Lo prometido es deuda, así que acá está el primer capítulo del Indiana Jones AU de Han y Leia. Ya es 26 de diciembre en Argentina, así que es un regalo de Navidad atrasado.

Ah, y el título es "Indiana Solo" porque no se me ocurrió que seudónimo ponerle a Han. O sea, lo pensé por semanas, pero no se me cayó ni una sola idea (una amiga me tiró de ponerle "Falcon Solo" y no, no suena nada bien). Más allá de ese detalle, espero que lo disfruten y que hayan tenido una hermosa Navidad!

No se porqué hay que aclarar lo obvio: nada de esto es mío. Si algún día cumplo mi sueño de casarme con Harrison Ford, técnicamente Indiana Jones y Han Solo si lo serían.

I

Quizá había tenido demasiada expectativas al empezar la universidad y era por eso que se encontraba tal vez tan decepcionada: cuando Leia Organa comenzó la carrera en Ciencias Políticas, aquello que la había apasionado desde su más tierna niñez, pensó que sería orientada por profesores igual de entusiastas en el tema y dedicados a ese deber cómo lo había sido su fallecida madre, pero no. Resultó ser que todos los profesores eran amargados sin vocación que, al igual que muchos alumnos, no tenían ganas de estar en el aula; clases que se supone deberían ser interesantes y con debates se tornaban en aburridos monólogos sobre el contenido básico y necesario para aprobar que, desde su punto de vista, no aportaban nada: la mayoría seguro lo escribiría en el examen y se lo olvidaría para siempre. Claro que, cómo siempre, había una excepción y esa era la clase de Arqueología.

La arqueología nunca había llamado la atención de Leia realmente, pero dentro de las electivas del primer año era la única que sonaba interesante, y fue ahí donde conoció al doctor Han Solo, quien no se parecía a nadie que hubiera conocido antes. El profesor era un hombre apasionado, casi fanático de la Arqueología y de todas las cosas que podían contar la historia de la humanidad; explicaba y hablaba con vocación, queriendo transmitir a sus alumnos los mismos sentimientos, interés e importancia que él le daba al asunto (por ejemplo, no se cansaba de resaltar lo fundamental que eran los museos). Era por lejos el mejor profesor y todo el alumnado estaba encantado por él, sobre todo las mujeres: Leia no negaría que era extremadamente apuesto y que poseía un encanto natural, pero no le parecía nada correcto intentar algo con un profesor cómo sus compañeras, que se la pasaban dejándole notas en el escritorio; él las ignoraba de todos modos, demostrando ser muy profesional. Igualmente, Leia dudaba de que ella pudiera llamar la atención del flamante Han Solo.

Resultó ser que, tan apasionado cómo era el señor Solo por la Arqueología, sus correcciones eran igual de exigentes. Leia había pasado todas sus materias con notas brillantes y sobresalientes, pero su examen de Arqueología fue una decepción: un 7 manchaba su listado de 9 y 10. No podía creerlo, porque sabía cuanto le había dedicado a la asignatura, y no encontraba fallas significativas que ameritaran semejante baja de puntos, por lo cual se quedó en el aula la clase siguiente después de hora para hablar con el profesor.

El hombre seguía en su escritorio, muy atento guardando unos papeles en su portafolios e ignorando que una de sus alumnas permanecía en el aula; Leia tomó aire y, reprimiendo la vergüenza, se dirigió al frente del salón.

-¿Señor Solo?-dijo Leia, parada frente a la mesa. El profesor levantó la vista y esa fue la primera vez que se miraron a los ojos: los de él eran del color avellana suave, hermosos. También tenía una cicatriz en la barbilla bastante… atractiva (si es que así podía describirse a una cicatriz), que daba ganas de tocarla. La joven sacudió su cabeza para callar sus pensamientos-¿tiene un minuto?

-Sí, ¿por qué?- Han "Indiana" Solo, que había recorrido el mundo en sus aventuras bajo ese seudónimo tan extraño, y conocido a miles de mujeres hermosas, no recordaba nunca haberse quedado tan prendado a una mirada, menos a la de una alumna. La chica frente a él era bajita y delgada, sin nada físico que a primera vista llamara demasiado la atención, pero sus grandes ojos color chocolate poseían un destello único, casi inocente, al igual que el tímido y vergonzoso semblante impreso en sus delicadas facciones y en su suave sonrisa. Su encanto parecía un misterio si quería ser poético; eran sencilla y eso la hacía simplemente… bonita. Muy.

-Soy Leia Organa, y quería hablar con usted sobre mi examen-explicó ella, tendiendo el papel sobre el escritorio.

-¿Qué?-inquirió Han mirando la nota-¿crees que merecías más?

-Bueno, sí-susurró Leia-no es por cuestionar su criterio, pero no encuentro errores significativos: puse todo tal cual usted lo explicó.

-Ahí tienes la falla: escribiste todo de memoria y yo no quiero eso.

-Pero todos los demás profesores así lo exigen y yo supuse…

-Yo no soy los otros profesores-sonrió él, y la joven sintió que le temblaban las rodillas-yo quiero que aprendas, y estudiando de memoria no lo harás.

-¡Pero es injusto!-se quejó-lo que anoté es correcto.

-Por eso está aprobado, pero cómo no está en la forma correcta le bajé puntos y, cómo soy el profesor, puedo hacer eso-replicó el hombre tomando su maletín-bienvenida a la universidad, señorita Organa, donde tendrá que hacer las cosas cómo el profesor quiera sin importar sus quejas.

Y se retiró del aula, aguantando la risa al ver la cara pasmada de su alumna; Leia suspiró enojada, pensando que lo que su profesor tenía de encantador también lo tenía de idiota.

¿Comentarios, críticas, sugerencias?