No tengo derechos sobre Avatar la leyenda de Aang ni mucho menos de naruto… solo de la humilde historia que se desarrollara.
Clan 1.- Acusada de ser Hyuga
En un pequeño claro en medio de grandes árboles, una perturbación sacude el calmado viento por unos segundos tensos donde pájaros o animales huyen despavoridos en vez de enfrentarse a lo desconocido… una lagrima se rompe en el espacio vacío, una luz resplandece orgullosa y en un sonido seco expulsa un cuerpo desapareciendo sin dejar rastro alguno.
Esta presencia palpa el suelo después de unos segundos inciertos, sucia y herida levantando su rostro cuyas lagrimas secas marcan un camino entre la mugre… es pequeña vestida en verde y dorado con sus pies descalzos con solo tobilleras de cuero a juego.
El cabello negro se salía de su diadema y esos ojos pálidos sin luz miraban delante sin parpadear, quizás lloro pero ahora no lo hacía siguiendo su labor de palpar el suelo hasta sentirse conforme… se puso de pie en un brinco ondulando la tierra para expulsarla con suavidad, sus pies firmes en la tierra como si considerar su entorno con cuidado.
Esta rígida, atenta y al borde ante cualquier ataque que nunca llego… olfateo el aire y parpadeo solo una vez… su flequillo cubrió un poco sus ojos pero no le molesto, era ciega por lo que no hacia la diferencia.
Toph Beifong no detectaba hostilidades más que la incómoda soledad por lo que se relajó un poco en medio de anchos árboles y el sonido de la naturaleza.
Enterró los dedos en un pisotón poderoso ampliando las ondas de choque en todo el entorno, registrando vagamente la cantidad ridículas de árboles y animales… fue hasta el borde de su alcance que detecto la civilización.
Para la maestra tierra está en un estado lamentable físicamente, quizás si no fuera por su terquedad estaría tambaleándose torpemente en su lugar… agita su cabeza espantando la fatiga, el dolor y la pulsada de impotencia que esta entrelazada en su estado de soledad.
Quiere decirse una palabra de aliento, fuerte en su tono descarado pero no sale nada cerrando su boca patéticamente… el nudo se aprieta en su estómago, amenaza con llorar… pero ya lloro lo suficiente en el mundo espiritual… ahora debe atenderse o si no desaparecerá y con ella… el recuerdo de sus amigos.
Vuelve a enderezarse, levantando la nariz orgullosa junto con el levantar de sus hombros adoloridos y aun con la suciedad pegada en ella, tenía un objetivo que tratar primero… sus necesidades, su actual ubicación y lo que haría a partir de ese momento.
Con eso comenzó a andar, ahogando las muecas de dolor y actuando tan dura como siempre.
Está tramando en su cabeza la manera de como ingresar a la comunidad de una manera casual, porque aunque Katara le dudara… ella siempre tenía un plan para cada situación… esto último se mentía descaradamente, después de todo era más impulsiva que nada pero no hay nadie quien haga tal observación.
No hay nadie y eso calo.
Toph no se centra mucho tiempo en este último pensamiento… no puede… no debe… no ahora que no sabe dónde está.
Agudizo su oído, con cada paso su sentido sísmico recibía más información del entorno cada vez más despejado de árboles y lo cerca que estaba del pueblo bullicioso… es una alegría que sean humanos, de solo pensar terminar en un mundo con osos parlantes o cosas descabelladas agriaba su sentir.
Respiro profundo sintiendo el sol para calcular la hora, el aire era tan limpio y los árboles se agitaban orgullosos… ya escuchaba las voces tan claras aliviando su sentir de poder entender el idioma, si quizás había un acento extraño pero la mayoría eran entendibles.
Otro problema menos.
Entonces sabe que es visible a los pobladores, no puede decir que tipo de desastre muestra pero siente la conmoción en los latidos de cada corazón a su paso… la perturban pero no muestra nada en su rostro y solo camina tan confiada como siempre a través de incontables calles hasta llegar al punto medio donde se detiene como una gárgola.
Nadie se acerca, todos la miran.
Puede decir que su plan de pasar desapercibido, acercarse a un mercader y dar su historia de portada para recibir información sobre el área acababa de hundirse en la tierra miserablemente.
¿Por qué todos la miran como si fuera una aparición?
Levanto la vista tratando de afinar su oído en un intento de captar cualquier cosa que explique esta extraña bienvenida… fue un gran error.
Era como si el clima mismo se enfriara… no importaba que el sol estuviera en la cima… Toph podía decir que el pánico se escuchaba en cada enganchar de aliento incrédulo… quizás nunca le gusto la compasión estándar que cada persona le ofrecía cuando miraban sus ojos ciegos, pero esta era la primera vez que recibía este tipo de reacción.
Miedo.
Entonces los murmullos se alzaron en tonos distintos con ecos de niños llorando en brazos de madres apuradas de regresar a casa… Beifong se quedó plantada en medio de la carretera sintiéndose señalada con más intensidad que antes con una emoción torpe intenta detener cualquier conmoción.
No logra nada, al contrario su voz se pierde en el apuro de alejarse de ella… de rodearla como un enfermo contagioso.
Ella estaba mostrando una notable personalidad paciente, chasqueo los dientes dejando caer su actuación amable… apretó los puños y estaba por hacer una postura firme para meter algo de sentido a estas personas ante gente herida cuando el primer comentario voló en boca de los que se quedaron a verla.
-Que hace un Hyuga aquí- el tono de voz era grave, queriendo sonar duro pero tan incierto en sus latidos que la maestra tierra fruncio el ceño.
-¿Un qué?- espeto confundida pero no la escucharon.
-Su clan está lejos de aquí- alguien acuso.
-¡Cuánto tardaran los Senju o dios no quiera los Uchiha en darse cuenta!- un grito de pánico de la comunidad, Toph frunció el ceño pero su boca se quedó con la palabra.
-Mejor que se vaya- espeto uno con más valor.
Con la boca abierta Beifong giro en donde venía la voz, era incredibilidad ¿Dónde estaba el sentido cívico de la humanidad? ¿No ven que estaba herida? Por primera vez no la veían como una niña necesitada… y en otras circunstancias lo hubiera agradecido.
-Los shinobis no son bienvenidos- alguien lanzo.
-Un que- volvió a repetir Toph frustrada.
-Si vete- reafirmaron en un coro de apoyo.
Toph se enderezo con furia, aun en el reino de fuego encontraron una mano amiga de vez en cuando pero aquí parecía que su presencia no era recibida… cualquier temperamento se enfrió cuando una pequeña piedra se hizo a su mejilla… impresionada levanto su mano al área dañada, había líquido carmesí y por el olor era su propia sangre.
¿Cómo le puede estar pasando esto?
-Vete-
-Fuera de aquí shinobi-
-No queremos más su sangre-
Decía la gente con más valor o temor lanzando más cosas con la intensión de correrla… como un animal no deseado… de su pueblo.
Con Hyuga… shinobi… clan… siendo palabras más sobresalientes.
Dio un pisotón en el suelo haciendo que la tierra se ondulara a su voluntad, escucho los gritos de sorpresa de la multitud y el crujir de las viviendas cercanas a su capricho, su rostro estaba tenso, Toph en toda su vida nunca había recibido tal trato frio e inhumano.
Qué bueno que no estaba katara, hubiera llorado por solo el desaire y el uso de tierra control en no dobladores.
-ME IRE- gruño por lo alto orgullosa, levantando la nariz para que todos la vieran -pero no porque ustedes lo quieran… montón de idiotas- dio un giro en su talones dejando a la multitud a su paso, no sin pasar ante un puesto y sabiendo que todos la miran… tomo lo que necesitaba con un arrebato digno de una rabieta.
Que alguien le dijera algo… pero no hubo ni pio.
Si, quizás se pasó… podía oír el miedo aumentado por su muestra mínima de habilidad… podía ser la vergüenza si Aang o katara la miraran robar tan descaradamente… aprovecharse de su ventaja natural.
Pero Toph estaba tan cabreada, cansada, herida y hambrienta para considerarlo.
Camino incontablemente en una dirección al azar con las manos apretadas en lo que robo del pueblo, trato de no olfatear por la despedida de gente que no le interesaba… pero aunque no quisiera, dolió el trato… no estaba preparada para esta indiferencia.
¿Qué los llevo a tratarla así? Era obvio cuando más caminaba en pisotones indignados que Toph cometió el error de mostrar sus ojos ¿era por eso? ¿Qué tenían sus ojos que llevo al borde a los pueblerinos? Su debilidad parecía ser todo menos eso aquí.
Pero aun así, ellos la trataron como un enemigo.
Llego a lo más profundo del bosque, había un aire fresco que le indicaba que las sombras de las hojas eran completas y su sentido sísmico le indico que estaba muy lejos de la población que ya no se registraba en sus sentidos… solo así, se recargo en un árbol dejándose caer hasta el suelo para sujetar sus piernas y esconder su rostro con impotencia con lo robado a su costado.
Esta no es casa.
Fue un recordatorio rudo.
Estaba sola y sin consuelo.
Entonces escucho un sonido lejano que la hizo tensarse en su posición sentada… afilo su sentido… era borroso, muy borroso e incierto casi para ser desechado por algo de su imaginación… pero su oído no mentía aun cuando toco el suelo palpándolo con cuidado a cualquier vibración que respaldara que algo se acercaba.
No "veía" nada.
Frunció el ceño extendiendo sus pies a lo largo, ahora ambas manos en el suelo mientras su rostro estaba gacho… inclino su cabeza levantando un poco su postura… enterró los dedos en la tierra y solo hasta ese momento noto algo entre los árboles, ahí había alguien.
Toph escupió por el simple hecho de poder hacerlo, se puso de pie tan firme y terca cruzándose de brazos -¿Quién está ahí?- lanzo resoplando su flequillo con un tono áspero.
Silencio fue rotundo con el eco de algunas aves… pero su oído detectaba el raspar de tela ligero casi indetectable como indicador de un visitante oculto en la cima de una rama tan alta para ser leída correctamente por sus pies.
Amplio su postura con sus pies a la altura de sus hombros siendo consciente del camino de tierra dejada a su paso, sus manos extendidas con las palmas arriba en dedos extendidos apretados elevados al cielo… espero y solo por reflejo bailo al costado evitando lo que asumía era un arma que ahora descansaba donde antes estaba.
El crujido de ropa, sin ningún aliento que divulgara la impresión que causo su esquivada… pero Toph fue paciente y aquel intruso por fin hablo en un tono calmado lleno de dominio y mando -Que haces aquí, Hyuga-
-No soy un Hyuga- dijo alto en disgusto, apuntando donde la voz había venido con un dedo acusador.
-Estas en territorio Senju- entono fríamente desde otra posición a su costado, Toph trato de no mostrar el miedo que recorría su espina ante la rapidez de su movimiento.
Un movimiento ligero a su derecha fue el único aviso que tuvo la maestra tierra antes de sentir un filo en su garganta, el tiempo se detuvo y unos tensos segundos reinaron en incredibilidad… ahora que lo podía ver no era más grande que ella y tenía tanto acero encima que casi los podía oler.
-Declara tus intenciones, Hyuga- su tono hizo cosquillas en su oído, tan bajo y peligroso para alguien de su edad.
El tiempo se empezó a mover nuevamente, Toph terca como es solo pensaba que eran palabras vacías -no es una amenaza muy fuerte para un niño- espeto en tono burlón, soltando un resoplido que levanto su cabello e ignorando ese sudor que empezaba a correr por su cien.
-Silencio Hyuga- el tono era frio sin molestarse un poco moviendo ligeramente el arma amenazante.
Como alguien que sobrevivió a la guerra, estaba confundida por el tono tan pragmático… ni Zuko en sus malos días era tan malo… aun Azula tenia algún tinte emocional en sus amenazas (aunque estuviera loca)… pero este niño, solo era formalidad como si todo esto fuera una acción estándar.
Se negó a creer que existieran niños dispuestos a matar a otros.
Por lo que solo soltó un sonido burlón desde el fondo de su garganta -Otra vez con su cosa Hyuga- chasqueo los dientes.
-No puedes engañar, Hyuga… tus ojos te delatan- espeto con finalidad, como si fuera una contundente respuesta que explicara todo.
Fue una confirmación de las sospechas iniciales, eran sus ojos y aunque alegre que su discapacidad no la regalara todavía la ofendía significativamente que de alguna manera fuera insultante -SOY CIEGA POR TODOS LOS ESPIRITUS… CIEGA NO HYUGA… NO SHILORI LO QUE SEA… SOY UNA CIEGA- era la primera vez en mucho tiempo que tenía que dejar claro su punto.
El niño parecía no impresionado con su excusa, la tranquilidad en su corazón estaba poniendo al borde a Toph -piensas que creeré en eso- replico gravemente el cuchillo filoso seguro se acercó otro tanto haciéndola retroceder al toque.
No la iba a matar ¿verdad?
Estaba empezando a ponerse nerviosa por la situación el ambiente silencioso no ayudaba -Ciega… soy Ciega… dah- paso su mano delante de sus ojos en otro intento de dejar claro su punto de confusión.
-Esquivaste mi kunai- replico el niño apretando el agarre en el arma -Tonta excusa, Hyuga- espeto en el mismo tono plano.
Chasqueo los dientes -he tenido suficiente por hoy… tengo hambre, frio, estoy herida y ¡fui echada de un pueblo por todo lo bueno! Y si no tuviera suficiente con mi día, tuve que toparme con un niño homicida de mi edad ¡de mi edad! Qué clase de mundo hace eso ¡mis padres nunca me dejarían salir si hubiera esa opción! AY… Puedes matarme con esa cosa, maldita sea- espeto la muy irritada queriéndose apartar sin mucho éxito.
Para el joven shinobi no se perturbo por la ligera agenda dicha en voz demasiado alta, entrenado como estaba era consciente que no había nada alrededor y aunque si hubiera un pueblo civil que pudiera respaldarla todavía no actuaba como alguien inocente… esquivo su kunai y ningún civil menos ciego lograría hacerlo -Tu tiempo se terminó- declaro en definitiva, como ejecutor Senju cualquier invasor sin declarar un valido motivo debía ser asesinado bajo la sospecha de espía… más cuando tienen rasgos de algún otro clan rival.
Toph supo que moriría si no hacía nada y aunque estaba perturbada de la frialdad de alguien de su edad, hizo un movimiento de sus dedos contundente para doblar el arma en manos del chico cuya sorpresa solo fue revelada por los latidos del corazón… haciendo la tierra ondularse debajo de sí misma obligando al otro a saltar hacia atrás y antes de tener una represalia tomo una postura firme con rodillas ligeramente dobladas alzando su puños cerrados en una orden de encerrar al atacante en tierra firme.
Se tocó el cuello adolorido ahora la realidad viniendo a ella de manera brusca -en verdad… pensabas matarme- dijo en un hilo incrédulo, levantando el rostro con lo que sabía era incredulidad tejida con horror.
¡En qué clase de mundo había caído!
El niño no le contesto, forcejeando en la tierra que era su restricción.
Toph recogió sus pertenencias echando una mirada al tenso niño que parecía esperar cualquier acción de su parte -no te voy a matar- dijo ofendida al entender a qué iba la repentina quietud -yo no hago eso- torció la nariz.
Nunca lo hizo cuando estaba en medio de una guerra y no lo hará si estaba en sus posibilidades, Katara ni Aang se lo perdonarían (a Sokka siempre lo creyó como alguien de amplia tolerancia en ese aspecto).
El alivio solo fue notable en el latir del corazón de su prisionero -Entonces no eres un shinobi… menos un Hyuga- razono en una voz tan apasionada como una piedra.
Al parecer su respuesta de no matar resolvió el problema.
Toph le mando el mejor gesto "de veras" que pudo reunir, se masajeo el puente de la nariz -estoy cansada- dijo al aire al dar la espalda para comenzar a andar a través de los árboles y cuando estuvo segura de estar fuera de vista… corrió tan rápido como sus pies le permitieron y al llegar al borde de su sentidos pudo decir que el niño ya no estaba en su prisión de tierra.
Esperaba por todo lo bueno no volverse a encontrar con nada tan espeluznante como un niño capaz de matar.
Pedía demasiado.
XXXXX
Tobirama Senju aun en su corta edad mostraba una despiadada determinación además de un implacable sentido en obedecer las reglas… así que cuando su padre le otorgo una sección de su territorio para custodiar se lo había tomado en serio, aunque aún debía mantenerse en vigilia por si algún enemigo de los clanes rivales decidieran tomarlo por sorpresa.
Ya habían perdido a Kawarama.
Así que cuando se encontró con un invasor no dudo en usar la fuerza letal al verle los ojos borrosos dignos de un Hyuga, lo esquivo y como tal muestra de habilidad… le mostro algo de piedad para que expusiera sus intenciones y con esto validar la idea de matar.
No es que quisiera ir en contra de las enseñanzas shinobi, pero una parte de sí mismo no veía ético atacar a una niña aparentemente herida.
Podía ser una trampa, razono su lado lógico pero hoy… al parecer gano esa voz muy parecida al molesto de Hashirama.
Se mostró implacable en su intento de interrogatorio, ser ciego no era válido considerando su rápida reacción aunque parecía que sus ojos no lo miraban directamente… quería replicar la mentalidad de la niña de salir sola, las Kunoichi todavía no era una práctica popular entre los clanes y por informantes los Hyuga eran muy cerrados en dejar a sus mujeres totalmente indefensas.
¿Será que las usan de cebo en un cambio de estrategia? Pensaba mejor de los Hyuga, quien a comparación de los Uchiha eran un poco… ligeramente… más civilizados (aún se mataban si alguien invadía sus territorios mutuamente).
Entonces su kunai se dobló sorprendiéndolo, la tierra se ondulo y fue encerrado en un montículo apretado sin ningún tipo de sello que le avisara del ataque.
¡Era una trampa! Razono con alarma al tratar de forcejear su salida manteniendo su calma, tratar de alcanzar su sello explosivo… pero la niña lo miro, era cuestión de tiempo antes de que quizás más aliados vinieran a ponerle fin a otro Senju… pero entonces ese rostro le mostro horror e incredibilidad de que en verdad tenía la intención de matarla ¿Qué esperaba en un mundo en guerra?
Se resignó mirando a su verdugo con dignidad, moriría de la manera más patética posible pero sin pedir clemencia… Hashirama lloraría tanto como lo hizo por Kawarama pero no rogaría por su vida.
Pero esa niña finalizo con palabras que ningún shinobi diría en estos tiempos.
No lo mataría.
Y eso resolvió muchos conflictos… no era Shinobi a pesar de su claro entrenamiento (aunque aspero)… ahora obvio en su mente tal solución al verla marcharse, salió de su encierro después de eso y podía sentirla al borde de sus sentidos de sensor… subió a uno de los árboles en conflicto pero prefirió no seguirla, solo mirar en dirección donde desapareció.
Esto era anormal y si en verdad esa niña no era un Hyuga ¿será alguien sin clan? Esa habilidad de mover la tierra ¿es de ella? Si fue así, entonces fue testigo de un nuevo límite de sangre.
Estaba dándole mucha importancia… suspiro al abandonar el árbol para finalizar su patrulla con un único pensamiento… y es que esa niña con su mentalidad no sobrevivirá en este mundo sin piedad.
Por alguna razón sintió pena.
Pero no hizo nada… no le correspondía… ya tenían suficientes problemas como para tratar con alguien que moriría al finalizar el día por su tonta creencia de no matar a un Hashirama podrá ser un soñador pero tiene mejor sentido de preservación.
Tobirama solo mostro la ligera bondad en no reportarla a su padre cuando regreso al complejo Senju.
Además sería una vergüenza aceptar que fue inmovilizado por una niña presumiblemente ciega.
Si alguien le preguntaba los siguientes días de patrullaje que buscaba, el no respondía porque en definitiva no estaba buscando a la invasora.
XXXXX
Fin del capítulo.
Un proyecto que no merece morir como otros tantos que tengo.
Si ya se, tengo muchos proyectos y yo sola me complico la existencia cuando subo otro… pero que puedo decir, hay espinas muy difíciles de sacar hasta que las escribes.
Quizás sea corto… o largo… pero eso se resolverá conforme avance.
Después de todo… ¿Qué ventajas tendrá un maestro tierra entre ninjas?
Toph y su primer encuentro con algo mas crudo que la guerra de los 100 años.
Y sobre como llego nuestra maestra tierra... di insinuaciones en el capitulo... pero sera claro mas adelante (si no es que dejo pistas en el camino o se me olvida).
Sobretodo porque ya no los menciona con sus apodos.
Y la terquedad como mejor anestésico para Toph... porque eso de enfrentar ese dia tan dificil herida, no es de dios.
Neah20 fuera.
