Saludos para todos mis fieles lectores.
Disclaimer: Los personajes empleados en este fanfics no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto
Este fics lo escribí hace mucho tiempo, se presento como obsequio para una alumna. "Esta alocada aprendiz, está obsesionada con los ITAxDEI (Los más sucios y pervertidos ItaXdei). Me reto a escribir algo bien obsceno, pero realmente no me atreví o simplemente no me salió xD mi pervertido intelecto no llega a tanto. Sin embargo surgió una simple idea de lo que, supongo quería ella."
Aquí os dejo lo que resulto…
Matta nee
BondadLunar
El solía contemplar el cielo estrellado tras la ventana enrejada de su habitación, detallando la luna en cuarto creciente, subiendo por detrás de las montañas, creando un inicio de indiscreción en aquel, que la tuviera investigando. Seguía allí adherido, penetrando su mirada en aquella luna que, juzgando por la manera en que se dejaba ver, enjuiciaba que tenia vida propia, lo que creaba en el chico, un mar de interpelaciones.
- ¿Acaso… Nadie más divisaba aquella luna?
No existía la menor duda, el chico estaba enamorado de aquella luna. Su mirada se perdió en la nada, sus brazos estaban apoyados en la ventada mientras su mente descansaba de la nada, como cualquier mortal sediento de afecto, examino que humano tenia la complejidad que envolvía a la luna, no se aburría de pensarla, de mirarle, de soñar con tenerla, explotar en un apasionante momento en el que el que él y ella, fueran un solo cuerpo. Un suspiro lo hizo entrar en razón y entonces extrañado con un sentimiento abrumador, consiguió hallar lo que para él, era el reflejo humano perfecto para comparar con aquella aberración.
- "Callado, genial, todo un arte original… A su vez deslumbrante con una propia personalidad incierta, sin nombrar la bondadosa belleza que lo acompañaba."
Se aplasto en la noche, vencido en dos sentimientos, "Odio y simpatía". Sus ojos brillaban, después de todo ya había hallado al prójimo que contenía los detalles que encantaban al artístico chico. Uchiha Itachi era el personaje que le causaba odio y deslumbre. Era hermoso, eso lo tenía claro desde su primer encuentro.
Cada vez que desenterraba ese odio, un deseo de desnucar a la pobre víctima de sus corrientes mentales lo inundaba. A su vez, no lograba explicar la paz que encontraba cada vez que se recubría en la mirada del joven Uchiha. Que sentimientos tan contradictorios, pero los artistas son incomprensibles y eso era el chaval, un artista con nombre y apellido.
Su acción constante ante cualquier ocasión era desenfrenada, así es Deidara y por lo tanto así funcionaban sus pensamientos. Entre una y otra cosa, la bendita luna era el eje de su tendencia, el centro de su atracción y el rendimiento de su pasión, por alguna extraña razón, Itachi le parecía semejante a aquella bondad lunar que lo envolvía y eso causaba una excitación en el chico, sin poderlo notar había llegado a un fanatismo que luchaba unánime con su retorcida visión del arte.
Detallando las virtudes del Uchiha se retorcía entre su ingenio, su extraña manera de comunicarse, ese manejo emocional que lo envolvía en una maza de misterio y lindura. El joven Itachi definitivamente sabía expresarse, alcanzaba excitar a cualquiera con tan solo una locución.
- El arte de sus palabras.
Sus mejillas sonrosadas y aquellos ojos sinceros y brillantes a causa de los pequeños rayos de luna que aun alcanzaban ver la picara y apasionante mirada del chico. Así se atinaba Deidara desde aquel tragaluz.
La luna lentamente se guardaba, estaba cansada de ser contemplada con aquella mirada en llamas, cuando por fin logro desaparecer, un sentimiento de soledad inundo al joven.
Solo… (Dijo con un tono algo pervertido, mientras sus ojos se entre cerraban a la vez que un suspiro profundo descargaba su ser.)
Deidara dejo caer su cuerpo en la cama, luego se fundió en un sueño revelador que arrojaba deseos impuros y ambicioso por el moreno cuerpo del Uchiha.
El chico tenía el apetito activado, la codicia de tenerle, de probarlo y hasta de quitarle la vida, envuelto en la aparición de la ilusión ya despertada en su esencia. Esa noche ya llegaba a su fin y con ella, llegaron días que a su vez también se consumían, dando así la aparición de varias jornadas en la vida del chaval.
Sin muchos sobre saltos, Deidara por fin había dado fin a otro día en Akatsuki, el chico debía entregar el informe de su misión, así que sin dudarlo ni un momento se instalo de camino a la transmisión del mismo, en la vía no negó el deseo de un posible encuentro fortuito con la comadreja. Así que muy animadamente y con cierta aprensión, altero el paso, para quitar mas segundo a los minutos. Después de a ver recorrido una gran distancia, Deidara sintió un escalofrió que anhelaba identificar… Temor, nervios, furia, era seguramente un sentimiento sin nombre, no lograba dominar el efecto que invadía su cuerpo. Detuvo el paso y se frustro en medio del camino, monto la mirada en su sentido lateral, una puerta entre abierta daba paso a su mirada, encontrando la imagen del Uchiha postrado a un lado de su ventana.
- ¿Estará viendo las nubes?(No evito pensar el explosivo amigo.)
Aquella era la habitación de Itachi, el cual estaba lo suficientemente distraído para no notar la presencia fisgona de Deidara. Logro complacer algún tiempo a su humeante mirada, pero el cansancio y en cierta forma el temor de ser descubierto lo invadió y sin distinguir el momento, se marcho a su habitación.
Ya una vez instalado en su respectiva morada, se encontraba un Deidara dudoso, su cara maquinadora dejaba claro su esfuerzo por no partir al mundo del sueño. Aun vacilaban interrogantes en su mente.
- ¿Será que Itachi observaba el arte del cielo, las nubes y esas adiciones? (Entre palabras, una risa burlona logro salir) Imposible, el no tiene noción sobre esas cosas, con su tortuosa personalidad… De seguro planea como matar a alguien. (Suspiro) Seria muy incierto para ser realidad.
Itachi significaba muchas cosas y entre ellas, solo se dejaba notar el poder y maldad que rodeaban su idiosincrasia, no encajaba esa absurda ocurrencia de "Itachi contemplador de nubes". De ser así, entonces no sería el Uchiha. Segura se tratarse de una patética copia.
El sueño triunfo… La noche se esfumo y el día reino… Una y otra vez se mostraba repetitivo los días, la rutina se adueñaba cada vez más del rubio, causando un desaliento descomunal.
El tiempo no perdonaba y el deseo de Deidara se aprovechaba de esa alineación, lograba aumentar sus emociones, haciéndolo cada vez más vulnerable ante el Uchiha. La pasión que desbordaba los campos del autocontrol se hacían evidentes para el joven. Algo ya no estaba bien… Ya desconocía el dominio de sus deseos. Pero la probabilidad de estar con Itachi eran nulas, la alterada mente de Deidara se trastornaba cada vez mas. "Muerte y deseo carnal". ¿Aun se trataba de la luna?
El chico temía de su deseo, también le sobrecogía el hecho de ser descubierto. El joven moreno no lo pensaría dos veces para quitarle la vida. Aunque Deidara había llegado al punto de especular: "Si la muerte me llegase en manos de Itachi, me daría por bien vivido."
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Espero y lo hallan disfrutado...
