Aclaración: Todos Los Personajes Son De La Señora Meyer, Ninguno Me Pertenece, Excepto Uno . La Historia Es Completamente Mía.

Capítulo 1

Todos los días, exactamente a las 2:30, Edward se sentaba frente a la ventana de su habitación para ver a su amada.

Ella estaba en su monovolumen con su mano en el pecho. Pareciera que si lo quitaba de allí se rompería en pedacitos. Lloraba todos los días y él presenciaba ese acto de dolor.

Él sufría al verla así. Muchas veces intento acercarse a ella, pero el miedo lo detuvo.

Siempre ella hacía lo mismo:

Salía de su casa cuando su padre se había ido ya, se metía en su auto y allí, hecha un ovillo, rompía a llorar, después volvía y entraba a su casa pronto.

Edward nunca supo, y no es que fuera demasiado lógico para él, porque la chica de sus sueños lloraba siempre y porque lloraba en su auto.

Pero hoy hubo algo diferente; la chica en medio de sus lagrimas miró justo hacia el punto donde estaba Edward, él se sobresalto y fingió mirar al otro lado, pero él seguía observándola por el rabillo del ojo, no entendió porque ella rompió a llorar más fuerte.

Confundido y sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que su pequeña hermana había presenciado esto.

- Es la hora – susurró la pequeña Alice.

Edward se sobresalto de nuevo y miro con los ojos entrecerrados a su querida hermanita.

- ¿Qué…?

- Mamá dice que me acompañes al supermercado, por favor – dijo con sus ojitos verdes brillando.

Edward se paró del sillón y agarró la mano de su hermana.

Salieron de la casa y el chico aprovecho para ver si su amada estaba todavía en su monovolumen, pero ya se había ido.

Decepcionado, emprende el camino en su Volvo hacía el súper mercado.

Llegados a éste, Alice se apoderó de un carrito y como siempre que se trata de compras de cualquier tipo, ella parece en Disneylandia.

- ¿Alice, buscas a alguien? – preguntó su hermano viendo que ella movía su cabeza casi con desesperación.

- ¿Qué? No…yo no… – sus ojos se iluminaron cuando vieron lo que buscaba. Alice tenía una sonrisa maliciosa – Edward ¿podrías traerme lo de siempre?

Él la miro con un interrogante en la cara, Alice rodó los ojos.

- Mi comida, Edward. Yogurt Light, Cereal sin azúcar etc. etc.

- ¿Y tu mientras tanto que harás, pequeña duende? – Alice pisó a Edward y después puso una mirada tierna.

- Cogeré lo que mami nos mando a comprar.

Alice salió disparada con el carrito y Edward dio media vuelta para coger las "pocas" cosas que Alice le había encargado, pero se quedo congelado cuando vio a Bella.

Ella llevaba en sus bracitos un montón de cosas y en su cara se veía que estaba fatigada.

Edward instintivamente agarró el carrito más cercano y lo empujo hasta ella.

- ¿Te ayudo? – pregunto Edward, pero antes de que ella le diera una negativa él ya estaba cogiendo los artículos y los ponía en el carrito.

- Gracias, Ed.…- se detuvo al ver lo que iba a decir. Se sonrojo y siguió caminando con Edward a su lado.

Edward que solo había escuchado las gracias, se presento.

- Edward Cullen – dijo ofreciéndole la mano, nervioso.

- Isabella Swan, pero dime Bella

Eso ya lo sé, pensaron Bella y Edward, y hasta más.

Edward notó que los ojos de Bella se volvían vidriosos.

- ¿Te pasa algo? – preguntó preocupado.

- No, nada – pero la voz de Bella no lo convenció. Sin embargo, no insistió.

Edward en el camino encontró lo que Alice le había encargado y con insistencia de Bella, lo hecho en el carrito.

Cuando fueron a pagar se encontraron con Alice que los veía con una sonrisota en su rostro.

- Bella – grito emocionada la pequeña y se echó en sus brazos.

- Alice – respondió con un brillito, que Edward notó, en sus ojos marrones – no te has vuelto a pasar. Te he extrañado, pequeña – dijo Bella sinceramente.

Edward confundido intervino.

- Espera, desde cuando…- antes de que pudiera terminar, Alice respondió.

- Oh, es que voy casi todos los días a hacer las tareas en casa de Bella – dijo Alice – pero, claro, tu no te das cuenta porque estas pendiente de otras cosas ¿Cierto? – enarcó una ceja.

Alice lo sabe, pensó Edward nervioso.

- Bella vienes con nosotros – casi ordenó la pequeña Cullen.

- Oh, no, Alice, esto no pesa mucho, no quiero incomodar – se excuso Bella rápidamente.

- No, nada que ver, no incomodas nada – miró a Edward y le indico con una mirada que fuera caballeroso y le ayudara a llevar las bolsas.

Edward que estaba en trance, sacudió la cabeza y agarró las bolsas de Bella, pero en el momento en que las fue a coger, tuvo un pequeño roce con los dedos de Bella, momento en el que les paso una corriente a ambos.

Bella instintivamente quitó la mano y Edward se tenso y caminó hacia el Volvo.

En el camino, la pequeña Cullen se la pasó tratando de hacer que fluyera una conversación entre Edward y Bella, pero estos estaban reacios a cooperar.

Alice se hundió en el asiento casi, casi vencida.

- Si no fuera Mary Alice Cullen, me daría por vencida, pero cuando quiero algo, se logra – pensó Alice y acto seguido abrió la puerta del Volvo, se bajó, dio un portazo y entro corriendo a su habitación a formar planes para su hermano y su futura cuñada.

Mientras tanto, Edward ayudaba a Bella a bajar las bolsas cafés de su Volvo.

Tanto Edward como Bella, se sentían un tanto incómodos, ya que ninguno de los dos se atrevía a romper el silencio.

Bella sacó su llavero y metió la llave a la cerradura, lentamente, teniendo cuidado de no quebrarla, como alguna vez le pasó, la giró y la abrió.

Entró y guió a Edward hacia la cocina.

- Umm…Gracias p-por ayudarme – dijo Bella nerviosa.

- De nada – le devolvió Edward con una sonrisa torcida.

Bella sintió su sonrojo y su corazón empezó a latir más fuerte de lo habitual.

Edward al notar el sonrojo de Bella y los nervios, percibió muy dentro, un poco de esperanza. Sin embargo, el semblante de Edward, que parecía lo más de tranquilo, no era más que un disfraz. Él estaba que se moría de nervios y aunque quería decirle muchas cosas a Bella, abrazarla y besarla, simplemente no se podía mover de su sitio.

Bella sin saber que hacer o que decir, forzó las palabras que menos deseaba decir:

- No es que te quiera echar ni nada – dijo Bella con antelación – pero, debo organizar todo esto.

Bella hizo una mueca sin querer.

- ¿Te molesta si te ayudo?

Negó con la cabeza.

Comenzaron a organizar las cosas en la nevera y en la alacena en silencio, de un momento a otro sonó el celular de Edward.

Claro de Luna sorprendió a Bella y en sus labios se posó una sonrisa.

A Edward le gusto verla sonreír, pero antes de preguntar, contesto el celular.

- ¿Alice?

- ¿¡Edward donde diablos te metiste!

- Estoy en casa de Bella, ayudándola.

A la joven Cullen se le formó una sonrisota y dejo a un lado los planes que tenia contra su hermano.

- Bien, hermanito. Solo me tenías preocupada – Edward rodó los ojos y Alice prosiguió – Diviértete…y mándale saludos a mi c…Bella.

Alice colgó y se sintió muy a gusto con su primer plan. Alice Cullen todo lo puede.

¡Hola A Todos!

Quizás Algunos De Uds. Ya Habrán Leído Este Two-Shot. Para Los Que No, Este Es El Primer Capítulo, Lo Tenia En Mi Otra Cuenta De Pero Decidí Dejarla Solo Para Leer Y Esta Para Subir Mis Escritos.

Para Mi Será Triste Dejar A Todos Los Lectores Que Me Habían Conocido Por Esa Cuenta Y Borrar Los Hermosos Reviews Que Habían Dejado En Cada Una De Las Historias Que Subí. Pero Bueno.

Próximamente Subiré El Segundo y Último Capítulo De Esta Pequeña Historia. Espero Que Les Haya Gustado. Dejen Opiniones, Sugerencias, Lo Que Quieras Yo Todo Lo Recibo Bien.

¡Saludos A Todos! Y Buen Día [O Buena Noche O Tarde]