Me gustan tus lentes —prosiguió Levi—. Y tus camisetas de Simon Snow. Me gusta que no vayas por ahí sonriendo a todo el mundo porque cuando me sonríes a mí… Cather —la besó en los labios —. Mírame.

Ella lo hizo

Te prefiero a ti por encima de cualquier otra—

Solo faltaban unos semanas para navidad, pasaría unos días en Omaha, y luego iria a casa a pasarla con su familia.

Habían salido a comprar lo necesario para la cena, pero Cath se distrajo en un librería, arrastrándolo, si fuera por él sería el último lugar que visitaría.

Veía a la castaña concentrada en la zona de novedades, revisando una y otra vez las portadas y contraportadas, claramente teniendo una batalla interna acerca de qué libro comprar, sonreía, siempre cuando leía sonreía, de esa hermosa y única sonrisa que sólo ella tenía, y que a veces él tenía el lujo de disfrutar, porque de vez en cuando se ella se la dedicaba.

Decidió echar un vistazo a los libreros, al notar que seguramente estaría ahí un rato más.

—¿Puedo ayudarte en algo? —preguntó una joven pelirroja

—Sólo veía, gracias —Contestó sonriente Levi—. La verdad, no soy un chico de libros.

—Honestamente yo tampoco soy una gran fan de ellos, soy más de películas.

—Concuerdo completamente contigo.

—Salgo en un rato, tal vez podamos salir y ver que hay de nuevo en el cine—comentó la chica, Levi sólo sonreía intentando buscar una manera educada de rechazarla—. Oh disculpa amiga, ¿puedo ayudarte en algo? —preguntó la joven viendo detrás de Levi.

Él respiraba tranquilo, creyendo que ya se había zafado de la joven, buscaría a Cath y se irían.

—No, gracias —escuchó la voz de Cath.

Volteo a verla, tal vez ya había decidido que llevar, pero se llevo una sorpresa al ver sus ojos apagados y sin esa sonrisa que tenía cada vez que estaba rodeada de libros.

—¿Nos vamos Levi? —preguntó seria y sin mirarlo

—¿No compraras nada?

—No

Al subir a la camioneta Cath no lo miraba, no le hablaba, lo evitaba.

Justo cuando estaban por bajar, él la detuvo.

—¿Estas bien?

—No tengo razones para estar mal

—Luces enojada

—No lo estoy

—Mírame a los ojos y dime que no lo estas.

Cath lo miró y a Levi se le encogió el corazón cuándo notó lo triste que lucía.

—No estoy enojada… es que, es sólo… sólo me que es difícil no pensar en que tal vez estarías mejor con alguien más, alguien más parecida a ti, más alegre, más sonriente, menos rara... menos yo.

Levi sonrió, porque Cath aún no se daba cuenta, no entendía cuanto la quería.

—Tal vez Simon se quedó con Agatha, la bonita y elegante Agatha, pero en realidad tu y yo sabemos que el amor de su vida es y será Baz, el oscuro, cruel y vampiro Baz

Cath lo miró, confundida por el cambio de tema, intentado entender a que venia la referencia de Simon Snow.

—Lo que quiero decir Cather, es que aún no aceptas cuanto me gustas, y que sólo tengo ojos para ti, para tu oscura, carismática y un poco perturbadora personalidad —Levi se acercó a su rostro y la miró a los ojos —. No te libraras de mi Clark Kent, soy tu Lois Lane.

—Pensé que eramos Simon y Baz —sonrió Cath.

—Seremos Levi y Cath— Contestó él besándola.

Y al alejarse, pudo ver esa sonrisa, esa sonrisa que lo enamoró.