Notas: Y es que Lynz y Gerard son tan hermosos, debía escribir algo de mis niños.


Lady grinning soul


Está en una tierra de príncipes submarinos y sirenas que tienen cinturas de calamar, con pescadores arrastrados bajo la superficie para alcanzar un final agridulce. Y hay unos dedos de porcelana, traviesos y helados, que le dan escalofríos sobre el cuello.

Le toma un minuto darse cuenta de que los dedos son reales, fríos en una manera que no creía posible con la humedad hirviendo en su cerebro y haciendo que su estómago se retuerza. Su lápiz no flaquea, simplemente se detiene. Hay una sombre temblorosa sobre la hoja de papel.

Ella dice su nombre y es todo azucarado y dulce (contrasta con la sal en su mar). El énfasis más pequeño en la segunda 'r' que él cree que quizás se ha imaginado. Cuando mira hacia arriba, está perdido. Él sabe quién es ella, hace mucho más que conocerla y sin embargo (todo aquello) se siente como un sueño. Una alucinación. Un espejismo cambiante. Lindsey se ríe y le da una palmadita en el hombro, como Ray solo que menos gentil. Le recuerda a cuando no podía ver más allá de su propio micrófono.

Antes de que se haga la oferta ya hay un libro puesto delante de él, invertido y gastado. Ella le muestra una sonrisa de ostra y él está muy contento por el sol de verano.