La oscuridad es mi aliada; en ella vivo y de ella soy cautivo. Mi alma está maldita; huyo de la luz como ser nocturno, como aquel que no puede mostrar su rostro. Esta es mi condena eterna... y no hay forma de que pueda librarme de ella...

Capítulo I: Las ruinas en la montaña

Era un lugar muy bello, la frondosa vegetación cubría los alrededores y en el aire se podía sentir el aroma de un cóctel de flores. La joven estaba maravillada por la vista que logró conseguir al pararse al borde de un risco, a lo lejos una voz masculina la llamaba insistentemente; era su padre, un hombre de carácter y aspecto tranquilo pero muy apasionado por su trabajo, la arqueología había ocupado la mayor parte de su vida.

Su hija; una bella joven de dieciocho años cabello rubio y ojos esmeralda lo acompañaba a todos sus viajes desde que su madre había muerto cuando ella tenía doce, no quería separarse de él ya que muy en el fondo temía perderlo al igual que a su adorada madre.

-¡Sakura ven aquí!... ¡no te alejes demasiado hija!

-¡Ya voy papa!

Enseguida la joven emprendió camino para volver al campamento en el cual se encontraba su padre, realizando una investigación junto a sus colegas sobre unas ruinas que habían encontrado extrañamente escondidas dentro de una cueva ubicada en la cima de una montaña.

-¿Me llamabas padre?

-Sakura hija… ¿cuantas veces te he dicho que no te alejes demasiado cuando estamos en terrenos desconocidos?-escribiendo anotaciones en un gran mapa-

-Lo se papa…lo siento…es que quise ver el paisaje…

-Ay hija, no tienes remedio…eres igual a tu madre…

-Me gusta mucho que me digas eso…-tomando entre sus manos un colgante que tenía en el cuello-

-Lo se…

-Y…-sentándose en un tronco ubicado frente al mapa-¿ya descubrieron que es eso que está en la montaña?

-Lo estamos estudiando…debemos hacerlo con cautela y detenimiento para no pasar nada por alto y cometer algún error…las cosas antiguas a veces pueden ser problemáticas…

-Si-asintiendo también con la cabeza-

-Creo que será mejor que te vallas a dormir…mañana madrugaremos.

-Pero papa…-levantándose del tronco con cara de reproche-…ni siquiera ha oscurecido del todo y ya no soy una niña.

-Contigo no se puede…-suspiró y luego mostró una cálida sonrisa-…muy bien puedes quedarte un tiempo más…pero no demasiado…-abriendo un libro grueso que había sacado de su maletín-

-Esta bien. ¿Quieres que te ayude en algo?

-Se que tu madre te enseñó sobre simbología antigua… ¿podrías traducir estas anotaciones que hice mientras me reúno con mis colegas?

-Claro, ¿que es?

-Estaba escrito en la cueva a la que entramos…pero aún no hemos llegado hasta el fondo…era un lugar muy oscuro y se debe buscar el horario con más luz.

-Ya veo… ¡yo lo traduzco con mucho gusto!-mostrando una amplia sonrisa-

-Gracias.

Luego de decir esto, el hombre acarició con cariño la cabeza de la joven y se retiró para reunirse con un grupo de hombres de aspecto muy serio que estaban sentados alrededor de una fogata, al parecer discutían un tema muy interesante.

Sakura se acomodó nuevamente en el tronco y colocando el papel sobre el mapa acercó la lámpara para poder ver con claridad lo que allí estaba escrito. Estudió con detenimiento cada símbolo, consultando un pequeño libro que sacó del maletín de su padre y concentrándose mucho; poco a poco fue traduciendo las escrituras hasta que al final obtuvo la frase terminada. Luego de finalizar levantó el papel frente a sus ojos para leer con claridad lo que había escrito.

-Aquí dice…"El que aquí yace no es humano; en esto que es lo convierte su maldición y aquel que se le acerque quedará maldito de igual forma, por toda la eternidad"…

Luego de terminar de leer dejó el papel sobre la mesa y lo observó en silencio, esa escritura era extraña, además que la simbología en la cual se encontraba originalmente parecía una mezcla de idiomas similares de lugares diferentes.

-Esto es…muy extraño… ¿me pregunto que habrá allá adentro?-mirando pensativa hacia la montaña que asomaba sobre los árboles y cuya cima parecía tocar las nubes-

-Ni lo pienses…

La voz de su padre interrumpió sus pensamientos, el hombre parecía saber hasta lo que ella pensaba.

-¿Eh? ¿Qué cosa?

-Subir allí…se que lo estas pensando.

-N-no… ¡como se te ocurre!

-Sakura…te conozco.

-Si…-sonriendo-…pareciera que lees mis pensamientos.

-Se que te intriga…pero no quiero que te suceda nada, eres lo más importante para mi…cuando estemos seguros de que no hay peligro…podrás ir.

-Lo se…se que me cuidas mucho y te lo agradezco…-levantándose del tronco-…toma aquí tienes la traducción.

Luego de abrazar cálidamente a su padre Sakura se retiró para dormir; puesto que ya la noche había llegado y solo la luna iluminaba con un resplandor azulado el borde de las copas de los árboles. El hombre se quedó frente al mapa grande reflexionando las palabras que había escrito su hija.

Unas horas más tarde la joven se encontraba durmiendo sobre un manto blanco con delicados decorados de muchos colores, su rostro reflejaba un sueño desconcertante; se encontraba de pie en un lugar oscuro, alguien la llamaba, una voz que parecía la de un joven y sonaba muy triste, pero a pesar de que ella miraba para todos lados la oscuridad le impedía ver desde donde provenía la voz. De pronto cuando sintió la voz acercarse repentinamente y a alguien respirar en su cuello, se despertó de golpe y sobresaltada.

-¡Cielos!...que sueño tan extraño…-habló para si misma refregándose el ojo derecho con la mano del mismo lado. Entonces se dio cuenta que el cristal que estaba en el centro del colgante de su cuello estaba brillando intensamente, lo tomó en sus manos para observarlo con detenimiento mientras su rostro reflejaba su sorpresa.

-¿Que está sucediendo?...jamás había brillado…

La luz que emanaba el cristal llego a los ojos verdes de la joven y esto pareció hipnotizarla, haciéndole perder conciencia de si misma. Se puso de pie y se dirigió hacia la salida, en el exterior todos dormían y el fuego había sido apagado, sin embargo comenzó a caminar aparentemente sabiendo hacia donde iba; emprendiendo camino hacia la montaña. Tiempo después recuperó la conciencia y al hacerlo se dio cuenta que ya no estaba en el campamento.

-D-donde… ¿donde estoy?

Observó sus alrededores, se encontraba en una habitación completamente dorada, las mismas inscripciones que había anotado su padre estaban en las paredes. El cristal ubicado en el collar de su cuello aún seguía brillando, entonces descubrió que se encontraba sentada frente a una inscripción hecha en el suelo con símbolos grandes y resaltantes. Recorrió suavemente con la yema de sus dedos el borde de las inscripciones.

-Aquí dice…"solo el portador del cristal de la vida podrá liberar al inmortal que aquí yace…pero esta acción concretada se convertirá en su condena eterna"…

Cuando terminó de decir esto, la luz emanante del cristal se hizo más fuerte y todo el lugar comenzó a temblar.

-¡¿Que sucede?!-poniéndose de pie-

Frente a ella, el lugar en donde estaba la inscripción comenzó a abrirse como una especie de puerta secreta, la joven retrocedió unos pasos y se tapó los ojos porque el resplandor del cristal la cegaba; pero aún así pudo escuchar el ruido de algo que ascendía desde adentro del agujero. Una vez que dejó de escuchar el ruido el lugar dejó de temblar y la luz del cristal se extinguió, entonces pudo ver frente a ella una especie de pedestal, y acostado sobre este un joven rubio con vestimentas extrañas; al menos para ella, dicha vestimenta era negra y tenía decorados en dorado. Al ver esto se asombró y comenzó a acercarse lentamente algo temerosa de su descubrimiento.

-Es…un joven…

Se acercó y lo observó bien, tenía un parche negro en su ojo izquierdo, su rostro era pálido y tenía una pequeña colita sujetando sus cabellos rubios; su ropaje negro cubierto con símbolos que parecían formar figuras era algo que Sakura nunca había visto.

-¿Quien eres…?-comenzó a acariciar los cabellos del joven con dulzura-… ¿eres ese al que nombran las escrituras?

Algo en ese joven le inspiraba calidez, extrañamente no sentía miedo alguno hacia el; era algo que ella misma no sabía explicarse; ya que naturalmente cualquiera en su lugar se hubiera asustado al hacer tamaño descubrimiento.

-…tu eres…

De golpe, el joven despertó tomando con fuerza la mano de Sakura quién pegó un grito debido al movimiento repentino y al sobresalto que esto le produjo. Entonces se miraron a los ojos por unos segundos.

-Tus ojos…

Sin decir palabra alguna, se sentó en el pedestal y luego se bajó de él quedando frente a Sakura y aún sujetándole la mano.

-Tu eres…humana… ¿cierto?-dijo secamente sin mover un músculo de la cara-

-¿Que?... ¿que quieres decir?

-¡Tu eres humana!

Luego de decir esto atrajo a Sakura hacia si bruscamente, y con la mano que tenía libre la sujetó de sus cabellos rubios. En ese momento ella vio que las pupilas del joven se transformaban al igual que sus ojos adquiriendo un extraño color amarillo y en su boca crecieron dos colmillos.

-Eres un…un…

Cuando estaba a punto de morderla vio que del cuello de Sakura colgaba el medallón con el cristal en su centro, era ese; lo reconocería en cualquier lado… en ese momento sintió un fuerte dolor de cabeza que lo llevó a sujetársela dejando libre a la joven quién aprovechó la oportunidad para huir. Ella corrió lo más rápido que pudo, llegó un momento en el que el túnel se puso tan oscuro que le era imposible ver por donde iba, pero aún así siguió corriendo en la completa oscuridad y escuchando solo su respiración. A lo lejos comenzó a ver una luz muy tenue que parecía acercarse, dedujo que era la salida iluminada por la luz de la luna y se apresuró a llegar. Cuando efectivamente logró salir, miró hacia tras para ver que nadie la siguiera mientras aún seguía corriendo, pero de pronto chocó con algo y al girar la cabeza notó que se trataba del mismo joven. Entonces retrocedió bruscamente y se quedó observándolo, él la miraba con una mirada fría pero a la vez en sus ojos ella podía notar una tristeza muy profunda.

-¿Por que me persigues?…

El joven se acercó a ella quedando a solo pocos centímetros, como era más alto tuvo que bajar su mirada; observando el medallón colgado del cuello de Sakura, en ese momento una suave brisa sopló moviendo los cabellos de ambos, entonces volvieron a mirarse a los ojos.

-Tu… ¿quien eres?...


Notas de la autora: Holis holis, pues aquí llego con otro de mis fics tanto tiempo guardados en mi pc x3

En este caso he usado para esta historia una pareja que la verdad me agrada mucho, aunque creo que muy pocos fans de tsubasa la han pensado, ¡pues yo si! xD y de echo esta no es la única historia que tengo con ellos~ así que no me tiren demasiadas frutas (?) onegai~~

Ojala y mi pequeña historia sea de su agrado, cuenta con varios capitulos que subire si este resulta de interes x3 o solo porque si(?)

Y bueno nada más. Saludines~