HOLASS, acá les traigo una nueva y extraña idea. Esto es solo un piloto experimental para ver como cae la cosa. El fic está situado despues de Boruto: La Película, aunque los hechos del gaiden no se toman en cuenta, es decir no pasaron (vamos, que fue muy innecesario ese gaiden). La idea es que Sasuke tuvo una hija con Karin, como y cuando se explicara, pero fue antes de estar con Sakura. La historia girará en torno a este OC, pero habrá protagonismo para todos, y como siempre un nuevo enemigo amenazará la paz. La relación entre Sasuke y su nueva hija será muy complicada, ya que prácticamente no se conocen y ella le tiene mucho rencor, lo qe traerá obviamente conflictos con Sarada y otros personajes. Aclaro, que no será anti-Sasuke ni nada por el estilo. Pero bueno, Sasuke no se merece la taza al mejor padre del mundo xD

La cursiva es para flashbacks. La negrita para pensamientos o sueños, cosas introspectivas

Capitulo 1: Kiara Uzumaki

El conflicto desencadenado por Momoshiki Otsusuki había quedado un mes atrás y la aldea de Konoha atravesaba un nuevo proceso de reconstrucción tras los destrozos ocurridos durante el último exámen Chunin. El estadio de combates debió ser reconstruido totalmente y las zonas circundantes se hallaban sometidas a numerosas reparaciones. Pero lo peor había pasado.
Aunque había alguien que opinaba distinto. El Séptimo Hokage se había visto inundado por avalanchas de papeleo y trabajo extra, cientos de documentos requerían su atención y aprobación inmediatos. Sus ojos cansados recorrían las hojas de papel mientras su mano sostenía el sello y golpeaba mecanicamente uno tras otro imprimiendo su firma. Permisos de construcción, autorizaciónes de presupuestos, balances, y otros tantos y tediosos formularios burocráticos. Para el momento que solo quedaba una pequeña pila bostezaba sonoramente mientras pequeñas lagrimas empañaban sus ojos cansados "Preferiría enfrentarme a otro demente antes que seguir con esto" Pensó mientras sus ojos divagaban una vez más por las cada vez mas incomprensibles letras impresas "Por favor, algún peligro inminente, algún villano atacando la aldea, algún cataclismo mundial. Sálvenme!" Exigió su mente antes de dejar caer su cabeza contra el escritorio. El leve rechinar de la puerta le obligó a elevar la vista

- ¿Durmiendo en el trabajo? Qué impropio Hokage-sama - Una voz burlona habló mientras su dueño entraba sin confirmación en su oficina

- ¿Suigetsu? - Recibió con asombro al espadachín irguiendose en su silla - ¿Y tú qué haces aquí?

- Sólo pensé en venir a saludar - Se encogió de hombros

- Mas vale que no estés buscando problemas - Le advirtió el Hokage - Yo no te tengo tanta paciencia como Sas

- Si si - Lo interrumpió Suigetsu moviendo su mano con indiferencia - Me encerrarás y todo lo que ya sabemos. Pero por esta vez tengo algo importante que hacer - Su mirada se tornó seria un momento

Fue entonces cuando Naruto notó que Suigetsu no estaba solo. Junto a él se hallaba de pie una joven de la edad de su hijo aproximadamente. Su cabello desbaratado era rojo intenso y caía sobre su cara. Vestía ropas rasgadas y no se la veía en muy buen estado. Su mirada estaba clavada en el suelo, de modo que no llegaba a observarle bien el rostro.

- ¿Y esa niña? - Preguntó sorprendido Naruto - Quiero decir ¿quién eres jovencita? - Se rectificó con amabilidad dirigiéndole una sonrisa

La joven elevó el rostro lentamente hasta que sus miradas se cruzaron. Los ojos de la pelirroja eran de un rojo oscuro, tanto que a la sombra parecían negros. Sus facciones eran finas, confiriéndole una belleza que cualquier muchacho apreciaría.
Naruto la observó seriamente. Aquella mirada era bien conocida para él, tanto que por un momento pudo ver el reflejo de su infancia en ella. No obtuvo respuesta, aunque ya no la necesitaba. Tendría que ser mucho mas idiota para no saber de quien se trataba.

Suigetsu, visiblemente incómodo con la reacción de la pelirroja intentó responder por ella - Esta de aquí es

- Ya lo sé - Lo cortó Naruto antes de que terminara y el peliblanco lo miró desconfiado. Abandonó finalmente su silla para ponerse de pie, cosa que sus músculos le agradecieron, y se plantó frente a la joven - Es un gusto conocerte - Exclamó con una gran sonrisa. La joven elevó la vista un momento y contempló al Hokage antes de asentir levemente, aunque se podía percibir un ligero cambio en su mirada para bien - Yo soy el Séptimo Hokage de la aldea de Konoha

- Kiara - La pelirroja balbuceó antes de alzar su vista una vez más - Uzumaki Kiara

- Bueno, a lo que vinimos - Intervinó Suigetsu - Te he traído a la cría para que se quede aquí - Le soltó de repente

- ¿Aquí? - Naruto se mostró visiblemente perturbado - ¿Pero qué... - No tuvo que pensarlo demasiado para darse cuenta de lo que sucedía. El estado de la joven era prueba suficiente - Entonces... - Miró a Suigetsu y este se lo confirmó con un gesto - Lo siento Kiara, de veras - Le expresó sus sinceras condolencias, pero la joven solo movió imperceptiblemente la cabeza como respuesta

- Lo mejor será llamar a su - Sugirió Suigetsu pero Naruto negó con la cabeza antes de que terminara

- No está en la aldea, ha salido por un tiempo - Volvió a enfocarse en la niña - Kiara... - Le habló apoyando su mano en su hombro - Se que esto es duro, pero quiero que sepas que puedes quedarte en la aldea. Aquí hay mucha gente buena, y estoy seguro que encajarás bien - Se inclinó apoyándose en una rodilla para quedar a su altura, la joven lo miró a los ojos con sorpresa - No estás sola. Se que es difícil para ti creerlo ahora, pero todo saldrá bien. Yo te ayudaré, te lo prometo. Después de todo tu y yo somos familia no? - Le sonrió con amabilidad - Compartimos la misma sangre gracias a nuestras madres

Kiara no pudo contener las pequeñas lágrimas que cayeron por sus ojos, abrumada por las palabras del Hokage. Uzumaki Naruto, ahora lo recordaba. Su madre le había hablado del Hokage que salvó al mundo en la última gran guerra - G-gracias Hokage-sama - Respondió con dificultad

- Solo Séptimo está bien - El rubio le guiño un ojo con complicidad mientras le frotaba el cabello

- Bueno - Suigetsu se puso incómodo ante el discurso de Naruto - Niña hazle caso. Lo mejor será que hablemos luego Naruto

- Hokage-sama para ti - Le recordó el rubio - Y quedate cerca, no quiero que causes problemas en la Aldea ¿de acuerdo? - Casi tuvo que gritar la última parte ya que el espadachín estaba prácticamente fuera de la oficina para cuando termino de hablar - Ese tipo - Gruñó sacudiendo su cabeza - Oh, lo siento. Ahora Kiara... creo que lo mejor será que te quedes en mi casa. Mi esposa y mis hijos te harán compañia, son algo ruidosos pero no muerden... casi - Le sugirió con amabilidad

- Yo... - La joven negó con la cabeza - Lo siento Hoka... eh, Séptimo, pero solo quiero descansar. No puedo...

- Está bien, te entiendo - Naruto le aseguró con tacto - Entonces creo que tengo el lugar perfecto para ti. Y además me haces un favor, ya estoy harto de todo este papeleo y me viene bien un respiro así que iré contigo, después de todo eres nueva aquí

Ambos salieron del edificio. Era de tarde, pero las nubes grises se habían apoderado del cielo oscureciendo la aldea.

- Te aseguro que es mucho mas bonita, cuando salga el sol podrás verlo

- Está bien, me gusta así - Le aseguró la niña con tranquilidad

- Bueno, andando

Durante el trayecto la joven no dijo casi nada, mientras que Naruto le enseñaba todos los lugares por los que pasaban y le explicaba acerca de la aldea. Su caminata terminó cuando llegaron al pie de un extenso edificio. Subieron hasta el nivel mas alto y se detuvieron en el pasillo frente a una de las puertas. Al abrirla quedó a la vista un pequeño departamento donde solo unos pocos muebles llenaban su interior. Una mesa, un refrigerador, una pequeña alacena era todo.

- Sé que no es mucho - Se disculpó Naruto - Pero aquí vivi durante mi niñez. No me mude sino hasta que me casé con Hinata. Es pequeño para una pareja e imposible para criar una familia, sobre todo a dos pequeños hiperactivos como mis hijos - Se quejó pero sin borrar su sonrisa - Tal vez esté algo descuidado, no he vuelto en mucho tiempo y nadie lo ha habitado desde entonces. Pero la señora de la limpieza igual lo atiende, aún la veo de vez en cuando por la aldea, siempre me recuerda lo desordenado que era

- Es perfecto. Gracias - Le agradeció con sinceridad Kiara -

- No hace falta, es lo menos que puedo hacer por ti - Naruto caminó tranquilamente por el apartamento - Sabes, tal vez no lo recuerdas, pero nos conocimos cuando eras pequeña

- ¿D-de veras? - Se sorprendió Kiara

- Si - Rió Naruto - Aunque eras como de este tamaño - Llevó su mano a la altura de su rodilla - Apenas si sabías caminar - Recordó con una sonrisa - En ese entonces estaba fuera de la Aldea en una misión, mi hijo Boruto apenas si gateaba. Estuve viajando unos días, y realmente quería conocerte así que visité el País de la Cascada. Recuerdo haberle sugerido a tu madre que se mudaran a Konoha.

- ¿En serio? - Preguntó asombrada la joven - ¿Qué sucedió?

- Tu madre no estaba interesada

- Eres muy amable Naruto, pero Kiara y yo estamos bien

- Pero...

- Sabes, en realidad nunca quise ser una kunoichi - Confesó Karin con melancolía - Cuando mi madre llegó a Kusagakure la obligaron a pagar su estadía con su cuerpo, necesitaban sus poderes curativos. Cuando ella murió me tomaron en su lugar. Serví muchos años hasta que caí en las garras de Orochimaru, y desde entonces he servido día tras día. Cuando la guerra terminó me di cuenta de que nunca había elegido mi propio camino. Incluso todo ese tiempo que perseguí a Sasuke solo dejé que me usara... Kiara es todo lo que necesito, y solo quiero darle una vida tranquila. Tu has hecho de este mundo un mejor lugar donde eso es posible

- Si lo hubiera escuchado... - Divagó cabizbaja la pelirroja

- Tal vez, o tal vez no - Concluyó Naruto - Lo que sucedió no puede cambiarse, por mas duro que sea de aceptar. Todo lo que podemos hacer es seguir adelante, soportar ese dolor y no rendirnos - Reflexionó mirando hacia afuera por la ventana, la lluvia había comenzado a caer

- ¿Cómo? - Una súplica muda se escondía en aquella pregunta

- Tiempo, fuerza y voluntad. No necesitas más - Se acercó a Kiara y refregó sus cabellos - Y recuerda que no estás sola

- Muchas gracias - La pelirroja se inclinó con sincero respeto

- No tienes por qué agradecerlo. Ahora... Kiara si tú quieres puedes quedarte aquí el tiempo que desees, pero sabes que tienes un lugar en el que serás bienvenida - Le sugirió insinuante

- Le agradezco todo lo que ha hecho Séptimo - La voz de la jóven se había vuelto cortante de pronto - Pero mi madre era mi única familia - De repente llevó su mano a sus ojos con prisa, azotada por una punzada de dolor que la hizo temblar

- Kiara! - Naruto la sostuvo alarmado - ¿Estás bien?

- Si - Aseguró la joven - Solo... solo necesito descansar y estaré bien. Ha sido un viaje largo

- De acuerdo - Aceptó Naruto no muy convencido - Escucha, creo que sería bueno que te hicieras un chequeo médico mañana. Solo de rutina ¿de acuerdo? - La joven asintió - Le diré a la abuela Tsunade, ella es una de los tres grandes Sanin y una de las mejores ninjas médicos de todo el mundo

- Bueno - La joven no pudo contagiarse del ánimo del ruidoso Hokage - Me iré a dormir entonces

- Si. Ha, casi lo olvidaba. Ten esto -Le entregó un papel - Si necesitas algo solo usa tu chakra sobre ese sello y me enteraré - Le explicó - Oh espera ¿puedes hacerlo? - Se sintió avergonzado

- Si, mamá me enseño muchas cosas. Se como utilizar mi chakra, también soy bastante buena sintiendo el chakra de los demás

- Qué bien. Karin era muy hábil en eso, se nota que eres su hija - La halagó con una sonrisa - Entonces nos veremos mañana, descansa Kiara - Le refregó los cabellos una vez más en un gesto paternal y se retiró - Solo para estar seguros... - Apoyo su palma sobre la puerta y un símbolo brillo en la madera para luego desaparecer. Se detuvo un momento para contemplar el cielo y la fina lluvia que caía - Sasuke, espero que hagas lo correcto esta vez - En un instante había desaparecido del lugar


- Escóndete ahora!

- Pero mamá puedo ayudarte

- Kiara, hazme caso esta vez por favor, vete de aquí ahora!

Las sombras bailaban a su alrededor, todo se oscurecía, había vuelto a ser una niña en los brazos de su madre

- Mamá?

- Shhh, todo fue un sueño hija - Su madre sonreía como siempre

- Un sueño - Repitió ella con alivio apretandose más contra el pecho de su madre. Unas gotas cálidas cayeron sobre su rostro, un líquido espeso y rojo. Cuando alzó la vista su madre continuaba sonriendo mientras la sangre brotaba de su boca

- Corre Kiara!

- Por favor...alguien... papá sálvanos ¿donde estás papá? - Gritó con tal fuerza que todo se volvió añicos, un cristal rompiéndose en mil pedazos

Kiara se incorporó de su cama con tal fuerza que casi cae al suelo. Su cuerpo estaba empapado en sudor, sentía un frío espeluznante y su cuerpo temblaba violentamente. Las lágrimas corrían por su rostro copiosamente sin que pudiera evitarlo. Abrazó con fuerza sus rodillas, enterrando su rostro entre ellas.

- Mamá... - Su voz se quebraba con cada palabra - Te juro que te vengaré... te lo juro - Su furia selló la promesa


- Necesito que me digas todo lo que sabes

- Ya te dije lo que pasó - Contestó molesto el espadachín - No se quienes eran, ni que querían

- ¿Estaban detrás de Kiara? - Naruto inquirió con seriedad

- Ya te dije que es probable. Después de todo lleva la sangre de su padre y madre - Dedujo Suigetsu - La sangre Uchiha es suficiente para tentar a cualquiera, sobre todo cuando está tan al alcande de la mano. Y Karin... ella nunca fue especialmente fuerte, no era una luchadora, pero tenía habilidades únicas. Mezcla esos dos componentes en una niña y tendrás algo único

- ¿Crees que eso es lo que busquen de ella?

- Es probable, no veo por que no - El peliblanco se encogió de hombros

- No creo que sea tan simple. No sabemos siquiera las capacidades de Kiara...

- Como dije, tal vez. Tú te encargaras de averiguar eso. Yo sólo estaba cumpliendo mi promesa, ahora lo dejo en tus manos y las de Sasuke - Suigetsu desvió su mirada hacia la ventana por un momento, dejando a Naruto reflexionar

- Suigetsu... - Karin se hallaba tendida en el suelo, había perdido mucha sangre - Por favor

- No desperdicies fuerzas, estarás bien. Siempre sales de estas cosas

- N-no, no esta vez. No puedo curarme, mi chakra está agotado - Tosió con fuerza

- Karin...

- Por favor... Kiara

- La niña

- Llévala... llévala a Konoha, por favor. Con Sasuke... llévala c-con su padre, allí estará segura... por favor, te lo r-ruego

- Lo haré, pero me debes una - Le respondió con una sonrisa confiada

- Tsk bastardo - Devolvió la pelirroja con una débil sonrisa - Gracias... - Dijo con sus últimas fuerzas

- Karin peleó hasta el final para defender a la mocosa. Usó toda su energía aún sabiendo que le costaría la vida - Suigetsu se puso de pie y miró hacia afuera- Pero esto no se acabó, esos sujetos siguen por ahí. No se detendrán, y presiento que no traman nada bueno

- Yo tampoco. Con todo lo que ha ocurrido últimamente... algo se aproxima - Replicó Naruto observando la lluvia