En realidad, teniendo todo en consideración , podría decirse que era bonita.Y , por supuesto, no tanto como lo era 2D, ni mucho menos de lo que era Paula misma, pero en definitiva, debía serlo. Era su cyborg.

Su traje nazi era bastante incómodo y no dejaba admirar su cuerpo totalmente. Habría que sacarlo... ¡Más fue difícil hacerlo! Cuando Murdoc al fin lo consiguió, se la puso sobre los hombros, mientras pensaba en cómo la vestiría luego.

¡Vaya! La pequeña robot, sí que tenía una buena piel era blanca e inmaculada.

La abrazó para meter el vestido por su cabeza, levantándole los brazos, pero la presencia de sus compañeros lo obligó a detenerse. Luego habría tiempo.

Al fin y al cabo, ella era su muñeca.

Su cuerpo irradiaba mucho calor... Era algo muy humano, ironicamente. Justo como el de Murdoc.

El vestido en sí era muy bello , pero hacía mucho más bella a la Cyborg. Murdoc unió los botones con los ojales negros, haciendo que sus dedos recorrieran un poco de piel. La chica temblaba inconscientemente ante el contacto. Murdoc sonreía por esto¡Era un hermoso juguete!

Los ojos de la muñeca estaban en blanco y eran distantes, pero el color negro era tan claro y puro, que Murdoc casi se pierde en que obligarse a sí mismo a dejar de mirarlos, comenzando a peinar sus cabellos, los que eran mucho más negros y tan suaves, que pasaban entre los dientes del cepillo con soberbia facilidad.

Tenerlos entre las manos, provocó que Murdoc quisiera empezar a tono cambiaba cada vez que tenía que escoger un mechón nuevo para peinar hasta suavizar como más le gustaba, dejándolo más y más brillante.

Terminó de peinarla en silencio y decidió sujetarle su melena con un par de broches. Tuvo mucho cuidado. No quería dejar una sóla de las bellas hebras afuera. Se equivocó varias veces. A cada error, lanzó una palabrota más fuerte que la anterior.

Pronto se calmaba y comenzaba otra vez, con una envidiable tranquilidad que nunca antes había experimentado. Hacia el final de su tarea, comenzó a preguntarse si 2D despertaría pronto. Debería. Tal vez, el golpe había sido demasiado fuerte y...

Murdoc suspiró, se puso de pie y estudió su obra de arte.

La robot era muy hermosa y esto se acentuaba con el vestido negro. Pero lo más atrapante en ella eran sus ojos, enmarcados por unas pestañas oscuras, muy espesas.

Murdoc cayó en cuenta de que no sólo admiraba el cuerpo de esa muñeca, sino que también, anhelaba acariciarlo y más que eso, tocarlo de muchas formas aún más profundas.

Obligó a sus manos a contenerse de hacerlo , llegando sólo a rozarla levemente, algo disgustado. Todavía no era el momento, se dijo.

Y entonces¿Qué harían ¿Qué juegos divertidos jugarían entre los dos?

Murdoc tenía más de una ocurrencia dando vueltas por su cabeza y podía tener muchas más para que luego pusieran en práctica...

Aunque también debería encargarse del boogieman, y de 2D, que bien podría convertirse en una linda muñeca si...No. Sería un muñeco. Y a Murdoc le fascinan los muñecos.

¡Qué divertido sería ver eso! Habría que esperar, por supuesto, a que se despertara. Lo haría de un momento a otro.

Murdoc se sentó en el borde del sillón y jugó un poco con la cabeza de la Cyborg.

Llevándola hacia adelante y para atrás.

En verdad, se parecía más a una muñeca que a una niña humana.

-Una muñeca como ella, eso es algo muy exótico. -Se dijo a si mismo

2D despertaría de un momento a otro. Eso era seguro para alguien como Murdoc. ¡Oh, maldición¡Sería tan divertido, entonces...!