Nota: Este archivo permanece aqui solo cómo un registro de la publicación. Próximamente volvere a compartir el fic, pero en mi Facebook.
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Una vez más recorría las calles de Chicago sin rumbo fijo, caminando sólo para perder el tiempo. No supe cómo o más bien quise fingir no saber cómo llegue hasta ahí.
La tranquilidad del lugar era notoria. no por nada se trataba de uno de los más importantes hospitales de la ciudad. Me senté a descansar en una de las pocas bancas del floreado patio; pensando, deseando que ella estuviera ahí.
-Como pude convertirme en esto? -me dije con rencor- y todo por esa tonta rubia... pero es que sus verdes ojos son tan hermosos... Qué bajo has caído Leegan...!
Algunos minutos después vi que algunas enfermeras y parte del personal comenzaba a salir, asustado de llegar a cometer alguna locura, me levante para irme tal y como llegue; pero fue demasiado tarde.
Ahí estaba, de pie en la entrada principal, mirándome con una mezcla de miedo y furia. Petrificado por la vergüenza de saberme descubierto, comencé a sudar frío, gracias al nerviosismo acumulado, mientras ella se acercaba a paso lento y sin dejar de mirarme con el ceño fruncido.
