La serie de Haikyuu, sus personajes y trama original no me pertenece si no a:

Furudate Haruichi.
Trabajo en este fic sin animos de lucro, únicamente cómo entretenimiento, y cómo un homenajeo al trabajo de este hábil mangaka.
Solamente son mias las ideas ajenas y los posibles contextos que puedan considerarse AU.
Sin más que decirles, disfruten de lo que será una historia hecha con dedicación para el Fandom.

Advertencias: Posibles spoilers, semi Au, yaoi...


Capitulo 1:

Dos caminos que comienzan a entrelazarse.


Durante la juventud suele buscarse con afán un propósito en la vida. Existen personas afortunadas que, junto a un don excepcional, la encuentran a temprana edad y únicamente tienen que encargarse de trazar y pulir el camino que les conducirá a ello. Sin embargo, cómo en cualquier otro trayecto, pueden llegar a presentarse confusiones, dificultades y desgaste poniendo a prueba la pasión que se tiene por alcanzar la meta. Todo eso, en medida en cuanto nos afecte el entorno y la interacción con los demás en conjunto con nuestras actitudes internas (Que inevitablemente sucede).

Hinata Shoyo era un adolescente de 15 años con energías inagotables, cándido y dueño de las más radiantes y entusiastas sonrisas. Kageyama Tobio por el contrario, era un joven de la misma edad, mucho más alto de estatura que el primero, cuya mirada llena de intensidad, podría hacer vacilar a cualquiera; además de poseer un carácter estricto y reacio que se reflejaba en sus delgados labios.

Ambos formaban parte de un club de voleibol perteneciente a su preparatoria, la escuela Karasuno. Y, tan opuestos parecían estos dos chicos a simple vista, que imaginarlos conviviendo podría resultar o muy cómico o muy desastroso. No obstante, aquellos que a diario estaban a su lado eran testigos de cómo, cuando ellos se conocieron, se formó una reacción química bastante curiosa a pesar de sus constantes rencillas y su rivalidad natural; y juntos Kageyama y Hinata creaban una atmósfera imposible de imitar, o tan siquiera contemplar que una conexión así pudiese existir incluso al no estar dentro de la cancha complementándose con las habilidades deportivas que los dos poseían.

Detrás de todo este hecho, se albergaban numerosas situaciones que iban desarrollándose mucho más allá de una convencional relación cordial o camaradería. Kageyama Tobio apenas captaba la profundidad de esa singularidad, más bien muy apenas en su superficie, cómo si viera únicamente la punta del iceberg de todas las sensaciones que Hinata le provocaba y todo lo que él mismo era estando a su lado. Tobio, desde hacía un tiempo había desarrollado una atracción hacia su compañero, mas nunca se detenía a pensar en las razones detrás de ello o ver más allá de las ocurrencias que le ocasionaban sus deseos. No pasó mucho tiempo para que fuera cada vez más débil ante las tentaciones que su febril mente adolescente le ponía en puerta, y ante eso él ya estaba harto y pendiendo de un hilo para estar frustrado; harto de desviar la mirada cuando se encontraba con la del más bajo, de estar contemplándole descaradamente la espalda desnuda cada vez que Hinata se cambiaba en los lockers delante suyo, harto de suprimir las ganas de probar esos labios que formaban una amplia sonrisa en cada momento del día…

Sin embargo, todo tiene un límite , y el suyo junto a la coherencia que trataba de mantener, se esfumó una noche, una en la que Shoyo se quedó en su casa debido al aguacero que se presentó de manera inoportuna. Ya que ambos estaban tan dedicados en su deporte, descuidaban una que otra vez las materias del colegio, y cómo consecuencia las horas se les pasaban en un abrir y cerrar de ojos haciendo un intento por estudiar cómo nunca antes para los exámenes finales. La ayuda pedida a Tsukishima Kei, su compañero del club de voleibol, era insuficiente al tener este poca paciencia con ellos. El problema en sí no era ese. Desde el principio estar a solas no era una idea bien recibida por Tobio, pero los pretextos se le acababan y terminó por aceptar la propuesta de estudiar junto a esa persona que le revolvía los pensamientos a pesar de tener materias distintas en que aplicarse.

Las gotas de agua golpeteaban silenciosas los cristales de la ventana recreando cortinas trasparentes sobre ella, la delgada silueta de Hinata por encima del mullido sillón, se entretenía con la gente que pasaba de aquí allá corriendo con sus paraguas tratando de cubrirse para no llegar empapados a sus destinos.

"Que suerte que no me fui antes, si no, la lluvia me habría tomado por sorpresa" dijo Shoyo con alivio "Kageyama ¿No te aburres de estar solo aquí en casa durante toda la tarde?"

Terminó preguntándole al mencionado desviando su atención de la calle. La respuesta que obtuvo le dejo en claro que ese detalle no le importaba a su compañero, ya que usaba ese tiempo para ejercitarse o leer revistas deportivas sin que nadie le molestara. Su padre y madre siempre andaban ocupados, volvían muy entrada la noche o andaban constantemente de viaje por el trabajo, siempre fue de esa manera y desde hace mucho tiempo que le dejo de importar.

"Supongo que por eso eres así"

"¿Ah?"

Las nubes oscuras habían ocultado el sol más temprano de lo normal y la temperatura comenzaba a descender. Al notar que Hinata tiritó un poco, el más alto olvido la insinuación de aquel y se levantó para apagar el clima.

"¿Puedo usar el teléfono para avisar que llegaré tarde a casa?, Mamá debe estar preocupada y se ha de estar preguntando en donde me habré refugiado"

"Junto a la lámpara"

En silencio, Tobio le siguió con la mirada. Tal vez fuera de las situaciones deportivas no resultaba ser tan centrado ni tan metódico cómo lo era en su tan prodigiosa posición como setter dentro de las jugadas. Durante toda la tarde se resistió, y ahora la ansiedad que le provocaba querer tocar los cabellos naranjas de Hinata era insoportable, en un descuido podría avanzar y abrazarlo para acunarlo en su pecho, rozar con su nariz y aspirar el aroma a suavizante floral que desprendía la camiseta de aquel mientras hablaba por el auricular; ante esos pensamientos, se llamaba así mismo estúpido, ordenándose mentalmente que se detuviera ante tal acto tan desfavorecedor para su persona.

Yo quiero, no, necesito deshacerme de estas molestas sensaciones.

Hinata colgó el teléfono y enseguida le agradeció a su compañero.

"¿Sucede algo?"

Preguntó ante la mirada seria del setter.

"Nada"

"Todo el tiempo traes esa cara tan aterradora"

"¡Ya te dije miles de veces que es con la que nací!"

"¿Y no puedes hacer algo para arreglarla?"

A veces, por asuntos cómo este era que recordaba que lo que sentía no podría ser más incoherente y lo calificaba cada vez más cómo una mala pasada de su mente que ni merecía la pena analizar.

"Eres un fastidio, quédate ahí voy a darme una ducha"

Una vez que Tobio se retiró, Hinata se aventó en el sillón de la sala de manera despreocupada, al fin y al cabo nadie más estaba en la casa y pensó que no estaría mal que Kageyama pensara que fuera descortés. De manera instantánea sentía que existía confianza entre los dos; así que, luego de un día de escuela y estudio extra, cerró los ojos cayendo rápidamente en un liviano sopor.

Tras aproximadamente 15 minutos después, el armador salió de la regadera y mientras secaba sus lustrosos cabellos oscuros se dirigió a la sala encontrándose con su compañero durmiendo a pierna suelta sobre el sofá más grande. Lejos de enojarse, se sintió tentado de nuevo. Deslizó la toalla por encima de sus hombros y contempló a Hinata largo rato y, atraído por la peculiar escena, rodeó el mueble sin quitar la vista de encima del pelirrojo, de su piel blanca, su esbelta figura , la pureza que desprendía su rostro durmiente, pero sobre todo de sus labios color salmón pálido, pequeños y entre abiertos que dejaban ver su acompasada respiración.

No puedo más

Al igual que si nada más importara, se puso de cuclillas frente a su invitado acercando su rostro peligrosamente para sentir la calidez de su respiración, e hipnotizado por el encanto natural de aquel chico, rozó sus labios con los de él. Ante el contacto, Hinata se removió un poco pero sin despertarse, por reflejo el pelinegro llevo las manos al rostro contrario y continuo su labor de dar pequeños pesos sobre la boca dulce de aquel.

Tan solo un poco

De repente Kageyama sintió un empujón, al durmiente le había tomado un par de milésimas de segundo para reaccionar ante tan repentina invasión en cuanto abrió los ojos. Ahora era tanto su desconcierto que no podía ni articular palabra, su rostro estaba colorado y su mano derecha tocaba sus propios labios cómo si tratara de registrar con el tacto la sensación de hace unos momentos.

El pelinegro estaba aún lado evitándole la mirada con los labios bien sellados en una línea recta .

¿Era hora de confesar que le atraía?


Este es el inicio de lo que será un Longfic. Pretendo que sea un tipo novela, pero para lograr esa meta espero contar con el apoyo de ustedes; con sus criticas constructivas, impresiones, opiniones, sugerencias, peticiones, etc. Cabe aclarar que aunque la pareja protagonista es el Kagehina, habrá muchísimo de las otras parejas que tanto amamos.

Aviso: Para las personas que siguen "Rol de padres" "Secreto a voces" y "Hey Sr, Futuro ¿Que haremos este verano? " Disculpen el atraso con las actualizaciones. A más tardar el Martes actualizo y este último el Miércoles, y partir de ahí trabajare para estar más constante.
También tengo el estreno de "La leyenda del Hada Sol y del Mago Rey" en puerta, ese será un fic únicamente de tres capítulos, y espero que les guste (P.D: si no lo subo hoy en la madrugada, lo aré mañana por la noche).
El Fandom de HQ! crece y eso me alegra mucho, yo estoy poniendo mi granito de arena, por que simplemente amo esta serie.
Nos leemos en la próxima actualización.

-RavenAkiteru-