Friendzone

Disclaimer: Nada me pertenece. Derechos reservados a Atsushi Okubo.

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Toc, toc.

-¿Podemos entrar?

No recibe respuesta.

Se oyen murmullos al otro lado de la puerta.

-No creo que sea buena idea...- trata de convencer una de las voces.

-¡Tonterías! ¿Él mismo ha rogado que vengamos y ahora no quiere que entremos en su habitación?

-A lo mejor necesita unos momentos de soledad, es normal.

-No, viniendo de ÉL no es normal.

Pasan los minutos y las voces siguen hablando. Poco a poco se van apagando hasta que el silencio reina en la habitación.

Al otro lado de la puerta Soul decide esperar unos segundos más. No se fía de sus amigos y ve más que probable que en realidad ambos estén aún al otro lado de la puerta de madera, y que solo hayan fingido irse. Ni siquiera lo convencen las pisadas que oye a lo lejos, señal de que ya se han marchado.

Se tranquiliza, diciéndose a sí mismo que es un paranoico. Se tumba en su cama bocarriba, con la ropa de la calle aún puesta, y el pelo revuelto descansando sobre la blanda almohada, con la vista fija en el colorido techo, pero con la cabeza en otra parte.

Un fuerte estruendo lo espabila, haciéndolo volver de su mundo de fantasía. Se incorpora bruscamente y mira rápidamente a ambos lados, asustado. En la entrada de su cuarto se encuentra Death the Kid sacudiéndose algunas astillas de madera de la ropa y, a su lado el culpable del asesinato de su querida puerta.

-¡Qué mier...!- se muerde la lengua-. ¡Black Star, imbécil! ¡No hacía falta matar a la pobre puerta, ¿se puede sabes qué te ha hecho ella?!- se lleva las manos a la cabeza, exasperado-. ¿Se puede saber qué le digo yo a Maka ahora?- se gira hacia Kid-. ¿Y tú por qué no lo has detenido? ¡Se supone que eres el chico perfecto, ¿no?! ¡Cumple con las expectativas!

A Soul le entraron ganas de romper algo, lo que sea. No entendía el por qué estaba tan enfadado, pero lo estaba. Dirigió su ira hacia el pobre de Kid.

Un simple cabello sería suficiente para dejarlo asimétrico.

-So-soul, ¿qué te pasa? Noto un aura oscura viniendo de tí- se estremeció-. Ni se te ocurra, Soul. No, no, aléjate de mí. ¡No te me acerques con esas tijeras! NO, SOUL.

Black Star empieza a pasearse por la habitación, toqueteando todo lo que su amigo colecciona y guarda en ella. Se tumba sobre la cama, justo en la misma posición en la que el albino estaba echado unos segundos antes. Bosteza, girándose para observar a sus dos amigos, que estaban forcejeando.

Cierra los ojos y respira profundamente, ¿quizá estaba intentando quedarse dormido?
No lo consiguió, ya que en ese mismo instante sus dos mejores amigos caen sobre él, cortándole la respiración.

Nota como una vena se le explota de la ira. Él ni siquiera quería ir a la casa, ¡solo había derribado la puerta porque Kid se lo había pedido! ¡Él había intentado convencerlo de que cambiara de idea! Pero claro, seguro que su mejor amigo no se lo creería...

-Para una vez que no soy yo el responsable...- dice mientras él también se suma a la pelea.

OoOoOoOoOoOo

Maka Albarn volvía alegre de casa de su mejor amiga. Estaba feliz. Spirit había intentado acorralarla para hablar con ella, pero lo no consiguió. Shinigami-sama le informó de una nueva misión de la cual se debía encargar para la semana que viene, pero ella estaba convencida de que seguramente lo tendría listo para antes del miércoles.

Brincaba de camino a su colorido piso.

-Soul, ya estoy aquí- informa.

Al no recibir respuesta se acerca a la habitación de su compañero. Inmediatamente nota la ausencia del trozo de madera que delimita el espacio de la guadaña.

-Soul, ¿qué le ha pasado a la puerta? ¿La has intentado atravesar o algo así? ¿Estás bien?

Asoma la cabeza y ve cómo su compañero de batalla se encuentra hablando pacíficamente con los otros chicos. Están sentados en el suelo, todos con las piernas cruzadas y discutiendo sobre algo que parece importante.

-Ah, hola Maka- la saluda el chico shinigami al darse cuenta de su presencia.

-Hablando del rey de Roma...- murmura Black Star mientras mira de reojo a Soul, dirigiéndole una sonrisa socarrona.

-¿Cuánto tiempo llevas ahí?- pregunta esta vez Soul.

-¿Por qué lo preguntas?- responde Maka. Mira a su amigo con una sonrisa traviesa-. ¿Qué te pasa, Soul? Pareces nervioso. ¿Acaso temes que haya escuchado algo que no debía?

Kid nota cómo las mejillas de Soul cogen un color rojizo.

-Oh, callate- la recrimina. Acto seguido la agarra del brazo-. Ven aquí, necesito decirte una cosa.

-¡Ánimo, Soul!- grita uno de sus amigos. Lo que recibe por parte del de ojos rubís es una mirada fulminante.

-Cállate tu también. Por cierto, fuera.

-¿Cómo?

-FUERA DE MI CASA. Idiotas-. murmura una vez sus amigos abandonan el edificio.

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Desde luego no es lo mejor que he escrito, pero algo es algo, ¿no?

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