchado.
-¡Insolente tú! - le respondieron veloz a la agresión, gruñidos se dejaron escuchar en apoyo a ella. Kaiser desvío la mirada a su traidor compañero. -Y ni se te ocurra culparlo, que él no me dejo sola en el trayecto de las demás casas... Ahora que regresamos hemos estado aquí afuera todo este tiempo. - le atajó al santo ante lo que parecía ser una posible reprimenda al felino.
-¿Por qué ascendiste?
-El Patriarca me esperaba y como no estabas, Goldie me acompañó hasta que se dio cuenta que no haría nada malo. - la joven miró al felino y este pareció apenarse.
-...
-Tch, no es mi culpa que no te des cuenta que ocurre en tu casa. - un tic en la ceja izquierda apareció en el rostro del santo. -Me marcho, te veo mañana Goldie. - acarició al enorme león de nuevo como si de un gato se tratara.
-¡Hey! ¿Cuál es tu nombre? - le cuestionó antes de que se marchara la chica.
-Confórmate con saber que soy la amazona de Águila, mi nombre te lo tienes que ganar como me gané la confianza de Goldie.
-Grrr, mocosa. - se dio la vuelta para reingresar a su casa. Los enormes ojos del león de Medea lo observaron acusadores, como recriminándole su comportamiento. -Eres un gato traidor.
-Rwrrr. - le gruñó feroz y ofendido este en respuesta.
-¡Marín! - escucho que la llamaban, alzó la vista buscando entre la gente del pueblo al dueño de esa voz. -¡Marín! - lo escucho de nuevo pero ahora observo a la persona acercarse.
-Aioria. - sonrió dentro de su máscara. -¿Has venido por provisiones?
-Si, pero surgió un contratiempo. - la pelirroja ladeo el rostro al no entender a qué se refería el castaño hasta que un maullido atrajo su atención. Un pequeño gatito negro con patitas blancas se encontraba envuelto en una manta en los brazos de Aioria.
-¿Y ese pequeño?
-Ese fue el contratiempo. Estaba en un pozo y no pude dejarlo ahí.
-Lo sé, te gustan los gatos. - el comentario de la amazona causó un sonrojo en el chico. -¿Te lo quedarás?
-No lo creo. - dijo con una mueca en los labios. -No sé si estoy listo para esa responsabilidad. - la amazona sonrió con burla dentro de su máscara, conocía a Aioria y muy bien. Sabía que quería conservar al minino pero si lo pensaba como si fuera la concepción de un bebé no lo haría así que cambio la perspectiva de la situación.
-Sabes, uno de los antiguos caballeros de Leo tuvo un león de Medea como compañero. Yo creo que tener un gatito no será nada complicado para ti. - que Aioria viera esto como un reto sería lo mejor.
-¡Es verdad! No lo recordaba... - sonrió el ojiverde mientras acariciaba al felino. -Me lo quedaré. Por cierto, ¿cómo sabes lo del león?
-No estoy segura. Creo que me lo habrán contado alguna vez.
-Oh, vale. -Aioria comenzó a acariciar al felino, mientras lo observaba con los ojos ojos entrecerrados. -¿Que nombre te pondré? - Marín sonrió ante esa escena, a ella le gustaba ambas facetas, la feroz y aguerrida, y esta tan inocente que el guardián de la quinta casa sabía que portaba. Por un momento le pareció que esos momentos ya los había vivido antes, tal vez en alguna vida pasada.
Esa noche... Mü no encontraba a Kiki quien se hallaba en Leo jugando con la mascota del Santuario, así lo llamó el pequeño llevándose varias quejas del castaño. Camus hallaba varios libros arruinados y mal escondidos debajo de su cama, culpaba a Milo por esa causa. No sabía que este también había perdido sus revistas sólo que las evidencias si fueron escondidas en ese caso. Afrodita seguía intentando sacar a su pez dorado del interior del castillo que había en la pecera, parecía aterrado como si alguien lo hubiera acechado por un buen rato.
Todo esto en una noche, y el gato todavía no llevaba un nombre...
¡De antemano agradezco a quien lea y mucho más a quien deje review! :)
