Capitulo 1
Estaba sentado en un rincón, completamente solitario y alejado de su alrededor. No recordaba exactamente por qué estaba allí, solo hacía memoria de los momentos amargos que estaba pasando en ese instante.
- ¿Es un delito defenderse en forma autónoma? -
Las lágrimas volvían a escapar de sus ojos, silenciosas se encaminaban en su faz y terminaban muriendo al caer sobre el duro suelo de concreto que también delimitaba las paredes y el techo de aquel pequeño e indecente cuarto.
- Era él o era yo... -
Nadie le oía y lo sabía perfectamente, desde hace varios días estaba allí y ya se había acostumbrado un poco a que después de las 8 de la noche ni una sola alma permanecía despierta... exceptuándose, obviamente, el mismo.
- Todo lo que hice fue oponerme a que me violaran... -
Amargas eran sus palabras, amargo era el sentimiento que le embargaba, amargas eran las noches en que solo se oía a si mismo lamentándose casi todo el tiempo... amargo era estar en medio de la oscuridad, sin la luz guía que siempre le acompañó en el cenit de su felicidad.
Flash Back
Los aplausos, los gritos, la música, el silencio no podía encontrar lugar en ese ambiente. Los flashes de las cámaras no podían hacer falta, capturando en su memoria cada instante que sucedía en aquel evento de elite en el ámbito de las modas. Hombres y mujeres, estéticamente adecuados, se paseaban con galantería por la pasarela perfectamente arreglada para que luciesen aun mejor sus cuerpos revestidos con los mejores trajes de diseñadores extravagantes, conservadores, de todo tipo... pero reconocidos, que era lo que importaba.
- ¡Gracias público por su aprecio¡Y gracias a nuestros invitados especiales por haber dado ya su visto bueno a nuestros diseños! -
El anunciador no se molestaba en expresar su algarabía, realmente en cuanto terminara el evento le pagarían una cuantiosa cantidad de dinero. Sonrió, tomando con mayor firmeza el micrófono, ya era hora de presentar el evento principal y culminante del desfile... quizás el más arriesgado, pero sin duda la atracción por la cual al menos el 60 de las personas habían asistido con tanta euforia.
- Para finalizar este desfile... hemos decidido presentar la colección de ropas negras... - comenzó
Al otro lado, más precisamente en los camerinos...
- ¡Odio este modelo! - inquirió un joven bastante quejumbroso
- Atticus, tienes que usarlo... solo una noche y ya - reprendía una jovencita rubia
- Pero... bueno está bien, solo porque tú me lo dices... pero que quede claro que no me gusta -
- No tienes remedio -
- Ya lo se, eso es lo que me hace especial... Alexis -
- Como digas - con algo de sorna - Es mejor que nos apuremos, ya nos deben de estar anunciando -
Estuvo apunto de emitir una queja, pero la rubia le haló del brazo guiándole exactamente tras bambalinas. Sus fanáticos reclamando por unos segundos de su presencia, los fotógrafos al filo de la butaca y con las lentes ya bien enfocadas, la mirada analítica de los empresarios estudiando con detalle los alrededores y sobre todo el conducto del escenario hacia detrás del mismo.
- ¡Sin más preámbulos les presento entonces a Atticus y Alexis Rhodes¡Un fuerte aplauso para ellos! -
No fue solamente un aplauso... fueron miles, acompañados por vitoreos y frases de adulación que jamás hacían falta en ningún evento a donde ambos hermanos asistían.
Primero emergió la menor de los hermanos. Era rubia, sus cabellos largos y sueltos sin inhibición alguna, piel albina que se veía aun más blanca por efecto de la intensidad de los faroles, ojos miel totalmente idénticos en tono a sus hebras... llevaba ropas negras, como antes se hubo anunciado, una falda de un largo modesto con algunos adornos en plata que asemejaban en figura a varias rosas, una cadena que caía delineando primero su cadera, zapatos en el mismo tono con un detalle en la punta con la misma forma de rosa plateada, una blusa con escote no muy pronunciado ya que el pecho estaba diseñado para traer la figura de lo que era un ave fénix pero todavía conservando el color en plata, no tenía mangas y se ajustaba totalmente a su esbelta figura.
- Alexis Rhodes nos muestra un conjunto elegante, pero apto solamente para una fiesta informal. Los detalles en plata están hechos con oro blanco, un material fácil de confundir. Lo que es un modelo convencional con ayuda de ese tipo de detalles se ha convertido en algo un poco más con clase... sin dejar ese lado informal que actualmente se busca constantemente -
La rubia caminaba mientras el conductor hablaba. Su porte era elegante, no era factible dejar de verla porque tenía cierta chispa que la hacia objeto de mil y una miradas. Las jovencitas del público le miraban con envidia, en cambio la horda masculina que solamente había ido para apreciarla unos segundos parecía encantada. Dio media vuelta, dedicando unos segundos de más para saludar a su club de fanáticos... yéndose después por el mismo rumbo que tomó inicialmente para entrar a la pasarela.
- Hazlo bien, por favor - suplicó a su hermano
- No te preocupes - le aseguró, sonriendo confianzudamente
A los pocos segundos el mayor de los hermanos hizo su acto de aparición en las pasarelas, sumiéndose al ojo crítico del público. Alto, de tez completamente morena, cabellos cafés un tanto largos, ojos en el mismo tono un poco brillantes, una sonrisa triunfante que nunca podía hacer falta... cada factor le daba ese porte de sensual amante que a la primera encantaba. Llevaba en si un pantalón negro, entallado solamente a la altura de sus glúteos para darle buen uso a sus 'atributos' por así decirlo, igual que su hermana tenía una cadena que caía no sin antes delinear bien sus afiladas caderas, su camisa era completamente ajustada al cuerpo, enmarcando un poco más su fornido abdomen, en la espalda traía lo que parecían ser un par de alas de plata perfectamente extendidas a lo largo de su ancha espalda, tal prenda no tenía mangas por conveniencia del modelo (para mostrar mejor sus brazos), finalmente llevaba unos zapatos negros un poco ocultos entre su pantalón que primeramente quedaba un poco holgado (solamente apretujado un poco en la zona de los glúteos).
- ¡Atticus¡Atticus¡Atticus! - tanta exclamación no dejaba escuchar bien lo que comentaba el anunciador, de todos modos el moreno se guió como lo hacia siempre
- Bueno, Atticus Rhodes nos muestra algo un poco más convencional, digno de un pandillero por así decirlo... solamente que aprovechamos un poco más su anatomía para ajustar mejor tales ropajes... la figura de las alas nuevamente es de oro blanco y da un poco más de frescura al atuendo... -
Pero fue interrumpido al apreciar como el moreno se disponía a dialogar con algunas de sus fanáticas que todo el evento estuvieron pidiendo por unos segundos de su atención.
- ¿Me firmas? - tímidamente una de ellas extendía su cuaderno hacia el moreno
- Claro que sí - inquirió - ¿A quién le dedicó el autógrafo? - sonrió galantemente
- A Alexandra -
- Ah muy bien... - le guiñó el ojo y comenzó a escribir - "Para Alexandra, con mucho cariño de parte de Atticus Rhodes... un beso" -
Literalmente besó el fondo de la hoja de aquel cuaderno, sin parecer siquiera inmutado por la mirada del anunciador que parecía un tanto shockeado por el comportamiento del modelo.
- Bueno damas, tengo que irme - mencionó - Ha sido un placer. Alexandra, Jazmine, Mindy, Valery, Amanda - señaló a las fanáticas que tanto le imploraron unos segundos de habla - Nos vemos -
Se alejó, arrancando más de un suspiro y un grito que sin reparos escapaba. Antes se acercó hacia los empresarios que analizaban al moreno.
- Espero hayan disfrutado el evento - haría uso de su magnetismo y sensualidad, aunque fuera enfocada a ambos sexos - Ha sido un gusto desfilar para ustedes, gente empresarial y exitosa... hasta pronto -
Sin más se fue hacia tras del escenario, apreciándose como más de uno de aquellos hombres y mujeres se le quedaban viendo entre extrañados y sumamente interesados en contratarle.
- ¡Te pedí que lo hicieras bien! -
- No hice nada malo... no tiene nada de malo que hablé un poco con mis fanáticas y eso... además, ha sido divertido -
- Si hermano pero tienes que entender que hay que hacer las cosas bien... -
- Pero hermanita... si este evento ha sido un rotundo éxito... -
- Concuerdo - se entrometió un hombre rubio y exageradamente maquillado - Ha sido un excelente evento gracias a ambos - añadió gustoso
- Pero Crowler... -
- No es necesario que lo regañes Alexis. Tu hermano tiene un don natural que atrae masas al igual que tú... -
- ¡Algo así! - se notaba un tanto nervioso ahora con la presencia del afeminado hombre
- Bueno muchachos, descansen ya... no siempre se consiguen dos semanas de descanso así que aprovéchenlas al máximo. -
El rubio se fue, dejándoles solos de nuevo. Atticus exhaló un suspiro en forma de alivio, le tensaba un poco relacionarse con alguien que fuese tan homosexual... si, él era demasiado hetero como para fiarse de gente así.
- Homo fóbico - se burló la rubia - Terminaras teniendo un amorío con un hombre -
- ¿Por qué dices eso? -
- No tienes novia -
No supo que responderle... era cierto, tenía a cientos de mujeres muriéndose por él y no tenía pareja. Quizás ninguna llenaba su ojo crítico o tal vez quería algo más... algo diferente... detuvo sus cavilaciones ahí, ese algo diferente no le gustaba para nada.
- Bueno, iré por mis cosas al camerino -
- Está bien, te estaré esperando en casa -
- No me vas a esperar aquí -
- Mamá me dijo que tenía que llegar temprano - objetó la rubia - Además, siempre andas solo por la ciudad... no te costara trabajo ir solo a casa -
- Bueno, entonces no tardaré -
Se despidieron con cordialidad más que con cariño y el moreno se dispuso a andar hacia el que es su camerino en ese momento. Abrió la puerta, encontrando inusualmente oscura la habitación, le restó importancia y encendió las luces apreciando el cuarto tal cual lo había dejado antes de salir a desfilar. Se quitó la ropa, la verdad le molestaba el material con el que estaba hecha su indumentaria.
Buscó algo más acorde a sus gustos. Un pantalón de mezclilla convencional y una camisa holgada con mangas cortas. Peino mejor sus largos cabellos y se miró un momento al espejo.
- No importa lo que luzca, siempre me veo bien... dah, suena demasiado ególatra -
Constantemente se reía de si mismo, era el mejor remedio para tan estresante trabajo como el modelaje. No reparó en que la puerta de su camerino se cerró por si misma... ni en el ente que entró a hurtadillas.
- En fin. Al fin las dos semanas de vacaciones que tanto añoraba - se relajó un poco - me pregunto a dónde será bueno ir... -
Cerro los ojos, materializando en su mente los lugares más paradisíacos del mundo... o al menos los más cercanos a Domino City.
- Ah, lo pensaré después -
Se puso de pie y estuvo ya dispuesto a salir...
- No recuerdo haber cerrado la puerta - frunció un poco el entrecejo, sin poner atención se dirigió hacia la salida hasta que un par de fuertes brazos le detuvieron
- No vas a ningún lado... -
Su piel se erizó por instinto, intentó zafarse de aquel agarre que lo quisiese o no su atacante empezaba a lastimarle los brazos y un tanto los huesos.
- ¡Suéltame! -
- Primero dame todo el dinero que tengas, las llaves de tu auto... ah, y tu celular también -
- ¿Es todo lo que quieres? -
- Sí, con eso me iré bastante contento -
- Primero suéltame -
Oyó el accionar del gatillo de una pistola, y después sintió el alivio de la liberación de aquel agarre.
- Date prisa -
Intentó reconocer el rostro de su atacante, pero en un hábil toque traía una máscara que imposibilitaba tal tarea. Sacó su cartera, quedándose solamente con las identificaciones y algunas tarjetas de débito y crédito, el ladrón no era idiota y no se quedaría con artefactos con los que pudiesen localizarlo. Le cedió su celular y las llaves de un hermoso Merdeces Benz.
- Que buen muchacho, si así existieran siempre los robos serían cosa fácil... no serían interesantes -
- Ya tienes lo que quieres, ahora vete -
- No, no... lo interesante aquí no es llevarme bienes materiales, si no quedarme con el sufrimiento de mis víctimas -
- Sabía que los ladrones estaban locos... pero tu superas los limites de insanidad - se burló el moreno, craso error.
El hombre le apuntó con la pistola a la sien, y le guió hasta toparse con una de las paredes cercanas del camerino.
- Hablas mucho para ser una víctima, me agradas - mencionó con sarcasmo - Ahora que lo veo... no difieres mucho de una mujer... tu cabello, tus facciones... tu cuerpo quizás es vestigio de tu sexo... pero, ciertamente, con un poco menos de musculatura pasarías por una cualquiera... -
No contuvo más tiempo su ira, hasta ese instante estaba siendo pasivo porque sus pensamientos jamás se centraron en los de alguien que buscaba líos. Dio un puñetazo, certero y fuerte, al abdomen de aquel hombre... le sacó un poco el aire, pero fue quizás el único efecto que surgió su despliegue físico.
- Eres fuerte pero... yo lo soy aun más -
Nuevamente era arrinconado sin piedad alguna, nuevamente aspiraba ese hedor a alcohol y veía de cerca la locura de su mirada. La pistola apuntaba nuevamente en forma amenazadora a su sien.
- Quítate la ropa - ordenó
- Pensé que me habías visto cuando me cambie -
- Te vi... pero no te toque... -
Su respuesta solo consiguió infundir más miedo en el moreno. Su atacante no dejaba ni un segundo de apuntarle con el arma. Se quitó la camisa, dejando entrever ese perfecto pecho que las ropas no podían ocultar completamente jamás... Lascivamente el atacante pasó su mano por aquel escultural cuerpo, sintiéndose febril con solamente tocar su tersa piel.
- Piel suave... como la de una mujer... -
El moreno solamente conseguía sentirse ofendido en cada comparación que el ladrón hacía. Notó que estaba demasiado abstracto acariciándole el pecho, quizás imaginando que acariciaba a una virgen de perfectas medidas anatómicas. Alzó su mano izquierda, muy lentamente, dejándose hacer unos momentos más por el desvariado ladrón. Finalmente consiguió que su mano estuviese a la altura de la pistola que peligrosamente le apuntaba aunque ya sin la misma firmeza de antes. Empezaba a hacer por desviar el arma, escuchando los gemidos que emanaban de la boca de aquel pervertido... empezaba a asustarse a cada momento un poco más.
"Solo un poco más..."
Le quitó entonces el arma, alertando a aquel hombre de que ya no tenía las riendas de la situación. Le apuntaba fríamente, notándose un poco desquiciado.
- No te atreves - retó el hombre, ejerciendo su labor de psicología inversa para salir del apuro
- ¿Crees que no? -
- Te meterían a la cárcel -
Mientras hablaba para salvar su pellejo, movía gracilmente la mano para sacar otra arma. Pensaba que el moreno no se daría cuenta hasta que fuera muy tarde... era una táctica vieja y siempre le había funcionado.
- Ni siquiera lo pienses... -
Sin desearlo, o realmente teniendo esa intención, disparó. Solo escuchó el sonido del arma liberando una bala rápidamente... como se injertaba en la sien de aquel hombre, la vertiente de sangre que se había formado en ese punto... la caída de su efigie altiva al suelo... la nada.
- Yo... yo no... - naturalmente se trabó al descubrir lo que hizo - ¡No puede ser! -
De ahí solo recordaba haber llamado a emergencias, explicarle a los policías que aquel hombre le había intentado quitar su inocencia... robando también sus pertenencias que bien podrían cubrir el sueldo de todo el departamento policiaco. Naturalmente no había evidencia alguna de lo que decía... sabían que era modelo pero... sin averiguación previa le tendrían que mantener detenido en la cárcel, ya que no era normal que las víctimas asesinaran a sangre fría.
Fin Flash Back
Había sido víctima de las circunstancias, de un juego macabro al que terminó no solamente entrando si no perdiendo... o ganando, dependía del punto de vista con el que se viera el evento. Apenas eran unos días los que habían pasado, pero sentía que tenía ahí toda la vida... era una pesadilla. Si bien era cierto que había hecho amigos, tenía múltiples enemigos y acosadores... si, era bello para ambos géneros y el que alguien le haya intentado violar cuando era libre era simplemente el vestigio de que no era idolatrado solamente por mujeres.
- Solo quiero salir de aquí -
Fugarse sonó tentador en su momento... pero debía esperar, debía ser paciente. Rezaba para que su hermana llegara y le sacara de ahí. De un momento a otro sus rezos fueron escuchados, uno de los guardias se acercó a su celda.
- El juez ha dictado sentencia - comentó con mecánico tono
Alzó la mirada, incrédulo de lo que decía. Se levantó perezosamente, las piernas en ese momento ya no le respondían como hubiera querido. Salió, escoltado por aquel hombre, caminando entre silenciosos pasillos que con la noche parecían infinitos.
"¿Al fin?..."
Esperanza, lo último que muere en la agonía del mismo hombre, incluso superando las banales barreras de la vida. Tenía la mirada agachada, el estar en prisión le había bajado un poco el autoestima... el ser casi violado le había matado el hambre que tenía de brillar.
No puso atención ni cuando llegó a donde su hermana y el juez le esperaban.
- Atticus - llamó la rubia con voz sutil - Ya pasó... -
- Hermana... - le abrazó, por fin viendo la luz al final del camino - Gracias -
- Ejem - tosió el juez - Atticus Rhodes -
Se separó de la rubia, apreciando al senil hombre que le miraba indiferente...
- Los cargos de asesinato a sangre fría con arma de fuego han sido absueltos de ti. Sin embargo, por temor a reincidencia en ese acto y a secuelas por el intento de violación ejercido por el difunto ladrón Jonathan Spencer he decidido que seas atendido por un psicólogo experto en traumas cerebrales de moderados a crónicos. Serás atendido en tu casa, por si acaso es necesario decirlo - el moreno asintió, asimilando lo que el juez le decía - Una cosa más, no entrarás a trabajar de nuevo hasta que hayas cumplido con el tratamiento -
No le cayó del todo bien la noticia, pero era mejor a que le acusaran de un delito del cual no era culpable... fue en defensa propia, no podían acusarle, menos extraditarle al penal de máxima seguridad.
- Cualquier anomalía con el cumplimiento de mi veredicto y volverás a este centro de detención por tiempo indefinido -
- Como usted diga - inquirió sereno - ¿Ya puedo irme? -
- Claro, tu hermana y tu madre ya han firmado los contratos de liberación condicional. Espero que esto sirva de algo... -
Sonrió en forma discreta y le extendió la mano, Atticus le estrechó la mano para parecer cortés y sin más se fue con su hermana...
"¿Un psicólogo?... ¿Piensan que fue acto de locura matar a ese hombre?... ¡Me quería violar por Dios!"
Leyó el contrato de libertad condicional, a partir de mañana iniciarían las sesiones... era apático ante la idea pero no le quedaba de otra, por ahora.
