Bien, ahora vengo con este nuevo Fanfiction que comencé a escribir hace no mucho, la trama está basada en los famosos juegos de Pokémon Mystery Dungeon en sus dos versiones: Rescue Team - Explorers Of. Pero eso sí, con una historia diferente y nuevas aventuras.

Disclaimer: Pokémon ni ninguno de sus juegos me pertenecen a mí ni nada por el estilo, y tampoco escribo esto con fines lucrativos.

Bueno, ya sin más preambulos, les dejo el primer capitulo.


Pokémon Mystery Dungeon:

Silver Rescue Team & Explorers Of Dusk

Capitulo 1: Primera Exploración… Forzada…

…¿Dónde estoy?...

Me siento extraño…

¿Estoy acaso escuchando una voz?...

¡¿Cuánto tiempo piensas seguirme ignorando?! ¡¿Es que acaso te parezco aburrida?! ¡Anda! ¡Despierta de una vez! – Escuchaba gritar a una molesta silueta, no tenía ni la más mínima idea de porque me estaba gritando o porque estaba molesta contigo, pero sentía que si no hacía que se callara mi cabeza terminaría por explotar.

Con dificultad abrí mis ojos lentamente, los parpados me pesaban y no podía sacarme esa extraña sensación que me agobiaba, y a parte de todo eso, me sentía bastante ligero, definitivamente no podía sentirme más confundido que ahora. - …Estoy despierto… - Murmuré en voz baja, lo cual hizo, afortunadamente, que la silueta que me estaba gritando se callara por un momento y me observara.

¡Por fin despiertas! ¡Estabas en la mitad del camino, tendido en el suelo! – Me dijo como si estuviera regañándome, lo cual me hizo sentir bastante incomodo, me lleve mis verdes patas lentamente a la cabeza y comencé a frotar mis ojos… - Un momento… ¡¿Patas?! ¡¿Verde?! – Exclamé mientras observaba anonadado, ¡¿Cómo es que tenía patas y era de color verde?! Los humanos que yo conozco no éramos así, algo raro estaba sucediendo conmigo...

Sí, sí, sigue alardeando tonto, ¡¿Cómo es que eres tan narcisista, Treecko?! – Me gritó aun más molesta que antes, la observé aun más sorprendido y me alejé un poco. ¡Era una Clefairy!

¡¿C…Clefairy?! – Dije exaltado, aunque aquella exclamación parecía más bien una pregunta, no había otra explicación más salvo decir que estaba en un sueño, un muy bizarro sueño, no, estoy seguro que el hecho de que mis tímpanos estén destrozados gracias a los gritos de esa Clefairy era algo muy real. - ¡P…Pero si eres un Pokémon! – Exclamé una vez más, aunque esta vez parecía más bien una pregunta.

Vaya, así que ahora eres un Treecko clarividente. – Me dijo con evidente sarcasmo, mientras me señalaba con sus cortos brazos, de principio me pareció gracioso, y no pude contener la risa por un segundo. - ¿Qué te parece tan gracioso? – Me dijo furiosa, y con una mirada de asesina sedienta de sangre lo cual hizo que la risa desapareciera inmediatamente y que mi cuerpo se helara. - ¿Qué es lo que hace un Treecko tan inútil como tú en este lugar? – Me preguntó con aparente desprecio, intentando ocultar su aparente interés por saberlo.

Observé mis patas nuevamente y luego miré a Clefairy a los ojos. – Pero yo wsoy un humano… - Murmuré en voz baja nuevamente, el no saber nada de lo que me estaba sucediendo me hacía sentir… de alguna forma… desganado. - ¡HAH! – Gritó con fuerza y soltó una carcajada. – Sí, tú eres un humano y yo soy más intimidante que un Gyarados. – Me contestó, parecía esforzarse cada vez más por hacer evidente el sarcasmo. – Esto debe ser solo un sueño… un muy mal sueño. – Me dije a mí mismo en voz baja, pero al parecer Clefairy me logró escuchar.

Baje la mirada un poco y comencé a pensar en lo que estaba sucediendo, me sentía cada vez más frustrado al no poder saber que me sucedía, o porque estaba pasando esto, cada vez estaba más agobiado por tantas dudas y cosas que no sabía y estaba… - ¡¡!!

Algo muy doloroso acabó con esas dudas de golpe… literalmente, fue Clefairy, quien por aparente diversión me atacó con un fuerte y doloroso Doblebofetón. - ¡¿Por qué hiciste eso?! – Le reclamé enojado mientras me sobaba las mejillas.

¿Te dolió? – Preguntó inocentemente, casi como si se tratara de una niña pequeña (cosa que no me sorprendería que fuera), yo solo asentí con la cabeza. - ¡Pues eso es porque esto no es un sueño! ¡Eres un Treecko! Y algo loquito diría yo. – Esa Clefairy estaba cerca de colmar mi paciencia, pero al menos gracias a ella pude olvidarme de aquellas dudas y problemas que, por el momento, me estaban fastidiando bastante.

Ya me di cuenta de eso… Pero de verdad soy un humano… - Le insistí nuevamente, aunque mi estado y forma actual no suponían que lo que decía era realmente verídico. – Mira, sé que en este momento no lo parezco pero, te pido que me comprendas…

Sí, te comprendo de hecho… ¡Kyaaaaaaa! ¡¿Eres un secuestrador verdad?! ¡Solo me estás distrayendo para que me ataquen desde atrás! – Me comenzó a gritar nuevamente, mientras miraba hacia atrás en todas las direcciones, como si estuviera buscando algo.

O-Oye… creo que no estás entendiendo lo que te quiero decir… - Intenté calmarla, aunque yo me encontraba bastante nervioso también, las cosas empeoraban poco a poco, primero desperté como un Pokémon, segundo no recuerdo muy bien como había llegado a este lugar, y tercero, pero más importante y peor, ¡me había topado con una loca y paranoica Clefairy! – Sí, no quisiera enterarme como se puede poner peor todo esto… - Me dije en voz baja.

La Clefairy miraba apresuradamente todas las direcciones, al parecer estaba convencida de su loca teoría de que era un secuestrador, y yo ya me estaba aburriendo de ver dicho espectáculo, ya la característica puesta de sol de todos los días estaba por comenzar, para darle paso a la penumbrosa noche que comenzaba a absorber lentamente la poca luz. – Oye… cálmate… mira… mi nombre es Houkou… - Le dije tranquilamente, y al parecer, gracias a los cielos, la Clefairy se calmó. – Pues… debo decir que es un nombre muy raro para un Pokémon… - Admitió finalmente mientras alargaba un suspiro de alivio, ¡Pero ese alivio me correspondía más bien a mí! Aun así, no iba a pelear con la loca Clefairy de nuevo, no me gustaría averiguar qué tan lejos puede llegar la chica. – Mi nombre es Hayley. – Comentó finalmente. – Y te perdono por haberme hecho preocupar por esas tonterías. – Finalizó su frase con eso, una gota de tipo anime recorrió mi rostro, y me sentí con las ganas de levantarme nuevamente, parecía como si no lo hubiera hecho en años, pero el cuerpo de Treecko era bastante cómodo y flexible, aunque me tomó varios minutos acostumbrarme a él, minutos en los que Clefairy me miró como si fuera algún fugitivo de una prisión mental, pero esa mirada me correspondía a mí con respecto a ella. – Hayley… ¿Puedo saber dónde estamos? – Le pregunté ahora con algo más de prisa, me había puesto a pensar en que haría una vez cayera la noche y esta seguramente no se haría esperar el día de hoy, a pesar de ser un Pokémon, mis instintos humanos me gritaban que no podía dormir en un lugar como éste, sea cual fuera.

¿Es que acaso eres ciego? – Me preguntó Hayley mientras intentaba cruzar sus patitas de nuevo, seguía siendo algo gracioso, aunque el miedo por su furia me impedía demostrarlo físicamente. – Estamos en una Pradera. – Aclaró finalmente, aunque esa no era realmente la respuesta que quería escuchar, con el espectáculo que Clefairy me había ofrecido por desgracia, no había tenido el suficiente tiempo como para fijarme en el lugar.

Se trataba de una linda y pacifica planicie que se extendía a lo largo de probablemente kilómetros cubiertos por hierba y árboles repletos de bayas color azul, al fondo del paisaje se podía vislumbrar al sol acercándose ya al fondo de la planicie, solo era cuestión de quizá una hora o menos para que el sol finalmente desapareciera y le diera paso a la noche,

Pasaron varios minutos en los que, tanto yo como Clefairy permanecimos en silencio y estáticos, yo por un lado quería huir, y ella por el otro quería amarrarme y llevarme a la policía Pokémon, era la perfecta tarde de mi primer día como Pokémon, y todavía no recuerdo cuando fue que deseé ser Pokémon, en todo caso, nada ganaría preguntándome cosas así, después de todo, lo que está sucediéndome es real, y lo peor del caso, es que no tengo ni idea de porque a mí.

¡Oye! ¡¿Viste eso?! – Me preguntó algo exaltada Clefairy, aunque intentaba mantener un rostro calmado y despreocupado, parecía temblar un poco, sea lo que haya visto, al parecer le asustó un poco.

Intenté observar más allá de los arbustos, pero no lograba distinguir nada fuera de lo común, quizá ahora Clefairy estaba subiendo un nivel en su locura, o tal vez decía la verdad, no había forma de averiguarlo, y yo no tenía las suficientes ganas de permanecer con ella como para enterarme que era. – Creo que jalaba a alguien… - Continuó hablando. – Iré a ver qué es lo que sucede. – Concluyó finalmente y comenzó a caminar lentamente, como si estuviera esperando algo… no, más bien que alguien le dijera algo, y ese alguien no era nada más y nada menos que… - ¡Seguro es uno de tus compañeros secuestradores! ¡Tendrás que acompañarme a ver de quién se trata o seguirás siendo un sospechoso! – Se excusó Clefairy y sin más agarró mí pata y me arrastró hasta el sendero en el cual supuestamente "divisó" algo extraño, esta situación se hacía más pesada a cada minuto, y tengo la sensación de que no será la última vez que esta Clefairy me arrastre hacia un raro lugar.

Plainly Woods – Bosque Común y Corriente

Y aquí nos encontramos… La rara Clefairy me había convencido de una extraña forma de que le siguiera, a base de amenazas y advertencias logró que me convirtiera en su compañero de andanzas. – Por lo menos por un rato… – Eso pensé, y realmente esperaba que así fuera, no, aun lo sigo esperando…

Nos detuvimos en un pequeño claro entre los árboles, todos parecían tan monótonos y simples pero no conseguía sentirme aburrido, aunque esa era la sensación que esperaba tener frente a un bosque, quizá el hecho de ser un Treecko haya cambiado esa forma de pensar. Los árboles alrededor del claro se alineaban dando la vaga sensación de que me encontraba en un rombo, aunque hacía falta observar desde arriba para confirmar eso, aunque bueno, no carecíamos realmente de tiempo, y Clefairy de la paciencia suficiente como para discutir eso, en todo caso, los árboles volvían a apegarse un poco más adelante, a unos cuantos metros, formando un estrecho sendero que conducía hasta lo desconocido… - Pero yo no quiero conocer lo desconocido… – Me quejé mentalmente, pues no lo podía decir, o terminaría siendo abofeteado por Clefairy… otra vez…

¡Tú! ¡Guíame hacia tus compañeros secuestradores! – Me ordenó con cierta convicción que, por un momento, me hizo creer que de verdad era un secuestrador, la actitud de Hayley era cada vez más rara…

¿A-A donde se supone que voy a llevarte? – Le pregunté en vano, con lo poco que le conocía, ya sabía bien que no me iba a prestar atención, así que solo pude alargar un débil suspiro de resignación y comenzar a caminar sin rumbo.

Tomamos el único camino disponible, el sendero que conducía hacia más adelante, la poca luz del sol evitó que nos termináramos perdiendo por el sendero, por lo menos, era un vago indicio de buena suerte… Luego de caminar un par de minutos llegamos a una intersección, un camino a la izquierda y el otro a la derecha, ambos tomaban dirección en diagonal, Clefairy me observó nuevamente, dándome a entender que no obtendría una respuesta a mí pregunta, entonces me correspondía a mí decidir, y lo mejor, si me equivocaba, la bolita rosa de nombre Hayley tendría razones para culparme.

Finalmente me decidí por el camino de la izquierda, Hayley solo se limitó a seguirme, durante todo el camino tenía la sensación de que me dirigía hacia una prisión o que estaba condenado a algún tipo de pena de muerte, tragué un poco de saliva, intentando contener los nervios de tenerla a ella siguiéndome. – Diablos, este lugar parece más una mazmorra que un bosque común y corriente – Pensé fastidiado ya de tanto caminar, aunque bueno, no llevábamos más de 15 minutos caminando sin aparente rumbo tal vez, solo era cuestión de tiempo para que…

Oye, Tú no sabes a dónde vas, ¿verdad? – Preguntó Clefairy con temor, una pregunta algo tonta a mi parecer, pero creo que, de cierto modo… me resultaría divertido responderle.

Te lo he dicho, soy un humano, y jamás he estado en este lugar, ¿pero tú me has escuchado acaso? – Le contesté, y Clefairy hizo una mueca de molestia antes de golpearme con su Doblebofetón nuevamente.

¡Oye! ¡¿Por qué haces eso?! – Le pregunté indignado, Hayley no parecía del tipo de Pokémons que conocía la discreción y el respeto, y yo tampoco era de los Pokémon que se aguantaban mucho eso. - ¡Sí eres tan buena pues apáñatelas tú sola! – Y con esas palabras finalmente pude alejarme de ella, saltando hacia varios de los árboles a mi derecha.

¡Oye tú no…! – Pero antes de que ella pudiera terminar la frase ya se había quedado sola, y para colmo de males, ya estaba empezando a anochecer. – Grrr… ¡Le enseñaré a ese maleducado Treecko secuestrador que sí puedo apañármelas sola! ¡¿Es que como se atreve a arrastrarme a este bosque y luego abandonarme sin más?! – Se dijo a sí misma con un aire de indignación, e intentando parecer confiada, se fue a pasos grandes, siguiendo el sendero que la fila de árboles habían formado.

Clefairy continuó caminando sola durante un buen rato, ella tampoco sabía a dónde dirigirse, y para colmo, la noche comenzaba acechar cada vez más y más, intimidando a la valiente Pokémon "Hada", la cual ahora parecía caminar más que buscando a alguien, huyendo de ese alguien.

Por otro lado, yo saltaba de árbol en árbol, sin un rumbo fijo tampoco, pero en mí caso, perdido no estaba, ya que de cualquier forma, no me dirigía a ningún lugar en especial, de hecho, el simple bosque ya me daba una extraña sensación y calidez de hogar, como si no tuviera que buscar nada más. – ¡Finalmente me libré de esa loca! – Exclamé con emoción mientras miraba a mi alrededor, desearía no haber hecho eso, ya que inmediatamente me topé con la mirada siniestra de varios Pokémon Salvajes acechando entre los árboles, aun no comprendía porque todo parecía estar en mi contra desde que desperté como Treecko, y sinceramente no esperaba encontrar esa respuesta en un lugar como éste, así que lo único que pude hacer, fue seguir alejándome más y más, en busca de algo que considerara una "Zona segura"

Así que para lograr dicho objetivo, me decidí a intentar apresurar el paso usando el ágil cuerpo de Treecko que ahora poseía, pero más que una ayuda, comenzó a parecerme un sobreesfuerzo más que innecesario, pues no podía ir más rápido por más que lo intentara, quizá eso se debía a que aun no me había acostumbrado a este cuerpo de Pokémon, y para colmo de males, terminé por tropezar y caer del árbol en el que me encontraba, pero al menos una pizca de suerte se hizo presente, pues caí en un matorral que para mí suerte se encontraba ubicado en el lugar donde iba a caer, y de ahí, reboté hacia el suelo, disminuyendo considerablemente la caída, aunque tampoco es que se tratara de una gran altura.

Inmediatamente me reincorporé, observé todo a mí alrededor, en busca de algún posible peligro que, para mi suerte, en ese lugar no había. – Parece que las cosas se están normalizando para mí… - Mencioné con agrado, aun no había llegado a ningún tipo de sendero o claro, pero en este lugar no parecían haber muchos árboles, ahora parecía más un pequeño bosque, uno común y corriente. – Aunque aun no puedo sacarme esa extraña sensación de estar siendo observado… me pregunto a que se deberá… - Me cuestioné una y otra vez, hasta caer en cuenta que… - Demonios… - Fue lo único que pronuncié antes de que me golpearan con fuerza en la espalda, lanzándome de lleno contra un árbol.

Al parecer en lo que había caído no era en un extraño matorral, si no en un Lotad que dormía plácidamente, al menos hasta que caí estruendosamente en su lomo, y ahora no parece buscar nada más que al causante de su abrupto despertar, aunque bueno, yo no era tan pesado… creo… Lo primero que Lotad hizo fue golpearme con su destructor, lanzándome hacia el árbol, por desgracia me había tomado desprevenido. Luego de atacarme con su Destructor lanzó un fuerte Rugido que resonó por todo el bosque, solo quedé perplejo al escuchar tal grito proveniente de tan pequeño Pokémon, aunque bueno, nada iba a lograr con dicho rugido, quizá a lo mejor quería impresionarme, y si ese era el caso… Pues lo logró.

Sin perder más tiempo, Lotad se abalanzó contra mí nuevamente, con una increíble… lentitud… Por lo que no me fue difícil contraatacar, levanté una de mis pates y le di un fuerte zape, un "Destructor" o al menos eso intenté usar. Lotad retrocedió unos cuantos pasos y huyó. Yo no pensaba perseguirlo, pues si él no huía, lo hubiera hecho yo con toda seguridad, esto de las batallas Pokémon no es lo mío…

Aunque ese Lotad huyó, aun no podía sacarme la sensación de que seguía siendo observando, no, para mi desgracia había algo más ahí. Y en efecto, para mí desgracia, dos Lombre salieron de entre los árboles, probablemente el Rugido de Lotad era para llamar a sus padres, los cuales no estaban muy contentos de que atacara a su hijo. – Genial… - Susurré para sí mismo, me libré de la loca abofeteadora solo para toparme ahora con dos padres furiosos, pero sabía que para poder continuar mi camino, debía luchar contra ambos padres, y bien, eso era lo que haría.

Así que sin perder el tiempo me coloqué en posición defensiva… espera, ¿Cómo era una posición defensiva? Antes de que comenzara a pensar en una respuesta, uno de los Lotad me atacó usando sus Golpes Furia, dando comienzo así, a la desventajosa batalla. Vagamente alcancé a esquivar el primer golpe, retrocediendo con dificultad y casi a punto de caer al suelo, el Lombre inmediatamente procedió a levantar su otra pata para atacar por segunda vez, retomé el equilibrio nuevamente solo para dejarme caer en el suelo, esquivando el segundo golpe de Lombre.

Ahora era mi chance de atacar, así que aprovechando el golpe fallido de Lombre agarré su pata con una de las mías, y le contraataqué con un fuerte Destructor, haciendo que cayera debilitado en el suelo, al parecer el Pokémon "Alegría" no era tan fuerte como aparentaba.

Como otra seña de suerte, el otro Lombre que bloqueaba mi camino huyó intimidado por la fatídica derrota de su compañero. En otras palabras, tenía el paso libre por fin… Pero ahora que podía, algo me detenía… se trataba de la loca Clefairy. – Si por un simple accidente como el mío ese Lotad se tornó tan agresivo no me imagino lo que podría pasarle a esa tal Hayley… – Pensé con algo de culpa, claro, yo era el que debía sentirme culpable cuando ella fue la que me abofeteó dos veces, es increíble pero… simplemente no puedo abandonar a esa Clefairy.

Y con mucha pena y dolor, me dispuse a regresar por el camino que había tomado, en busca de la problemática Clefairy. Usando los ganchos en mis patas, trepé hacia la copa de un árbol, para intentar sin éxito ubicarme, solo tenía como base para guiarme aquel sendero, pero podría pasar horas y horas buscándolo, y probablemente no lo encontraría. Entonces llegué a la conclusión de buscarle desde los árboles, aunque lo de los Lotad y Lombre podría ser algo aislado, aun era posible que los demás Pokémon me atacaran sin razón alguna.

Decidí guiarme por mis instintos, y rápidamente comencé a saltar de árbol en árbol, observando a varios Pokémon que, sin importar de qué tipo fueran, parecían de alguna forma siniestros, algunos peleaban entre sí mientras observaba él suelo, intentando pasar inadvertido por el lugar. Algo estaba sucediendo, pero no tenía idea alguna de que era, y eso solo hizo que me preocupara más por el estado de Hayley. – Solo con su explosiva y humilde actitud basta… - Murmuré saltando de árbol en árbol.

Luego de varios minutos de esfuerzo ubiqué finalmente un claro, y no se trataba realmente de la salida del Bosque, quizá, más bien de la parte más profunda de éste, podía notar que algo realmente extraño sucedía, pues un mal presentimiento recorrió mi cuerpo en señal de advertencia, y ésta se hacía cada vez más fuerte a medida me acercaba, así que inmediatamente me alisté para una pelea, pues nada más podía esperar adelante.

Plainly Woods Depths – Parte Profunda del Bosque

El sol estaba terminando de ponerse, y el anochecer estaba comenzando apenas. Llegué hasta el último árbol que daba de lleno con el claro, gracias al color de mis escamas podía confundirme perfectamente con los árboles, así que primero me escabullí entre las ramas para observar mejor. – Justo como lo temía…

Clefairy estaba gritándole cosas sin sentido a un Pinsir que estaba comenzando a enojarse bastante, hasta el punto de prepararse para atacarle, cosa que Hayley estaba ignorando, no sabía realmente que hacer, ese Pinsir parecía muy fuerte, e iba a recibir varios golpes de él solo para proteger a la bolita rosa que me abofeteó dos veces, no sonaba como una situación en la que yo ganara algo, pero ya me había tomado la molestia de encontrarla, y abandonarla no sería algo… "prudente"

Pinsir estaba apuntando con sus tijeras a Hayley, quien finalmente cayó en cuenta de las intenciones del Pokémon salvaje. - ¡¿C-Cómo te atreves?! – Le gritó más fuerte la Clefairy, con un aire de indignación que solo podía provenir de ella. Las cosas ya comenzaban a salirse de control, por lo que debía entrar en acción, pero… ¿realmente era mucho lo que podría hacer? Quizá me desenvolví bien contra ese Lombre, pero… aquel Pinsir era algo diferente… bueno, con un poco de suerte, podría usar a Clefairy como mi escudo Pokémon. – [i]Esa no sería una mala idea…[/i] – Pensé con algo de malicia, pero por sentido, descarté aquella idea por muy acogedora que resultara.

Clefairy era demasiado lenta, por lo que Pinsir se abalanzó contra ella rápidamente, probablemente tenía pensado usar Agarre para intentar cortarla o lanzarla lejos, y efectivamente, antes de que pudiera hacer algo, Pinsir ya tenía a Hayley atrapada. Ya era hora de hacer algo… Salté ágilmente hacia el suelo, podría caerme mal por haberme abofeteado, pero no era para dejar que la lastimen… eso creo… - ¡De-Déjala ir! – Le ordené con inseguridad al Pinsir Salvaje, el cual se volteó hacia mí, mirándome con incredulidad. - ¿Y quien eres tú para ordenarme? ¿Acaso planeas recibir los golpes por ella? – Me preguntó seriamente, casi ni parecía que estuviese usando sarcasmo.

¡¡Legas tarde, Treecko!! – Me gritó Hayley enfadada. – Debo… evitar… ayudar… a Pinsir… – Me repetí una y otra vez para sacarme esos malos pensamientos, observé seriamente a Pinsir y repetí nuevamente. "Déjala ir…"

Pinsir lo meditó por un momento, y pasados unos cuantos minutos, lanzó a Hayley hacia mí, como si la estuviera usando a modo de ataque. Para mí desgracia, cuando me fijé en lo que Pinsir tramaba ya era muy tarde, Hayley me golpeó con fuerza, amortiguando su golpe, pero dañándome a mí.

Tienes razón… ¡Será mejor que acabe con los dos enseguida! – Dijo con malicia, chocando sus tenazas entre sí amenazadoramente y apuntándonos con ellas.

¡No me intimidas ni un poquito pedazo de tijera maloliente! – Le insultó Hayley mientras agitaba una pata hacia él, denotando sus ganas de combatir.

Shh… ¡Hayley! ¡¿En qué diablos estás pensando?! ¡Debemos irnos de aquí! – Le regañé con fastidio, pero ella se negó, observando con determinación a su contrincante.

¡No se trata de mí! Ese Pinsir tiene algo que le pertenece a alguien muy allegado a mí, y debo recuperarlo. – Explicó Hayley sin apartar la vista del Pinsir salvaje, ya empezaba a dudar un poco, pero si dejaba a Hayley sola, perdería, al menos estando yo, tendríamos un poco más de chance para ganar, aunque eso no significaba una victoria segura...

Pinsir hizo chocar sus tenazas con fuerza, callándonos a ambos de una vez. - ¡¿Van a hablar o a luchar contra mí?! – Y dicho esto, tomó la iniciativa de atacar, o más bien, prepararse para eso, pues cerró los ojos y comenzó a hacer fuerza usando su Foco de Energía. Hayley se lanzó de lleno contra Pinsir, al parecer tenía un plan o simplemente se iba a exponer a un ataque del enemigo, lo que primero se diera, yo, por otra parte tomé el otro lado y con más agilidad que Hayley, interrumpí el foco de Energía de Pinsir con un golpe Destructor en su coraza, Pinsir perdió el equilibrio en ese momento y retrocedió unos cuantos pasos, interrumpiendo totalmente el Foco Energía, por otro lado Hayley estaba a punto de golpearle con un duro Megapuño, cuando Pinsir reaccionó y la detuvo con una de sus patas, alzándola y lanzándola hacia el suelo con un doloroso Movimiento Sísmico, intenté socorrer a Hayley pero terminé entre las tenazas de Pinsir, siendo estrujado con fuerza por estas "Ngghnn…" Fue lo único que pude pronunciar, las tenazas de Pinsir eran dolorosas y cortantes.

Hayley rápidamente se levantó, y a espaldas de Pinsir, se inclinó hacia atrás, agitando su patita izquierda rápidamente y luego abalanzándose hacia delante, golpeando con Megapuño a Pinsir en la espalda, y haciendo que éste me soltara y cayera debilitado al suelo. – Caí estrepitosamente y logré apartarme antes de que Pinsir me aplastara, aun me dolía bastante el efecto que sus tenazas habían causado en mí, pero era mejor que seguir entre ellas. - ¿D-Donde aprendiste a hacer eso? – Le pregunté atónito, no sabía que la bolita rosa guardara tanto poder en un puño, y eso me daba la sensación de que sus Bofetones más bien eran caricias comparadas con el Megapuño que utilizó contra Pinsir. – Me lo enseñó mi hermanita. – Contestó amablemente, lo cual me sorprendía más. – Gracias por ayudarme a veces a Pinsir… siempre fue más ágil que yo, y por eso no podía vencerle… - Comentó algo fastidiada por el simple hecho de mencionarlo. – Sí le dices a alguien que te di las gracias, te borraré la memoria a Bofetones. – Me advirtió con mirada asesina, a lo que solo asentí, parece que después de todo, el escudo humano resulté siendo yo, que irónico…

Clefairy comenzó a inspeccionar entre los árboles tras Pinsir, buscaba algo al parecer y luego de varios minutos pareció encontrarlo. - ¡Sí! ¡Aquí está! – Exclamó con emoción, sus ojos parecían brillar mientras cargaba algo entre sus patitas, se trataba de una cajita azul, envuelta con un lazo plateado, nuevamente se acercó a mí y me ayudó a levantar. – Acepto tus agradecimientos por dejarte acompañarme. – Dijo con aparente desdén. – Casi me sentí como en un Equipo de Exploración… - Murmuró contenta. – Esas cosas de explorar lugares desconocidos, buscar tesoros, arrestar maleantes, ¡Son de lo mejor! – Nuevamente brillaban sus ojos, y sin darnos cuenta, el sol ya había desaparecido, y tanto la luna como las estrellas habían tomado posesión del cielo. - ¡Tengo una excelente idea! ¡Tú y yo formaremos un Equipo de Exploración! – Dijo con emoción, me detuve a meditarlo un momento, no tenía idea de quien era, ni de cómo había llegado aquí, solo poseía dos cosas, 1: Un cuerpo de Treecko, y 2: Una increíble convicción de que fui un humano. Pero salvo eso, nada más. – Pues… Veras… - ¡Sí! ¡No tienes porque ser tímido! ¡Mañana iremos a un Pokegremio a registrarnos! – Y sin escuchar absolutamente nada más, tomó mi pata y me arrastró hacia las afueras del bosque.

Y así es como esta fatídica historia da inicio… llena de sorpresas, desdichas y aventuras Treecko y Clefairy, ¿pero que clase de aventuras aguardaran para ellos en el futuro? Solo era cuestión de tiempo para que estas se mostraran frente a ambos…