Prometí que pronto estaría por aquí con esta nueva historia, será corta de unos 5 capítulos.
Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, todo a J.K. Rowling. La historia se localiza años después de la guerra, obviamente Severus está vivo Rowling!
A mí amiga SuekSnape…quién me inspiró cuando me compartió su canción de Stop crying your heart out de Oasis.
AURORA
Desde la oscuridad de la habitación se observa el cuerpo de una joven meciéndose al compás de una melodía infantil. La penumbra de la recámara es un poco más clara, que el vacío que esa noche la atormenta, se observan unas cortinas negras intentando ocultar la luna y un cielo estrellado, un tocador con todos los objetos personales tirados o destrozados, un librero lleno con todos esos volúmenes cubiertos de polvo, la alfombra sucia de líquidos tirados, vidrios, comida y suciedad.
Tal parece a la joven no le interesa nada a su alrededor, sólo mantenerse en esa melodía una y otra vez mientras el tranquilizante hacía efecto. Su pelo castaño enredado y maltratado, grasiento por la falta de aseo, con su rostro sucio por las lágrimas que secó el tiempo.
Tan sólo viste un pantalón gris, con la sudadera de quién había sido su marido que tiene las iniciales de los Chudley Cannons, sus pies estaban helados por el frío y la falta de sol en la recámara. Tocaron despacio la puerta de madera sin que ella pudiera o quisiera articular una palabra, una mujer de cabello canoso entró sin hacer ruido llevando una bandeja de comida, se sentó a un lado de la cama observando a su pequeña completamente perdida conteniendo las lágrimas, porque en ese momento era a ella la que tenía que ser fuerte por las dos, no iba a dejarla sola.
—¿Hermione? Traje un poco de comida, debes intentar comer un poco. Sé que esto no es fácil pero aquí estoy, no voy a irme.
—¿Cómo mi madre? – susurró con la mirada perdida.
—Para ella no fue fácil la muerte de Rose – por primera vez los ojos almendrados de la joven se centran en la mujer que sufre en silencio.
—¿Y para mí sí? Ella era mi hija nana, era mi pequeña, todo lo que yo tenía en la vida y me la arrebataron.
—Lo sé cielo, lo sé. Mi hermana no está actuando sabiamente – su nana la acunó en sus brazos dejando que llorara en silencio, como cuando era pequeña y ella la cuidaba. Hermione ya no lloraba a gritos, los primeros días se había quedado sin voz de tanto hacerlo, ahora sólo se había rendido a cumplir la penitencia por no haber sabido cuidar a su hija.
Flash Back
Un año después de que Hermione se hubiera graduado de Hogwarts se casó con el auror Ronald Weasley por el repentino embarazo que los sorprendió a ambos, ese fue el segundo matrimonio de los héroes de guerra, su foto apareció en todos los periódicos mágicos confirmando el embarazo avanzado, una Hermione nerviosa y un marido que no cabía en la felicidad. Cuatro meses después nacía Rose Weasley Granger, llenando de felicidad la pequeña casa en la que vivía el matrimonio.
El primer golpe que tuvo que soportar la joven madre fue la muerte de su marido cuando en una misión secuestraron a varios integrantes del equipo de aurores, tres meses después le llegó una caja negra, que vino a cambiar el futuro y la estabilidad de Hermione.
Se sentó con ella sobre la sala mordiendo su labio continuamente, la destapo despacio para ver el cabello rojo lleno de sangre, se hizo hacía atrás con un grito desgarrador que podía dejar sordo a cualquiera, un pergamino levitó al abrir la caja, lo tomó con sus manos temblorosas mientras las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.
Impura: Después de semanas de torturas y maldiciones que en tu vida has escuchado llegamos a un acuerdo con tu marido, dejarlas tranquilas, se puso tan feliz que murió. Sin embargo… no nos dejo decirle que ese acuerdo es temporal. Te daremos caza en seis meses a ti y a tu hija sangre sucia.
Eso fue suficiente para que ella convocara un patronus el cual nunca salió de su varita, lloro amargamente al ver frente a la pared la fotografía de las primeras vacaciones con su hija y su esposo. La niña abrazaba a Ron tiernamente mientras él la besaba con amor. Él cumplió las palabras de sus votos nupciales, la cuidó y veló por ella con su vida misma.
¿Cómo iba a explicarle a su pequeña de tan solo tres años que su padre estaba muerto? ¿Cómo iba ella poder protegerla si su marido no había podido hacerlo?
Horas después llegó Harry, al verla tirada en el piso ida con el pergamino ensangrentado en las manos, el joven se agachó a llamarla e intentar levantarla pero fue imposible.
—Hermione, por favor ¿qué pasó?
—Se… se lo llevaron y… ya no lo veré y – se sostuvo la cara entre las manos diciendo incoherencias. Su amigo nunca la había visto así, siempre fue positiva en que encontrarían a Ron, ignoró que había desencadenado ese estado en que ella estaba sumergida.
—Hermione, estamos cerca, Ron estará aquí pronto – la joven alzó la vista con sus ojos llorosos y señaló la caja.
Harry volteó interrogante hasta que vio la caja negra que estaba semitapada, volvió a mirar a su amiga deshecha y temió lo peor.
—¿Hermione?
—Lo mataron, vendrán por Rose y por mí – articuló llena de miedo, se acercó a la caja viendo la cabeza de su amigo.
—¡No! – el pelinegro la tomó en brazos usando la chimenea rumbo a Grimmauld Place donde se encontraba su esposa con la pequeña Rose y sus dos hijos - ¡Ginny! ¡Ginny llama a tu madre que se lleve a los niños al cuartel número cuatro!
—¿Qué ocurrió? – preguntó al ver a su cuñada perdida aferrándose a una fotografía familiar – ¿Es Ron verdad?
—Los voy a encontrar te lo juro Ginny – depositó a su amiga en el sillón y besó su frente – Irán por Rose y… van a estar bien.
—Íbamos a tener otro bebé, lo estábamos planeando – Harry apretó los puños con rabia, Hermione veía el vientre abultado de Ginny y lloró con amargura.
Fin del Flash Back
Hermione movió la cabeza rechazando la comida que le daban, se levantó sosteniéndose de los muebles y se metió al baño donde vio frustrada el pastillero vacío.
—Necesito ver al doctor Federman, me he quedado sin medicamento.
—Porque estas duplicando las dosis.
—Porque dejo de hacerme efecto, necesito descansar y dormir y no lo logro – le dijo intentando calmarse.
—Huyendo no solucionaras nada hija.
—Nana… vete, déjame sola – tomó una de los cobertores y se dejó caer en la cama cubriendo su cuerpo con él.
—Hermione tienes que comer algo, aunque sea un poco.
—Comí ayer algo de sopa, estaré bien. Muy pronto no tendrás que seguir viniendo aquí, mamá me dio una semana para irme de su casa.
—¿Qué? no, tu padre no permitirá eso.
—Nana, estaré bien. Ella tiene razón, llevó aquí dos años desde la muerte de Ron y les he causado muchos problemas desde que murió Rose hace cuatro meses, realmente me sorprende que no me haya corrido antes.
—Pero si vendiste la casa que te dejó tu esposo.
—Tengo el dinero aún, Ron me dejó algo y estaré bien, además me iré con Ginny y Harry, no pienso vivir sola por ahora.
—Mi niña…
—¿Nany? – le preguntó conteniendo las lágrimas – Vete.
SS&HG
Las cosas se movían de un lado otro con magia, los libros se afilaron en unas cajas y la ropa en el baúl, la basura estaba en su lugar y un olor a lavanda inundaba la habitación. Tenía ya todo listo y hasta había tomado un baño, saliendo se puso unos jeans con botas, volviéndose a poner una sudadera anaranjada que tenía una escoba de vuelo.
Bajó despacio con una bolsa donde había puesto sus pertenencias con un hechizo. En la sala se encontraban sus padres viendo la televisión, o al menos su padre lo hacía, su madre estaba perdida en sus pensamientos mientras el tejido se le resbalaba de las manos, sin darse cuenta de ello.
—Hija, no es necesario que te vayas.
—Papá, ya hablamos de esto. Me hará bien cambiar de aires – le mintió con una sonrisa – Mamá… ya me voy.
—Menos mal.
—¡Jane! – su esposa se negó a ver a su hija y el hombre negó decepcionado – Hija, toma este dinero.
—No papa, no lo necesito, Ron me dejo todos sus ahorros, lo sabes… debo irme… ¿mamá? Perdóname por favor, era mi hija, me dolió que la mataran pero ambas podemos aun… superar su partida – la señora Granger la vio con indiferencia levantándose del sillón y dejándola sola - ¿Mamá? No me dejes…
SS&HG
La vida diaria en la casa de los Potter era rutinaria, se levantaba cerca del medio día y ayudaba a Ginny con los deberes, mientras ella recogía a James y Albus del colegio ella ayudaba con la comida, después de intentar probar bocado tomaba una ducha, aprovechando este momento para ya no salir de su recamara.
Harry llegaba a cenar con la mirada perdida en las escaleras, ante el silencio doloroso de su esposa, después de acostar a sus hijos entraba a la habitación de Hermione en silencio, aunque no era necesario ya que dormía sin que algo pudiera despertarla. La veía así con los ojos rojos aferrándose a algún objeto, casi siempre la fotografía familiar, con alguna playera de su marido. Veía el frasco de capsulas, los vasos que había contenido alguna poción, la veía rota en todas las formas posibles, sintiéndose aún más miserable. Si tan solo no los hubiera arrastrado a la guerra a ambos, pero lo hizo y pagaron con sus vidas.
Se acostaba a su lado y la acunaba en su pecho, por inercia ella lo abrazaba, quizás pensando que era Ron, pero no importaba, la abrazaba porque sabía que en ese momento sólo él podía darle la calidez que ella necesitaba.
—No voy a dejarte Herms, nunca, siempre estaré aquí y cuando los encuentre los mataré – Ginny se asomaba y le dolía ver así a su esposo, con la culpa carcomiéndolo por lo que le había sucedido a su amiga, cerraba la puerta y lo esperaba en la cama dispuesta a darle el cariño que él necesitaba después de haber estado con Hermione.
SS&HG
La castaña se levantó algo temprano ese día, era sábado y todo indicaba que Harry estaría ahí y tendría que fingir que todo marchaba bien. Bajo las escaleras ya con la cara lavada y vio salir de la cocina a la pequeña Lily con su carita abajo arrastrando un pequeño oso de peluche.
—Hermosa ¿y esa carita larga?
—Nada.
—¿Cómo que nada? Debes estar muy contenta porque es tu cumpleaños y tu madrina te dará algo hermoso, pero debes esperar a la noche a tu fiesta.
—No habrá fiesta Hemmy – dijo triste con sus ojos cristalinos.
—Claro que tendrás, ¿Quién te dijo eso? Seguramente James quiso bromear.
—No, papá dijo que no iba haber poque… poque – se quedo recordando las palabras precias – porque no era pudente.
—¿Por qué no era prudente? – la niña asintió y la abrazo con fuerza.
—Eso aún no es definitivo, por algo soy tu madrina ¿no? – la niña sonrió ilusionada y abrazo a la castaña con fuerza repartiendo besos por doquier, Hermione sintió que cayó en un vacío.
—Mami, eres la mejor mamita del mundo – y miles de besos fueron a dar a su rostro en aquella cama amplia mientras Ron la veía desde la puerta.
—Y la mejor esposa.
—Gracias – dijo antes de salir corriendo, seco esas dos lágrimas y entró a la cocina donde vio a su amigo con ojeras mientras Ginny le preparaba el almuerzo.
—Buenos días.
—¡Hermione! ¿Quieres huevos? ¿Leche o café?
—Si, huevos con… café, gracias Ginny – empezaron almorzar hasta que limpió su boca dismiludamente – Y… ¿Qué les hace falta para la fiesta de Lily? – ambos se miraron en complicidad preparando la mentira.
—Bueno… no habrá fiesta.
—¿Y eso por qué? – preguntó despreocupada llevándose un bocado.
—Bueno… no… creemos que sea…
—Es una niña Harry – interrumpió sin esperar a que concluyera la frase – una pequeña que quiere su fiesta, que quiere regalos y festejar. No entiende de perdidas, no entiende de dolor. Prepárenle el festejo a Lily, no quiero que la muerte de Rose llegue afectar hasta ella… ¿de acuerdo? – Ambos asintieron, contuvo sus lágrimas con todas sus fuerzas – ¿A qué les ayudaré?
SS&HG
Sonreía como podía, con una copa en la mano saludaba a los invitados y cruzaba algunas palabras, podía sentir los efectos de los medicamentos y el vino de sauco corriendo por sus venas, se sentía mareada y sabía que si estuviese parada habría caído estrepitosamente sobre la alfombra.
Cada vez que veía sonreír a Lily sabía que era como si lo hiciera su hija, ella era feliz con ello e intentaba salir adelante como todos los días.
Se reunieron en el comedor para abrir los regalos, Draco tenía en brazos a Lily y le susurraba cosas haciéndola reír, su padre se mostraba sumamente preocupado por el tipo de consejos que ese tipo pudiese darle a su pequeña. Después de abrir varios, tocó el del mencionado, el cual bajó a la pequeña para que disfrutara al ver su preciado obsequio.
—Y este es de tu tío Draco – la niña se abalanzó desprendiendo el papel verde por doquier hasta sacar una caja la cual comenzó hacerse grande al salir.
—Mamá mira, es la casa de muñecas, es preciosa, gracia tío Draco… oh mira… trae tres muñecas – Hermione observó todo desde atrás mordiéndose el labio en seriedad.
—Gracias Malfoy.
—De nada, cara rajada – Harry soltó un bufido y le dio el último obsequio, el cual era pequeño y discreto lo abrió despacio viendo a los ojos al hombre que se lo había dado.
La pequeña sacó de una caja roja de terciopelo un conjunto hermoso de flores blancas, era unos aretes de oro blanco formando una pequeña flor, un collar con el mismo adorno y una peineta con múltiples flores que arrojaban un aroma singular.
—Es precioso, me encanta – dijo sonriendo y saltando hacía el hombre que la tomó en brazos permitiendo que ella lo abrazara.
—Todo para la princesa.
—Severus es un regalo muy caro – dijo Harry acercándose.
—No molestes, es parte de su herencia.
—Pero…
—Cierra la boca ya – el joven padre sonrió agradeciendo al pocionista quién solo asintió bajando a la niña.
—Muy bien, ¿quién quiere pastel? – Ginny llegó con un pastel de fresa con queso, mientras Hermione se colaba por la puerta de atrás con cierto disimulo.
SS&HG
Ella había perdido la noción de lo que sucedía en la fiesta en el momento en que salió esa casa de muñecas, ¿por qué cada vez que intentaba salir adelante un recuerdo la torturaba?, abrió la puerta de la casa viendo una lluvia lenta caer, empezó a caminar sin rumbo fijo, no quería arruinarle la fiesta a sus amigos, sólo iría a tranquilizarse un poco.
—Me gusta esa papi.
—Esa será… la tendrás como regalo de Navidad – la niña abrazó a su padre complacida ante la mirada reprobatoria de la castaña.
—Es muy cara, no podemos permitirnos eso Ron.
—Nuestra hija quiere esa casa y se la voy a dar… nada le faltara… ten fe en mí Hermione, voy a lograr el asenso.
Los pasos de Hermione se volvieron lentos, hasta que se recargó sobre una puerta de madera, quería regresar a la fiesta, no había nada que se lo impidiera pero a pesar de la lluvia podía sentir las lágrimas correr por sus mejillas. El obsequio de Draco había sido el detonante para que todos los recuerdos llegaran de golpe a su mente, intentando esquivarlos haciéndose presente esas fuertes palpitaciones en su pecho signo de un ataque que se avecinaba sin control.
—¿Tan mala es la noticia?
—Depende de la perspectiva – le dijo ella a Ron mordiéndose el labio.
—Pues si a ti te tiene aterrada a mi va a caerme como balde de agua fría, ya dímelo anda, estoy… preparado.
—No estás obligado a nada ¿de acuerdo?
—Habla Herms.
—Estoyesperandounbebé.
—¿Cómo? – lo vio con temor y respiro cerrando los ojos.
—Estoy esperando un bebé – Ron dejó caer el pastel de calabaza al suelo sin dejar de verla para posarse en su vientre – 6 semanas para ser exactos, pero… no tienes que… - la frase fue silenciada cuando Ron la cargo en lo alto llenándola de besos sin permitirle hablar.
—Merlín un hijo tuyo y mío Herms ¡Es fantástico!
SS&HG
—¿Y Hermione? No está por ningún lado.
—La vi salir hace como media hora.
—¿Y por qué no me dijiste?
—¿Parezco su perro guardián Potter? ¿No verdad? – Harry bien podría haber empezado una pelea muggle con el rubio pero al ver el tiempo en que ella no regresaba y la lluvia que había aumentado en su intensidad lo pasó por alto.
—¿Harry?
—Iré a buscarla…yo… Ginny algo no va bien, lo siento aquí – le dijo señalando su pecho.
—No me vengas con ridiculeces Potter, creía que la adivinación y los malos presagios nunca habían sido lo suyo – en vez de que Harry mirara al pocionista con coraje y reproche, le dio una mirada de suplica el cual no pasó desapercibida por el hombre – Oh no me veas así maldita sea. ¿Ahora qué demonios quieres?
—Ayúdeme a encontrarla.
—¿Me viste con cara de perro sabueso?
—No, pero conozco tus dotes de rastreador mágico. Ayúdame, no quiero cargar con otra culpa.
—¡Maldito seas! – siseó enojado al escuchar la última frase, si alguien sabía de cargas era él – Vamos Draco.
—¿Yo por qué? Allá afuera está lloviendo – cuando vio a varios alistarse para buscarla su orgullo Slytherin no pudo verse más herido, tomo su túnica y salió detrás de Snape.
—Si das con algo me envías un patronus, tu ve hacía la izquierda, yo hacía la derecha.
SS&HG
—¿Mamá? ¿Por qué no regresa papá?
Las botas se resbalaban por el agua y cayó sobre el tercer escalón golpeando su mejilla con fuerza, se levantó y siguió subiendo hasta caminar por el puente y cruzar la avenida.
Graduada de Hogwarts, con los mejores honores, felicitada por todos, con ofertas de trabajo envidiables, la promesa de muchos, terminó siendo un despojo humano.
Su esposo duró semanas siendo torturado con la valentía que lo caracterizaba, jamás soltó la información que le pedían, hasta el último de sus momentos las protegió, lo hizo con su vida y ella no pudo cuidar a su hija de la misma manera, ¿qué pensaría su marido de ella? ¿La odiaría por no haber podido cuidar a Rose?
Cerró los ojos escuchando la última palabra de su hija, fue "Ayudame mamita", no lo hizo, se derrumbó en ese momento en medio de la tormenta donde los truenos callaban los gritos y el agua cubriera sus lágrimas. Su madre tenía razón, ella había matado a su hija, fue ella, solo ella.
Subió a uno de los barrotes sosteniéndose con fuerza, en un momento de debilidad, no quería hacer eso, ella quería vivir y salir adelante pero estaba lo suficientemente cansada de intentarlo, ya había perdido las esperanzas de poder lograrlo, estaba harta y poco a poco descubría que jamás podría perdonarse para salir adelante.
El tercer barrote antes de cruzar el lado del puente, sus manos temblaban viendo el agua del río agitarse con fuerza, estaba aterrada, su esposo, ¿qué diría su esposo al ver a la mujer cobarde en la que se había convertido? No le importó, quería que esos pensamientos pararan de una vez por todas.
Ya estaba cansada de las pesadillas, de aferrarse a una prenda de su esposo y torturarse con una foto familiar, viviendo con sus amigos que eran felices mientras ella lo había perdido todo, su esposo, su hija, el amor de su madre, todo se lo había llevado la muerte y muy en el fondo sabía que quizás ella también estaba bajo las sombras. Quería que pararan las voces, las risas de su hija, el grito desgarrador, los gemidos de su esposo cuando la hacía suya, las alegrías, esos planes que quedaron en sus recuerdos, todo debía parar, tan sólo faltaba soltarse, sólo serían unos minutos… unos minutos y todo iba a parar, para siempre.
Cerró sus ojos con fuerza y soltó los barrotes, un grito iba a salir de su garganta al sentir el vértigo al caer, sin embargo nada de eso ocurrió, solo sintió una fuerte mano aferrarse a su brazo, la fuerza con que la sostenía. Alzó la vista y a pesar de la lluvia caer sobre sus ojos y por el mareo, pudo ver un par de orbes negras mirándola duramente, sintió miedo, la fuerza de esos dedos se cernían sobre su muñeca mientras que la otra mano la usaba para sostenerse él mismo del barandal.
—El agua hará que su mano se resbale – le gritó retándole.
—Usted no quiere hacer esto Granger.
—¿Y usted qué sabe?
—Lo veo en sus ojos, está pidiendo ayuda a gritos silenciosos.
—¡Suélteme! – le ordenó haciendo que ella se resbalara un poco.
—Haga que esas muertes hayan valido algo, deme la mano – le dijo extendiéndole la otra, pero ella tan sólo negó con la cabeza – No sea tonta ¡Maldita sea deme la otra mano!
El profesor se estiró lo más que pudo al ver la mirada de miedo de su ex alumna, él veía que ella no quería hacer eso, todo producto del alcohol y las circunstancias. Pensó rápidamente cuando la sintió resbalar más y más, viéndola llorar y sufrir, queriendo gritar algo, de miedo, de coraje de frustración…
—No la dejaré caer Granger – aquello había sonado como amenaza y como promesa para el dolor de Hermione.
¿Algún review para mí?
