Author's Disclaimer: Yo no soy dueño de ninguno de los personajes, el dueño es Masashi Kishimoto.
Bueno aquí va mi primer fanfic. Una pequeña historia acerca de lo que piensa Sasuke sobre su familia en Konoha durante su misión de reconocimiento viajando por el mundo. Si no han leído Naruto Gaiden debo decirles que esto contiene spoilers. Sasusaku.
*Pensamientos*
-Diálogos
Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Memorias de redención
Después de haber sentido una presencia siguiéndolo por mucho tiempo, por fin Sasuke veía a su nuevo oponente. Era bajo, joven, de cabello blanco y para el horror del pelinegro, tenía el Sharingan.
*No puede ser… ¿Cómo él es que tiene…?... Sarada…*
Sí, el gran ninja miró con horror a su oponente no solo al notar el Sharingan, sino también por pensar cómo es que ese impostor podría haber conseguido esos ojos. Los únicos seres humanos conocidos que podrían tener el Sharingan eran él y su hija. Aunque ella era muy joven y él había partido de Konoha con el propósito de que su primogénita no despertara el Sharingan, existía la probabilidad de que algún sentimiento intenso haya logrado que ella despierte los poderosos ojos. En ese caso, alguien podría haberle hecho algún daño, y el estaba muy lejos de casa. Solo esos pensamientos hicieron que se estremeciera; pero Sasuke sabía cómo eliminar los sentimientos a la hora de atacar a un objetivo. Se repuso rápidamente y atacó a su oponente con la mirada fría de siempre.
Su atacante se había retirado, tal vez solo quería probar cuan fuerte era Sasuke para lograr algún objetivo mayor. El pelinegro no debía perder tiempo, tenía que saber cómo estaba su familia, como estaba su hija, a la que no veía desde que nació. Llamó a su águila y escribió una nota dirigida al séptimo Hokage. La nota decía esto en lenguaje encriptado.
Naruto, me atacó un chico joven de cabello blanco. Él poseía el Sharingan. Averigua y haz lo que sea necesario. Estaré en la torre de frontera al final de la montaña esperando noticias.
P.D. ¿Cómo están ellas? ¿Sarada está bien?
El ninja viajero emprendió su caminata hacia la torre, una torre de vigilancia creada para cuidar las fronteras de la aldea en casos de guerra. En estos tiempos de paz ya no era necesaria, sin embargo a veces Sasuke solía dormir ahí cuando estaba en sus largas misiones de reconocimiento y pasaba cerca de la aldea.
Durante esas estadías él se sentía tentado a visitar Konoha y conocer propiamente a su hija, además de saludar a su esposa Sakura, y estar con ellas por algún tiempo. Sin embargo, un ninja como él sabía que los objetivos de sus misiones y la seguridad de su hija eran mucho más importantes que los sentimientos que él albergaba en su corazón. Algunas veces mandaba notas a Naruto preguntándole como estaba su familia, su nueva familia. Naruto le contaba algunas cosas, sobre cómo Sarada tenía excelentes notas en la academia y su rivalidad con Boruto. También le contaba sobre la salud de Sakura, que estaba deteriorándose por alguna razón y sufría de desmayos constantes.
*Sakura…*
Durante 12 años el se había ido de Konoha y había dejado a su esposa e hija con el objetivo de protegerlas más que de hacerles daño. Sin embargo Sasuke sabía el dolor que le causaba a Sakura esa lejanía. Creyendo que era lo mejor para todos, había lastimado una vez más a la mujer que lo había amado toda su vida. El mismo se había prometido no volver a causarle dolor, y sin embargo la familia Uchiha estaba en esta situación. No era que no la quisiera, no era que no la amara, sino que él no podía darle el amor que ella veía en él. El era una persona muy distinta, muy fría, muy triste. Nadie podría entender el dolor que lleva un Uchiha en su pecho cuando este ama, excepto tal vez, otro Uchiha y sin duda, Sakura no podía entenderlo del todo.
Sasuke llegó a la torre y se echó para descansar… Unas horas más tarde llegó su águila con la nota de Naruto. Esta decía:
Sasuke, hablé con Kakashi sensei y piensa que puede ser un experimento de Orochimaru. Yo mismo te ayudaré en esta situación, iré inmediatamente a la torre.
P.d No te preocupes, Sarada está bien, aún no despertó su Sharingan y siempre tiene la protección de todos nosotros. Sakura… por lo que tengo entendido, ha causado algunos problemas en tu casa dattebayo! y esta un poco delicada de salud, nada que ella no pueda enfrentar con esa fuerza que tiene.
Sasuke sintió un alivio al saber que su hija no había despertado el Sharingan, sin embargo pensó en Sakura, ella era tan fuerte, tan… molestosamente fuerte e insistente, que él no podía imaginársela enferma. Si se la podía imaginar débil emocionalmente, tal vez muy sentimental, pero no podía a ver una Sakura postrada en cama o desmayada, jamás tuvo esa imagen de ella y eso le preocupaba.
*Ojalá ella entendiera mejor por qué estoy aquí*
Sasuke se puso a pensar en la última vez que vio a su esposa.
…..Estaba hermosa como siempre, con esos ojos esmeralda brillantes que siempre lo enamoraron, aunque él nunca quiso admitirlo. Ella estaba en una cama de hospital, pero se encontraba mejor que nunca. Agarraba en sus brazos a una bebé de cabello negro y Sakura no hacía más que sonreír. Sasuke se acercó, le dio un beso en la frente y le dijo
-Sakura, ¿Te encuentras bien?
- Sí Sasuke-kun. Mira, te presento a nuestra hija.
-Sarada- Dijo Sasuke con una media sonrisa. Él ya sabía que tendría que partir después de esto.
- Sí, … Sarada chan! El es tu papá.- Sakura le extendió a Sasuke la bebé y él la tomo en brazos.
- Sarada…-Sasuke observó a su hija detenidamente, tenía el cabello de Sasuke y el color de piel claro. Era muy parecida a él en muchos sentidos, pero tenía la frente de Sakura y la forma de la cara también. Sasuke sentía como un lazo fuerte en se formaba entre padre e hija. Eso le asustaba mucho, sabía que su hija sufriría su partida a pesar de todo, y él sufriría también. El amor entre dos Uchiha es algo muy poderoso, incluso algo fatal.
Tsunade llegó con una sonrisa – Tu hija es muy bonita Sakura y me alegra decir que es muy fuerte y sana.
-Gracias Shishou..- Sakura sonrío mucho más al ver a su maestra.
- Bueno lo prometido es deuda. Aquí tienes los archivos del nacimiento de Sarada, Sasuke.- La ex Hokage le entregó un folder con el registro de nacimiento de su hija. Sabían que era peligroso que la gente pudiera rastrearla o saber cosas de ella, ya que, como todo el mundo llegaría a saber, ella era una de los últimos Uchiha en el mundo Shinobi y al ser tan pequeña algunos podrían intentar robarle el Sharingan. Sakura estuvo de acuerdo con todo, hasta con desaparecer los archivos de nacimiento de su hija, con tal de que todos estuvieran a salvo.
También estaba de acuerdo con la partida de Sasuke. Si bien ella no lo entendía del todo, sabía que un Uchiha llevaba gran dolor y sufrimiento al despertar esos ojos rojos. Ese dolor tenía que ver con un amor o un lazo muy fuerte hacia alguien, y ella sabía que Sarada sentiría ese lazo solamente con su padre. Sasuke y Sakura quedaron en que él vería a su hija al nacer, y que después de eso partiría.
Cuando Tsunade dejó la habitación, Sasuke se acercó a Sakura, le entregó a la niña y le dijo- Cuídala bien, se que serás una gran madre para ella, ya debo partir. – El notó como el brillo de los ojos esmeralda se iba desvaneciendo, pero la sonrisa de Sakura no se borró.
-Gracias Sasuke-kun, ella estará muy bien y será una kunoichi de la que estarás orgullosa. Cuidate mucho.
Sabía que Sakura estaba intentando ser fuerte para que él pudiera irse tranquilo, pero algo no le dejaba estar tranquilo en lo absoluto. Sasuke se acercó a su esposa y le dijo- Gracias Sakura, te veré pronto- y puso dos dedos sobre el diamante que Sakura tenía en su frente. Justo después de eso él le dio un beso en los labios, besó a su hija en la frente y se marchó.
…
Todos esos recuerdos le inundaron la mente, cuando Sasuke se dio cuenta que estaba atardeciendo en la torre. Sintió una presencia…¿Lo habrían seguido hasta aquí? Lo que vio cuando se abrió la puerta de la torre le heló la sangre.
