Disclaimer: FullMetal Alchemist pertenece a Hiromu Arakawa, la vaca sagrada. Yo les recuerdo que soy un unicornio.

Línea temporal: Post manga/Brotherhood.

ABUELA

Capítulo Único

Cuando Izumi tomó la llamada, no pensó mucho acerca de quién podría ser. Normalmente el teléfono sonaba a causa de los proveedores o clientes que deseaban comunicarle algo referente a su negocio. También algunas vecinas llamaban para invitarla a alguna reunión o por alguna emergencia. De vez en cuando timbraba por causa de algún desconocido que había ayudado en algunos de sus viajes y que desconcertantemente había conseguido su número telefónico para agradecerle por sus servicios como alquimista cuando más los había necesitado.

Sin embargo, esta llamada no era por ninguno de esos motivos. Era su torpe e idiota alumno quien la contactaba. Frunció el ceño. No es que no estuviera feliz de escucharle, sino que, bueno, Edward no le llamaba muy a menudo, por no decir que nunca. Quien hablaba ocasionalmente para saludar era el sensato hermano menor, Alphonse, al parecer, la voz de la razón de los dos hermanos Elric.

—¿Qué pasa, Ed? —preguntó de mala gana; más le valía no solicitarle ningún favor. Ya era un adulto, no un muchachito de quince años como antes.

—Hola, maestra —el saludo, una cosa que Edward Elric jamás hacía, terminó por descolocarla. Además, en su voz podía notarse una creciente e irreprimible emoción y felicidad que llegaba a ella intacta a través de la línea telefónica—. Tengo una buena noticia.

—¿Ah, sí? ¿Qué?

—Voy a ser papá.

Durante una fracción de segundo, Izumi sintió una pequeña punzada de dolor, mezclada con una pizca de celos. Ella no podía concebir, pero la esposa de su alumno sí y eso, después de su reacción inicial, le llenó de felicidad, propia y ajena. El descuidado e impulsivo Edward Elric ahora era partícipe del milagro de la vida. Su pupilo, quien había sufrido lo suficiente por una vida desde aquel día en que su madre falleció, ahora se encontraba lleno de algarabía. Todas aquellas penurias parecían tan lejanas ahora, como si nunca hubieran sucedido.

—Felicidades —dijo con sinceridad.

—Oh, no. Felicidades a usted, maestra —a Izumi no le pasó desapercibido el tono cariñoso, inusual, en la voz de Edward cuando la llamó 'maestra'. Había sonado diferente, más especial que en cualquier otra ocasión—, porque va a ser abuela.

Esa última frase, tan simple, tan corta, fue más de lo que Izumi pudo esperar. Las manos se le pusieron temblorosas y de le formó un nudo en la garganta de pura emoción contenida.

'Abuela'.

Edward la consideraba su madre, porque consideraba a su hijo próximo a nacer como su nieto. Se preguntó si en algún otro momento del pasado de había sentido tan dichosa como en ese instante.

—Soy muy joven para ser abuela —respondió con voz inestable. Ahora entendía a su alumno (no, a su hijo). Ella era tan feliz como él.

—No, ya es lo suficientemente vieja.

Izumi omitió el insulto a su edad y se rio de la broma; una carcajada larga y fuerte.

Iba a ser abuela, porque, sin poder concebir siquiera, ella había tenido dos niños que la consideraban su madre.

Esta fue una idea corta que pensé haciendo ciertos cálculos respecto a la duración del viaje de Edward al oeste, lo rápido que se casó con Winry y la cantidad de hijos que estos dos procrearon (recuerden que Arakawa, aunque solamente dibujó dos, escribió que "tuvieron un montón de niños"). Pero eso ya va para otro fanfic.

¡Besos embarrados de Nutella para todos!

:*

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PD2: Por si no lo han notado, he regresado al fandom con las pilas recargadas :D