Este fic participa para el reto especial de aniversario "Lo bueno viene de a cuatro" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Tema:Las 4 Etapas de la Vida Humana: Infancia, Juventud, Madurez y Vejez
Personaje elegido: Augusta Longbottom
Gracias a MrsDarfoy por haber sido mi beta una vez mas en estos escritos, eres un amor.
INFANZIA
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Augusta caminaba al lado de su madre, tratando de imitar sus movimientos y seguir cada una de las indicaciones que le diera antes de salir de casa.
«Una señorita no corre, da pasos más largos o, en todo caso, el caballero es quien la debe esperar».
Se detuvieron frente a un grupo de damas, amigas de la familia. Se quedó de pie esperando a las presentaciones, con la espalda recta y sus pequeñas manos rozando el encaje de su vestido.
—Ella es mi querida hija, Augusta Cosgrove.
Al escuchar la voz de su madre ella asintió e hizo un grácil saludo hacia las damas. Escuchó los halagos hacia sus modales y su buena presencia; el orgullo era palpable en la voz de su madre. Augusta no podía sentirse más dichosa.
—Terminando el verano Augusta asistirá a Hogwarts.
—Que rápido ha pasado el tiempo, precisamente el año anterior hemos despedido a Connelly en el andén. —La voz de una de las damas se escuchó entre el resto—. Podemos acordar la hora y dejar que mi hijo acompañe a Augusta en su primer viaje; si le parece apropiado, por supuesto, Alianne.
Augusta levantó el rostro con curiosidad para ver a su madre que asentía cortésmente a su interlocutora.
—Por supuesto, querida. Envíame una lechuza para acordar la hora. Me sentiré más tranquila sabiendo que mi hija tendrá un conocido en su primer día.
La pequeña sólo escuchaba la plática de las señoras, amigas de su madre, atenta a cada uno de los gestos y cuidando de sostener correctamente su taza de té, evitando dejar migajas de las pastas en sus labios y acomodando cuidadosamente el rizo rebelde que escapaba de su peinado.
—Será una joven muy atractiva, Alianne. —Fue ahora una dama castaña quien se dirigió a su madre, pero viéndola a ella con una discreta sonrisa—.Espero que logren concretar un buen matrimonio para ella.
Esas palabras descolocaron un poco a Augusta, haciendo que viera de reojo a su madre un tanto apenada, sin saber si debía decir algo o no, pero fue su madre quien con cortesía respondió:
—Estoy segura de que mi hija sabrá elegir a un adecuado caballero para que la corteje, más, aún es pronto para hablar de ello, querida Marlenney.
Con esas palabras el tema fue dado por finalizado. Terminada la hora del té, Augusta y su madre se retiraron a su hogar.
—Hay algo que inquieta tu mente, mi niña.
Augusta levantó la vista hacia su madre dejando que fuera ella quien retirara su abrigo de sus hombros, dándoselo a su padre.
—¿Cómo sabré con quién casarme? —preguntó un tanto mortificada. Observó cómo sus padres intercambiaron una mirada para volver su atención a ella, siendo su padre ahora quien le hablaba.
—Vaya, es algo que no me esperaba oír hasta dentro de unos… ocho tal vez diez años.
Ella no pudo evitar reír un poco ante la cara que hacía su padre, como si el mortificado fuera él ahora. Su madre al contrario les observaba con una sutil sonrisa en sus labios mientras se dirigían hacia el salón. Tomó asiento al lado de su madre, sintiendo como acariciaba su cabello con suavidad, su padre sentado en el reposabrazos del sillón.
—Escucha las palabras de tu padre, mi niña. —Ambrose hizo una pausa hasta obtener la atención de su hija—.Tienes once maravillosos años, tu madre y sus amigas pueden hablar de bodas, yo hablar de negocios y dinero. Pero tú, hija mía, sólo debes pensar en tus amigas, en ese lindo gato que deseas como mascota, en lo maravilloso que será Hogwarts o las túnicas que seguramente compraré para ti.
Augusta le escuchaba con atención, sintiendo como cualquier preocupación se esfumaba con las palabras de su padre. Toda responsabilidad dejada de lado siendo sustituida por la emoción de una nueva experiencia.
—Claro está también, que no debes olvidar los modales que te hemos inculcado, siempre como una señorita, Augusta. ¿De acuerdo?
—Sí, madre. Gracias, padre. —Y con renovados ánimos se puso de pie, dándole un beso a cada uno de sus progenitores—. Iré a cambiarme para la cena.
Justo antes de abandonar la habitación logró escuchar la voz de su padre hablarle, ahora sentado al lado de su madre.
—Augusta, debes disfrutar tu infancia mientras dure; ya llegará tu momento de ser mayor. Mientras tanto, deja a los adultos preocuparse de lo demás.
Observando el guiño de su padre y la dulce sonrisa de su madre, Augusta se sintió feliz y agradecida de tener unos padres como los suyos.
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N/A: Hola una vez mas, aquí he traído una historia para el reto de aniversario y he decidido elegir a Augusta, ya que es un personaje mayor le ha de haber tocado vivir muchas cosas.
**Quisiera aclarar, que como es un fic de un reto y cuatro personas podían elegir la misma temática podría haber similitudes con alguno, ya que precisamente se trata de mostrar las cuatro etapas de sus vidas, cualquier similitud con algún otro, es por ese motivo, y también el ambiente en el que el personaje que crecido. Bueno sin mas me despido, gracias por leer.
