Bien, he estado traduciendo mucho últimamente..xD y este no es la excepción..!

Disclaimer:

-Personajes de la fabulosa Cassandra Clare. (Como si no lo supieran ya)

-Historia de la fantástica escritora Take Me To My Fragile Dreams.
-Traducción obviamente todo mi gran esfuerzo! Mio y de nadie mas! Bueno Aikawa san, mi editora, que me ayudo con algunas de las frases del Lemmon.

Rated M debido a que a partir del capitulo 4 comienza el Lemmon! Espero lo disfruten tanto como yo!

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The Discovery – El Descubrimiento..!

La primera vez que había pasado, había sido completamente inesperado. Alec se había despertado para encontrarse solo en la cama, el aroma de Magnus lo rodeaba y lo incitaba a volver a dormir; y lo hubiera hecho de no haber sido por los gritos apenas disimulados que se colaban por debajo de la puerta hacia sus orejas. Con un pequeño suspiro y un escalofrío, salió de entre las coloridas mantas y su calor, fue hacia uno de los cajones del buró morado que estaba al otro lado de la habitación y sacó un par de pantalones sueltos color gris. Brevemente se planteó tomar algún arma en caso de que fuera algo peligroso, pero lo descartó encogiéndose de hombros. Su arco y flechas estaban cerca del closet que estaba enseguida de la puerta principal, Alec podía tomarlos fácilmente en menos de dos segundos y ponerse entre Magnus y cualquier idiota estúpido que estuviera causando problemas en su departamento.

Giró la perilla de la puerta lentamente, tuvo mucho cuidado en caso de que fuera algo relacionado con algún cliente o del mundo Subterráneo de lo que él no debería de enterarse, salió en silencio de la habitación, caminando de puntillas por el pasillo con los ojos alerta. Los gritos se volvieron más y más claros mientras más se acercaba a la sala.

-Qué quieres decir con que no me puedes ayudar, Bane?- la voz era grave, algunos gruñidos y resoplidos se colaban entre las palabras. Hombre Lobo.

-Exactamente eso- la voz de Magnus era tranquila, controlada. Justo como sonaba un volcán antes de explotar.

Alec se movió lentamente por el pasillo, asomando su cabeza solo un poco para ver a los dos hombres de pie uno frente al otro. Magnus estaba recargado en el reposa brazos del sillón rosa brillante, sin camisa, con los brazos cruzados y sin expresión mientras miraba al musculoso Hombre Lobo con ojos entrecerrados. Dicho Hombre Lobo estaba ahora vibrando de enojo.

-No te puedes tomar un par de minutos para hacerlo? Sé que puedes, Bane, no me vengas con esa mierda.

Los ojos de Magnus se entrecerraron aún más, sus pupilas casi desapareciendo en el mar dorado y verde que las rodeaban, su expresión mandó una serie de escalofríos por toda la espalda expuesta de Alec.

-Si, puedo hacerlo. Pero no lo haré.

-Y POR QUE CARAJOS NO?- gruñó el Hombre Lobo, sus grandes puños cerrados y unas cuantas gotas de saliva escaparon entre sus dientes. Si Alec hubiese estado prestando atención se habría preocupado por Magnus, pero no lo estaba haciendo. En su lugar estaba enfocado en la mirada fría y calculadora en el rostro de su Brujo, su rostro parecía de piedra, a excepción de sus ojos que parecían oro fundido y ardían como el fuego.

-Por qué? Por qué?- repitió Magnus alzando la voz- tal vez porque viniste a las seis de la mañana gritando sobre ese "pobre cachorro que necesita poción para la tos" y comenzaste a pelear conmigo por más de una hora porque no tengo disponible dicha poción sino hasta más tarde! Oh, y tal vez, solo tal vez- dijo Magnus entre dientes- es porque interrumpiste mi sueño, el cual honestamente estaba disfrutando muchísimo, cuando te rehusaste a dejar de sonar el MALDITO TIMBRE!

El Hombre Lobo dio un salto hacia atrás ante la mirada de furia pura que le habían dedicado; mirando las chispas azules que salían de los dedos del Brujo. Una ola de miedo y frío lo invadió, completamente lo opuesto que estaba sintiendo el Cazador de Sombras que escuchaba a escondidas.

Dios, pensó Alec conteniendo el aliento. Nunca antes había visto a Magnus tan enojado y... dominante. Lo más cercano que había llegado a explotar así, había sido cuando Presidente Miau había tirado por accidente su botella de purpurina "edición limitada!" en el lavamanos. Alec se había sentido mal por el pobre gato después de eso. No. Esto era completamente diferente a todo lo que había visto Alec antes y, para ser honestos, lo excitaba de sobremanera, estaba desconcertantemente encendido.

-Ahora- habló Magnus, su voz era un susurro controlado mientras avanzaba hacia el Hombre Lobo- si no sales de mi maldito departamento en menos de cinco segundos, yo personalmente me asegurare de que despiertes con raíces saliendo de tus pies y todo tipo de insectos caminando por tus intestinos.

El Hombre Lobo salió disparado hacia la puerta principal al mismo tiempo que Alec se lanzó de vuelta al dormitorio y hasta el baño, las dos puertas se cerraron al mismo tiempo.

Alec se recargó contra la puerta, jadeando ligeramente mientras escalofríos de lujuria se dirigían directo a su entrepierna. No tenía sentido. Por qué ver a Magnus apenas manteniendo el control y enojado excitaba tanto al Cazador de Sombras? Solo de imaginar la forma en la que esos penetrantes ojos dorados se habían fijado en su objetivo, sin enfocarse en nada más, y la forma en la que su mandíbula se había endurecido para contenerse... Alec casi gimió. No podía evitar pensar en cómo sería si Magnus le dedicara esa mirada a él. Esa mirada de completa concentración, como si él fuera un ratón y Magnus fuera un gato listo para hacer su movimiento. Alec se imaginó siendo la razón por la que Magnus tenía que controlarse, por lo que perdía el control, su sedosa y suave voz dándole ordenes, diciéndole que hacer... lanzó la cabeza hacia atrás golpeándose con la puerta mientras sus caderas se disparaban hacia adelante de solo pensarlo.

Dejó caer la cabeza hacia un lado, sus ojos estaban desenfocados y confundidos. No entendía esa reacción ante Magnus, no entendía porque todas las imágenes del Brujo siendo dominante lo excitaban tanto (después de todo, hasta cierto grado, Magnus siempre había sido el dominante, siendo él el más experimentado de los dos) y para ser honesto, eso lo confundía tanto como lo excitaba. Otra provocativa imagen de Magnus vistiendo nada más que unos pantalones de cuero, esa exasperantemente sexy sonrisa en sus labios al decir su nombre, y sus manos jugueteando con algo saltó a su mente y provocó que sus ojos rodaran hacia atrás.

-Alec.

Alec murmuró una maldición, cerrando los ojos fuertemente y golpeando ligeramente su cabeza contra la puerta en un intento de aclarar su mente. No funcionó.

-Alec, cariño?

Gimió. Maldición, estaba completamente jodido.

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Las siguientes semanas fueron un infierno. Un completo y total infierno. Todo lo que hacía Magnus, desde algo tan simple como ponerse su maquillaje hasta caminar por el departamento vistiendo nada más que su bata de seda, tiraba del gatillo. Comenzó a tener sueños del Brujo. De manos bronceadas recorriendo su pecho, las uñas presionando solo lo justo para dejar marcas rojas. Soñaba con una ronroneante voz, una lengua pecaminosa lamiendo su sudorosa piel mientras estaba atado a la cama. Soñaba con brillantes ojos verdes y una sonrisa que dejaría incluso al gato de Cheshire en vergüenza, mientras él se retorcía debajo de ese flexible y habilidoso cuerpo color caramelo.

Todas las noches se despertaba con un problema que simplemente no se iba; y todo lo que podía hacer era ir al baño, sofocando sus suaves gemidos cuando al fin lograba liberarse. Pronto se encontró evitando al Brujo, y cuando todo lo demás fallaba, le costaba muchísimo trabajo no mirarlo directamente. Se había asegurado de tener una excusa para cada vez que Magnus trataba de tener relaciones y ya no se quedaba a dormir. Había aprendido la lección de manera difícil, no quedarse era la solución.

Cuando había intentado quedarse por primera vez todo había ido bien, incluso perfecto, habían estado viendo un programa que Alec no entendía para nada, era sobre una chica loca que hacía pataletas cada que algo no salía como ella quería, algo que tenía que ver con una boda, y se habían reído de la chica durante todo el programa, entonces Alec había ido a la cocina para hacer palomitas. Había estado recargado contra el desayunador, sus ojos mirando hacia el vacío mientras esperaba, entonces, un par de manos bronceadas le rodeó la cintura y una cabeza se posó sobre su hombro mandando aliento caliente contra su oreja.

-Estas tardando muuuuuucho- gimoteó Magnus antes de presionar sus labios suavemente contra el cuello de Alec, justo en el lugar que hacía que sus rodillas se doblaran. Y esa vez no era la excepción. Se derritió contra el cuerpo del brujo, moviendo la cabeza hacia un lado para darle más acceso a su novio.

Todo había estado bien, hasta que Magnus le había dado una mordida particularmente fuerte en su clavícula al mismo tiempo que Alec había abierto los ojos, mirando la mesa de la cocina a solo unos pasos de distancia. Al instante se había paralizado, las imágenes de él siendo inclinado sobre esa misma mesa, con largos dedos enredados en su cabello, tirando su cabeza hacia atrás mientras era penetrado sin piedad, y esos dientes hundiéndose en la piel de su cuello antes de que una voz aterciopelada le dijera "Te gusta duro, no? Te gusta cuando te follo así...". Alec se había alejado de inmediato dando un puñado de excusas que lo habían confundido hasta a él mismo, se iría a casa a tomar una buena y larga ducha.

Quedaba en claro, el tiempo que pasaba con el Brujo tenía que estar limitado.

Decir que Magnus estaba frustrado era poco. Habían pasado ya casi tres semanas desde que había pasado un buen tiempo a solas con su Cazador de Sombras dentro y fuera de las sabanas. Cada que trataba de hacer que Alec llegara a algo remotamente más que un simple beso, el Cazador de Sombras se asustaba e inmediatamente salía con alguna excusa. El Brujo no había sido capaz de bañar a su Nefilim con afecto como solía hacer, no había podido besar, lamer o morder esa deliciosa y pálida piel como siempre había podido, y lo más agonizante de todo, era el hecho de que no había podido dormir con su amado al lado de él, ya fuera después de una particularmente agotadora ronda bajo las sabanas o simplemente después de una sesión de caricias. No había sido capaz de estirar la mano y sentir el latido de Alec, no había podido quedarse dormido con el familiar bumbumbum del corazón de Alec en sus oídos. Y eso lo mataba.

Alec estaba actuando como lo había hecho cuando recién se habían conocido: tímido, avergonzado y alarmado ante cualquier contacto físico. Eso hacía que Magnus se preocupara al pensar que había hecho algo mal, que tal vez no estaba siendo un buen novio, un buen amante; y lo más alarmante de todo, que tal vez Alec estaba pensándose mejor su relación. No saber que pasaba estaba volviendo loco a Magnus. Maldita sea! Quería entender! Entender por qué Alec ya no lo tocaba, por qué siempre lo miraba alarmado cuando se acercaba demasiado o decía algo ligeramente sexual, no entendía por qué su amor estaba tan... aislado, de la nada.

El comportamiento de Alec no era normal. Antes apenas si podía mantener las manos de Alec alejadas de él por más de un día y ahora, su Cazador de Sombras se encogía cada vez que él se movía en su dirección! Frustraba a Magnus a más no poder, pero llegaría al fondo de todo eso.

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Siguiente capi ya esta listo, solo espero la opinión de ustedes para seguir..! Por fa espero reviews..!=D