Disclaimer: Beetlejuice lamentablemente no me pertenece, pero lo adoro desde pequeña ^^

CAPÍTULO 1

Lydia Deetz, una joven con ya 23 años, cuya infancia seguro hubiera sido envidiada por muchísimas personas, se encontraba en su habitación sentada sobre la cama con un libro de Psicología entre las manos leyendo con el ceño fruncido.

-La amnesia… ¿será que yo padezco de eso? ¿Por qué no puedo recordar bien lo que viví siendo no tan pequeña? Sé que era muy feliz, que lo pasaba en grande con alguien… pero salvo Bertha y Prudence no tenía más amigos, y ellas no son tan divertidas…

Pensando todavía en eso, cerró el libro y se dispuso a salir a dar una vuelta con su bicicleta. La tarde era soleada en Winter River, un pueblo tranquilo en el que nunca pasaba nada interesante. Al menos no hasta ese día.

Cuando quiso darse cuenta, Lydia había pedaleado sin percatarse de que iba en dirección al cementerio, pero bueno, ¿por qué no?

Dejó la bicicleta en la entrada y pasó dentro, atravesando la verja oxidada algo llamó su atención. No muy lejos de ella vislumbró a una mujer de unos 70 y muchos parada y fumando frente a la tumba del que fue su psicólogo hace muchos años, el hombre murió hace apenas dos días.

La mujer se giró como percibiéndola y sonriendo le hizo un gesto de que se acercara. Extrañada la joven obedeció, quizá necesitaba algo.

- Hola Lydia, que grande estás ya.- dijo la mujer sonriéndole y dándole otra calada al cigarrillo.

- Ho-hola… ¿La conozco?

- Algún día nos teníamos que conocer, pero en otras circunstancias muy distintas… yo sí te conozco, soy Juno.

- ¿Y qué quería?- la mujer volvió a fumar pero esta vez algo llamo la atención de Lydia, el humo salía del cuello de la tal Juno y esta se limitó a subirse un poco el pañuelo que llevaba alrededor.

- Por favor, tutéame. Estoy aquí para comprobar algo sobre ti, pero no te asustes, solo quería hacerte unas preguntas, ¿de acuerdo?

- Emm… vale, esto es muy raro, pero de acuerdo, pregúntame.

- Lydia, ¿sabes quién es ese señor que está ahí enterrado?- dijo señalando la lápida del último difunto.

- Sí… James, mi psicólogo infantil.

- Muy bien… ¿sabes por qué te llevaron al psicólogo cuando eras pequeña?- la muchacha se quedó totalmente en blanco, ¡No lo sabía!

- Pues… la verdad…

- ¿Recuerdas a tu mejor amigo?

- ¿Cómo? ¿Qué amigo?- preguntó sintiéndose un poco nerviosa, la joven no recordaba mucho de su infancia y todas las preguntas se estaban centrando en eso.

- Tu amigo fantasma, tu mejor amigo.

- ¿Fantasma?, Dios mío… sí, recuerdo a un fantasma… vaya, hacía muchísimo tiempo que no me acordaba de mi amigo imaginario… Un momento, ¿cómo sabes eso? ¿Quién eres tú?- preguntó alejándose un poco de la mujer.

- Lydia… tus padres te enviaron al psicólogo… ¡para que le olvidaras! ¡Él existía de verdad!

- ¿Qué…?

- ¡Mediante hipnosis! ¡El psicólogo me lo ha dicho!

- ¡Usted está loca! ¡Él no ha podido decirle eso! ¡Está muerto!

- ¡Y yo!

Juno se quitó el pañuelo y le enseño su cuello rajado por el cual seguía saliendo el humo del tabaco, la joven se tapó la boca con las manos horrorizada y salió corriendo a por la bici. La tomó y volvió a casa sin si quiera mirar atrás. Juno volvió al No-mundo.


Cuando la muchacha llegó a su casa entró al estudio de su padre despertándolo de su sillón de cuero.

- ¡No estaba dormido!- dijo enderezándose asustado, miró a su hija y se tranquilizó.- ¿Qué ocurre calabacita?

- ¿Por qué me llevasteis al psicólogo de pequeña, papá?

- Uy… pues hija mía, yo… ¡fue cosa de tu madre!

- Dímelo, papá. ¿Qué pasó tan grave como para que me llevarais allí a dejarme hipnotizar?- dijo cruzándose de brazos muy enfadada.

- Pues… salías mucho y durante horas con ese amigo tuyo tan raro, la verdad no nos daba muy buena espina… era más mayor que tú y nos daba miedo que te hiciera "algo", te miraba a veces con una intensidad que…

- Entonces… ¿le visteis? ¿no era imaginario?

- Claro que le vimos, venía muy a menudo, Beetleman se llamaba o algo así, y me daba unos sustos…

- ¿Beet…Beetleman?

Algo hizo click en su cabeza. Imágenes borrosas arremolinándose en su cabeza, de las que parecía distinguir a un hombre, de cabello rubio y traje a rayas, una risa alocada en la lejanía y una voz pidiéndole las 3 "B".

- Sí, aunque a Delia no conseguía asustarla como a mí, la que sí la aterrorizaba era su hija, bastante fea por cierto, Betty no sé qué…- dijo rascándose la cabeza pensando a ver si lo recordaba.

En ese momento Delia entró canturreando con una bandeja con un zumo de naranja y unas galletas para Charles, quien al verla dejó de rascarse la cabeza y gritó contento: ¡Eso es! ¡Betty Juice!

Delia dejó caer la bandeja sobresaltada por el grito de su marido y por el nombre que había escuchado.

Lydia salió corriendo a la habitación sin decir nada, cerró la puerta y se acercó al tocador mirando al espejo… estaba de pie muy nerviosa, su corazón latía descontrolado. Las ganas de llorar eran insuperables.

- Beetlejuice…- las lágrimas caían calientes por sus mejillas.- Beetlejuice…- La joven cubrió su rostro y más lagrimas cayeron.- Beetlejuice!

Lydia sollozaba temblando mientras lo hacía, pero su temblor terminó al sentir unas manos tremendamente heladas se posaban en sus hombros y la giraban hacia él. El fantasma la miró con cariño diciendo en voz baja "it's showtime" y ella se lanzó a abrazarle como si no fuera a dejarle marchar otra vez, el fantasma correspondió apretándola contra él permitiéndose cerrar los ojos mientras aspiraba el olor de su cabello.

- Lo sien-siento mucho, te bloquearon de mi mente y no…

- Shhh… Lyds, lo sé, pero ya estoy aquí, ven.- dijo cortando el abrazo para agarrarla de la mano y así llevarla a que se acomodaran en la cama.

Ella cerró los ojos cuando ya sentados él limpió una lágrima con su dedo y habló:

- ¿Has conocido a Juno?

- Sí…- contestó con el ceño algo fruncido.- Me dio un susto…

- Ah, ¿sí?, bueno, no te preocupes nena, ya se la devolveré.- dijo sonriendo con malicia, haciendo reír a su amiga.- Juno estaba harta de mí porque yo quería verte, no aguantaba más, y he hecho de su no-vida un infierno ahí abajo. Tú no me invocabas, por lo que ella no me hizo caso de aparecerse en este mundo e invocarme a mí aquí para que viniera a verte porque pensaba que no querías estar conmigo.

- ¡Pero yo sí quería estar contigo!- Interrumpió repentinamente en voz alta haciendo que Beetlejuice diera una carcajada y se acercase más a ella.

- Ya lo sé, preciosa, pero como iba diciendo, cuando el cabrón de tu psicólogo murió y dijo que era de aquí, Juno le preguntó por ti de mi parte… ¡entonces él confesó que me borro de tu cabeza! ¡A mí! ¡El fantasma de los fantasmas! Es por eso que la convencí y vino a buscarte.

Lydia sonrió con tristeza, habían perdido mucho tiempo, tanto que incluso le daba un poco de vergüenza hablar con él como si nada.

Beetlejuice había vivido un auténtico infierno durante esos años sin ella. Allí en el No-mundo no tenía muchos seguidores, los pocos que le tenían aprecio como Jacques por ejemplo, no le aportaba nada de la diversión que él quería, no había esa complicidad como la que tenía con ella… ellos eran "Beetlejuice y Lydia".

- ¿Sabes una cosa, Lyds?- comenzó algo nervioso mirándola con mucha intensidad a los ojos.- Sé que piensas que ha pasado mucho tiempo, tú ya estas más mayor y como nos divertíamos antes ya no será igual, pero… me gustaría hacer una fiesta en mi casa ahora que nos hemos reencontr…

Pero antes de terminar la frase la puerta de la habitación se abrió y apareció un joven de cabello negro, llevaba el flequillo tapándole un ojo, un piercing en el labio y lo que parecía ser… ¿rimmel?

- ¿Qué es eso?- susurró Beetlejuice mirándolo con recelo. Lydia se levantó rápidamente de la cama y corrió hasta él. El chico la tomó de la mano besándosela provocando que el fantasma echase humo literalmente por las orejas.

- ¡Robert! ¿Cómo estás?

- Hola my lady… Venía a ver qué hacías, no sabía que estabas…- observó a Beetlejuice quien hacía como que se metía los dedos para vomitar y luego volvió a mirarla.- ocupada.- Lydia volteó a verle, carraspeó y éste puso cara de bueno.

- Sí… es un amigo mío de la infancia.

- Bueno, como sea, ¿vendrás mañana al cine conmigo?

- Hijo de…

- ¡Beetleman!

En este punto de la conversación el fantasma hizo aparecer una estampita para disimular: "Hijo de… Dios… perdóname todos mis pecados, pues estoy muy arrepentido de matar emos, amen"

- ¿Qué ha di…?

- ¡Jajaja! ¡Que bromista es, verdad! Venga, pues mañana nos veremos en el cine, Robert.

- Que bien… hasta mañana entonces, dulce.- El chico salió lanzándole una mirada asesina a Beetlejuice, quien se la devolvió agrandando anormalmente los ojos para asustarle y éste cerró la puerta más rápido al salir.

- ¡¿Por qué has hecho eso, Beetlejuice?! ¡No ha estado bien!- regañó cruzada de brazos.

- Ay Lyds… cómo echaba de menos tus broncas.- dijo levantándose yendo hacia ella.- No sabía que tenías novio.

- ¡No es mi novio!- contestó picada. Él puso una sonrisa maliciosa.

- ¡Pues sé mi novia entonces!

Poner un tomate al lado de la cara de Lydia era como ver otro solo que con ojos, nariz, boca… Beetlejuice se empezó a reír y ella se lo tomó a broma y empezó a reírse con nerviosismo.

- He hecho que te lo pensaras, ¿ehhh?

- Já, no seas tonto, no saldría contigo ni de cachondeo.- ahora colocó los brazos en jarras mirándolo con suficiencia. No conseguiría hacerle de rabiar.

- Nena, no mientas, me estás diciendo que si yo te agarro así…- Metió sus brazos entre los de ella y la acercó hacia él, dándose cuenta él mismo de que la broma ya no era tan inocente.- No… sientes… nada?

- ¿Sabes qué siento Beetlejuice?- dijo con voz sensual acercándose a su oído, este se quedó rígido como un palo.

- ¿Qué…?

- Beetlejuice…- volvió a ronronearle.

- ¡¿Qué?!

- ¡BEETLEJUICE!

Y este desapareció y apareció en su propia casa.

- ¡Mierda! ¡Me la ha jugado!- dijo algo alterado.- Bueno… espero que vuelva a llamarme…


TBC...

Espero que les haya gustado este primer capítulo! Dejad reviews que son gratis! que tengan un buen día ^^

MaríaLestrange23