Disclaimer: No, ningún personaje de Death Note me pertenece. ¿Creo que ya lo sabes, no?
Para evitar confusiones, dejo en claro que es un AU... imagínense a este par en sus salones.
Se vale soñar, gooe.
Astillados
Son las ocho de la noche. Las clases han terminado.
El pelirrojo fuma un cigarrillo mientras espera recargado en el muro del estacionamiento. Ya es muy tarde para permanecer en el instituto, pero como de costumbre, ve a cierto rubio salir del departamento de disciplina. El cabello le ondea violentamente, el cuero de su chaqueta choca con el sonido de algún objeto metálico que guarda en sus bolsillos. Matt lo mira con ojos de curiosidad mientras le da otra calada al cigarro.
Cuando Mello voltea a mirarlo, sólo chasquea la lengua en señal de rechazo. El pelirrojo poco a poco observa cómo el rubio se dirige a la salida, con el sonar orgulloso de sus botas. Se dirige a cierta avenida, conocida entre los estudiantes cómo la número uno en asaltos y peleas.
- ¡Hey! – Grita Matt mientras toma su portafolio y tira la colilla al suelo.
Mello se gira y le dedica una mirada furiosa por hacerle perder unos pocos, pero significativos minutos de su existencia.
- La avenida de noche es peligrosa... - trata de convencer al rubio mientras recobra el aliento que gasto para alcanzarlo.
- ¿Y tú quién eres? ¿Mi madre? – protesto Mello.
- La calle de la derecha es más tranquila. Además, es un atajo para llegar a la parada del autobús.
Matt camina lentamente, ahora su conciencia esta limpia. Trato de "ayudar" a Mello, pero como siempre, el responde de manera agresiva. No hay nada más que pueda hacer para ayudarlo.
Cómo si quisiera.
Mientras camina y busca su encendedor bajo una tímida luz de un faro cercano, reconoce cierta figura enfundada en ropas negras.
- ¿Tienes otro cigarrillo? – Pregunta Mello mientras esconde sus manos en los bolsillos de la chaqueta.
- No. – Responde Matt.
- Bah. Eres muy aburrido.
Matt no responde. No es necesario, después de escuchar eso durante tanto tiempo, la palabra pierde su efecto. Sin rezongar, expulsa el humo del tabaco. El silencio se interrumpe por un escandaloso tono de llamada. Mello busca rápidamente en sus bolsas del pantalón y desliza la pantalla, no sin antes mirar el número.
- ¡¿Qué quieres? ¡Ya te dije que no me llames!...No regresaré. No me vuelvas a llamar. – cuelga ruidosamente Mello.
No es necesario ser un genio para deducir el porqué de la conducta del rubio. Problemas en casa y más. Matt otea cuidadosamente a Mello, y por alguna razón, se siente extrañamente conmovido. Apaga el cigarro y se re acomoda el portafolio.
- ¿Todavía tienes ganas de un cigarro? – pregunta Matt mientras finje naturalidad en su tono de voz.
- ¿Qué? – esta vez, Mello parece sorprendido.
- Conozco un buen sitio por aquí. Yo te puedo disparar un cigarro, pero tu pagaras los tragos.
- Jaja, idiota.
( . . . . )
El final del drabble dependerá de tu imaginación, estimado lector.
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