El pelinegro se encontraba recostado cansadamente en su cama, puesto que ya ni siquiera tenía energía para caminar y acomodarse en su amada y relajante bañera. Es que Haruka simplemente ya había perdido todas las energías, las ganas de vivir y lo que podría considerarse de el una sonrisa.

Es que el se la robo. El.

Porque Haruka sabía perfectamente que probablemente ya no recupere todo lo que perdió, y sinceramente ya no le importaba. ¿Que iba a desear? Una vida políticamente correcta resultaba ser suficiente para satisfacerlo. Estudiar; Graduarse; Casarse; Hijos. Eso era todo. Todo lo que iba a obtener si seguía así. Sin reaccionar. Pero a Haruka no le interesaba reaccionar. ¿Por que debía hacerlo? ¿Que iba a obtener haciendolo? El lo había perdido todo. Todo.


Makoto y Nagisa llamaron. Están preocupados. Sin embargo Haruka solo apaga su celular, seca las lagrimas que ha dejado caer de su rostro y espera pacientemente a que el sueño lo calme un momento. Algo esta creciendo en su interior. A Haruka le asusta pensar en que sea algo grave, pero simplemente se resigna a pensar en que es el hambre que nace en su estomago tras no haber comido en días. A Haruka eso no le preocupa. El simplemente no tiene ganas de comer.

No tiene ganas de vivir.


Esa extraña cosa que creció en su interior esta avanzando. Le provoca gritar con desesperación en las noches de las pesadillas que se han originado. Le provoca sentirse angustiado cuando todo puede estar tranquilo. Le provoca ese fuerte ardor en el corazón, como si se estuviera deshaciendo. Como si ya no fuera un ser humano con sentimientos y energía. Aunque Haruka sabe que hace mucho ya dejo de ser un ser humano, o por lo menos dejo de actuar como uno.

Abandono esas costumbres extrañas como sonreír, hablar, caminar y sentir. Sobretodo esta última.

¿Pero, como alguien va a sentir si ya perdió su corazón?


Nagisa y Makoto entraron a la fuerza a su casa. Estaban demasiado preocupados. Haruka intento echarlos. Intento decirles que estaba bien, pero sin embargo el no era un buen mentiroso. Intento aclarar que la soledad lo curaría, cuando lo único que realmente deseaba era caer ante los fuertes brazos de Rin y llorar todo lo que quiera.

—Tu actitud no es normal.—le recrimino Makoto, asustado por el estado de su amigo. Haruka asintió desastradamente.

—Tu no eres capaz de determinar lo que es normal y lo que no.—le contesto este otro con fastidio y poca expresividad, como siempre. Makoto lo miro con tristeza.—Estoy bien.

—Haru-chan...—le llamo Nagisa tiernamente mientras embozaba una pequeña sonrisa.—Por favor, sal con nosotros. Necesitas salir de casa y respirar.

—Les digo que estoy bien.—insistió por última vez el pelinegro, hartado. Nagisa y Makoto se mandaron miradas cómplices.

—Nagisa, sal. Voy enseguida.—le dijo Makoto. El rubio asintió y luego de mirar indirectamente a Haruka salió de la casa con la cabeza agachada.

Haruka miro con aburrimiento a Makoto y luego se recostó sobre su cama, puesto que antes estaba sentado. Makoto observo como se marcaban sus costillas desde la polera. Haruka siempre había sido delgado, pero se veía demacrado y desnutrido.

—Haru.—dijo Makoto seriamente. Haruka solo hizo una señal de que estaba escuchando.—Levántate la polera.

—No.—se negó este con tranquilidad. Sin embargo Makoto se la intento levantar, así el pelinegro reaccionando mal y dándole un fuerte golpe en el estomago del castaño. Makoto observo impresionado a Haruka. Su polera mostraba su poco saludable cuerpo.

Sus costillas destacaban notablemente de su abdomen mientras que todos los huesos que podía tener se reconocían a simple vista por estar tan marcados. Makoto observo con lagrimas a Haruka.

—Estas muriendo—le dijo el castaño mientras contenía sus lagrimas. Haruka bajo su polera al instante, se levanto y se arrodillo frente a Makoto.

—¿¡Como quieres que no muera?!—le grito el pelinegro, histérico.—¡¿Como quieres que sonría?!

—¡Haru, compréndelo, el se fue!—le grito Makoto, también histérico. Rin incluso sin estar aquí lograba dañar a Haru, y eso enfurecía a Makoto.—¡El se fue! ¡Ni siquiera le importaste lo suficiente para ser amable contigo!

—¡Tu no sabes nada!—le grito Haru mientras las lagrimas empezaban a correr de su rostro.—¡Tu no sabes lo que es prometer algo y luego irte!¡El lo destrozo; destrozo la promesa!¡ Y sin embargo sigo aquí, esperándolo!

—Eres un tonto.—le dijo Makoto cruelmente.—¡Te estas destruyendo por alguien que ni siquiera vale la pena!

—¿¡Si no vale la pena entonces por que el me beso!?—confeso el pelinegro en un acto de impulso. Ahora las lagrimas empezaron a caer descontroladamente de los ojos de Haruka, mientras empezaban a enrojecer.

Makoto simplemente se calló, puesto que estaba impactado.

—¿El...te beso?—cuestiono el con un hilo de voz. Haruka solo asintió mientras secaba sus lagrimas. Makoto se sintió pésimo. La impotencia, la ira, el odio. Todo en un mismo momento. El se condeno a pensar instantáneamente que los propósitos de Rin no eran más que malas acciones y aprovechamientos contra Haru.

—Y...se fue...—murmuro el pelinegro en un hilo de voz.—Vete, Makoto. Vete.

—¿Por que?—le cuestiono este con ira.—¿¡Por que!? ¡¿El es el único con el cual puedes estar?!

—No lo se, pero...si Rin no esta yo...—Haru estaba débil, y que Makoto gritará no ayudaba mucho.—Yo no se como vivir.

Makoto se levanto, fue a la cocina y le sirvió un plato con galletas y un vaso de leche.

La dejo en la mesa más cercana a Haru y le sonrió, conteniendo su odio. Odiaba que otra persona le hiciera daño a un ser que tanto amaba como Haru.

—Se que conmigo aquí nada cambiara...pero, por favor, come algo, es peligroso tu estado.—le dijo el castaño bastante apenado.—Y por favor, Haru;por favor sonríe, recuperate. Créeme, la herida alguna vez dejara de doler.

Con eso Makoto salió de la casa, no sin antes dar un dulce beso en la frente de Haruka.


Haruka duró dos años de soledad, los cuales transcurrían en la escuela, estudio y su bañera. Con Makoto y Nagisa había vuelto a hablar, pero sinceramente ya no le colocaba mucha atención a sus amigos. Había vuelto a comer, y ahora mantenía un atlético y delgado cuerpo.

Esa extraña sensación había desaparecido gracias al vacío que nació en Haruka, eliminando lo que había sido denominado como "dolor".

Pero otra sensación nació ese día.

Tocaban la puerta y Haruka solo esperaba que se fueran, puesto que no soportaba la compañía. Además de seguro eran Makoto y Nagisa. Cada 2 semanas venían y "se divertían". Sin embargo Haru había tapado el lugar por el cual Makoto y Nagisa entraban, lo cual explicaba por lo cual ellos tocaban la puerta.

Bajo cansado luego de oír como tocaban la puerta. Era un día lluvioso y estaban a altas horas de la noche, por lo cual debía ser importante el motivo.

Haruka contuvo la respiración y abrió la puerta con una relajada y poco expresiva mirada. Sin embargo lo que vio lo dejo impresionado.

No era ni Makoto ni Nagisa. Era Rin.