Summary: Gracias a Carlisle, Hayley, Zac, Josh, Jeremy y Hunter (Paramore) terminan viviendo en la mansión Cullen ¿Pero qué pasará cuando descubran la verdadera identidad de la familia?
Aclaraciones: Esta historia está ubicada después de Amanecer, por lo que Bella es vampira, y ahora Renesmee paró de crecer (Aparenta la misma edad que Bella). Por lo demás, Paramore aún no es una banda famosa, por no decir casi desconocida sobre la faz de la tierra xD
N/A: Si alguien está leyendo esto, bueno, supongo que les explicaré por qué a mí y a mi amiga (Panchi) se nos ocurrió escribir este fanfiction. Nos gusta Twilight (Duh!), nos gusta Paramore (Doble Duh!) y teníamos ganas de hacer algo (¿?) Eso pasa cuando pasas mucho tiempo leyendo fics de Crepúsculo mientras escuchas Paramore (En especial Decode) xD Bueno, espero que les guste ;D
¡Dejar Reviews adelgaza! (¿?)
Disclaimer: Lamentablemente no me pertenece Crepúsculo ni ninguno de sus personajes, si fuera así sería Stephenie Meyer ¿No? xD (¡Gracias por crear Twilight!) Como sea, Paramore son personas reales y yo no soy la mamá de Hayley, lo que sería muy raro… Y no sé muy bien cuáles son sus personalidades, así que quizás sea raro que se comporten de cierta forma xD
Whoa! Vampires!
Capítulo 1: La Mansión Cullen
N/A: La historia está narrada por Hayley Williams (Vocalista de Paramore)
El día estaba nublado, lo cual era habitual en Forks, un pequeño pueblo del estado de Washington. La banda y yo habíamos llegado el día anterior, un señor muy bondadosamente nos llevó en su camioneta hasta ese remoto lugar. Esa primera noche dormimos en un hostal, no era un buen lugar para dormir… Además, gastamos mucho dinero sólo por una noche, y eso no nos favorecía. Estábamos tocando algunas canciones frente al Hospital del pueblo, pero no nos habían dado ni un centavo, me sentía desanimada.
-¿No crees que ya es hora de irnos? – Me preguntó Josh, mi amigo y guitarrista de la banda
-Pero necesitamos ganar dinero… - Le respondí, aunque sabía muy bien que eso no sería fácil.
Josh me miró escéptico y comenzó a afinar su guitarra. En ese momento algo captó mi atención. Un hombre rubio de unos treinta años estaba saliendo del Hospital, por su delantal supuse que era un Doctor. Se dirigía al estacionamiento, en donde nosotros estábamos. Cada vez se acercaba más y así pude percatarme de lo pálido que era, además de eso poseía unas profundas ojeras bajo sus ojos, como si no hubiera dormido en días. Me pregunté si tenía mucho trabajo, o si en Forks había demasiada gente enferma. En cualquier caso, parecía más una estrella de cine que un médico, no sólo por su belleza, sino también por sus gráciles movimientos.
-Toquemos "Emergency" – Propuso Hunter, quien me sacó de mi estado de babosidad.
-Uh, sí. – Asentí, y los demás comenzar a tocar, mientras yo trataba de concentrarme en la música.
Cuando comencé a cantar, el hombre rubio comenzó a mirarnos. Ya estaba muy cerca, se dirigía a un Mercedes negro que estaba estacionado a nuestro lado. Sin embargo, no se subió al auto y se quedó escuchándonos, al parecer le gustaba nuestra música. No pude evitar sonreír por eso.
-Fascinante – Dijo cuando terminamos la canción, su voz era musical, elegante, y concordaba muy bien con sus demás características.
-Gracias – Se adelantó a decir Zac, no era la única feliz en tener público.
-Ustedes no son de aquí ¿Verdad? Nunca antes los había visto. – Agregó, y nos sonrió de manera amigable.
-No – Admití – Apenas llegamos ayer.
Mi voz sonó algo aturdida, no me gustó su sonido. Mi estado de babosidad se había presentado otra vez. Pero él no pareció percatarse de ello, lo cual me hizo sentir mejor.
-¿Tienen familiares aquí en Forks, entonces? – Preguntó, aparentemente interesado.
-No… - Respondió Jeremy – Aunque nos gustaría.
-¿Eso quiere decir que no tienen donde quedarse? – Parecía extrañamente preocupado.
-En realidad, no. – Confesé, incómoda.
-Sí, no creo que el hostal cuente como verdadero hospedaje – Añadió Josh, bromeando, quizás, aunque con un humor bastante negro.
-¿Les gustaría quedarse con mi familia? Es decir, no puedo dejar que terminen viviendo en la calle. – Se apresuró a decir el hombre rubio, y volvió a sonreír – Por cierto, mi nombre es Carlisle Cullen.
Eso fue inesperado, aunque no era una mala propuesta si teníamos en cuenta que no poseíamos dinero suficiente para pagar el hostal de por vida. Aunque debía discutirlo con los demás… Los miré con cara interrogante y todos asintieron, emocionados.
-Bueno, no lo sé, quizás sea incómodo para usted…
-Oh, no – Me interrumpió Carlisle – Nada de eso, mi casa tiene mucho espacio disponible, no sería ninguna molestia hospedarlos. Además, pueden quedarse todo lo que quieran.
De pronto, y por alguna extraña razón, la actitud tan generosa de Carlisle me asustó ¿Qué ganaba él con todo eso? Se me hacía demasiado raro.
-Por cierto ¿Cuáles son sus nombres? – Interrumpió mis sospechas repentinamente.
-Yo soy Hayley, y ellos son Josh y Zac, los gemelos. – Los señalé – Y Hunter y Jeremy.
-¿Y la banda es…?
-Paramore – Respondimos todos al mismo tiempo. Terminé sonrojándome ya que sonó estúpido. Para mi desgracia, esta vez notó mi comportamiento.
-Me recuerdas a alguien – Dijo con los labios curvados en una sonrisa burlona.
No pude evitar preguntarme quién sería y por qué yo le recordaba a esa persona. Pero aquel pensamiento se esfumó rápidamente cuando mis sospechas aparecieron de nuevo en mi mente.
-Bueno ¿Qué dicen? – Preguntó expectante.
Recordé que no estaba sola, y que todos los demás querían aceptar la oferta. Además, no teníamos muchas opciones… Me hubieran odiado de no aceptar.
-Sí, vamos. Ya nos retiramos de ese hostal asqueroso y no queremos cargar con nuestras maletas todo el día – Al final, fue Zac quien tomó la decisión. Al parecer no tenía que rebanarme tanto los sesos.
-¡Estupendo! Los puedo llevar ahora, suban – Dijo Carlisle, y abrió los seguros de su Mercedes.
En poco tiempo nos estábamos alejando de Forks y entramos por un camino de tierra, que se dirigía a los espesos bosques. Me puse nerviosa, y mis sospechas comenzaron a aflorar y se volvieron aún más paranoicas, pero todos los demás estaban relajados ¿¡Qué rayos les pasaba!? ¡Un completo desconocido nos estaba llevando hacia quién sabe dónde! No me atreví a decir nada, sólo empecé a imaginarme qué podría hacernos. Parecía Doctor ¿¡Y si nos mataba y vendía nuestros órganos en el mercado negro!? Me sentí estúpida por caer en una trampa tan simple y por tener amigos tan idiotas. Incluso pensé en salir del auto, pero me percaté de que íbamos a una velocidad muy alta, y me mataría en el intento. Además, cabía la posibilidad de que no estuviera mintiendo, y saltar del vehículo hubiera sido patético. Traté de aferrarme a esa posibilidad con todas mis fuerzas, y le recé a Dios.
-Bueno, ya casi llegamos – Dijo el sospechoso hombre, en quien ya no sentía confianza ni me provocaba estado de babosidad… Bueno, tal vez sólo un poquito. Al mismo tiempo, esas palabras me provocaban escalofríos, ahí estaban los últimos minutos de mi vida.
Y entonces, sí divisé una casa. Una hermosa casa, muy grande, situaba en medio de altos árboles. Pero aún no estaba cien por ciento tranquila ¿¡Y si nos mataba una vez que estuviéramos dentro para ocultar la evidencia!? Comenzamos a dirigirnos al garaje, en donde nos esperaba una joven de baja estatura, como yo, y de pelo negro y corto. Además tenía aspecto de duendecillo. Por alguna razón, nos saludaba muy alegremente, como si ya supiera que íbamos a llegar ¿¡Acaso era la cómplice de Carlisle!? Esto se ponía cada vez peor.
Finalmente, nos estacionamos entre una fila de autos: Un flameante Volvo plateado, Un Jeep Wrangler, un ostentoso descapotable rojo, un Porshe amarillo, y un Ferrari ¡Este tipo sí que ganaba dinero con su venta ilegal de órganos!
Entonces todos comenzaron a bajar del vehículo, comentando algunas cosas con Carlisle. Yo sólo pensaba en que mi vida había sido muy corta y esta no me parecía una manera muy digna de terminar con ella. Debí haberle hecho caso a mamá cuando me dijo que no intentara ser estrella de rock.
-¡Bienvenidos! – Saludó alegremente la joven cómplice – Mi nombre es Alice.
-Hola – Saludó Josh y todos los demás se acercaron a saludar.
Yo estaba muy intranquila, cada vez sentía más miedo… Además, Josh estaba hablando con su voz de coqueteo ¿¡Cómo podía ser tan estúpido!?
-Hola – Una mano tocó mi hombro y sólo reaccioné a gritar por el pánico.
Me volteé y encontré a un hermoso joven que hizo reaparecer mi babosidad, era muy pálido al igual que Carlisle y Alice, y al igual que ambos también poseía ojeras marcadas. Su pelo era de un color bronce, y sus ojos dorados se posaron en mí, estaba sorprendido por mi reacción. El joven no estaba solo, a su lado se encontraba una chica igual de hermosa que Alice, de cabello castaño y largo, era también muy pálida.
-Lo siento – Me disculpé – Me asustaste un poco.
-No te preocupes – El joven me sonrió y añadió con una voz aterciopelada – No mordemos.
Entonces la chica de cabello castaño comenzó a reír por lo bajo, con un sonido como de campanillas. Todo en este lugar era muy curioso.
-Yo soy Bella, y él es Edward, mi esposo. – Se presentó la joven, y su voz sonó melódica.
-Ahm… Yo soy Hayley – Contesté aún nerviosa ¡Carlisle tenía muchos cómplices! Y aún así, pensé que la pareja era muy joven para ser un matrimonio. Ambos aparentaban no más de dieciocho años.
-Entremos, les presentaré al resto de la familia – Dijo el Doctor, con su sonrisa amigable.
"Claro" pensé con sarcasmo, yo sabía que nos mataría una vez que cruzáramos la puerta. Carlisle comenzó a guiarnos, mientras que mis amigos hablaban con Bella y Alice, Edward se preocupaba de mirarme con ojos aterradores, seguramente estaba evitando que escapara.
-Carlisle, llegaste – Dijo un joven rubio, pálido al igual que los demás, el cual al parecer nos escuchó.
-Hola, Jasper – Saludó Carlisle alegremente.
Todo parecía un ambiente muy familiar. Mis sospechas comenzaron a desaparecer, pero todo esto no dejaba de ser muy curioso. Me sentí mejor una mujer que transmitía mucho cariño.
-¡Hola! – Saludo ella, tan emocionada como lo estaba Alice. – Me presento, soy Esme, esposa de Carlisle, sean bienvenidos al hogar.
-Yo soy Hayley – Respondí, y mientras los demás se presentaban pensé en que tenía un nombre curioso.
Entonces me percaté de que había más personas en la habitación, que parecía ser el salón principal de la espaciosa casa. Entre esas personas estaban: Una mujer rubia muy hermosa y un hombre que parecía muy fuerte y de aspecto simpático, ambos también muy pálidos. Y luego una chica de unos diecisiete años, que sorprendentemente tenía el mismo color de pelo de Edward, se parecía mucho a él y a Bella. Junto a ella se encontraba un hombre bastante alto, de piel morena y cabello largo y negro.
-Ellos son Rosalie, Emmett, Renesmee y Jacob. – Dijo entonces Esme, apuntando hacia aquellas personas. Todos saludaron con la mano.
Mis amigos se acercaron, comenzaron a hablar con todos. Yo me sentía aparte, la familia de Carlisle no parecía tan mala, y yo había sacado conclusiones apresuradas. Me sentí idiota por eso, y por tratar de estúpidos a los demás. Lo único que deseaba era una cama decente para descansar.
-Bella ¿Qué te parece si le vas a mostrar su habitación a Hayley? – Dijo Edward, como adivinando mis pensamientos, eso me asustó.
-Claro, vamos – La última palabra la dirigió hacia mí.
Comenzamos a subir las escaleras, y en el trayecto comencé a sentirme más tranquila. Bella no me hacía levantar sospechas, por alguna extraña razón. Entonces se detuvo frente a una puerta, la abrió y dentro de la habitación estaba la cama que deseaba. Por primera desde que entré a la casa de Carlisle sonreí.
-Espero que te guste – Dijo Bella satisfecha al ver mi rostro.
-Sí, por supuesto – Contesté, alegre.
Ambas entramos, y yo dejé mi maleta en el suelo, no tenía ganas de ordenar nada. Bella se sentó en la cama y yo la acompañé.
-Así es que cantas… - Murmuró Bella.
-Ah, sí. – Respondí, confundida por el comentario. Me pregunté cómo lo supo, pero no me atreví a decir nada, otra vez.
-Carlisle es muy compasivo, no me sorprende que los trajera a casa. – Agregó, y al parecer su mente divagó en recuerdos.
-Ahá. – Fue todo lo que pude decir, si bien Bella no me hacía levantar sospechas, no podía dejar de estar nerviosa.
Entonces Bella se dio cuenta de mi estado, me miró tratando de entregarme algo de calma. Y para hacer del ambiente algo menos tenso, decidí hablarle un poco.
-¿Tú vives aquí?
-No, yo y Edward vivimos en una casa cercana a este lugar. Es algo más… Privado.
-Ah, entiendo. – Contesté, incómoda.
-De hecho esta era la habitación de Edward.
-¿Él vivía aquí?
-Es algo así como el hijo de Carlisle – Confesó, y ella sabía tan bien como yo que eso era algo extraño, entonces lo aclaró – Edward, Alice, Jasper, Rosalie y Emmett fueron adoptados por Carlisle y Esme.
-¿Todos son hermanos?
-No, sólo Jasper y Rosalie lo son. Son gemelos y sobrinos de Esme. – Miró mi cara llena de dudas y añadió – Sus padres murieron hace mucho, por eso ahora viven con su tía. Además, Emmett y Rosalie están casados y Alice y Jasper son novios.
Ella parecía incluso más nerviosa que yo, lo cual era difícil de conseguir. Por eso me costó un poco creerle, pero no le iba a contradecir nada.
-¿Y Jacob y Renesmee? – Pregunté, curiosa.
-Ah, eso es otra historia. Ellos son… Novios. - Respondió como si no le gustara mucho la idea ¿Pero por qué le importaba tanto? No es que fuera su mamá o algo así...
-Interesante – Me limité a contestar, aunque seguía preguntándome por qué Renesmee era tan parecida a Bella y su esposo.
-Supongo que quieres descansar – Dijo Bella de pronto, y sonrió. Se levantó de la cama con un movimiento muy ágil. No parecía tranquila con la expresión de mi rostro.
-Nos vemos – Traté de sonreír, pero me salió una expresión deforme.
Nos despedimos y salió de la habitación, demasiado lento esta vez y cuidadosamente, era una chica muy extraña. Quedé sola en la habitación, y me pregunté en dónde estarían los demás. Como sea, pensé que tal vez quedarme no sería tan malo, había muchas cosas que quería saber acerca de esta familia.
¡Continuará!
Bueno, así termina el primer capítulo de este fic. Espero que les haya gustado y que no piensen Hayley es una neurótica. La Panchi y yo nos divertimos mucho escribiendo sobre su desgracia (No nos cae mal, pero no sé xD ¡Viva Hayley!)
Antes de despedirnos, les recordamos que: ¡DEJEN REVIEWS! (Sí, somos igual de desesperadas que todos los escritores aquí xD)
Cuídense, muchos saludos y mordiscos para ustedes ¡Nos leemos!
