Despertar

Crónicas Vampíricas

Cáp.1

4 de septiembre

Querido diario:

Algo horrible va a suceder hoy.

No sé por qué escribí eso. Es de locos. No hay ningún motivo para que me sienta inquieta y todos para que sea feliz, pero...

Pero aquí estoy a las 5:30 de la mañana, despierta y asustada. No hago mas que decirme que simplemente sucede que estoy hecha un lío debido a la diferencia horaria entre Francia y aquí. Pero eso no explica por que me ciento tan asustada. Tan pérdida.

Anteayer, mientras tía Kurenai, Moegi y yo volvíamos del aeropuerto en coche, tuve una sensación muy extraña. Cuando giramos en nuestra calle pensé de repente "Mamá y Papá nos están esperando en casa. Apuesto que estarán en el porche delantero o en la sala de estar mirando por la ventana. Deben de haberme echado mucho de menos".

Lo sé. Es de locos.

Pero incluso cuando vi la casa y el porche delantero vació seguí sintiendo lo mismo. Subí corriendo los escalones y llame con la albada. Y cuando tía Kurenai abrió con las llaves me precipite adentro y simplemente me quede en el vestíbulo, esperando oír a mamá bajando por las escaleras o a papá llamando desde el estudio.

Justo entonces tía Kurenai soltó ruidosamente una maleta en el suelo detrás de mi, lanzó un enorme suspiro y dijo: "estamos en casa". Moegi rió. Y me invadió la sensación más horrible que he tenido jamás. Nunca me he sentido tan total y completamente perdida.

Casa. Estoy en casa. ¿Por qué suena eso como una mentira?

Nací aquí, en Fell`s Church. Siempre he vivido en esta casa, siempre. Ésta es mi misma vieja habitación, con leve marca de quemadura en las tablas del suelo en donde Sakura y yo intentamos esconder cigarrillos en quinto grado y estuvimos apunto de asfixiarnos. Puedo mirar por la ventana y ver el enorme membrillo al que Gaara y los chicos treparon para colarse en la fiesta de pijamas de mi cumpleaños hace dos años. Esta es mi cama, mi silla, mi tocador.

Pero en estos momentos todo me pare extraño, como si yo no perteneciera. Soy yola que esta fuera de lugar. Y lo peor es que siento que hay algún lugar al que pertenezco, solo que no logro encontrarlo.

Ayer estaba demasiado cansada para ir a Orientación. Temari recogió mi programa por mi, pero yo no tuve ganas de hablar con ella por teléfono. Tía Kurenai dijo a todos los que llamaban que tenia jet lag y dormía, pero me observo durante la cena con una curiosa expresión en el rostro.

Tengo que ver a la pandilla hoy, no obstante. Se supone que debemos encontrarnos en el aparcamiento antes del instituto. ¿Estoy asustada por eso? ¿Les tengo miedo?

Tenten Gilbert dejó de escribir. Contemplo fijamente la ultima línea que había escrito y luego meneo la cabeza, con la pluma cerniéndose sobre el pequeño libro con tapa de terciopelo azul. Luego con un gesto repentino, alzo la cabeza y arrojó pluma y libro a la gran ventana mirador, donde rebotaron inofensivamente y aterrizaron sobre el tapizado asiento interior que había al pie de la ventana.

Todo era totalmente ridículo.

¿Desde cuando ella Tenten Gilbert, había tenido miedo de reunirse con gente? ¿Desde cuando la había asustado nada? Se puso de pie y, llena de enfado, introdujo los brazos en un kimono de seda roja. Ni siquiera echó una ojeada al trabajo espejo de victoriano sobre el tocador de madera de cerezo; sabía lo que vería. Tenten Gilbert castaña, esbelta y fantástica, la que marcaba tendencias, el alumno de último curso de secundaria, la chica que todos lo chicos deseaban y que todas las chicas querían ser. La chica que justo en aquellos momentos mostraba una cara de poco a amigos y tenia loa labios apretados.

"un baño caliente y un poco de café y me tranquilizare", pensó. El ritual matutino de darse un baño y vestirse resulto relajante y se lo tomo con parcimonia, revisando los nuevos conjuntos traídos de París. Finalmente Eligio una combinación de top rojo y unos shorts blancos de lino que le daban un aspecto muy atractivo. "bastante apetitosa", pensó, y el espejo mostró una muchacha con una sonrisa inescrutable. Sus anteriores temores se habían desvanecido, olvidados.

- ¿Tenten? ¿Dónde estas? ¡Llegaras tarde al instituto! – la voz ascendió débilmente desde abajo.

Tenten volvió a pasar el cepillo por su melena sedosa y el sujeto atrás con una cinta de rojo intenso. Luego cogió su mochila y descendió la escalera.

En la cocina, Moegi, de cuatro años, comía cereales sentada en la mesa, y tía Kurenai cocinaba algo en los fogones. Tía Kurenai era la clase de mujer que siempre parecía vagamente aturullada; tenía un rostro delgado y afable y un cabello oscuro y ondulado echado hacia atrás descuidadamente. Tenten le dio un beso en la mejilla.

- ¡Buenos días a todo el mundo! Lamento no tener tiempo para desayunar.

- Pero, Tenten, no puedes salir así sin comer. Necesitas tus proteínas...

- Comeré una rosquilla antes del instituto – Respondió ella con vivacidad.

Deposito un beso en la castaña cabellera de Moegi y dio la vuelta para marcharse.

- Pero, Tente...

- Y probablemente iré a casa de Hinata o Temari después de clases, de modo que no me esperéis para cenar. ¡Adiós!

- Tenten...

Tenten estaba ya en la puerta principal. La cerro tras ella, contando las distantes protestas de tía Kurenai, y salio al porche delantero.

Y se detuvo.

Todas las malas sensaciones de la mañana volvieron a abalanzarse sobre ella. La ansiedad, el miedo. Y la certeza de que algo terrible estaba a punto de ocurrir.

La calle Maple estaba desierta. Las altas casa victorianas parecían extrañas y silenciosas, como si todas estuvieran vacías por dentro, como las casa de un plató abandonado. Parecían vacías de gente, pero llenas de extrañas cosas vigilantes.

Eso era: algo la vigilaba. El cielo sobre su cabeza no era azul, sino lechoso y opaco, como un cuenco gigante vuelto boca abajo. El aire era sofocante, y Tenten tuvo la seguridad de que había ojos observándola.

Vio algo oscuro en las ramas del viejo membrillo que había frente a la casa.

Era un cuervo, tan inmóvil como las hojas teñidas de amarillo de su alrededor. Y era la cosa que la observaba.

Intento decirse que era ridículo, pero en cierto modo lo sabía. Era el cuervo más grande que había visto nunca, gordo y brillante, con arco iris centellando en sus plumas negras. Podía ver cada detalle con claridad: las ávidas garras oscuras, el afilado pico, el individual y centellante ojo negro.

Estaba tan quiero podrían sido un modelo en cera de un ave colocado allí. Pero mientras lo contemplaba fijamente, Tenten se sintió enrojecer poco a poco, el calor ascendiendo en oleadas por la garganta y las mejillas. Porque... la miraba a ella. La miraba del modo con que los chicos la miraban cuando llevaba un bañador o una blusa muy fina. Como si la desvistiera con los ojos.

Antes de darse cuenta de lo que hacia, ya había soltado la mochila y cogido una piedra de la entrada.

- ¡Fuera de aquí! – Dijo, y ojo la temblorosa cólera de su propia voz - ¡vamos! ¡Vete! – con la ultima palabra, arrojo la piedra.

Hubo una explosión de hojas, pero el cuervo remonto el vuelo indemne. Las alas eran enormes y hacían tanto ruido como toda una bandada de cuervos. Tenten se acuclillo, repentinamente presa del pánico, cuando el ave aleteo justo por encima de su cabeza, alborotando sus cabellos castaños con el viento producido por las alas.

Pero volvió a alzarse abruptamente y describió un círculo, una silueta negra recortada en el cielo blanco como el papel. Luego, un graznido ronco, giro y se marcho en dirección al bosque.

Tenten se irguió despacio, luego miró en derredor, cohibida. No podía creer lo que acababa de hacer. Pero ahora que el pájaro se había ido, el cielo volvía a parecer normal. Un leve viento agitó las hojas, y Tenten aspiró profundamente. Calle abajo, una puerta se abrió y varios niños salieron en tropel, riendo.

Tenten les sonrió y volvió a tomar aire, sintiendo que una sensación de alivio la inundaba igual que la luz solar. ¿Cómo podía haber sido tan estúpida? Era un día hermoso, que prometía mucho, y nada malo iba a suceder.

Nada malo iba a suceder; excepto que llegaría tarde al instituto. Toda la pandilla la estaría aguardando en el aparcamiento.

Siempre podía contarles a todos que se había detenido para arrojarle piedras a un mirón, se dijo, y casi soltó una risita divertida. Eso sí les daría algo en que pensar.

Sin siquiera una mirada atrás al membrillo, empezó a andar tan de prisa como pudo calle abajo.

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El cuervo se abrió paso violentamente por entre la parte superior de un roble enorme, y la cabeza de Neji se alzó de golpe de un modo reflejo. Cuando vio que no era mas que un pájaro, se relajo.

Sus ojos descendieron hasta la blanca figura flácida en sus manos, y notó que el rostro se le crispaba con pesar. No había querido matarlo. Habría cazado algo mayor que un conejo de haber sabido lo hambriento que estaba. Pero, claro, eso era justo lo que lo asustaba: no saber nunca lo fuerte que sería el hambre, o qué tendría que hacer para satisfacerla. Tenia suerte de haber matado solo a un conejo en esa ocasión.

Se puso en pie bajo los viejos robles, con la luz del sol filtrándose hasta sus cabellos lisos. En tejanos y con una camiseta, Neji Salvatore tenia todo el aspecto de una alumno normal y corriente de secundaria.

No lo era.

Se había internado en lo más profundo del bosque, donde nadie podría verlo, para alimentarse, y en aquellos momentos se pasaba la lengua a conciencia por encías y labios, para asegurarse de que no había ninguna mancha en ellos. No quería correr riesgos. Ya iba a ser bastante difícil llevar a cabo aquella mascarada.

Por un momento se pregunto, una vez mas, si no debería dejarlo correr. Quizás debería regresar a Italia, de vuelta a su escondite. ¿Qué le hacia pensar que podía reincorporarse al mundo de la luz diurna?

Pero estaba cansado de vivir en sombras. Estaba cansado de la oscuridad y de las cosas que Vivian en ellas. Sobre todo, estaba cansado de estar solo.

No estaba seguro de por qué había escogido Fell`s Church, en Virginia. Era una ciudad joven, según su criterio; los edificios más antiguos los habían levantado hacia solo un siglo y medio. Pero recuerdos y fantasmas de la guerra de Secesión todavía vivían allí, tan reales como los supermercados y los locales de comida rápida.

Neji apreciaba el respeto por el pasado y pensaba que podría llegar a gustarle la gente de Fell`s Church. Y a lo mejor – sólo a lo mejor – podría encontrar algún lugar entre ella.

Jamás le aceptarían por completo, desde luego. Una amarga sonrisa curvo sus labios ante la idea. Sabía bien que no podía esperar eso. Jamás habría un lugar al que pudiera pertenecer por completo, donde pudiera ser realmente el.

A menos que eligiera permanecer a las sombras...

Desecho la idea violentamente. Había renunciado a la oscuridad; había dejado atrás las sombras. Estaba borrando todos aquellos largos años y empezando otra vez, hoy.

Advirtió que todavía sostenía el conejo. Con suavidad, lo deposito sobre el lecho de hojas secas de roble. A lo lejos, demasiado lejos para que el oído humano lo captara, reconoció los sonidos de un zorro.

"apresúrate, camarada cazador –pensó entristecido–. Te espera el desayuno."

Al echarse la chaqueta sobre los hombros, reparo en el cuervo que lo había perturbado antes. Seguía posado en el roble y parecía observarle. Había algo que resultaba impropio en él.

Empezó a lanzar un pensamiento de sondeo en su dirección, para examinar al ave, y se detuvo. "recuerda tu promesa –pensó–. No usaras tus poderes a menos que sea absolutamente necesario. No a menos que no haya otra posibilidad."

Moviéndose casi en silencio por entre las hojas y las ramitas secas, se encamino hacia el linde del bosque. Su coche estaba aparcado allí. Miro hacia atrás una vez más y vio que el cuervo había abandonado las ramas y saltado sobre el conejo.

Había algo siniestro en el modo en que extendía las alas sobre el cuerpo blanco y flácido, algo siniestro y triunfal. A Neji se le hizo u nudo en la garganta y estuvo a punto de volver atrás para ahuyentar al pájaro. Con todo, tenia tanto derecho a comer como el zorro, se dijo.

Tanto derecho como él mismo.

Si volvía a tropezarse con el ave, echaría una mirada en su mente, decidió. Por el momento, aparto los ojos de él y corrió a través del bosque, con expresión decidida. No quería llegar tarde al instituto de secundaria Robert E. Lee.

Nota de Autora: +

Primero que nada:

Este fic es un plagio al libro: "The Vampire Diaries".

Los personajes que aparecen en la historia son:

Elena Gilbert

Stefan Salvatore

Caroline

Tía Judith

Margareth

Bonnie McCulluoght

Meredith

Todos estos personajes son los reales de libro y los personajes que yo introduje en él son los de naruto los cuales conservan sus nombres, pero los apellidos se adaptan al libro.

-Tenten es Elena Gilbert.

-Neji es Stefan Salvatore.

-Sakura es Caroline.

-Kurenai es tía Judith.

-Moegi es Margareth.

-Hinata es Bonnie McCullought

-Temari es Meredith

ACLARACIONES FINALES:

EL LIBRO "THE VAMPIRE DIARIES", LE PERTENECE A LISA JANE SMITH.

NARUTO, LE PERTENECE A MASASHI KISHIMOTO

Y SOLO A MI ME PERTENECE EL HECHO DE HABERLO PASADO AL PC Y CAMBIADO LAS CUALIDADES FISICAS DE LOS PERSONAJES PARA QUE SE PARECIERAN A LOS DE NARUTO.

EN EL PROXIMO CAPITULO:

-Solo un minuto; esto me recuerda a algo- Tercio Hinata, agarrando una de las manos de Tenten -. ¡Adivina que aprendí de mi prima este verano! – Antes que nadie hablar, ella misma comunico triunfal -: ¡A leer las manos!

-Conocerás a un desconocido alto y de tez blanca –