Lágrimas de remordimiento.

Era una noche fría y oscura, en la que él estaba sentado en la ventana de su cuarto. No podía dejar de recordarla, nadie sabía que tremendo dolor le hacía sufrir de una manera descontrolada, tanto que se estaba muriendo por dentro. "Me hubiese gustado poder corresponderla, decírselo, mirar sus ojos aperlados, observar su angelical sonrisa y no cansarme nunca, cuidarla, protegerla...Pero eso ya es algo imposible." Dijo con una mirada triste en dirección al cielo estrellado. "Ojala no te hubieses interpuesto, ojala no me hubieses protegido, ¡Ojala hubiese muerto yo en lugar de ti! Te prometo que algún día estaré contigo mi Hime-chan, y te aseguro que te diré lo que siento, pero de momento viviré el presente recordándote hasta que llegué mi hora. Seré conciso en mis decisiones, y si acaso me llego a enamorar de alguien tanto como tú, será con el recuerdo de tenerte junto a mí. No te olvidaré, serás como mi ángel de la guarda, en la vida, en mis sueños, y en mi corazón…" Dijo mientras le caían unas lágrimas por las mejillas. Se levantó, cerró la ventana y se dispuso a irse a dormir. "Mañana será un nuevo día sin ti Hinata-chan pero, cumpliré mi promesa. ¡Vaya que sí!"