Disclaimer: Nada me pertenece sólo a Lewis Carrol, a Tim Burton y a todos los que estén metidos en el lio de la pelicula, libro o lo que sea.
Capitulo único
Nunca deseo estar tan cerca de la Reina Roja como en aquél momento, siempre había sido conocedor de que la soberana de que la reina estaba enamorada de él; pero a pesar de que la trataba con respeto y quizás hasta con algo de cariño y jamás, nunca correspondió ese amor desmedido de la cabezota grande, cómo le llamaba en secreto a aquella oscura mujer.
Pero cuando la vio a ella, sentada frente a la reina no pudo evitar quedar total y absolutamente enamorado, al instante, amor a primera vista, como dicen algunos. Fue algo instantáneo, inmediato, ella me hechizo con su hermosura, con su magnífica presencia, con toda ella.
Por eso hizo locuras, comenzó a distanciarse de la reina, y se obsesionó, se obsesionó a tal grado que el día menos esperado la arrinconó, dispuesto a sólo una cosa: besarla, no importaba que ella fuera más alta que él, que fuera más grande y es que se sentía como un pequeño ratón frente a ella, un ratón muy valiente-al menos era lo que pensaba- y trató, trató de besarla; pero ella se negó, lo empujo con sus fuerzas y logró hacerlo trastabillar.
- Sueltame idiota.-exigió antes de marcharse por completo.
Y se fue, dejándolo allí, con su valentía, muy seguramente pensando lo peor de él.
Enfureció, enfureció al verla con el sombrerero, esa confianza que había entre ambos, con la que se hablaban como si fuesen íntimos, Um, Alicia, no importaba su nombre seguía siendo hermosa, y a pesar de su bando le amaba, en silencio; pero lo hacía.
Estar en el bando equivocado tuvo sus consecuencias, perdieron, la maldita reina roja perdió o mejor dicho su animal, odiaba aquella situación, sobre todo su condena, no estaba en sus planes vivir con la reina, por eso intento matarla, prefería cualquier otra cosa que convivir más tiempo con aquella horrible mujer.
- Perdón.-dijo casi en un susurró. Sólo quería que lo escuchara una persona... ella. Sólo ella debía escuchar aquella palabra, porque él quería ser perdonado por ella.
Quizás fue por lastima; pero ella se le acercó, pudo oler de nuevo su perfume, sentirla cerca, era maravilloso, grandioso, quizás ya había enloquecido y aquello sólo era producto de su imaginación; pero duda ser tan imaginativo.
- Es lo malo de estar en el bando equivocado.-susurró ella en su oído.
Se sintió lleno, dichoso, tanto que ya no opuso resistencia, acepto su cruel destino y acepto aquella mirada de reproche de la cabezota grande, o la ex reina roja.
- ¿Intentaste matarme?-cuestionó la mujer a su lado, compañera de su condena.
- Sí y lo intentaría miles de veces hasta que por fin logre mi objetivo.
Y la reina no dijo nada más, estaba amenazada de muerte y por el ser que más había amado en su vida, sí definitivamente la vida era injusta, primero su hermana le quitaba el trono que por derecho le pertenecía, luego era despreciada por todos, por su condición, y por último rompiendo su corazón por completo Ilosovic Stayne no la amaba.
