Summary: Porque a veces los hijos no quieren ser igual a sus padres, ellos quieren escribir su propio destino.

Disclaimer: Nada de esto me pertenece. Salió de la linda cabeza de JK.


Victoire

Victoire es rubia. Es hermosa. Todos le dicen que es la viva imagen de su madre pero con el carácter de su padre.

Fue nombrada Prefecta en su quinto año y Premio Anual en el séptimo. Es inteligente, saca buenas notas, y le gusta el quiddicth (aunque la verdad es que no lo juega porque no le gusta apestar a sudor). Los profesores la adoran, las chicas la creen la mejor amiga, y tiene varios hombres comiendo de su mano (hombres a los que presta atención porque sólo tiene uno en mente: Ted Lupin).

Victoire puede optar por un cargo en el Ministerio, en Gringotts o en San Mungo. Hasta podría entrar en el mundo del modelaje (carrera que su padre no aprueba y que su madre no está segura de que sea lo mejor).

Ella tiene un sueño: casarse, tener hijos, y vivir por siempre en una casita en la costa. Parece un buen sueño. Pero a veces no es suficiente. A veces Ted no es suficiente, a veces sus padres no son suficientes, a veces los chicos que le hacen la corte no son suficientes. Victorie quiere algo más. Quiere algo fabuloso, algo magnífico, algo fuera de este mundo.

Y a veces se siente mal, porque teniendo todo lo que quiere sigue queriendo más. Porque teniendo todo al alcance de su mano, sigue queriendo más.

Victoire es perfecta. La muñeca más hermosa que se haya creado más. La piel blanca como la luna, el pelo largo de color plata y rizado en el extremo, los ojos azules y brillantes. Victoire es la princesa. La obra más magnífica que la naturaleza puede haber hecho.


Esta es la primera de un conjunto de viñetas, creadas sin ton ni son y sin un orden cronológico.